BOSQUEJO
Tema: el temor a la muerte. Titulo: Yo soy el alfa y la omega. Texto: Apocalipsis 22: 12 - 16. Autor: Pastor Edwin Guillermo Núñez Ruíz
Introducción:
A. La primera gran doctrina que se trata en la conclusión del libro de Apocalipsis tiene que ver con la Biblia. La segunda gran doctrina de la que se nos hablara en esta conclusión es sobre Jesús mismo.
B. Sobre el se nos recuerda:
I. SU ADVENIMIENTO (ver. 12, 21).
A. Cuatro veces se menciona la segunda venida de Jesús en esta conclusión (ver. 7, 12, 21). El regreso del Señor se dara en dos etapas la primera sera el rapto de la iglesia y la segunda su regreso propiamente dicho.
B. Apocalipsis 22:20 . Todo hijo de Dios que ama al Señor y cree en la Biblia está ansioso por dejar este mundo en el Rapto.
II. SUS RETRIBUCIONES (ver. 11 - 12, 14 - 15).
A. Según el versículo 12 , el regreso de Jesús será una bendición mixta. Él va a recompensar a cada uno según " sus obras ". Es decir, aquellos que lo han recibido como su Salvador disfrutarán de un tiempo de bendición cuando Él regrese. Los recompensará por sus obras y los bendecirá por su servicio. Muchos santos fieles de Dios le oirán decir: “ Bien, buen siervo y fiel; sobre poco has sido fiel, sobre mucho te pondré: entra en el gozo de tu Señor.
B. Él pronuncia una bendición sobre aquellos que obedecen el Evangelio en el versículo 14. Ellos son bienaventurados, notemos que es la segunda bienaventuranza en esta conclusión.
C. Por el contrario, se pronuncia una maldición sobre aquellos que rechazan el Evangelio en el versículo 15, ello serán excluidos de la salvación. De nuevo, tenemos un listado de quienes no entraran al cielo, de nuevo también un énfasis en el pecado de la mentira como ya lo había hecho también en los listados anteriores (ver. 21: 8; 21: 27).
D. La pregunta que deberíamos considerar hoy es la siguiente: ¿dónde estaríamos si Jesús regresara hoy? ¿Estamos a salvo? ¿Estamos listo para conocerlo? ¿Ha sido nuestra alma preparada para el cielo por la sangre del Cordero? ¿Está nuestro nombre en el libro de la vida del Cordero?
III. SU AUTORIDAD (ver. 13, 16).
A. En estos dos versículos, Jesús declara su habilidad para hacer estas declaraciones y hacerlas realidad. Nos recuerda que estaba aquí cuando todo comenzó y que todavía estará aquí cuando todo termine, v.13 .
B. Analogo a esto en el verso 16 se nos dice que Él es la "raíz" de David. Es decir, es el antepasado de David. A su vez, es la "descendencia" de David. Es descendiente de David. ¡Jesús es la máxima autoridad! Él fundó el trono y ocupará el trono.
C. Él es la "estrella brillante de la mañana". Ser llamado " estrella " en esa cultura quería decir ser "elevado". La "estrella de la mañana" señaló el advenimiento de un nuevo día.
D. Jesús puede hacer las promesas que hizo porque tiene el poder y la autoridad para que se cumplan ¡Él viene y gobernará y reinará con justicia y poder algún día!
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VERSION LARGA
YO SOY EL ALFA Y LA OMEGA
El temor a la muerte es una de las experiencias más universales que enfrenta la humanidad. Desde el inicio de los tiempos, los seres humanos han reflexionado sobre su propia mortalidad, buscando respuestas a lo que sucede después de la vida. La muerte, como fenómeno inevitable, genera una variedad de emociones, desde el miedo y la ansiedad hasta la aceptación y la paz. Sin embargo, para aquellos que han encontrado su fe en Cristo, este temor puede transformarse en esperanza. La Escritura, y en particular el libro de Apocalipsis, nos ofrece una visión que puede cambiar nuestra perspectiva sobre la muerte y lo que sigue. En Apocalipsis 22:12-16, encontramos una poderosa afirmación de la autoridad de Cristo y la promesa de su regreso, que son fundamentales para entender cómo podemos enfrentar el miedo a la muerte.
El pasaje comienza con una declaración rotunda de Jesús: "Yo soy el alfa y la omega, el principio y el fin". Esta afirmación no solo define su naturaleza divina, sino que también establece su soberanía sobre toda la creación. Al referirse a sí mismo como el "alfa y la omega", Jesús nos recuerda que Él es el inicio y el final de todas las cosas. Esta declaración es especialmente reconfortante cuando consideramos nuestra propia mortalidad. Saber que hay un Ser supremo que está por encima de la vida y de la muerte nos ofrece una perspectiva de propósito y significado. La vida no es simplemente una serie de eventos aleatorios, sino una historia escrita por un autor divino que tiene un plan para cada uno de nosotros.
