¡Bienvenido! Accede a mas de 1000 bosquejos bíblicos escritos y en video diseñados para inspirar tus sermones y estudios. Encuentra el recurso perfecto para fortalecer tu mensaje y ministerio hoy. ¡ESPERAMOS QUE TE SEAN ÚTILES, DIOS TE BENDIGA!

BUSCA EN ESTE BLOG

BOSQUEJO - SERMÓN: EL LLAMADO DE EZEQUIEL- EXPLICACIÓN EZEQUIEL CAPITULO 2 Y 3

VIDEO (PRIMERA PARTE)

VIDEO (PARTE DOS)

BOSQUEJO

Tema: Evangelismo. Título: El llamado de Ezequiel. Texto: Ezequiel 2, 3, 33. Autor: Pastor Edwin Núñez.


Introducción:

  A.  ¿Por qué este pasaje puede servirnos para hablar de evangelización?

     1.  Ezequiel es comisionado Por Dios para una misión de la misma manera que lo es el creyente.

2.  El mensaje que le es dado a Ezequiel es un mensaje de muerte o vida como el que se nos dio a nosotros.

3.  Las personas a las que habla nominalmente son del pueblo de Dios pero sus vidas demuestran un total alejamiento de él.

B.    Por ello lo usaremos hoy para aprender sobre nuestra misión:

(Tres minutos de lectura)

I.      LA CONDICION DEL CORAZON. (2: 3 – 5)


A.  La condición del corazón humano hace difícil la evangelización, en este texto se  describe a los oyentes como:

1. Gente rebelde.
2. Rebelados contra Dios.
3. Pecadores empedernidos.
4. No quieren oír a Dios.
5. Aborrecedores de Dios

Aun así Ezequiel debería hablarles (Ver 7)

B.  Si bien es cierto que hay personas muy dispuestas a escuchar de Dios, la verdad es que la mayoría encaja perfectamente en esta descripción, al gente aborrece a Dios, no al dios fabricado por ellos a su gusto pero si el Dios revelado en las Escrituras y esto junto a la labor del Diablo hace muy difícil la tarea de la evangelización. ¿Qué podemos esperar al evangelizar? Burlas, hostilidad, malas caras, habladurías, que la gente no quiera convertirse etc.

C. Lucas 6: 22; 1 Pedro 3: 13 – 14. Muchas personas temen evangelizar dado el temor que les produce ser perseguidos y a la “falta de resultados” por el nombre de Jesús.


II.    LA ACTITUD ESPERADA (2:6; 3:9)


A.  Lo anterior es lo que Ezequiel debía esperar dado el corazón del hombre. Sin embargo, muy a pesar de esto se le encomienda la tarea y se le manda a tener cierta actitud, él no debe temerles ni a ellos, ni a lo que le digan.

B.  Al enfrentarnos a la hostilidad del no-creyente no debemos temerle ni a el, ni a sus palabras, debemos ir a la misión armados de valentía y  fe. El valor y la fe son la única arma efectiva contra el TEMOR que nos puede generar vivir la misión.

C. ¿Por qué no debemos temer? Varios pasajes de la Escritura nos dan razones para ello:

1.   Porque únicamente se debe temer a quien puede destruir el alma y el cuerpo en el infierno  (Mateo 10: 28)

2.  Porque si tememos a los hombres más que a Dios seremos negados por el en aquel día (Mateo 10: 32 – 33)

3.   Porque tenemos el respaldo de Dios, por tanto, no espere lo peor sino lo mejor (Mateo 10: 16 – 20).


III.  LA CAPACITACIÓN DADA (2: 8 – 3: 3)


A.  Dios le da al profeta la capacitación adecuada para que cumpla su misión. Se le muestra un rollo este contenía escritura por delante y por detrás, el contenido del mensaje era ayes, endechas y lamentaciones. Ezequiel tuvo que comer este rollo y de esa manera seria capacitado para predicar a la casa de Israel, dice la Escritura que el rollo le fue dulce al comerlo.

B.  Para cumplir la misión debemos alimentarnos y llenarnos de nuestro rollo, la Biblia. La palabra de Dios nos dará el mensaje a predicar, las promesas que nos sostendrán, las advertencias que nos guardaran, el argumento para defender etc.


