Tema: 1 Reyes. Titulo: Resumen de Acab y La viña de Nabot. Texto: 1 Retes 21: 1 - 3. Autor: Pastor Edwin Guillermo Núñez Ruíz
Introducción:
A. Hoy seguiremos hablando de Acab, esta vez del episodio con Nabot y su viña, esta historia nos recordara la importancia de ser buenos administradores de los dones que Dios nos ha dado.
B. Hoy veremos:
(Dos minutos de lectura)
I. LA POSESIÓN DE NABOT (ver. 1).
A. Se nos dice que Nabot “tenía una viña ”. Esta viña le había sido heredada por sus padres. Había pertenecido a su familia desde que Israel recibió posesión de la Tierra Prometida. Esta tierra había pertenecido a su familia durante generaciones. Era más que una herencia; era su herencia.
También era una propiedad inmobiliaria de primera. Estaba ubicada junto a uno de los palacios de Acab. Por lo tanto no estaba ubicada en cualquier lugar, ni su precio era barato.
B. La viña de Nabot representa para nosotros aquello que Dios nos ha dado, nos ha entregado como heredad. Dentro de ello podemos contar mucha cosas como el ministerio, lops dones, la familia, las posesiones materiales etc.
II. LA PROFESIÓN DE NABOT (ver. 2).
A. Nabot trabajaba en su viñedo. Cultivó uvas para ganarse la vida para sí mismo y para su familia. Debió haber hecho un buen trabajo en el mantenimiento de su viña, porque captó la atención del rey. Al pasar Acab en su carro, debe haber admirado la tierra bien cuidada y las vides exuberantes cargadas de uvas. Era evidente que Naboth pasaba sus días cuidando lo que le habían dado.
B. Como Nabot, tenemos la obligación de tomar lo que se nos ha dado y hacerlo lo mejor posible por ello, para la gloria de Dios. La actitud de Nabot nos recuerda que debemos ser buenos administradores de todo aquello que Dios nos ha dado, pues daremos cuenta a Dios.
III. LA PROTECCIÓN DE NABOT (ver. 3).
A. Mientras Nabot labraba y trabajaba la tierra, sabía que, en realidad, era simplemente un cuidador. La tierra era suya, pero no por mucho tiempo. Era suya para trabajar, pero lo más importante, era suya para proteger. Tenía la responsabilidad de asegurarse de que la tierra fuera entregada a sus hijos y a sus hijos de generación en generación (esto era la ley de Dios). Nabot era solo un hombre, pero era un eslabón en la cadena de la voluntad y la bendición de Dios. Si fallaba en su generación, la próxima generación no tendría nada que heredar y no tendrían nada que transmitir. A Nabot se le había encargado que protegiera lo que le habían dado.
B. Aquello que nos ha sido entregado no solo debe ser cuidado por el hecho de ser buenos administradores sino que también debe ser cuidado porque será la herencia que dejemos a nuestros hijos. Esto toma especial relevancia cuando se refiere a la herencia espiritual que entregaremos a ellos al morir.
Conclusiones:
A. En resumen, la historia de Nabot nos confronta y nos desafía a reflexionar sobre cómo estamos administrando las bendiciones que Dios nos ha dado. ¿Estamos cuidando y protegiendo lo que nos ha sido confiado? Oremos para que seamos fieles en nuestra administración y que dejemos un legado que honre a Dios y beneficie a las futuras generaciones.
VERSION EXTENDIDA
Resumen de Acab
y La Viña de Nabot
Introducción
La historia de Acab, uno de los reyes más controvertidos de Israel, nos ofrece un rico contenido de enseñanzas sobre la administración de los dones y recursos que Dios nos ha confiado. En esta reflexión, nos centraremos en el episodio de Nabot y su viña, que no solo narra una injusticia marcada por la codicia, sino que también se erige como una poderosa lección sobre la importancia de ser buenos administradores de las bendiciones divinas. A través de esta narrativa, se nos invita a examinar cómo valoramos y cuidamos lo que Dios nos ha entregado, con el fin de reconocer los elementos esenciales que subrayan la importancia de la propiedad, el trabajo y la responsabilidad en nuestra vida cotidiana.