Uno de los aspectos más significativos de este pasaje es la promesa del regreso de Jesús. En varios versículos de la conclusión del libro de Apocalipsis, se menciona su segunda venida. Este regreso se describe como un evento que traerá consigo retribuciones, tanto para los fieles como para aquellos que han rechazado el mensaje del Evangelio. Jesús promete recompensar a cada uno según sus obras, lo que implica que nuestras acciones en esta vida tienen un impacto eterno. Esta verdad puede ser un poderoso antídoto contra el temor a la muerte. Si nuestras vidas están alineadas con la voluntad de Dios y vivimos con fe y obediencia, podemos enfrentar la muerte con la certeza de que hemos sido llamados a un futuro glorioso.
La idea de que habrá retribuciones en el regreso de Cristo es un tema recurrente en la Escritura. Para los creyentes, este es un motivo de alegría y anticipación. El pasaje menciona que aquellos que han sido fieles recibirán bendiciones, y se les dará la bienvenida en el gozo del Señor. La imagen de ser reconocidos y recompensados por el Creador es una fuente de esperanza que nos anima a seguir adelante, incluso en momentos de dificultad y sufrimiento. Vivir con esta expectativa nos libera del temor, ya que sabemos que la muerte no es el final, sino una transición hacia una vida plena en la presencia de Dios.
En contraste, el pasaje también advierte sobre las consecuencias de rechazar el Evangelio. Se menciona que aquellos que no obedecen el mensaje de Cristo serán excluidos del Reino de los Cielos. Esta advertencia es un recordatorio serio de que nuestras decisiones en esta vida tienen un impacto eterno. La realidad del juicio y la separación de aquellos que eligen vivir en desobediencia debe llevarnos a reflexionar sobre nuestra propia fe y compromiso. La pregunta que surge es: ¿estamos preparados para el regreso de Cristo? Esta interrogante nos invita a examinar nuestras vidas y asegurarnos de que estamos viviendo de acuerdo con la verdad del Evangelio.
La preparación para el regreso de Jesús implica más que simplemente conocer la doctrina; requiere una relación personal con Él. Es fundamental que nuestro nombre esté inscrito en el libro de la vida del Cordero. Esto se refiere a la certeza de nuestra salvación y nuestra aceptación en la familia de Dios. Para aquellos que han creído en Jesús, su muerte y resurrección son el fundamento de nuestra fe. La sangre del Cordero nos ha limpiado de nuestros pecados, y por eso podemos enfrentar la muerte sin temor. La muerte ha sido vencida por Cristo, y la resurrección es nuestra esperanza.
Al reflexionar sobre la autoridad de Cristo, encontramos consuelo en su poder y soberanía. No solo es el "alfa y la omega", sino también la "raíz" y la "descendencia" de David. Este título indica que Él es tanto el autor como el cumplidor de las promesas que Dios hizo a su pueblo. En un mundo lleno de incertidumbre, saber que Jesús tiene el control de todas las cosas nos da paz. La muerte, aunque temida, es simplemente el paso hacia un nuevo comienzo en su presencia. El poder de Jesús para cumplir sus promesas es un recordatorio de que nuestros temores pueden ser entregados a Él, quien cuida de nosotros en cada etapa de nuestras vidas.
La imagen de Jesús como la "estrella brillante de la mañana" es otra metáfora poderosa. En la cultura de la época, la estrella de la mañana simbolizaba la llegada de un nuevo día, la esperanza de un nuevo comienzo. Para los creyentes, esto significa que la muerte no es el final de nuestra existencia, sino una transición hacia un día glorioso en la eternidad. Esta esperanza nos permite vivir con valentía, sabiendo que el futuro está en las manos de nuestro Salvador. La muerte ya no es vista como un enemigo, sino como un paso hacia la vida eterna en su presencia.
En conclusión, el temor a la muerte puede ser transformado en esperanza al reconocer la promesa del regreso de Jesús. Su venida trae retribuciones, donde los fieles recibirán recompensas por sus obras. La clave para enfrentar el temor a la muerte radica en nuestra relación con Cristo y en la seguridad de que nuestra salvación está asegurada. Vivir de manera fiel, obedecer el Evangelio y asegurarnos de que nuestro nombre esté en el libro de la vida son pasos esenciales para estar preparados. La certeza de la salvación y la expectativa de un futuro con Cristo pueden ofrecer consuelo ante el temor a la muerte.
Es importante recordar que la vida es un regalo precioso y cada día es una oportunidad para acercarnos más a nuestro Creador. Al fortalecer nuestra fe y vivir conforme a su palabra, nos aseguramos de que nuestro temor a la muerte sea reemplazado por una profunda esperanza en la vida eterna. La invitación es clara: acerquémonos a Cristo, asegurémonos de que nuestros corazones estén alineados con su voluntad y confiemos en su promesa de que, al final, la vida eterna nos espera en su presencia. En este viaje de fe, encontramos la verdadera paz que solo Él puede ofrecer. La muerte, en última instancia, no es un final, sino una puerta a una nueva vida en la eternidad.
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