Tema: Éxodo. Titulo: La pascua. Texto: Éxodo 12: 1 – 28; 43 – 51. Autor: Pastor Edwin Guillermo Nuñez Ruiz
Introducción:
A. La ultima plaga, la muerte de los primogénitos vendrá sobre Egipto y para ser resguardados los israelitas deben seguir específicamente las órdenes del Señor en estas órdenes tenemos el origen de la más importante fiesta judía: La pascua. Hoy hablaremos de ella teniendo en cuenta que a la luz del N.T. esta se interpreta como figura de la obra redentora de Cristo.
B. Comencemos:
I. ANTECEDENTES DE LA PASCUA
A. Parece ser que la pascua judía tenia sus antecedentes en un rito de los nómadas que antes de salir con sus rebaños a los pastos primaverales inmolaban de noche un cordero y rociaban con su sangre los postes de sus tiendas para proteger a hombres y animales de los demonios.
II. DEFINICIÓN DE LA PASCUA
A. Etimológicamente la palabra pascua viene del hebreo pesaj que quiere decir “pasar por alto” en el sentido de excusar y perdonar. (Ver 13, 27)
III. IMPORTANCIA DE LA PASCUA
A. La pascua como ya dijimos se convertirá en la fiesta mas importante de los judíos, su fiesta nacional por excelencia, este era el día de su liberación (Ver 14).
IV. DESCRIPCIÓN DE LA PASCUA
A. La fecha: (Ver 2, 3, 6, 15)
1. Ver 2: El primer mes judío era Etanim o Tisri (septiembre – octubre) a partir de esta disposición el primer mes cambiara y será Abib o Nisan (Marzo – Abril).
a. Así también, la muerte de Jesús marco un nuevo comienzo en la historia de la humanidad (A.C./D.C.) y la marca también en la historia de cada persona que le acepta en su corazón. (Mateo 27: 50 – 51)
2. Ver 3: El dia 10 de Abib/Nisan deberían apartar un cordero.
3. Ver 6: el día 14 de Abib/Nisan al atardecer y comienzo del 15 de Abib/Nisan (anochecer) debía sacrificar el cordero.
a. Jesús murió exactamente en la pascua, el día y la hora en que se sacrificaba el cordero pascual. En el tiempo de Jesús el sacerdote hacia sonar el Shofar a las 3:00 p.m. a la hora que el cordero era sacrificado, la Biblia nos dice que a esa misma hora Jesús estaba muriendo (Mateo 27: 46, 50; Marcos 15:34-37, Lucas 23:44-46).
4. Ver 15: Después de este día iniciaba otra fiesta que era considerada también parte de la pascua, la celebración se llamaba “la fiesta de los panes sin levadura” que duraría en total 6 días. Entre la pascua y las fiesta de los panes sin levadura serian 7 días durante los cuales cesaba el trabajo.
B. El procedimiento:
1. El cordero tomado de las ovejas o de las cabras debía ser un animal de un año, macho y sin defecto. (Ver 5).
a. Este cordero era una figura de Cristo (1 Cor 5:7; Juan 1:29), Jesús fue varón y además no tenia defecto alguno, el era impecable (Heb_4: 15; 7:26; Jn_8:46; 2Co_5:21; 1Pe_2:22; 1Jn_3:5).
2. La pascua debía ser celebrada en familia cada año y se podían invitar a vecinos cercanos, en caso que el cordero fuera muy grande para la familia (Ver 3).
3. Todo el animal debía ser asado, no podía ser cocido, ni debía ser comido crudo, no se le debía quebrar ningún hueso se debía acompañar con panes sin levadura y hierbas amargas (Ver 8 – 9, 46). La hierbas amargas simbolizaban los sufrimientos en Egipto y el pan sin levadura la pureza
a. Al igual, ningún hueso de Jesús fue roto (Juan 19: 33 – 36).
4. Se debía comer rápidamente, con la vestidura arremangada (lomos ceñidos), sandalias puestas y bastón en mano. Es decir, listos para salir. (Ver 11).
a. Se ve aquí una figura de la cena del Señor donde nosotros también “comemos” al cordero de Dios recordando su muerte. (1 Cor 11: 23 – 26)
b. Al leer Juan 6: 53 – 55 nos damos cuenta que “comer el cuerpo de Jesús y beber su sangre” son un símbolo de creer en el y aceptarlo, comemos a Cristo y bebemos de él cuando ejercemos fe en él y lo aceptamos en nuestra vida.
