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✝️BOSQUEJO - ✝️SERMÓN - ✝️PREDICA: ✝️EL LLAMADO DE MOISÉS✝️

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BOSQUEJO 

Tema: Servicio. Titulo: El llamado de Moisés. Texto: Éxodo. Autor: Pastor Edwin Guillermo Nuñez Ruiz


Introducción:

A. Lemas: “el que no vive para servir no sirve para vivir”, “cada miembro es un ministro”. Servicio es otro de los propósitos de Dios para nuestras vidas, nacimos para servir a Dios y a los demás.

B. Las palabras de Éxodo 3:10: “Ven,  por tanto,  ahora,  y te enviaré…” son las mismas palabras que escucha todo creyente al momento de convertirse y aun mas cuando se bautiza, son las palabras de Dios que le llama a servirle, a trabajar para ÈL, como nosotros el también quiso excusarse al saberse llamado por Dios aun ministerio, sus excusas fueron:

I LA EXCUSA DE LA AUTOESTIMA.


A. ¿QUIEN SOY YO? (Ver 11). La primera excusa tiene que ver con la autoestima, la auto-imagen y el auto-concepto que Moisés tenia de si mismo, el se considera pequeño para la tarea que se le encomienda. Para él esto era una excusa; pero no para Dios, Moisés esta allí donde justamente se requiere que este quien es llamado por Dios, en la humildad. Esto es lo que han hecho 40 años en el desierto en la vida de Moisés

B. Antes de abordar la respuesta de Dios quisiera que meditáramos sobre lo que no le dijo Dios, Dios no le dice: “tu puedes”, “eres un campeón”, “eleva tu autoestima”, “no confieses eso” etc.; en cambio, Dios le dice: “Ve,  porque yo estaré contigo…”. Es decir, ve, por que seré yo en ti, no depende de ti, depende de mí.

C. Muchos al enfrentarse al reto de servir a Dios consideran acertadamente su pequeñez e insuficiencia frente a la tarea que se les encomienda y eso esta bien, no se supone que al aceptar el ministerio consideremos que somos capaces y competentes, se supone que creamos que no somos capaces pero que Dios nos dotara, capacitara, ayudara, respaldara y que por eso podremos cumplir la misión.  


II  LA EXCUSA DE LA IGNORANCIA


A. ¿CUÁL ES SU NOMBRE?,  ¿QUÉ LES RESPONDERÉ? (Ver 13). La segunda excusa tiene que ver con el conocimiento, Moisés esgrima no conocer a quien lo envía.

B. La respuesta de Dios no es: “ok, ve, aprende y luego hablamos”, Sino que inmediatamente Dios se le revela, le revela su nombre, esto equivale a revelar su propia persona, “Y respondió Dios a Moisés: YO SOY EL QUE SOY.  Y dijo: Así dirás a los hijos de Israel: YO SOY me envió a vosotros.” 

C. Muchas personas creen que para servir a Dios deben ser expertos en Teología, deben tener gran conocimiento y no es así. Aclaramos que el siervo de Dios debe ser un sediento aprendiz de la Escritura todos los días de su vida, debe esforzarse por estudiar, por conocer más a Dios.  inicialmente quien acepta el llamado solo debe manifestar su gran amor por la Escritura consecuente a ello vendrá el resto. (2 Tim 2:15; 2 Tim 4:13; 1 Tim 4:13).


III LA EXCUSA DE LA MENTIRA (4:1)


A. Ahora Moisés se escuda tras otra falacia, dice: “He aquí que ellos no me creerán,  ni oirán mi voz;  porque dirán: No te ha aparecido Jehová”. En otras palabras: “esta gente no me hará caso, ellos no creerán que Dios me ha enviado”

B. La respuesta de Dios consiste en darle señales que le confirmaran al pueblo que el lo ha enviado, así le creerían, estas señales fueron: la vara que se convierte en serpiente, la mano que se vuelve leprosa para volverse a sanar al instante y el agua que se convierte en sangre (2 – 9)

C. Si nuestra excusa es que nadie nos va a creer entonces tenemos que saber que Dios ha dotado a sus siervos de poder, para que a través de este la palabra o el servicio que se presta sea confirmado. (Marcos 16: 17 – 18; Rom 15: 18 - 191 Cor 2: 4 – 5; 1 Ts 1:5).


