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SERMÓN - BOSQUEJO: PAUTAS DE ADMINISTRACIÓN BÍBLICA

Tema: Mayordomía. Título: Pautas de administración bíblica. Autor: Pastor Edwin Guillermo Núñez Ruiz

Introducción:

A. El tema del dinero en la Biblia es bien importante, considere que: 16 de las 38 parábolas de Jesús hablan sobre el dinero y las posesiones específicamente de como administrarlo  uno de cada 10 versículos de los evangelios hablan sobre la mayordomía, esto nos dice que Jesús hablo más sobre este tema que sobre el infierno y el cielo juntos; La biblia completa tiene más de 2000 referencias directas al dinero y las posesiones.

B. La pautas que estudiaremos hoy tiene que ver con la relación que tiene el dinero con nuestra espiritualidad:


I   LAS POSESIONES Y EL ARREPENTIMIENTO (Lucas 3: 11 – 14)


A. Podemos pensar en dos tipos de arrepentimiento. El arrepentimiento inicial aquel que tenemos cuando por primera vez nos acercamos a Dios, este es necesario en nuestro proceso de conversión, el que nos hace pasar de muerte a vida, de hijos de ira a hijos de Dios y el otro es aquel que practicaremos constantemente en nuestro caminar como hijos de Dios.

El pasaje que leemos nos habla del primero. Unas personas se acercan a Juan bautista para preguntarle sobre el fruto del arrepentimiento, este les dio una respuesta que nos llama la atención, pues cada respuesta incluyo algo que tenía que ver con las posesiones y el dinero: debes dar al que no tiene, si robas no lo hagas más y conténtate con lo que tienes.

B. Cuando nos convertimos nuestro dinero y la manera como lo usamos se convierten también. Perdemos el control sobre el mismo pues ya no hacemos con el lo que queremos sino que hacemos lo que Dios quiere. Específicamente y siguiendo a Juan nos disponemos a ser generosos, a ganarnos honradamente la vida y a vivir en contentamiento entre otras cosas.


II  LAS POSESIONES Y LA SALVACIÓN


A. Que la salvación no la ganamos con nuestras obras es una enseñanza fundamental del cristianismo; pero también es una enseñanza fundamental el hecho que la salvación recibida se demuestra con las obras en las historias que vamos a leer nos daremos cuenta como nuestra cosmovisión del dinero y las posesiones demuestran nuestra salud espiritual y son evidencia de nuestra salvación.

1. Zaqueo (Lucas 19: 1 – 10): Cuando Zaqueo se convierte la evidencia de ello está en que VOLUNTARIAMENTE, por la sola acción de la gracia de Dios en su vida el quiso dar la mitad de su dinero a los pobres y devolver cuadruplicado lo robado. Nótese como su salvación no fue ganada por esto, pero si fue evidenciada por una actitud distinta hacia el dinero, específicamente en el hecho de la generosidad y la restitución.

2. El joven rico: (Mc 10: 17 – 31) Tenemos un joven que creía en Dios, que había guardado al ley más cuando en el verso 21 Jesús le insto a vender todo y darlo a los pobres para luego seguir a Cristo, el joven se entristeció y dio la espalda a Jesús mostrando así la evidencia que la fe que decía tener no era verdadera, se ve específicamente en su amor al dinero y su afán no de dar sino de retener.

Tal actitud demostró donde estaba su tesoro (lo más importante para él, su prioridad) este estaba en la tierra y no en el cielo.

B. Cuando una persona es realmente convertida lo evidenciara en el uso de sus posesiones materiales. Si la persona es salva una de las evidencias de ello será la generosidad, el desprendimiento de lo material así demostrara que su tesoro está en el cielo, en las cosas espirituales; cuando no es salva lo demostrar por su amor al dinero y su mezquindad entre otras cosas, esto indicara que su tesoro está en la tierra, en las cosas de la tierra.

¿Qué muestra con respecto a tu salvación el uso que le das a tus posesiones? ¿Eres generoso, desprendido o por el contrario amas el dinero, deseas hacer tesoros en la tierra y eres mezquino? Según tu respuesta ¿Dónde está tu tesoro?


