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BOSQUEJO (versión corta)
Tema: Jueces. Título: Los 300 de Gedeón. Texto: Jueces 7: 1 – 8. Autor: Pastor Edwin Guillermo Núñez Ruiz.
Introducción:
A. Después de su llamado Gedeón va a enfrentar otro desafío esta vez mucho más grande. Gedeón tenía un plan, debía enfrentar un ejército numeroso (Ver 12), seguramente para él su plan era un muy buen plan. Pero ahora van a descubrir que Dios tenía un plan mucho mejor, seguramente extraño para él pero mucho mejor.
B. El plan de Dios consistía en no ir a la guerra con tanta gente para que toda la gloria de la victoria fuera de Él y no del ejército (Ver 2), entonces cierne al ejército y con ello nos muestra con quien no ir a la guerra.
I. NO CON LOS TEMEROSOS (Ver 3).
A. Lo primero que Dios hace es dar vía libre a los temerosos. Quien tuviera miedo de pelear podía madrugar e irse. El ejército era de 22.000 hombres, aquel día yéndose 12.000 hombres solo quedaron 10.000 de ellos.
B. La pregunta es ¿por qué hacer esto? (Deuteronomio 20:8)
1. El miedo es contagioso.
2. El miedo desanima.
3. El miedo impide el mover de Dios.
C. En cualquier guerra que deba pelear (familiar, ministerial, espiritual, económica), asegúrese de rodearse de personas que aunque teman, estén dispuestas a superar este temor.
II. NO CON LOS NEGLIGENTES (Ver 4 – 6).
A. Aun así Dios opina que son muchos, son demasiados y aun cierne más al ejército. La prueba, consiste, esta vez, en llevarlos a tomar agua y de los 10.000 aquellos que se arrodillaran a tomar agua serian relegados del ejército. Pues bien, 9.700 de esos hombres
B. ¿Por qué ellos? Pensemos en qué tipo de soldados pueden ser aquellos que en tiempo de guerra descuidan de tal modo su guardia que se arrodillan hasta poner su cara en el agua para tomar agua. Estos son soldados que no permanecen vigilantes, que bajan la guardia, que descuidan sus armas.
C. En cualquier guerra que deba pelear asegúrese de no rodearse de personas negligentes y perezosas:
1. La negligencia es contagiosa.
2. La negligencia desea “el mínimo esfuerzo”, esa es su ley. Por ello perderá muchas batallas.
III. SI CON LOS VIGILANTES (Ver 7 – 8).
A. 300 de esos hombres tomaron agua en sus manos y permanecieron de pie mientras bebían. Demostrando así no solo su fe (no se devolvieron en la primera prueba), sino también su espíritu combativo y vigilante. Por ello permanecieron en el ejército.
B. Asi es como llegamos a la conclusión que a las batallas del Señor debemos llevar con nosotros dos tipos de personas: aquellas que tiene una fe firme y aquellas que mantienen un espíritu combativo.
Conclusiones:
En la historia de Gedeón, se evidencia que Dios prefiere un ejército pequeño pero valiente y vigilante. Al seleccionar a los 300 hombres, enseña la importancia de rodearse de personas con fe y un espíritu combativo. La victoria no depende de la cantidad, sino de la disposición y el compromiso. Al enfrentar nuestras batallas, es crucial contar con aliados que reflejen estas cualidades.
Los 300 de Gedeón - Jueces 7: 1 – 8. Pastor Edwin Guillermo Núñez Ruiz.
Introducción:
A. Después de su llamado, Gedeón enfrenta otro desafío, esta vez mucho mayor. Gedeón tenía un plan para enfrentar a un ejército numeroso (Ver 12). Para él, su plan era muy bueno, pero ahora descubrirá que Dios tenía un plan mucho mejor, aunque a primera vista pareciera extraño para Gedeón.
B. El plan de Dios consistía en no ir a la guerra con tanta gente para que toda la gloria de la victoria fuera de Él y no del ejército (Ver 2). Entonces, Dios reduce el ejército, mostrándonos con quién no ir a la guerra.
I. NO CON LOS TEMEROSOS (Ver 3)
A. Lo primero que Dios hace es dar vía libre a los temerosos. Quien tuviera miedo de pelear podía irse. El ejército era de 32.000 hombres; ese día, yéndose 22.000 hombres, solo quedaron 10.000 de ellos.
B. La pregunta es, ¿por qué hacer esto? (Deuteronomio 20:8)
1. El miedo es contagioso.
2. El miedo desanima.
3. El miedo impide el mover de Dios.
C. En cualquier guerra que deba pelear (familiar, ministerial, espiritual, económica), asegúrese de rodearse de personas que, aunque teman, estén dispuestas a superar este temor.
