Tema: La
muerte de Jesús. Título: El
poder de la sangre de Jesús. Texto:
Romanos 3: 23 – 24.
Autor:
Pastor Edwin Guillermo Núñez Ruiz
Introducción:
A. Mucha gente se pregunta: ¿Cómo puedo estar en paz con Dios? ¿Cómo
puedo estar en la correcta relación con Dios? Las religiones por lo general le
dirán que para estar bien con Dios usted debe hacer algo. Por ejemplo, La
religión tradicional responde a esas preguntas diciéndole que usted debe hacer
procesiones, prende velas, asistir a oficios religiosos, recibir sacramentos,
rezar etc; los judíos de la época de Pablo decían que la manera de hacer esto
era guardando la ley de Moisés.
B. En este punto encontramos la gran diferencia entre el cristianismo
y los sistemas religiosos. En los demás sistemas religiosos usted siempre tiene
que hacer algo para estar en paz con Dios, en el Cristianismo básicamente usted
no debe hacer nada, a esto le llamamos gracia (EL AMOR, LA BONDAD, LA
MISERICORDIA INMERECIDA DE DIOS), esto
le llamamos salvación por la fe.
C. Para explicarnos esto el Apóstol Pablo nos deja tres comparaciones:
I. SACRIFICIO.
A. Esta comparación es usada en la palabra PROPICIACION.
B. Dado que el ser humano está bajo la ira de Dios (Juan 3:36), es
descrito como un hijo de ira (Efesios 2:3), dado que no había manera en que
pudiéramos pagar por nuestros pecados se hace necesaria la propiciación.
C. La propiciación quiere decir literalmente aplacar, hacer propicio y
en términos prácticos es quitar la ira
por medio de una ofrenda. El termino también alude a la tapa que cubría el arca
del pacto, allí una vez al año, en el día del perdón, el sumo sacerdote rociaba
la sangre de un ternero y un chivo, obteniendo así el perdón de los pecados
suyos y de todo el pueblo.
La idea es que de la misma manera como ese artefacto era el lugar
donde Dios trataba con el pecado del pueblo; ahora, Cristo es la persona en
donde Dios definitivamente trata con el pecado de su pueblo, aplacando, entre
otras cosas, la ira de Dios.
D. Este beneficio también se obtiene al ejercer fe en el sacrificio de
Cristo.
II. LA ESCLAVITUD.
A. Esta comparación es utilizada en la palabra REDENCION.
B. Además de pecador incorregible, la Biblia también ve al ser humano
como un esclavo este es esclavo de Satanás (Efesios 2:2) y del pecado (Juan 8: 34). Asi
las cosas entonces la redención es necesaria.
B. Que es REDENCION:
1. La palabra REDENCION significa rescate y liberación por pago.
2. Describe el acto de haber sido redimidos del poder de Satanás, del
pecado, de la muerte y aun de la misma ley de Moisés a través del sacrificio de
Cristo quien pago por ella.
El precio de este rescate fue Cristo mismo (1 Tim 2:6; Tit 2:14) y
específicamente su sangre (Efe_1:7; Efe_2:13; Col_1:20; Heb_9:12). Al ser
pagado el precio ahora pertenecemos a Cristo, es otra posición y otra realidad,
antes éramos esclavos de Satanás y del Pecado – como ya lo habíamos anotado
- pero ahora al ser redimidos venimos a
ser propiedad de Cristo y esclavos suyos (Apc 5: 9 – 10).
C. Dicha redención también se obtiene también por la fe en el
sacrificio de Cristo.
III. EL TRIBUNAL.
A. Esta comparación es utilizada en la palabra JUSTIFICACION.
B. Para comprender la importancia de esta es necesario saber que la
antropología Bíblica del hombre es muy pesimista, el ser humano es visto como
un pecador y como tal destituido de la gloria de Dios (Ver 23), de la misma manera se nos dice que el pecador
es acusado por la ley (Galatas 3: 10- 14), por Satanás (Ap 12: 10 – 11) y Por
su conciencia (1 Juan 3:20). Aquí es donde entra en juego la justificación.
C. Que es justificación:
1. Justificar es el acto a través del cual un pecador es declarado y
tratado como un inocente por Dios.
2. Justificación es el acto soberano de Dios a través del cual el
declara justo, inocente y santo al pecador que ha creído a pesar de que
continúa en un estado pecaminoso.