III  LAS POSESIONES Y LA SALUD ESPIRITUAL


A. La manera como manejamos nuestras posesiones dice mucho acerca de nuestra salud espiritual. Veamos:

1. El rico insensato (Luc 12: 15 – 21): su avaricia, su confianza en el dinero, su materialismo demostró lo necio de su corazón, lo enfermo que estaba su espíritu y su alma; la consecuencia de su necedad la vemos en los versículos 20 y 21.

2. La viuda pobre (Mar 12: 41 y ss): su confianza en que Dios la sostendría, su generosidad y su pasión demostraban la salud de su vida espiritual, la consecuencia de tal acción es que Dios la puso para la posteridad como ejemplo para todos nosotros.

B. La manera como administramos las posesiones y el dinero son un claro indicador de nuestra madurez y salud espiritual. Te pregunto: al examinar esta mañana la manera como administras que demuestra esto de tu vida espiritual?


Conclusiones:

La forma en que manejamos nuestras posesiones revela nuestro estado espiritual. La generosidad y el desprendimiento son signos de una fe genuina, mientras que la avaricia y el apego al dinero indican una relación superficial con Dios. Es esencial evaluar nuestras actitudes hacia el dinero, ya que reflejan dónde está nuestro verdadero tesoro: en lo terrenal o en lo celestial.


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Pautas de administración bíblica  


Introducción

El tema del dinero es de vital importancia en la Biblia. Es interesante considerar que de las 38 parábolas que Jesús compartió, 16 tratan específicamente sobre el dinero y las posesiones, enfocándose en cómo administrarlo. De hecho, uno de cada diez versículos de los evangelios aborda el tema de la mayordomía. Esto sugiere que Jesús habló más sobre el dinero que sobre el infierno y el cielo juntos. La Biblia contiene más de 2,000 referencias directas al dinero y las posesiones, lo que resalta la relevancia de este tema en nuestra vida cotidiana.

En este estudio, analizaremos las pautas que nos ofrece la Biblia sobre la relación entre el dinero y nuestra espiritualidad. La forma en que manejamos nuestras finanzas y posesiones no solo refleja nuestras prioridades, sino que también tiene un impacto significativo en nuestra relación con Dios. A medida que profundizamos en este tema, examinaremos cómo nuestras actitudes hacia el dinero pueden ser un indicador de nuestra salud espiritual y nuestro crecimiento como creyentes.

I. Las posesiones y el arrepentimiento (Lucas 3:11-14)

Es importante abordar la idea del arrepentimiento en el contexto de nuestras finanzas. Podemos pensar en dos tipos de arrepentimiento: el arrepentimiento inicial, que ocurre cuando nos acercamos a Dios por primera vez, y el arrepentimiento continuo que practicamos a lo largo de nuestra vida cristiana. El primer tipo de arrepentimiento es esencial en nuestro proceso de conversión, ya que nos lleva de la muerte a la vida, de ser hijos de ira a hijos de Dios. El segundo tipo es un proceso continuo que nos ayuda a crecer y madurar espiritualmente.

En el pasaje que leemos en Lucas, vemos que algunas personas se acercan a Juan el Bautista para preguntarle sobre el fruto del arrepentimiento. Las respuestas que él les da son reveladoras, ya que cada respuesta incluye algo relacionado con las posesiones y el dinero. Juan les instruye a dar al que no tiene, a dejar de robar y a contentarse con lo que tienen. Esta conexión entre el arrepentimiento y nuestras posesiones es fundamental para comprender cómo nuestra conversión afecta nuestra vida financiera.

Cuando nos convertimos, nuestra relación con el dinero también cambia. Ya no tenemos control absoluto sobre nuestros recursos, sino que ahora nos esforzamos por hacer lo que Dios quiere. Siguiendo el ejemplo de Juan, nos disponemos a ser generosos, a ganarnos la vida de manera honrada y a vivir en contentamiento. Este cambio de perspectiva es crucial, ya que refleja nuestro entendimiento del arrepentimiento y nuestra disposición para someternos a la voluntad de Dios en todas las áreas de nuestra vida, incluidas nuestras finanzas.