5. Todo debía ser consumido esa noche, nada debía quedar y si sobrada debía ser quemado, ni un pedazo de carne debía salir de la casa donde se comía el cordero (Ver 10, 46).
a. Cristo fue totalmente consumido en el fuego de la ira de Dios. También este cordero al igual que cristo no se descompuso, no vio corrupción, no se pudrió (Hechos 2:31 y 13: 35, 37).
6. Un poco de la sangre del animal sacrificado debía ser esparcida en el marco de la puerta con unas ramas de hisopo, para que cuando el Señor junto con el Destructor (seguramente un ángel) pasara, no le permitiera a este ser entrar a esa casa para matar al primogénito, la sangre seria la señal. Además esa noche nadie debía salir de casa (Ver 7, 12 – 13, 22 - 23). La muerte fue evitada en ultimas por haber creído y obedecido lo que Dios había dicho.
a. De la misma manera, La sangre de Cristo (su sacrificio en la cruz al ser aceptada) es la protección del creyente contra la muerte espiritual, la ira de Dios, la maldición de la ley, y de la condenación del infierno. (Heb 9:12)
b. Ser salvos hoy depende también de la fe que ponemos en las palabras de Dios acerca del cordero (Jesús). (Rom 10: 8 – 11)
7. Podían participar de la pascua todos los hombres así fueran extranjeros que hubieran sido circuncidados (Ver 48).
a. Esto se podría ver como un anticipo de la inclusión de los gentiles en el pueblo de Dios
8. Parte importante del rito era la enseñanza que debía darse esa noche a los hijos sobre el porque de la fiesta, de esa manera se aseguraba la continuidad de la tradición y la fe en Yahvé (Ver 24 – 27).
a. Este texto nos resalta la importancia de enseñar la nuestros hijos la fe.
Conclusiones:
La Pascua es más que una celebración ritual; es un recordatorio de la liberación y el sacrificio. La sangre del cordero, que salvó a los israelitas, es paralela al sacrificio de Cristo, que ofrece salvación y protección espiritual. Al celebrar la Pascua, recordamos la importancia de transmitir nuestra fe a las siguientes generaciones. Reflexionemos sobre cómo vivimos y compartimos esta celebración, asegurando que su significado perdure en nuestras vidas y en la de nuestros hijos, destacando la necesidad de fe y obediencia en nuestra relación con Dios.
VERSIÓN LARGA
La Pascua es una de las festividades más significativas en la tradición judía, marcando la liberación del pueblo de Israel de la esclavitud en Egipto. Este evento, conocido como el Éxodo, no solo simboliza una liberación física, sino también espiritual, y ha sido celebrado por generaciones como un recordatorio de la fidelidad de Dios hacia su pueblo. A lo largo de la historia, la Pascua ha adquirido múltiples significados, y su celebración se ha enriquecido con tradiciones que varían entre comunidades y regiones. En este artículo, exploraremos la importancia de la Pascua, sus tradiciones y su relevancia en el contexto contemporáneo.
El contexto histórico de la Pascua se remonta a la época en que los israelitas eran oprimidos en Egipto. La historia de su liberación, narrada en el libro de Éxodo, comienza con el llamado de Moisés, quien fue elegido por Dios para guiar a su pueblo hacia la libertad. A través de una serie de plagas, Dios mostró su poder ante el faraón y los egipcios, culminando en la décima plaga, donde los primogénitos de Egipto murieron. Sin embargo, los israelitas fueron protegidos por la sangre del cordero pascual, que debían esparcir en sus puertas. Este acto de fe fue crucial para su liberación, y así, la Pascua se estableció como una celebración de la salvación.
La Pascua se celebra en el mes de Nisan, que corresponde a marzo-abril en el calendario gregoriano. La festividad dura siete días, comenzando con la celebración de la Pascua en la noche del 14 de Nisan. Durante estos días, se prohíbe el consumo de levadura, simbolizando la rapidez con la que los israelitas tuvieron que escapar de Egipto. La levadura, en este contexto, se asocia con el pecado y la corrupción, y su eliminación representa la purificación y la santidad. La fiesta de los panes sin levadura es una extensión de la Pascua y refuerza la idea de que la liberación no solo es física, sino también espiritual.
Uno de los elementos más destacados de la celebración de la Pascua es la cena pascual, conocida como Seder. Esta comida ritual es una oportunidad para que las familias se reúnan y recuerden la historia de su liberación. En la mesa del Seder, se encuentran diferentes elementos simbólicos, como el cordero asado, los panes sin levadura, las hierbas amargas y el vino. Cada uno de estos elementos tiene un significado profundo. El cordero representa el sacrificio, el pan sin levadura simboliza la rapidez de la huida, las hierbas amargas evocan el sufrimiento en Egipto, y el vino es un símbolo de alegría y celebración.