IV.   LA RESPONSABILIDAD  DECLARADA (33: 7 – 9)


A.  En este texto se le declara a Ezequiel cuál es su responsabilidad en el cumplimiento de su tarea se le especifica que:

1.  Es un atalaya, un centinela (1 – 6).

2.  Como centinela debe dar el mensaje de Dios, debe hablar sobre la sentencia de muerte sobre el pecador, sino lo hace, el pecador morirá como castigo por sus pecados pero Dios le pedirá cuentas a Ezequiel por el alma de ese hombre.

3.   De manera contraria, si el da el mensaje al pecador y este a pesar de eso no se arrepiente y muere por sus pecados, Ezequiel seria libre de responsabilidad.

B.  Allí está también declarada nuestra responsabilidad. Dios nos pedirá cuentas en aquel día por cada alma que se perdió, a la que le pudimos predicar y no lo hicimos; por el contrario, nos premiara por cada alma a la que le predicamos aunque esta no se hubiera convertido.

¿Cuándo daremos cuentas? (1 Tes 2:19) Pablo aquí nos dice que en el día en que Jesús regrese (En el tribual de Cristo), deberá rendir cuentas de su trabajo en cuanto a la evangelización y el discipulado, entonces, ellos (los tesalonicenses) a quienes el gano y discípulo serian en ese momento su gozo, corona y esperanza.

De la misma manera nos presentaremos nosotros un día en su presencia para dar cuentas ¿Quiénes serán su esperanza, gozo y corona en aquel día? O ¿Qué dirá de todos aquellos a quienes pudo compartir el evangelio y no lo hizo?


V.   EL MENSAJE REVELADO (33: 10 – 16)


A.  En este texto le es dado a Ezequiel específicamente el mensaje que debe predicar a aquellos condenados a muerte que ahora preguntan ¿Cómo pues viviremos? este consiste en:

1.  No me complazco en la muerte del malvado. Esto debe quedar muy claro, Dios no quiere la muerte de los pecadores, lo que él quiere es que se arrepientan y vivan (Ver 10) Conf. Romanos 5: 18 – 19; 1 Timoteo 2: 4; 4:10;  2 Pedro 3: 9; 1 Juan 2:2

2.  Si el pecador se arrepiente hay vida para él. (33: 14 – 15) conf. Lucas 24:47;

3.   Si el pecador se arrepiente sus pecados no serán más recordados, la razón es que hay perdón total para él. (33: 16). Conf. Isa_1:18, Isa_43:25, Isa_44:22; Mic_7:18-19;

Conclusiones:

La La evangelización es un reto imperativo para la iglesia. Ezequiel nos recuerda que, a pesar de la resistencia de los corazones, debemos hablar con valentía y fe, alimentándonos de la Palabra de Dios. Cada creyente es un centinela con la responsabilidad de compartir el mensaje de salvación, y seremos responsables ante Dios por las almas que pudimos alcanzar. La verdadera esperanza y gozo en el día del juicio serán aquellos a quienes hemos guiado hacia Cristo.

  AUDIO

CLICK AQUÍ PARA DESCARGAR EL AUDIO DEL SERMÓN

ESCUCHE AQUI EL AUDIO DEL SERMON. LA ENSEÑANZA CONSTA DE TRES PARTES, USTED PUEDE PASAR A LA PRÓXIMA DANDO CLICK EN LAS FLECHAS JUNTO A PLAY


VERSION LARGA
El llamado de Ezequiel

Introducción
      
   El libro de Ezequiel presenta un relato poderoso y significativo sobre el llamado divino y la responsabilidad que recae sobre aquellos que han sido comisionados para llevar el mensaje de Dios. En Ezequiel 2, 3 y 33, encontramos principios que son profundamente relevantes para el evangelismo en nuestros días. En este pasaje, Ezequiel es llamado y comisionado por Dios para una misión, y su experiencia puede servir como un modelo para los creyentes en su tarea de evangelizar. Al igual que Ezequiel, cada creyente tiene la responsabilidad de compartir el mensaje de vida o muerte que se nos ha confiado. Este mensaje es especialmente crucial cuando se considera que muchas de las personas a las que nos dirigimos pueden ser parte del pueblo de Dios, pero sus vidas reflejan un alejamiento total de Él.

