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Sermón - Bosquejo: La Lealtad de David hacia Saúl en 1 Samuel 26: Un Ejemplo de Integridad Espiritual

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BOSQUEJO


Tema: 1 Samuel. Título: La Lealtad de David hacia Saúl en 1 Samuel 26: Un Ejemplo de Integridad Espiritual Texto: 1 Samuel 26. Autor: Pastor Edwin Guillermo Núñez Ruiz.


Introducción:

A. Tenemos aquí un texto parecido al que estudiamos en el capitulo 24 pero que no es el mismo y al leerlo las diferencias saltan a la vista: En efecto, hay diferencias de lugar (Zif), de tiempo (medianoche, cuando todo el mundo duerme), de personas (Abisaí, Abner) y de discursos.

B. Ahora, tomando como referencia las palabras de David en el versículo 23 donde el habla de la lealtad quiero centrar este mensaje en este valor humano, del que tenemos un gran ejemplo aquí. Veremos en David algunas características de la persona leal, ella:

I. EVITA NUESTRO MAL (ver 8 – 11).


A. Abisai propone a David acabar allí mismo con la vida de Saúl, mas David se lo impide, bajo estos argumentos:

1.El es quien Dios escogió, el es su ungido aún.
2. Solo Dios tiene derecho a quitarle la vida y el trono.

Si bien David no le quita la vida a Saúl por ser este el Rey, seguramente también lo hace por lealtad a su persona, David está agradecido con él y con su familia, hay agradecimiento y este sentimiento lleva a la lealtad, este valor es evidente también cuando uno estudia la vida de David, el es leal.

B. Hoy no definiremos lo que es la lealtad, mejor describiremos lo que es y si hay una característica esencial de la lealtad es el hecho de que esta no es capaz de hacer mal o de permitir el mal hacia quien le ha hecho bien.


II. HABLA BIEN DE NOSOTROS (ver 17).


A. Una vez David se dirige a Abner y Saúl, respondiéndole este último, David se dirige a el como: REY SEÑOR MIO. Ya vimos antes como el se refiere a Saúl en cuanto a lo que Abisai desea hacerle, la infidelidad y el corazón amargado seguramente se hubiera dirigido de otra manera hacia Saúl, pero de nuevo la lealtad y la gratitud hacen estas palabras broten de Saúl.

B. La persona leal evitara hablarte de mala manera aun cuando deba llamarnos la atención sobre algún asunto en particular. Aún más, la persona leal jamás se “amangualara” con otros para hablar mal de ti, no siente el permiso moral de hacerlo este mismo se lo impide.


III. ESTIMA NUESTRA VIDA (ver 24).


A. Esta frase “como tu vida ha sido estimada preciosa hoy a mis ojos”, nos refiere al valor que David concedía a la vida del rey, valor que no le permitía, ni intentar mal contra él, mucho menos referirse de mala manera a él. 

B. La lealtad se basa además del agradecimiento en la estima que asignamos a alguien que nos ha hecho bien (no olvide que hubo un momento de la vida donde Saúl fue una bendición para Saúl). Entre mas amemos a alguien mas fiel le seremos; el desprecio es directamente proporcional a la valía que concedemos a alguna persona.


IV. LO HACE PARA DIOS (ver 24).


A. La frase: “así sea mi vida a los ojos de Jehová” equivale a: “así como yo estimo tu vida y por ello te soy leal, así Dios estime mi vida por lo que hago”. Entonces sobre todo la idea no era ser estimado a los ojos de Saúl o de sus hombres, la idea era ser estimado a los ojos de Dios, David lo hacia para Dios y no para los hombres y por ello estaba dispuesto a “tragarse su orgullo”.

B. A veces ser leal es un acto poco agradecido por los hombres, típicamente los hombres pagan mal a quien le es fiel, esto puede desanimarnos, herir nuestro corazón hasta el punto que ya no deseemos ser así con nadie. Sin embargo, si reconocemos que lo hacemos para agradar a Dios y no a lo hombres esto nos motivara a no abandonar tal conducta por mal que nos paguen.


V. SERA PROSPERADA (ver 25).


A. Saúl sabe que por cuanto David es asi, solo una cosa le espera en la vida y es PREVALECER en lo que emprenda, además, sabe que David es una persona bendita.

B. La persona leal prevalecerá no solo por la ley de la siembra y la cosecha, sino también porque Dios le bendecirá, así que aunque mal paguen los hombres no desistamos de trabajar en nosotros para ser personas como David.