Durante la cena del Seder, se lee la historia del Éxodo, y se hacen preguntas para involucrar a los niños en la narrativa. Esta práctica de transmitir la historia de la Pascua de generación en generación es fundamental en la cultura judía. Los padres enseñan a sus hijos sobre la importancia de la libertad, la fe y la identidad como pueblo elegido de Dios. Esta transmisión de la historia también se refleja en el mandamiento de celebrar la Pascua como un estatuto perpetuo, asegurando que la memoria de la liberación se mantenga viva.
A lo largo de los siglos, la Pascua ha evolucionado y se ha adaptado a diferentes contextos culturales. En la actualidad, las comunidades judías de todo el mundo celebran la Pascua con variaciones en las tradiciones, pero el mensaje central de liberación y redención permanece constante. En muchas comunidades, el Seder se ha convertido en una experiencia comunitaria, donde amigos y familiares se reúnen para compartir la comida y la historia.
Además de su significado religioso, la Pascua también ha adquirido un valor cultural y social. En muchos lugares, es un momento para reflexionar sobre la libertad y la justicia. Las comunidades judías han utilizado la Pascua como una oportunidad para abogar por los derechos de los oprimidos y recordar a aquellos que aún viven en condiciones de esclavitud o injusticia. Este enfoque contemporáneo de la Pascua resuena con el legado de la liberación y la esperanza.
El significado de la Pascua también se ha relacionado con el cristianismo, donde se celebra la resurrección de Jesús. Los cristianos ven en la Pascua judía una prefiguración del sacrificio de Cristo, quien, al morir en la cruz, se convierte en el Cordero pascual que ofrece salvación a toda la humanidad. Esta conexión resalta la universalidad del mensaje de liberación y redención, y muchos cristianos celebran la Pascua en la misma época, aunque con un enfoque diferente.
Las tradiciones de la Pascua varían no solo entre judíos y cristianos, sino también dentro de las propias comunidades judías. Por ejemplo, los sefardíes (judíos de origen español y portugués) suelen tener un Seder más elaborado, con una diversidad de platos que reflejan su herencia cultural. En contraste, los ashkenazíes (judíos de Europa del Este) tienden a seguir un Seder más simple, centrado en los elementos esenciales. Estas diferencias en la celebración reflejan la rica diversidad dentro de la cultura judía.
En algunas comunidades, la Pascua se ha convertido en un momento de renovación espiritual. Las oraciones y reflexiones durante esta festividad invitan a los individuos a considerar su propia relación con Dios y su compromiso con la libertad y la justicia. La celebración de la Pascua no solo se trata de recordar el pasado, sino también de mirar hacia el futuro y trabajar por un mundo donde todos puedan experimentar la libertad y la dignidad.
Es importante destacar que la Pascua no se limita solo a una celebración religiosa; también es un momento de conexión familiar y comunitaria. Las familias se reúnen para compartir comidas y recordar la historia, creando un sentido de unidad y pertenencia. Esta dimensión social de la Pascua es fundamental, ya que refuerza los lazos familiares y comunitarios, promoviendo un sentido de identidad compartida.
Además, la Pascua invita a la reflexión personal. Los participantes suelen tomarse un tiempo para pensar en las áreas de sus vidas donde necesitan liberación, ya sea de hábitos destructivos, relaciones tóxicas o situaciones de opresión. Este enfoque introspectivo permite a las personas considerar cómo pueden aplicar el mensaje de la Pascua a su vida diaria y cómo pueden contribuir a la liberación de otros.
En un mundo contemporáneo donde la desigualdad y la injusticia son aún prevalentes, la Pascua se convierte en un llamado a la acción. Las comunidades judías y cristianas han utilizado esta festividad para abogar por los derechos humanos y la dignidad de todas las personas. La conexión entre la liberación de Egipto y la lucha por la justicia social resuena en la vida de muchos, inspirando a las personas a ser agentes de cambio en sus comunidades.
La Pascua también presenta oportunidades para el diálogo interreligioso. Las similitudes entre la celebración de la Pascua judía y la Pascua cristiana ofrecen un terreno común para que judíos y cristianos se reúnan y compartan sus historias de fe. Este diálogo puede fomentar la comprensión y el respeto mutuo, contribuyendo a construir puentes entre comunidades.
