Tema: Jueces. Título: La impactante señal del vellón de Gedeón y su significado hoy. Texto: Jueces 6: 34 – 40. Autor: Pastor Edwin Guillermo Núñez Ruiz.
Introducción:
A. Repaso: El llamado es una invitación a actuar y no a quejarnos. En el llamado, lo vital no es quiénes somos, sino quién nos envía. Debemos asegurarnos de nuestro llamado (esta fue la primera enseñanza). Luego aprendimos que el llamado implica no temer a una relación de intimidad más profunda, enfrentarse a la familia, derribar ídolos y estar dispuesto a morir.
B. Hoy veremos tres aspectos más del llamado:
I. El llamado es para unir (v. 35).
A. Este versículo nos indica que, ante el llamado de Gedeón a la guerra, la gran mayoría de las tribus ubicadas en el norte se unieron y respondieron. Estas tribus fueron: Manasés, Aser, Zabulón y Neftalí. Tenga en cuenta que, hasta ese momento, estas tribus habían permanecido desunidas.
B. El llamado al ministerio es una invitación a unir y no a destruir: a unir personas en un ministerio, en un propósito, a construir una iglesia o un plan. Aunque no seamos los líderes de un ministerio, debemos saber que la responsabilidad de unir y construir es de todos.
II. El llamado se hace en el poder (v. 34).
A. El secreto del ministerio y de las victorias que tendría Gedeón estaba en este detalle: el Espíritu Santo vino sobre él y con Él, la capacitación para cumplir la tarea encomendada.
B. El ministerio se hace en el poder del Espíritu Santo o no se hace. Es muy importante que el ministro viva en una búsqueda constante de la presencia de Dios en su vida, pues solo ella lo capacitará y fortalecerá para llevar a cabo la tarea que se le ha encomendado.
III. El llamado se hace en debilidad (vv. 36-40).
A. Muchos ven en esta acción de Gedeón un acto de incredulidad, y parece ser así. Las razones:
1. ¿Por qué pedir otra señal si ya se le había dado una? (Ver vv. 17 y ss.).
2. Note sus primeras palabras: "Si has de salvar…", lo que equivale a: "Si es verdad…", donde el tono de duda es evidente.
3. Note las palabras del versículo 39: "No se encienda tu ira contra mí…". Gedeón sabía que actuaba mal.
Aquí se ve debilidad en un hombre lleno del Espíritu Santo.
B. El ministerio no lo hacen hombres perfectos, sino hombres imperfectos que fallan y son débiles. Estos hombres deben comprender esto para que sus fallas no se conviertan en motivo de desánimo. Cuando un ministro de Dios falla, debe tener la valentía de corregirse y levantarse.
C. Pregunta: ¿Es este texto una prueba bíblica para pedir señales? Por ejemplo: "Si Dios quiere que yo haga esto, entonces que pase aquello".
La respuesta es que, aunque Dios podría usar señales en algunas ocasiones, la norma es que la mejor guía para el cristiano es la Biblia y lo que, a través del estudio y la oración, el creyente pueda descubrir en ella.
Conclusiones:
El llamado de Dios invita a la unidad y a la colaboración en el ministerio, enfatizando que, aunque somos imperfectos y a veces dudamos, el poder del Espíritu Santo nos capacita. Gedeón, a pesar de sus inseguridades, nos muestra que el ministerio no es para los perfectos, sino para aquellos que, a través de su debilidad, buscan la fortaleza en Dios. La verdadera guía para el creyente radica en la Palabra de Dios, y no en señales externas.
VERSIÓN LARGA
El relato del llamado de Gedeón, como se narra en el libro de Jueces, nos ofrece valiosas lecciones sobre el propósito y la naturaleza del ministerio. En este contexto, es fundamental entender que el llamado de Dios no solo es una invitación personal, sino también un llamado a la acción colectiva. En el pasaje de Jueces 6:34-40, encontramos elementos que nos enseñan sobre la unidad, el poder del Espíritu Santo y la debilidad humana, aspectos que son esenciales para comprender cómo Dios obra a través de nosotros, a pesar de nuestras limitaciones.
En primer lugar, el llamado de Gedeón es un llamado a la unidad. En Jueces 6:35, vemos que, ante la convocatoria de Gedeón para la guerra, varias tribus se unieron: Manasés, Aser, Zabulón y Neftalí. Este hecho es significativo, ya que antes de este llamado, las tribus del norte estaban desunidas y enfrentaban dificultades para organizarse. La invitación de Gedeón a la guerra no solo fue una acción militar, sino también un momento crucial para la cohesión entre las tribus de Israel. La unidad es un componente vital en el ministerio. El llamado al servicio no es una oportunidad para dividir, sino para unir a las personas en un propósito común. La responsabilidad de construir la iglesia y el ministerio recae no solo en los líderes, sino en cada uno de los miembros de la comunidad. Cada creyente tiene un papel en la edificación del cuerpo de Cristo, y su participación activa es crucial para que el ministerio sea efectivo.