II. Las posesiones y la salvación

Una de las enseñanzas fundamentales del cristianismo es que la salvación no se puede ganar por nuestras obras. Sin embargo, es igualmente importante entender que la salvación recibida se evidencia a través de nuestras acciones. A medida que exploramos las historias de Zaqueo y el joven rico, veremos cómo nuestra cosmovisión del dinero y las posesiones puede reflejar nuestra salud espiritual y servir como evidencia de nuestra salvación.

1. Zaqueo (Lucas 19:1-10): Zaqueo es un claro ejemplo de cómo la conversión puede transformar nuestra relación con el dinero. Cuando Zaqueo se encuentra con Jesús, la evidencia de su cambio de corazón se manifiesta en su deseo de dar la mitad de su dinero a los pobres y devolver cuadruplicado lo que había robado. Es importante notar que su salvación no fue ganada por estas acciones, sino que fue evidenciada por su nueva actitud hacia el dinero. La generosidad y la restitución son señales de un corazón transformado por la gracia de Dios.

2. El joven rico (Marcos 10:17-31): En contraste, el joven rico que se acerca a Jesús es un ejemplo de cómo el amor al dinero puede obstaculizar nuestra relación con Dios. Aunque el joven había guardado los mandamientos, cuando Jesús le pide que venda todo lo que tiene y lo dé a los pobres, se entristece y se aleja. Su reacción revela que su fe no era genuina, ya que su prioridad y su tesoro estaban en la tierra, no en el cielo. Este es un recordatorio poderoso de que nuestras acciones y actitudes hacia el dinero pueden revelar la verdadera condición de nuestro corazón.

La forma en que usamos nuestras posesiones y cómo respondemos a las instrucciones de Dios sobre el dinero son indicadores clave de nuestra salvación. Si una persona es verdaderamente convertida, esto se evidenciará en su generosidad y en su disposición a desprenderse de lo material. Por el contrario, una persona que no ha experimentado un verdadero arrepentimiento mostrará avaricia y mezquindad, lo que indica que su tesoro está en la tierra.

Es crucial que cada uno de nosotros reflexione sobre nuestras actitudes hacia el dinero y las posesiones. ¿Eres generoso y desprendido? ¿O por el contrario, amas el dinero y te aferras a tus posesiones? La respuesta a estas preguntas puede ofrecer una visión clara sobre la condición de tu salvación y la dirección de tu caminar con Dios.

III. Las posesiones y la salud espiritual

La manera en que manejamos nuestras posesiones es un reflejo directo de nuestra salud espiritual. A través de dos ejemplos bíblicos, podemos observar cómo nuestras actitudes hacia el dinero y las posesiones pueden ser un indicador de nuestra madurez y bienestar espiritual.

1. El rico insensato (Lucas 12:15-21): En esta parábola, Jesús relata la historia de un hombre rico que se enfoca en acumular bienes materiales. Su avaricia y confianza en el dinero revelan la necedad de su corazón y la enfermedad de su espíritu. Al final de la parábola, Dios le dice que esa noche demandará su alma, lo que subraya la futilidad de sus esfuerzos por acumular riquezas terrenales. La consecuencia de su necedad es clara: había puesto su confianza en lo material en lugar de en Dios.

2. La viuda pobre (Marcos 12:41-44): En contraste, la historia de la viuda pobre ilustra una actitud completamente diferente hacia las posesiones. A pesar de ser pobre, ella aporta todo lo que tiene en el templo, demostrando una profunda confianza en que Dios la sostendría. Su generosidad y pasión por dar son reflejos de una vida espiritual saludable. Jesús destaca su ofrenda como un ejemplo para todos nosotros, indicando que Dios valora no solo la cantidad, sino el corazón detrás de la acción.