En conclusión, la Pascua es una celebración rica en significado y tradición, que marca la liberación del pueblo de Israel y ofrece un mensaje atemporal de esperanza y redención. A través de sus rituales y costumbres, la Pascua invita a las personas a recordar su historia, reflexionar sobre su fe y trabajar por la libertad y la justicia en el mundo. Ya sea a través de la cena del Seder, la transmisión de la historia a las nuevas generaciones o la conexión con la lucha contemporánea por la justicia, la Pascua sigue siendo una fuente de inspiración y renovación para millones de personas en todo el mundo.
La celebración de la Pascua es más que un evento anual; es una oportunidad para profundizar en la fe, fortalecer los lazos familiares y comunitarios y comprometerse con un mundo mejor. Al recordar la liberación del pasado, los participantes son llamados a vivir en la libertad que Dios ofrece, a ser agentes de cambio y a compartir el mensaje de esperanza con aquellos que aún viven en la opresión.
Así, a través de la Pascua, se nos recuerda que la liberación no es solo un evento histórico, sino una realidad que debe ser vivida y compartida. La historia del Éxodo y la celebración de la Pascua son un testimonio del poder de Dios para liberar y transformar vidas, y un llamado a todos a participar en la misión de traer esperanza y justicia al mundo.
La Pascua es un momento para celebrar la vida y la libertad, un recordatorio de que cada año, cuando las familias se reúnen alrededor de la mesa del Seder, están compartiendo no solo una comida, sino una historia de esperanza y redención que trasciende generaciones. Las tradiciones que rodean la Pascua, desde la lectura de los textos sagrados hasta la preparación de los alimentos, son expresiones de una identidad cultural rica y profunda que ha sido preservada a lo largo de los siglos.
En cada rincón del mundo, las comunidades judías se reúnen para celebrar la Pascua, cada una aportando sus propias costumbres y tradiciones a la festividad. Ya sea en una pequeña casa en una ciudad o en una gran sinagoga, el espíritu de la Pascua se siente con fuerza. Las familias se preparan durante semanas, limpiando sus hogares de levadura y organizando sus mesas para la cena ritual. Este proceso de preparación es en sí mismo una oportunidad de reflexión y renovación, un momento para recordar la importancia de la libertad y la justicia.
En muchas comunidades, la Pascua se ha convertido en un momento para el activismo social. Las organizaciones judías han utilizado la festividad para abogar por los derechos de los inmigrantes, los refugiados y aquellos que viven en situaciones de opresión. La conexión entre la historia de la liberación de Egipto y las luchas contemporáneas por la justicia social se hace evidente, y la Pascua se convierte en una plataforma para alzar la voz en favor de los que no tienen voz.
La Pascua es también un momento de esperanza. En un mundo donde la violencia, la injusticia y la opresión son una realidad diaria para muchos, la celebración de la liberación del pueblo de Israel se convierte en un recordatorio de que el cambio es posible. La fe en un futuro mejor, donde todos puedan vivir en libertad y dignidad, es un mensaje que resuena profundamente en el corazón de la celebración.
Finalmente, la Pascua es un llamado a la unidad. En tiempos de división y conflicto, la celebración de la Pascua invita a las personas a unirse en torno a principios compartidos de libertad, justicia y amor. Las comunidades judías y cristianas, al conmemorar esta festividad, tienen la oportunidad de construir puentes y fomentar el entendimiento mutuo. La historia de la Pascua es una historia que puede unir a las personas, recordándoles que todos compartimos un deseo común de vivir en paz y armonía.
En resumen, la Pascua es una celebración que trasciende el tiempo y el espacio, un evento lleno de significado que invita a la reflexión, la acción y la esperanza. A través de sus tradiciones y rituales, la Pascua recuerda a los participantes su historia, su identidad y su compromiso con la justicia y la libertad. Es un momento para recordar que la lucha por la liberación no ha terminado, y que todos tenemos un papel que desempeñar en la búsqueda de un mundo mejor.
Así, la celebración de la Pascua es un testimonio de la fe, la comunidad y la esperanza que perdura a través de las generaciones. En este sentido, la Pascua no es solo un evento del pasado, sino una realidad viva que sigue inspirando a millones de personas en su búsqueda de libertad y justicia. Que esta festividad siga siendo un recordatorio de la importancia de la historia, la identidad y el compromiso con un futuro más justo y equitativo para todos.
4 comentarios:
el simbolismo del AT cumplido en el NT...las promesas del Señor son eternas...sus palabras son eternas...Muy buena reseña y aplicación de La Palabra
Muy bonita ensenanza
Muchas gracias por tyus comentarios. Dios te bendiga...
Muchas gracias. Dios te bendiga. Con aprecio. Pastor Edwin!
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