Conclusión:

La lealtad de David hacia Saúl en 1 Samuel 26 es un poderoso ejemplo de integridad. David elige no hacer daño al rey, reconociendo que, a pesar de sus fallas, Saúl fue ungido por Dios. La lealtad se manifiesta al evitar el mal, hablar positivamente y estimar la vida del otro. Al actuar con lealtad, David busca agradar a Dios, mostrando que nuestras acciones deben estar motivadas por un deseo de honrar a Dios, incluso si los hombres no responden con gratitud. La verdadera lealtad es recompensada por Dios, y aquellos que son leales prevalecerán, sin importar las circunstancias.

VERSIÓN LARGA

La Lealtad de David hacia Saúl en 1 Samuel 26: Un Ejemplo de Integridad Espiritual. 

1 Samuel 26. 

 

A. Tenemos aquí un texto parecido al que estudiamos en el capítulo 24, pero que no es el mismo. Las diferencias saltan a la vista: hay diferencias de lugar (Zif), de tiempo (medianoche, cuando todo el mundo duerme), de personas (Abisaí, Abner) y de discursos.

B. Ahora, tomando como referencia las palabras de David en el versículo 23, donde él habla de la lealtad, quiero centrar este mensaje en este valor humano, del que tenemos un gran ejemplo aquí. Veremos en David algunas características de la persona leal:

I. Evita nuestro mal (versículos 8-11).

A. Abisai propone a David acabar allí mismo con la vida de Saúl, mas David se lo impide, bajo estos argumentos:

1. Él es quien Dios escogió, él es su ungido aún.

2. Solo Dios tiene derecho a quitarle la vida y el trono.

David no le quita la vida a Saúl por ser este el Rey, pero seguramente también lo hace por lealtad a su persona. David está agradecido con él y con su familia; hay agradecimiento y este sentimiento lleva a la lealtad. Este valor es evidente también cuando uno estudia la vida de David. Él es leal.

B. Hoy no definiremos lo que es la lealtad, mejor describiremos lo que es. Si hay una característica esencial de la lealtad, es el hecho de que esta no es capaz de hacer mal o de permitir el mal hacia quien le ha hecho bien.

C. La lealtad es una virtud que se manifiesta en acciones concretas. Cuando David tuvo la oportunidad de eliminar a su enemigo, eligió mostrar misericordia y respeto por el ungido de Dios. Este acto de lealtad no solo preservó la vida de Saúl, sino que también honró a Dios. La lealtad implica no buscar venganza, sino actuar con integridad, incluso cuando somos provocados o tentados a hacer lo contrario.

D. Reflexionemos sobre nuestras propias vidas. ¿Cómo reaccionamos cuando tenemos la oportunidad de vengarnos de aquellos que nos han hecho daño? ¿Optamos por el camino de la lealtad y el perdón, o cedemos a la tentación de devolver mal por mal? La lealtad nos llama a actuar con bondad y misericordia, siguiendo el ejemplo de David.

II. Habla bien de nosotros (versículo 17).

 A. Una vez David se dirige a Abner y Saúl, respondiéndole este último, David se dirige a él como "rey señor mío". Ya vimos antes cómo él se refiere a Saúl en cuanto a lo que Abisai desea hacerle. La infidelidad y el corazón amargado seguramente se hubieran dirigido de otra manera hacia Saúl, pero de nuevo la lealtad y la gratitud hacen que estas palabras broten de David.

B. La persona leal evitará hablar de mala manera aun cuando deba llamarnos la atención sobre algún asunto en particular. Aún más, la persona leal jamás se aliará con otros para hablar mal de ti, no siente el permiso moral de hacerlo, este mismo se lo impide.

C. La forma en que hablamos de los demás, especialmente de aquellos que nos han hecho daño, refleja nuestra lealtad y carácter. David mostró respeto y honor hacia Saúl, a pesar de las circunstancias. Esto nos enseña que debemos controlar nuestras palabras y hablar con integridad, incluso cuando estamos en desacuerdo con alguien.

D. Nuestras palabras tienen poder. Pueden edificar o destruir, bendecir o maldecir. Como seguidores de Cristo, estamos llamados a usar nuestras palabras para edificar a los demás, incluso a aquellos que nos han lastimado. La lealtad nos motiva a hablar con amor y respeto, reflejando el carácter de Cristo en nuestras interacciones diarias.

III. Estima nuestra vida (versículo 24).

A. Esta frase "como tu vida ha sido estimada preciosa hoy a mis ojos", nos refiere al valor que David concedía a la vida del rey. Este valor no le permitía ni intentar mal contra él, mucho menos referirse de mala manera a él. 