D. La justificación es posible gracias a la muerte de Jesús (Rom 5:9),
se da por la pura gracia de Dios (Tito 3:7), para recibirla solo hay que tener
fe (Romanos 4:5; 5:1; Galatas 2:16) es decir, para recibirla no hay que hacer
nada que corresponde a las obras de la ley, el pecador únicamente tiene que
creer que la tiene gracias al sacrificio de Cristo y la bondad inmerecida de
Dios.
E. Surge la pregunta obvia: ¿perseveremos en el pecado para que la
gracia abunde? ¡En ninguna manera!
Conclusiones:
La muerte de Jesús es fundamental para entender la gracia divina. A través de su sacrificio, somos liberados de la esclavitud del pecado, reconciliados con Dios y justificados ante Su presencia. Esto no se logra por nuestras obras, sino mediante la fe en Su sangre. Reflexionar sobre este sacrificio nos lleva a adorar y valorar el amor inmerecido que hemos recibido, recordando que nuestra relación con Dios se basa en Su gracia y no en nuestros méritos.
AUDIO
VERSIÓN LARGA
El poder de la sangre de Jesús
Romanos 3: 23–24
Introducción
La muerte de Jesús en la cruz es el evento central del cristianismo, una verdad que trasciende culturas, épocas y contextos. Pero, a pesar de su importancia, muchas personas aún se preguntan: ¿Cómo puedo estar en paz con Dios? o ¿Qué debo hacer para estar en la correcta relación con Él?. La respuesta a estas preguntas varía según la religión o ideología. Las religiones tradicionales suelen decir que debes hacer algo: realizar procesiones, encender velas, asistir a rituales, recibir sacramentos o rezar. Incluso, en la época de Pablo, los judíos afirmaban que la única forma de estar en paz con Dios era guardar la ley de Moisés.
Sin embargo, aquí es donde el cristianismo presenta una diferencia radical. Mientras que los sistemas religiosos están basados en méritos humanos, el cristianismo enseña que no hay nada que debamos hacer para ganarnos el favor de Dios. Este regalo se llama gracia: el amor inmerecido, la bondad que no podemos ganar y la misericordia que no merecemos. En Cristo, somos salvos no por nuestras obras, sino por la fe.
Para explicar esta verdad, el apóstol Pablo utiliza tres comparaciones poderosas: el sacrificio, la esclavitud y el tribunal. Estas imágenes nos ayudan a comprender la profundidad del impacto de la muerte de Jesús.
I. El Sacrificio: PROPICIACIÓN
A. ¿Qué significa propiciación?
La propiciación es un concepto que describe cómo se quita la ira de Dios mediante una ofrenda. Según Juan 3:36, todos estamos bajo la ira de Dios debido a nuestro pecado. Somos descritos como "hijos de ira" en Efesios 2:3, incapaces de pagar nuestra deuda espiritual. Por lo tanto, se necesitaba un sacrificio para apaciguar esa ira divina. En el Antiguo Testamento, el Día de la Expiación simbolizaba esta realidad: el sumo sacerdote rociaba sangre sobre el "propiciatorio" (la tapa del arca del pacto) para obtener el perdón de los pecados del pueblo.
De manera similar, Jesús es el sacrificio perfecto que quita la ira de Dios. Su sangre derramada en la cruz cumple lo que los sacrificios del Antiguo Testamento solo simbolizaban. En Él, encontramos reconciliación y perdón.
B. La importancia de la fe en el sacrificio
Para recibir este beneficio, debemos creer en el sacrificio de Cristo. No basta con conocer esta verdad; debemos confiar en ella. Su sangre no solo apaciguó la ira de Dios, sino que abrió el camino para que tengamos comunión con Él. La cruz es donde la justicia de Dios y Su misericordia se encuentran.
C. Reflexión práctica
El sacrificio de Cristo nos invita a vivir con gratitud. Reconocer que no podemos ganar la salvación por nuestras obras debería llenarnos de humildad y adoración. ¿Qué tan consciente eres de lo que costó tu perdón?
II. La Esclavitud: REDENCIÓN
A. El ser humano como esclavo
Además de ser pecadores, la Biblia describe a los seres humanos como esclavos. Somos esclavos del pecado (Juan 8:34) y de Satanás (Efesios 2:2). La esclavitud espiritual significa estar atrapado en una condición de la que no podemos liberarnos por nosotros mismos. Por ello, se hacía necesaria la redención.