El segundo aspecto que debemos considerar es que el llamado se realiza en el poder del Espíritu Santo. En Jueces 6:34, se nos dice que el Espíritu del Señor vino sobre Gedeón. Este es un detalle fundamental, ya que indica que el éxito en el ministerio no depende únicamente de las habilidades humanas, sino de la unción divina. El poder del Espíritu Santo es lo que capacita a los creyentes para llevar a cabo la tarea que Dios les ha encomendado. La vida de un ministro debe estar marcada por una búsqueda constante de la presencia de Dios, ya que es a través de esa conexión que se obtiene la fortaleza necesaria para enfrentar los desafíos del ministerio. Sin esta dependencia del Espíritu, cualquier esfuerzo será en vano. La invitación a actuar en el ministerio es, por lo tanto, una invitación a hacerlo en el poder de Dios, confiando en que Él es quien guía y fortalece a sus siervos.
El tercer aspecto que se destaca en la historia de Gedeón es que el llamado se realiza en medio de la debilidad. En los versículos 36 al 40, Gedeón pide señales a Dios, lo que muchos interpretan como un signo de incredulidad. A pesar de haber recibido ya una señal de Dios, Gedeón se encuentra en un estado de duda y busca reafirmar su llamado a través de pruebas adicionales. La pregunta que surge es si esta duda es un signo de debilidad o incredulidad. Gedeón, lleno del Espíritu Santo, aún se siente inseguro y busca confirmación. Esto nos recuerda que el ministerio no está reservado para aquellos que son perfectos o que nunca dudan. De hecho, Dios usa a personas imperfectas y débiles para cumplir sus propósitos. La debilidad humana no descalifica a un ministro; al contrario, puede ser un catalizador para buscar la fortaleza en Dios.
Es esencial que los líderes y ministros reconozcan que sus fallas no deben convertirse en un motivo de desánimo. Cuando un ministro experimenta un tropiezo, es importante que tenga la valentía de levantarse, corregirse y continuar con su llamado. La fragilidad humana es parte de la experiencia, y es en esos momentos de debilidad donde se puede ver la gracia de Dios en acción. La verdadera fortaleza se encuentra en la humildad de reconocer nuestras limitaciones y en la disposición de depender de Dios para superar nuestras inseguridades.
La historia de Gedeón también plantea una pregunta importante sobre la búsqueda de señales en la vida cristiana. Algunos podrían interpretar la acción de Gedeón como un modelo a seguir para pedir a Dios señales específicas antes de actuar. Sin embargo, aunque en ocasiones Dios puede usar señales, la norma para el cristiano debe ser buscar dirección a través de la Palabra de Dios y la oración. La Biblia es nuestra mejor guía, y es en el estudio y la meditación de las Escrituras donde encontramos la claridad y el entendimiento que necesitamos para tomar decisiones en nuestra vida y ministerio.
El llamado de Gedeón nos invita a reflexionar sobre la naturaleza de nuestra propia relación con Dios y cómo respondemos a su llamado. A menudo, podemos sentirnos inseguros o abrumados por las circunstancias que nos rodean. Sin embargo, la historia de Gedeón nos enseña que, aunque podemos experimentar dudas y debilidades, el poder del Espíritu Santo está disponible para guiarnos y capacitarnos. Dios no busca personas perfectas, sino corazones dispuestos a seguirle a pesar de las imperfecciones. Este enfoque permite que cada creyente se sienta validado y llamado al servicio, independientemente de su pasado o de sus inseguridades.
La historia de Gedeón también nos da un modelo de cómo enfrentar los desafíos del ministerio. Al reunir a las tribus para la guerra, Gedeón no solo estaba respondiendo a un llamado personal, sino que estaba uniendo a un pueblo. Esto es esencial en cualquier ministerio: la capacidad de unir a otros en torno a un propósito común. Cada miembro de la comunidad de fe tiene un papel que desempeñar, y es a través de la colaboración y el apoyo mutuo que se logra un ministerio efectivo.
Además, el relato nos recuerda que el proceso de respuesta al llamado de Dios es a menudo un viaje de crecimiento personal. Gedeón comenzó con dudas, pero a medida que avanzó en su obediencia, su fe creció. Al igual que Gedeón, nosotros también estamos en un proceso de maduración espiritual. A medida que respondemos al llamado de Dios y actuamos en fe, experimentamos un crecimiento que nos fortalece y nos prepara para enfrentar nuevos desafíos.
En conclusión, el llamado de Gedeón nos presenta tres aspectos fundamentales: la unidad, el poder del Espíritu Santo y la debilidad humana. Cada uno de estos elementos es crucial para entender cómo Dios obra a través de nosotros. El llamado a la acción es un llamado a unir a las personas en un propósito común, a depender del poder del Espíritu para equiparnos y a reconocer que nuestras debilidades no nos descalifican, sino que nos hacen más dependientes de la gracia de Dios. Al seguir el ejemplo de Gedeón, podemos encontrar valor en nuestra propia debilidad y ser instrumentos de Dios en la edificación de su iglesia. La invitación es a actuar en fe, confiando en que Dios es quien nos llama y nos capacita para cumplir sus propósitos, guiándonos siempre a través de su Palabra y su Espíritu.
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