B. La lealtad se basa, además del agradecimiento, en la estima que asignamos a alguien que nos ha hecho bien. No olvidemos que hubo un momento de la vida donde Saúl fue una bendición para David. Entre más amemos a alguien, más fieles le seremos; el desprecio es directamente proporcional a la valía que concedemos a alguna persona.

C. La lealtad se demuestra en la forma en que valoramos y cuidamos la vida de los demás. David reconoció el valor de la vida de Saúl, a pesar de todo lo que había sucedido. Esto nos llama a valorar y respetar la vida de aquellos a nuestro alrededor, reconociendo su importancia ante Dios.

D. En nuestras vidas, podemos mostrar lealtad al valorar y proteger la vida de los demás. Esto incluye defender a los indefensos, cuidar de los necesitados y mostrar compasión a los que sufren. La lealtad nos llama a actuar con amor y cuidado hacia todos, siguiendo el ejemplo de Cristo.

IV. Lo hace para Dios (versículo 24).

A. La frase "así sea mi vida a los ojos de Jehová" equivale a: "así como yo estimo tu vida y por ello te soy leal, así Dios estime mi vida por lo que hago". Entonces, sobre todo, la idea no era ser estimado a los ojos de Saúl o de sus hombres, la idea era ser estimado a los ojos de Dios. David lo hacía para Dios y no para los hombres, y por ello estaba dispuesto a "tragarse su orgullo". 

B. A veces, ser leal es un acto poco agradecido por los hombres. Típicamente, los hombres pagan mal a quien le es fiel. Esto puede desanimarnos, herir nuestro corazón hasta el punto que ya no deseemos ser así con nadie. Sin embargo, si reconocemos que lo hacemos para agradar a Dios y no a los hombres, esto nos motivará a no abandonar tal conducta por mal que nos paguen. 

C. La lealtad hacia Dios es la base de todas nuestras acciones. Cuando actuamos con lealtad, lo hacemos para honrar a Dios, no para recibir reconocimiento humano. Esto nos da la fuerza y la motivación para ser leales, incluso cuando no somos apreciados por los demás. 

D. Reflexionemos sobre nuestras motivaciones. ¿Actuamos con lealtad buscando agradar a Dios o buscando la aprobación de los hombres? La verdadera lealtad nace de un corazón que busca honrar a Dios en todas las cosas. Sigamos el ejemplo de David y actuemos con integridad, sabiendo que nuestro mayor deseo es agradar a nuestro SeñoR. 

V. Será prosperada (versículo 25).

 A. Saúl sabe que, por cuanto David es así, solo una cosa le espera en la vida y es prevalecer en lo que emprenda. Además, sabe que David es una persona bendita.

B. La persona leal prevalecerá no solo por la ley de la siembra y la cosecha, sino también porque Dios le bendecirá. Así que, aunque mal paguen los hombres, no desistamos de trabajar en nosotros para ser personas como David.

C. La lealtad trae bendición. Dios ve nuestras acciones y nos recompensa por nuestra fidelidad. Aunque los hombres no siempre aprecien nuestra lealtad, podemos confiar en que Dios es fiel y que Él bendecirá a aquellos que actúan con integridad y lealtad. 

D. Vivamos con la seguridad de que la lealtad trae prosperidad. No busquemos recompensas temporales, sino enfoquémonos en las bendiciones eternas que Dios tiene para nosotros. La lealtad a Dios y a los demás nos llevará a experimentar Su favor y bendición en nuestras vidas.

Conclusión:

La lealtad de David hacia Saúl en 1 Samuel 26 es un poderoso ejemplo de integridad. David eligió no hacer daño al rey, reconociendo que, a pesar de sus fallas, Saúl fue ungido por Dios. La lealtad se manifiesta al evitar el mal, hablar positivamente y estimar la vida del otro. Al actuar con lealtad, David buscó agradar a Dios, mostrando que nuestras acciones deben estar motivadas por un deseo de honrar a Dios, incluso si los hombres no responden con gratitud. La verdadera lealtad es recompensada por Dios, y aquellos que son leales prevalecerán, sin importar las circunstancias. 

Sigamos el ejemplo de David en nuestras propias vidas. Practiquemos la lealtad en nuestras relaciones, valorando y respetando a aquellos que Dios ha puesto en nuestra vida. Mostremos lealtad en nuestras palabras y acciones, buscando siempre agradar a Dios por encima de todo. Al hacerlo, experimentaremos las bendiciones y el favor de Dios, y seremos un testimonio de Su amor y fidelidad en un mundo que necesita desesperadamente ver el ejemplo de la verdadera lealtad. 

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