I. La Posesión de Nabot (v. 1)
La historia comienza con la presentación de Nabot, un hombre que poseía una viña que no era solo un terreno agrícola, sino una herencia familiar, símbolo del legado que había sido transmitido a través de generaciones desde la conquista de la Tierra Prometida por Israel. En la cultura israelita, la tierra no solo representaba un bien material, sino que encarnaba identidad, historia y un vínculo profundo con las promesas de Dios. La viña de Nabot, localizada en una posición privilegiada, al lado del palacio del rey Acab, era una propiedad valiosa, pero su verdadero significado iba más allá de su valor económico. Representa todo lo que Dios nos ha otorgado: nuestros ministerios, talentos, familias y posesiones materiales. Por tanto, cada uno de estos dones debe ser valorado y protegido con esmero, reconociendo que son parte de nuestra herencia divina.
II. La Profesión de Nabot (v. 2)
Nabot no solo era un propietario; era un cuidador diligente de su viña. Su dedicación al trabajo en la tierra es un reflejo de su profundo compromiso con lo que le había sido confiado. Cultivaba uvas no solo para sustentar a su familia, sino también como un acto de honra hacia su herencia. La admiración del rey Acab por la belleza del viñedo subraya el excelente trabajo de mantenimiento realizado por Nabot. Su actitud nos enseña la importancia de esforzarnos por ser buenos administradores de lo que Dios nos ha dado. Al igual que Nabot, estamos llamados a dedicar tiempo y esfuerzo a cultivar y maximizar nuestras bendiciones. Esto implica que, en cada esfera de nuestra vida, desde nuestras relaciones hasta nuestros talentos, debemos trabajar con esmero para la gloria de Dios. La administración responsable no solo es un deber, sino un privilegio que nos permitirá rendir cuentas ante nuestro Creador.
III. La Protección de Nabot (v. 3)
La narrativa da un giro dramático cuando Acab ofrece comprar la viña de Nabot, quien se niega rotundamente, afirmando que no puede vender su herencia familiar. En este momento, Nabot no solo actúa como propietario, sino también como protector de lo que le había sido confiado. Comprende que su responsabilidad va más allá de sí mismo; debe asegurar que la tierra permanezca en su familia, tal como Dios lo había establecido. Nabot reconoce que su papel trasciende su tiempo actual. Al cuidar y proteger su viña, asegura un legado para sus hijos y las generaciones venideras. Esta reflexión nos lleva a considerar que nuestra responsabilidad no se limita a la administración de nuestras bendiciones en el presente, sino que también incluye la herencia espiritual y material que dejaremos a nuestra descendencia. La forma en que cuidamos lo que Dios nos ha dado puede influir significativamente en el futuro de nuestros hijos.
Conclusiones
La historia de Nabot y su viña nos confronta y desafía a reflexionar sobre nuestras propias vidas. ¿Estamos siendo fieles administradores de las bendiciones que Dios nos ha confiado? Este relato nos invita a considerar si estamos cuidando y protegiendo lo que hemos recibido, tanto en lo material como en lo espiritual. Oremos para que seamos diligentes en nuestra administración y que podamos dejar un legado que no solo honre a Dios, sino que también beneficie a las futuras generaciones. La historia de Nabot nos recuerda que cada acción cuenta y que, al final, seremos responsables de cómo hemos manejado lo que Dios nos ha dado. Al igual que Nabot, seamos guardianes de nuestra herencia, asegurando que lo que hemos recibido sea preservado y transmitido con amor y dedicación.
Reflexiones Finales
Es fundamental que nuestras decisiones reflejen una comprensión clara de la importancia de lo que poseemos, ya que cada don que nos ha sido otorgado es un testimonio de la fidelidad de Dios. La historia de Nabot no solo se limita a un episodio de injusticia; es un llamado a la acción para todos aquellos que buscan vivir de acuerdo con los principios divinos. La integridad y la honestidad en nuestra administración son cruciales, y debemos recordar que nuestro legado no es solo material, sino también espiritual. Así, mientras cuidamos de nuestra "viña", cultivemos también el carácter y la fe que fortalecerán a las futuras generaciones, construyendo un camino que glorifique a Dios y promueva el bienestar de aquellos que vienen detrás de nosotros.
1 comentario:
Amén amén
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