    La condición del corazón humano hace que la evangelización sea un desafío, ya que Ezequiel describe a sus oyentes como gente rebelde, que se ha rebelado contra Dios y que son pecadores empedernidos que no quieren escuchar la voz del Señor. Aun así, Ezequiel es llamado a hablarles. Este llamado es un recordatorio de que, aunque la mayoría de las personas en nuestro entorno pueden resistirse al mensaje del Evangelio, nuestra tarea es seguir proclamando la verdad con valentía y amor.

I. La condición del corazón (Ezequiel 2:3-5)

    La condición del corazón humano representa uno de los mayores obstáculos en la tarea de la evangelización. En el capítulo 2 de Ezequiel, Dios describe a los oyentes de Ezequiel como personas rebeldes, que se han alejado de Él y que son pecadores empedernidos. Este diagnóstico se aplica a muchos en nuestra sociedad actual. A menudo, nos enfrentamos a personas que muestran desinterés o incluso aversión hacia el mensaje de Dios. La realidad es que, aunque existen personas dispuestas a escuchar, la mayoría se encuentra en una situación espiritual que se asemeja a la de los oyentes de Ezequiel.

   En este contexto, Ezequiel tiene la tarea de hablarles, y esto no es fácil. La resistencia a la verdad de Dios se manifiesta en burlas, hostilidad y desdén hacia el mensaje del Evangelio. Es natural que, frente a esta realidad, muchos cristianos experimenten temor y desánimo al considerar el llamado a compartir su fe. La resistencia a la evangelización no es algo nuevo. En Lucas 6:22, Jesús nos advierte que seremos odiados por causa de su nombre, y en 1 Pedro 3:13-14 se nos recuerda que, aunque enfrentemos sufrimiento, debemos mantener nuestra fe en Cristo. La historia de la iglesia está llena de ejemplos de aquellos que enfrentaron persecuciones e incluso la muerte por compartir el evangelio. Sin embargo, el llamado de Ezequiel nos recuerda que, a pesar de la resistencia, la misión debe continuar.

   Es fundamental reconocer que, aunque muchos rechazan a Dios, no están rechazando un concepto abstracto de Dios, sino al Dios revelado en las Escrituras. Esto hace que la tarea de evangelizar sea aún más complicada, ya que la resistencia a la verdad de Dios se manifiesta en burlas, hostilidad y desdén hacia el mensaje del Evangelio. Es natural que, frente a esta realidad, muchos cristianos experimenten temor y desánimo al considerar el llamado a compartir su fe. 

II. La actitud esperada (Ezequiel 2:6; 3:9)

      A pesar de la dura realidad que enfrenta Ezequiel, Dios le da instrucciones claras sobre cómo debe afrontar su misión. Se le ordena que no tema a las personas ni a sus palabras, sino que actúe con valentía y determinación. Esta actitud es crucial para cualquier evangelista. Al enfrentarnos a la hostilidad de los no creyentes, debemos recordar que nuestra misión es más grande que cualquier oposición que podamos encontrar.

    La valentía y la fe son las únicas armas efectivas contra el temor que puede surgir al vivir la misión. La Escritura nos proporciona varias razones por las que no debemos temer. En primer lugar, solo debemos temer a Aquel que puede destruir el alma y el cuerpo en el infierno (Mateo 10:28). Al reconocer la grandeza de Dios y Su autoridad, podemos encontrar la valentía para avanzar en nuestra misión. 

     Además, Jesús nos advierte que si tememos a los hombres más que a Dios, seremos negados por Él en el día del juicio (Mateo 10:32-33). Esta es una advertencia seria que nos recuerda la importancia de priorizar nuestra relación con Dios por encima de la opinión de los demás. También encontramos la promesa de que Dios estará con nosotros, brindándonos respaldo en nuestra labor. En Mateo 10:16-20, se nos asegura que el Espíritu Santo nos dará las palabras que necesitamos en el momento adecuado.

     La valentía no significa que no experimentemos temor, sino que, a pesar de ese temor, seguimos adelante con nuestra misión. Al igual que Ezequiel, debemos estar dispuestos a ser la voz de Dios en medio de la adversidad. A veces, el temor puede paralizarnos, pero debemos recordar que Dios no nos ha dado un espíritu de temor, sino de poder, amor y dominio propio (2 Timoteo 1:7). Este es el tipo de actitud que debemos cultivar en nuestros corazones mientras nos preparamos para compartir el mensaje del Evangelio con aquellos que nos rodean.
 
