Título: La consagración de
los sacerdotes.
Texto: Éxodo 29: 1 – 9
Autor: Pastor Edwin Guillermo Nuñez Ruiz
Autor: Pastor Edwin Guillermo Nuñez Ruiz
Introducción:
A. Este texto tiene que ver con nosotros y con
Jesucristo. Con Jesús por cuanto es el nuestro sumo sacerdote llamado por Dios,
ungido con el E.S., revestido de gloria y santificado por su propia sangre. Con
nosotros porque la Biblia dice que somos sacerdotes. Al leer este texto nos
damos cuenta que los requisitos del sacerdocio de aquel entonces son iguales a
los de hoy en día. Un sacerdote tenía que:
I. LAVARSE
(Ver 4)
A. Para comenzar el sacerdote debía lavarse muy
seguramente en el LAVACRO.
B. Esto puede ser comparado con el bautismo, hoy en
día ningún cristiano puede ser un sacerdote si primero no se “lava” (Hc 22:16;
Efe 5: 26: Heb. 10:22) a través del bautismo, esto es porque nadie puede ser un
cristiano real si primero no se bautiza.
II. VESTIRSE (Ver 5,6)
A. El sumo sacerdote y los sacerdotes debían ser
vestidos con los atuendos que ya describimos en el capítulo 28: el efod, el
pectoral, la túnica, el manto, la mitra, el cinto, la diadema y los
calzoncillos de lino. Recordemos que tales vestiduras buscaban darle
importancia y realce a la labor y personas que los vestían.
B. Hoy en día el creyente-sacerdote ya no se viste
de este tipo de ropas suntuosas pero tiene otras vestiduras:
1. En el bautismo es revestido de Cristo (Galatas
3:26, 27).
2. En su vida cotidiana debe estar constantemente
desvistiéndose del viejo hombre y vistiéndose del nuevo hombre (Efesios 4: 23 –
24; Romanos 13: 13 – 14; Romanos 13:12; Efe 6: 11 – 18).
III. UNGIRSELE (Ver 7)
A. Moisés debería ungir a Aarón con el aceite de la
santa unción (Éxodo 30: 22 – 33).
B. El creyente para ser un sacerdote eficaz
necesita de la unción del Espíritu Santo la cual Dios le da (2 Corintios 1: 21
– 22: 1 Juan 2:20, 27). Entre otras
cosas tal unción le capacita para tener discernimiento, para ser enseñado pro
el E.S.
IV. ROCIARSE (Ver 19 – 21)
A. Como parte esencial del proceso había muerte de
un animal y se rociaba la sangre sobre el altar, sobre el sacerdote y sobre las
vestiduras del sacerdote. Este rociamiento de la sangre significaba dos cosas:
1. Puesto que los sacerdotes colocaban sus manos sobre
el animal antes de que se le diera muerte, la muerte del animal servía como
ofrenda por el pecado. Los sacerdotes transferían, para decirlo de alguna
manera, su pecado al animal; luego, el animal moría en lugar de ellos.
2. La sangre era rociada en las orejas, dedos
pulgares de la mano y del pie, sugiriendo que los sacerdotes eran completamente
dedicados al Señor.
B. Antes de poder ser sacerdotes debemos ser
rociados con la sangre de Cristo a través de la conversión. Además, debemos
recordar que tal rociamiento debe hacernos personas totalmente consagradas a
Dios y a su servicio.
Conclusiones:
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