Ejemplos y Aplicaciones Prácticas:
- En la vida familiar, rodearse de personas que a pesar de sus miedos, buscan la unidad y el bienestar.
- En el ministerio, colaborar con aquellos que enfrentan sus temores por amor a la obra de Dios.
- En lo espiritual, buscar compañeros de oración que confíen en la intervención divina.
- En lo económico, asociarse con personas dispuestas a tomar riesgos calculados en fe.
II. NO CON LOS NEGLIGENTES (Ver 4 – 6)
A. Aun así, Dios opina que son muchos y continúa reduciendo el ejército. La prueba consiste, esta vez, en llevarlos a tomar agua. De los 10.000, aquellos que se arrodillaran a tomar agua serían relegados del ejército. Pues bien, 9.700 de esos hombres fueron descalificados.
B. ¿Por qué ellos? Pensemos en qué tipo de soldados pueden ser aquellos que, en tiempo de guerra, descuidan de tal modo su guardia que se arrodillan hasta poner su cara en el agua para beber. Estos son soldados que no permanecen vigilantes, que bajan la guardia y descuidan sus armas.
C. En cualquier guerra que deba pelear, asegúrese de no rodearse de personas negligentes y perezosas:
1. La negligencia es contagiosa.
2. La negligencia desea “el mínimo esfuerzo”; esa es su ley. Por ello, perderá muchas batallas.
Ejemplos y Aplicaciones Prácticas:
- En el ámbito familiar, evita confiar tareas cruciales a miembros que no demuestran responsabilidad.
- En el ministerio, asigna funciones a quienes muestran diligencia y compromiso.
- En lo espiritual, busca mentores y amigos que sean constantes en su fe y práctica espiritual.
- En lo económico, trabaja con socios que sean proactivos y confiables.
III. SÍ CON LOS VIGILANTES (Ver 7 – 8)
A. 300 de esos hombres tomaron agua en sus manos y permanecieron de pie mientras bebían, demostrando no solo su fe (no se devolvieron en la primera prueba), sino también su espíritu combativo y vigilante. Por ello, permanecieron en el ejército.
B. Así es como llegamos a la conclusión de que a las batallas del Señor debemos llevar con nosotros dos tipos de personas: aquellas que tienen una fe firme y aquellas que mantienen un espíritu combativo
Ejemplos y Aplicaciones Prácticas:
- En la vida familiar, valora a los miembros que se mantienen firmes y vigilantes ante las dificultades.
- En el ministerio, reconoce y apoya a los líderes que demuestran fe y vigilancia constante.
- En lo espiritual, asóciate con creyentes que viven una fe activa y vigilante.
- En lo económico, forma equipo con personas que demuestran una fuerte ética de trabajo y perseverancia.
Conclusiones:
En la historia de Gedeón, se evidencia que Dios prefiere un ejército pequeño pero valiente y vigilante. Al seleccionar a los 300 hombres, enseña la importancia de rodearse de personas con fe y un espíritu combativo. La victoria no depende de la cantidad, sino de la disposición y el compromiso. Al enfrentar nuestras batallas, es crucial contar con aliados que reflejen estas cualidades.
Reflexiones Finales y Llamado a la Acción:
1. Evaluar nuestras alianzas: Reflexiona sobre las personas que te rodean en tus batallas diarias. ¿Estás rodeado de temerosos y negligentes, o de valientes y vigilantes? Toma decisiones conscientes sobre con quiénes eliges enfrentar tus desafíos.
2. Fortalecer nuestra fe: Busca activamente fortalecer tu fe y espíritu combativo a través de la oración, el estudio de la Palabra y la comunión con otros creyentes.
3. Ser un ejemplo: Esfuérzate por ser la persona vigilante y de fe firme que otros necesitan en sus batallas. Tu ejemplo puede inspirar a otros a confiar en Dios y a mantenerse firmes en medio de las pruebas.
4. Confiar en el plan de Dios: Reconoce que los planes de Dios, aunque a veces parecen extraños o contrarios a nuestra lógica, siempre son perfectos. Su poder se perfecciona en nuestra debilidad, y Su gloria se manifiesta en nuestras victorias.
Al seguir el ejemplo de Gedeón y su ejército, recordemos que la clave para la victoria no está en la cantidad, sino en la calidad y disposición de aquellos que luchan junto a nosotros. ¡Que seamos siempre parte del "ejército de 300" de Dios, valientes y vigilantes en cada batalla que enfrentemos! ¡Amén
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