III. La capacitación dada (Ezequiel 2:8-3:3)

    Dios no solo llama a Ezequiel a una misión, sino que también le proporciona la capacitación necesaria para cumplir con su tarea. En este pasaje, se le muestra un rollo que contiene palabras de lamento y juicio. Ezequiel debe comer este rollo, simbolizando que debe internalizar el mensaje de Dios antes de compartirlo. Este acto de comer el rollo representa la importancia de alimentarse de la Palabra de Dios.

      Para cumplir nuestra misión de evangelización, debemos alimentarnos y llenarnos de la verdad de las Escrituras. La Biblia no solo es el mensaje que debemos predicar, sino que también nos proporciona las promesas que nos sostendrán, las advertencias que nos guiarán y los argumentos que nos ayudarán a defender nuestra fe. La Palabra de Dios debe ser nuestro sustento diario, y al igual que Ezequiel, debemos permitir que su mensaje penetre en nuestro corazón y mente.

      La capacitación espiritual es esencial. No podemos esperar ser efectivos en la evangelización si no estamos arraigados en la Palabra de Dios. La oración, el estudio de las Escrituras y la comunión con otros creyentes son fundamentales para nuestro crecimiento espiritual. Cuando nos alimentamos de la Palabra, nos capacitamos para comunicar el mensaje de salvación con claridad y convicción.

     Por lo tanto, al igual que Ezequiel, debemos asegurarnos de que estamos comiendo el rollo de la Palabra de Dios. Esto significa que debemos tomarnos el tiempo para estudiar las Escrituras, meditar en ellas y permitir que transformen nuestras vidas. Solo entonces estaremos preparados para compartir el mensaje de salvación con otros de manera efectiva.

IV. La responsabilidad declarada (Ezequiel 33:7-9)

    En el capítulo 33 de Ezequiel, se establece claramente la responsabilidad del profeta como un atalaya o centinela. Dios le dice a Ezequiel que debe advertir al pecador sobre la sentencia de muerte que enfrenta. Si Ezequiel no da el mensaje, el pecador morirá por sus pecados, pero Dios pedirá cuentas a Ezequiel por esa alma. Esta es una declaración seria sobre la responsabilidad que tiene un profeta y, por extensión, todos los creyentes que han recibido el mensaje de salvación.

    La responsabilidad de evangelizar no es solo una opción, sino un imperativo. Al igual que Ezequiel, somos llamados a ser centinelas en un mundo que necesita desesperadamente escuchar la verdad de Dios. Si no compartimos el mensaje del Evangelio, seremos responsables de las almas que pudimos alcanzar y no lo hicimos. Esto debe llevarnos a una profunda reflexión sobre nuestra vida de evangelización.

      Pablo, en 1 Tesalonicenses 2:19, nos recuerda que habrá un día en que dará cuentas de su trabajo en la evangelización y el discipulado. En ese día, aquellos a quienes ha ganado y discipulado serán su gozo y corona. De la misma manera, nosotros también nos presentaremos ante Dios, y debemos preguntarnos: ¿quiénes serán nuestra esperanza, gozo y corona en aquel día? ¿Qué dirá de nosotros sobre aquellos a quienes pudimos compartir el Evangelio y no lo hicimos?

     La responsabilidad de evangelizar es una carga que debemos llevar con seriedad. Cada día tenemos la oportunidad de compartir el mensaje de salvación, y no debemos dejar pasar esas oportunidades. No se trata solo de cumplir con un deber, sino de ser parte del plan de Dios para transformar vidas. La responsabilidad no solo recae en los líderes de la iglesia o en aquellos que tienen un llamado específico al ministerio, sino que cada creyente tiene un papel que desempeñar en la gran comision del Evangelio.

V. El mensaje revelado (Ezequiel 33:10-16)

     En el pasaje de Ezequiel 33:10-16, se revela el mensaje que Ezequiel debe predicar a los que están condenados a muerte. La pregunta que surge es: "¿Cómo, pues, viviremos?" Esta es una pregunta que resuena en el corazón de muchos que están lejos de Dios. La respuesta es clara: Dios no se complace en la muerte del malvado; lo que Él desea es que se arrepientan y vivan.