B. ¿Qué es redención?
La redención implica un rescate y una liberación por pago. En el contexto bíblico, significa que Jesús nos compró con Su sangre, pagando el precio que nosotros no podíamos pagar. Fuimos redimidos del poder de Satanás, del pecado, de la muerte y de la ley de Moisés. Este rescate no fue barato; el precio fue la vida de Cristo (1 Timoteo 2:6; Tito 2:14).
El sacrificio de Jesús nos cambia de posición. Antes éramos esclavos del pecado y propiedad de Satanás; ahora pertenecemos a Cristo. Como dice Apocalipsis 5:9-10, somos redimidos para Dios y hechos reyes y sacerdotes para Él.
C. La sangre de Cristo como precio de redención
El apóstol Pablo enfatiza que la sangre de Jesús es central en nuestra redención (Efesios 1:7; Colosenses 1:20; Hebreos 9:12). Sin derramamiento de sangre, no hay remisión de pecados. Al creer en el sacrificio de Cristo, experimentamos la liberación de nuestra antigua esclavitud.
D. Reflexión práctica
Ahora que somos redimidos, nuestra vida debe reflejar nuestra nueva realidad. ¿Vives como alguien que pertenece a Cristo, o sigues actuando como si fueras esclavo del pecado? La redención nos llama a vivir en libertad, obediencia y gratitud hacia Dios.
III. El Tribunal: JUSTIFICACIÓN
A. El juicio del hombre pecador
La Biblia presenta una imagen sombría del ser humano: somos pecadores (Romanos 3:23), destituidos de la gloria de Dios y condenados por la ley, Satanás y nuestra propia conciencia. En este tribunal celestial, no hay manera de defendernos; la justicia divina exige castigo por el pecado.
B. ¿Qué es justificación?
La justificación es un acto legal en el que Dios declara justo al pecador que cree en Cristo. No es que el pecador deje de ser pecador, sino que es tratado como inocente gracias a la obra de Jesús. Es un regalo que no merecemos, pero que recibimos por gracia (Tito 3:7).
C. Justificación por gracia y fe
Romanos 5:9 explica que somos justificados por la sangre de Jesús. Esto no depende de nuestras obras, sino únicamente de nuestra fe en Su sacrificio. No podemos ganar la justificación por nuestros méritos; es un regalo inmerecido.
D. ¿Perseveraremos en el pecado?
Algunos podrían malinterpretar esta verdad y pensar que, dado que la justificación es por gracia, podemos seguir pecando. Sin embargo, Pablo responde enfáticamente: "¡En ninguna manera!". La gracia nos lleva a una vida transformada, no a un abuso del perdón divino.
E. Reflexión práctica
Saber que somos justificados debería llenarnos de paz y gozo. No hay condenación para quienes están en Cristo (Romanos 8:1). ¿Vives como alguien que ha sido declarado justo, o sigues cargando culpas que Jesús ya pagó?
Conclusión: El impacto de la muerte de Jesús
La muerte de Jesús es el fundamento de nuestra fe y la demostración más poderosa del amor de Dios. A través de Su sacrificio, hemos sido reconciliados con Dios, liberados de la esclavitud del pecado y justificados ante Su tribunal. Estas tres verdades —propiciación, redención y justificación— nos muestran cuán completo y perfecto es el plan de salvación.
Al reflexionar sobre la cruz, debemos recordar que no hay mérito humano que pueda compararse con la obra de Cristo. Nuestra relación con Dios se basa únicamente en Su gracia. Esto nos lleva a vivir con humildad, gratitud y obediencia.
Preguntas para meditar:
1. ¿Estás viviendo como alguien que ha sido redimido, o sigues atado a las cadenas del pecado?
2. ¿Tu fe está completamente en el sacrificio de Cristo, o sigues tratando de ganar el favor de Dios con tus obras?
3. ¿Cómo puedes compartir esta verdad con otros que aún no han experimentado el poder de la sangre de Jesús?
En última instancia, la muerte de Jesús nos llama a adorar a Aquel que dio Su vida por nosotros. Que esta verdad transforme nuestro corazón y nos impulse a vivir para Su gloria.
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