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Tema:
Números.
Título:
¿Cómo peregrinar en el desierto?
Texto:
Números 21: 9 – 35.
Autor:
Pastor Edwin Guillermo Núñez Ruiz.
Introducción:
A. Lo que tenemos delante de nosotros hoy es un texto donde se nos
resume parte del Peregrinaje de Israel en el desierto y en donde se nos da
también algunas acciones de los mismos en su recorrido, hemos dicho que se
peregrinaje es como nuestro andar en esta tierra, este es nuestro desierto
hasta que lleguemos a la tierra prometida, el cielo; hoy miraremos estas acciones
para aprender de ellos como se anda en el desierto.
B. Para peregrinar es necesario:
I. PARTIR.
A. Encontramos este verbo varias veces en el texto, en los versos 10 –
13 encontramos 4 veces la palabra.
B. Aprendemos que para peregrinar es necesario andar, caminar,
moverse, la vida cristiana no puede ser estática, necesitamos ser personas de
acción que practican lo aprendido, que trabajan para Dios, que evangelizan, que
oran, que ayunan, en fin, que viven su vida cristiana.
II. ACAMPAR.
A. Encontramos también este verbo cuatro veces en los versículos 10 –
13.
B. Se requiere también descansar, todo no puede ser actividad, todo no
puede ser trabajo, si es así nos vamos a agotar, fuimos diseñados también para
descansar, por ello el sábado en el A.T., por ello Jesús mismo nos daba ejemplo
guardando el sábado, y buscando descansar con los discípulos (Marcos 6: 30 –
34).
III. ANDAR POR ETAPAS.
A. Uniendo las dos anteriores podemos descubrir otro secreto del
peregrinaje. Notemos como las dos palabras anteriores se nos presentan en
binomios: partieron y acamparon se nos dan 4 veces también en los versículos 10
– 13.
B. Entonces el peregrinaje se da también por etapas, por metas. Es
sabio andar de meta en meta, de propósito en propósito y así todo el tiempo que
dure el peregrinaje.
IV. ALIMENTARSE.
A. En el verso 16 Dios le dice a Moisés que en cierto lugar reúna al
pueblo para que beban agua.
B. Para andar en el desierto es necesario alimentarse y hacerlo bien.
Nuestro alimento es el Pan diario de la Escritura, el agua viva que nos
proporciona la oración, es decir, la llenura del E.S., la comunión con otros
creyentes por el ánimo que podemos proporcionarnos unos a otros.
V. BATALLAR.
A. Por último, a los israelitas les toco batallar en el desierto, como
no dicen los versículos 31 – 35, en esta ocasión les toco con Og rey de Basan,
a este derrotaron. Deseo sin embargo, hacer énfasis en las palabras que Dios le
dice al enfrentar a este enemigo: “No le
tengas miedo, porque en tu mano lo he entregado, a él y a todo su pueblo, y a
su tierra; y harás de él como hiciste de Sehón rey de los amorreos, que
habitaba en Hesbón”.
B. Hoy día también debemos batallar, pero ya no contra soldados sino
contra el mundo, la carne y Satanás que constituyen nuestro enemigo, las
palabras de Dios para nosotros son las mismas dadas al pueblo pero con respecto
a nuestra lucha (1 Cor 10:13).
Conclusiones:
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