     Este mensaje es crucial para nuestra labor de evangelización. Debemos comunicar que Dios no quiere la muerte de los pecadores, sino que anhela que se arrepientan y encuentren vida en Él. En Romanos 5:18-19, se nos recuerda que, a través de la justicia de Cristo, muchos serán hechos justos. En 1 Timoteo 2:4, se afirma que Dios desea que todos los hombres sean salvos y lleguen al conocimiento de la verdad. Este es el corazón de nuestro mensaje: hay esperanza y vida en Cristo.

     Si el pecador se arrepiente, hay vida para él. Ezequiel 33:14-15 enfatiza que la misericordia de Dios está disponible para aquellos que se vuelven a Él con un corazón sincero. En Lucas 24:47, Jesús instruye a sus discípulos a predicar el arrepentimiento y el perdón de pecados en su nombre a todas las naciones. Este es un llamado que debemos llevar con nosotros mientras compartimos el mensaje del Evangelio.

      Finalmente, Ezequiel 33:16 nos asegura que si el pecador se arrepiente, sus pecados no serán más recordados. Este es un mensaje de perdón total y restauración. Dios, en su gracia, está dispuesto a olvidar nuestros pecados y a darnos una nueva vida. Este es el aspecto transformador del Evangelio que debemos proclamar. Al presentar el mensaje de salvación, debemos ser claros en que Dios ofrece un nuevo comienzo a todos aquellos que se vuelven a Él.

Conclusiones

   La evangelización es un reto imperativo para la iglesia. Al mirar el llamado de Ezequiel, recordamos que, a pesar de la resistencia de los corazones, debemos hablar con valentía y fe, alimentándonos de la Palabra de Dios. Cada creyente es un centinela con la responsabilidad de compartir el mensaje de salvación, y seremos responsables ante Dios por las almas que pudimos alcanzar. La verdadera esperanza y gozo en el día del juicio serán aquellos a quienes hemos guiado hacia Cristo.

     Es fundamental que cada uno de nosotros reconozca su papel en la misión de Dios. No se trata de un llamado exclusivo para unos pocos, sino de un mandato para todos los creyentes. La obra de evangelización comienza en nuestra vida diaria, en nuestras interacciones y relaciones con quienes nos rodean. Cada conversación es una oportunidad para compartir la esperanza que tenemos en Cristo.

    Al final, cuando estemos ante el tribunal de Cristo, esperamos que aquellos a quienes hemos compartido el Evangelio sean nuestro gozo y nuestra corona. Que la responsabilidad de la evangelización no nos agobie, sino que nos motive a actuar. Recordemos que Dios no busca perfección en nuestra presentación, sino sinceridad en nuestro corazón.

    En un mundo que necesita desesperadamente escuchar la verdad, que cada uno de nosotros se levante y responda al llamado de Dios para ser un mensajero de esperanza. La salvación está disponible para todos, y nuestra misión es llevar ese mensaje a cada rincón, hasta que cada oído haya escuchado y cada corazón haya tenido la oportunidad de responder a la gracia de Dios.

   Así que, adelante, compartamos el mensaje del Evangelio con valentía, amor y convicción, confiando en que Dios usará nuestras palabras para transformar vidas y traer esperanza a un mundo perdido. La tarea es desafiante, pero el llamado es claro. La iglesia está llamada a salir y compartir el mensaje de salvación con una generación que anhela escuchar la verdad, y cada uno de nosotros tiene un papel que desempeñar en esta gran comisión.

     El tiempo de actuar es ahora. Las almas están en juego, y Dios nos ha confiado la responsabilidad de ser Sus mensajeros. No dejemos que el miedo o la indiferencia nos detengan. En lugar de eso, levantemos nuestras voces y compartamos el amor de Dios con aquellos que nos rodean, porque el Evangelio es la respuesta a las necesidades más profundas del corazón humano. 

    Así como Ezequiel fue llamado a ser un atalaya, también nosotros debemos ser centinelas en nuestros tiempos, alertando a aquellos que caminan en la oscuridad sobre la luz que hay en Cristo. Al hacerlo, seremos fieles a nuestro llamado, y en el día final, seremos recompensados por nuestra fidelidad en la obra del Evangelio. Que el fuego del evangelismo arda en nuestros corazones, y que cada día nos comprometamos a vivir y compartir la verdad de Dios con valentía, amor y determinación.

2 comentarios:

Unknown dijo...

Asi sido de mucha ayuda diferente de todos los comentarios muy bueno..bendiciones

comcrecri.blogspot.com dijo...

Gracias por tu comentario