La forma en que administramos nuestras posesiones y el dinero que tenemos son claros indicadores de nuestra madurez y salud espiritual. La manera en que respondemos a las necesidades de los demás, nuestra disposición a dar y nuestra actitud hacia el materialismo son aspectos que revelan la autenticidad de nuestra fe.

En este contexto, es fundamental que cada uno de nosotros examine su corazón y evalúe cómo está manejando sus posesiones. ¿Reflejas generosidad y desprendimiento en tu vida? ¿O tus acciones indican que estás aferrándote a lo material y poniendo tu confianza en el dinero? Esta introspección puede ser un paso crucial hacia un mayor crecimiento espiritual y un acercamiento más profundo a Dios.

IV. Pautas para una administración bíblica

A medida que consideramos la relación entre nuestras posesiones y nuestra vida espiritual, es importante establecer pautas para una administración bíblica. Estas pautas no solo nos ayudarán a manejar nuestras finanzas de manera responsable, sino que también nos permitirán honrar a Dios en todo lo que hacemos.

1. Reconocer que todo pertenece a Dios: La primera pauta es entender que todo lo que tenemos proviene de Dios. En Salmo 24:1 se nos recuerda que "de Jehová es la tierra y su plenitud". Al reconocer que somos mayordomos de lo que Dios nos ha dado, podemos adoptar una perspectiva más saludable hacia nuestras posesiones.

2. Ser generosos: La generosidad es un principio fundamental en la administración bíblica. Proverbios 11:25 nos dice: "El alma generosa será prosperada; y el que saciare, él también será saciado". Al dar a los necesitados y apoyar la obra de Dios, demostramos que valoramos las cosas espirituales por encima de las materiales.

3. Administrar con sabiduría: La Biblia nos enseña a ser sabios en la administración de nuestros recursos. Esto incluye establecer un presupuesto, evitar deudas innecesarias y planificar para el futuro. Proverbios 21:20 dice: "Tesoro precioso y aceite hay en la casa del sabio; pero el hombre necio todo lo disipa". La sabiduría en la administración es crucial para vivir de manera responsable y honrar a Dios con nuestras finanzas.

4. Practicar el contentamiento: En Filipenses 4:11-13, Pablo nos enseña a estar contentos en cualquier circunstancia. El contentamiento es una actitud que nos protege del deseo insaciable de acumular más. Al aprender a estar satisfechos con lo que tenemos, podemos vivir con paz y gratitud, en lugar de estar siempre en busca de más.

5. Invertir en lo eterno: Finalmente, debemos recordar que nuestras verdaderas riquezas no están en este mundo, sino en lo eterno. Mateo 6:19-21 nos exhorta a no acumular tesoros en la tierra, sino en el cielo. Al invertir en cosas que tienen valor eterno, como el amor, la fe y el servicio a los demás, podemos asegurarnos de que nuestras vidas tengan un propósito más allá de lo material.

Conclusiones

La forma en que manejamos nuestras posesiones revela nuestro estado espiritual. La generosidad y el desprendimiento son signos de una fe genuina, mientras que la avaricia y el apego al dinero indican una relación superficial con Dios. Es esencial evaluar nuestras actitudes hacia el dinero, ya que reflejan dónde está nuestro verdadero tesoro: en lo terrenal o en lo celestial.

La administración bíblica de nuestras posesiones no solo nos ayuda a vivir de manera responsable, sino que también nos acerca más a Dios. Al reconocer que todo lo que tenemos proviene de Él, buscar ser generosos, administrar con sabiduría, practicar el contentamiento e invertir en lo eterno, podemos honrar a Dios en todas las áreas de nuestras vidas.

Invito a cada uno de ustedes a reflexionar sobre su relación con el dinero y las posesiones. Pregúntense: ¿Estoy viviendo de manera que honre a Dios? ¿Mis actitudes hacia el dinero reflejan una fe genuina? A medida que busquemos la guía de Dios en nuestras finanzas, podremos experimentar una vida llena de propósito y significado, alineada con Su voluntad. Al final, lo que importa no es cuánto tenemos, sino cómo usamos lo que Dios nos ha dado para Su gloria.

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