Conclusiones: 

El relato de Moisés ilustra que todos enfrentamos dudas y excusas al ser llamados a servir. Sin embargo, la respuesta divina nos recuerda que no dependemos de nuestras habilidades, sino de la fortaleza y guía de Dios. Cada creyente, sin importar sus limitaciones, es llamado a actuar, confiar en que será capacitado y respaldado por el Señor. La obra de Dios se realiza a través de aquellos que, con humildad y fe, se disponen a servir.



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VERSIÓN LARGA
El llamado de Moisés  

Introducción:

A. Lemas: “El que no vive para servir no sirve para vivir”, “Cada miembro es un ministro”. El servicio es uno de los propósitos de Dios para nuestras vidas. Nacimos para servir tanto a Dios como a los demás. Este propósito trasciende nuestras capacidades y nos llama a ser instrumentos en Sus manos.

B. Las palabras de Éxodo 3:10: “Ven, por tanto, ahora, y te enviaré…” son las mismas palabras que escucha todo creyente al momento de convertirse y, aún más, cuando se bautiza. Estas palabras son la invitación divina a servirle, a trabajar para Él. Es fundamental recordar que, como nosotros, Moisés también quiso excusarse al ser llamado por Dios a un ministerio. Sus excusas reflejan las dudas y temores que muchos enfrentamos cuando sentimos el llamado divino. Analicemos estas excusas y las respuestas que Dios proporcionó.

I. La excusa de la autoestima

A. ¿Quién soy yo? (Ver 11). La primera excusa que presenta Moisés está relacionada con la autoestima, la autoimagen y el autoconcepto que tenía de sí mismo. Moisés se considera pequeño e incapaz para la tarea que se le encomienda. Para él, esta era una excusa válida; sin embargo, para Dios, era una oportunidad para demostrar que Su poder se manifiesta en nuestra debilidad. Moisés se encontraba justo donde Dios quería que estuviera, en un lugar de humildad. Esta humildad es el resultado de 40 años de formación en el desierto, donde Dios trató con su corazón y su carácter.

B. Antes de abordar la respuesta de Dios, meditemos en lo que Dios no le dijo a Moisés. Dios no le dice: “Tú puedes”, “Eres un campeón”, “Eleva tu autoestima”, “No confieses eso”, etc. En cambio, Dios le dice: “Ve, porque yo estaré contigo…” Esto implica que el éxito de la misión no depende de Moisés, sino de la presencia y el respaldo de Dios. La promesa de la presencia divina es lo que empodera al llamado.

C. Muchos, al enfrentarse al reto de servir a Dios, consideran acertadamente su pequeñez e insuficiencia frente a la tarea que se les encomienda. Esto está bien; no se supone que al aceptar un ministerio pensemos que somos capaces y competentes por nosotros mismos. Más bien, se espera que reconozcamos nuestra incapacidad y que confiemos en que Dios nos dotará, capacitará, ayudará y respaldará. Es en nuestra debilidad donde Su fuerza se manifiesta de manera más poderosa.

II. La excusa de la ignorancia

A. ¿Cuál es su nombre? ¿Qué les responderé? (Ver 13). La segunda excusa de Moisés está relacionada con su falta de conocimiento. Moisés se escuda tras su ignorancia al afirmar que no sabe a quién lo envía. Esta excusa refleja la inseguridad que sentimos cuando nos enfrentamos a lo desconocido.

B. La respuesta de Dios no es: “Ok, ve, aprende y luego hablamos”. En cambio, Dios se revela a Moisés y le dice: “YO SOY EL QUE SOY”. Esta revelación no solo le proporciona a Moisés un nombre para que lo use al hablar con los israelitas, sino que también revela la naturaleza eterna y autosuficiente de Dios. El hecho de que Dios se presente así significa que Su esencia es suficiente para respaldar cualquier misión que Él encomiende.

C. Muchas personas creen que para servir a Dios deben ser expertos en teología y tener un gran conocimiento. Sin embargo, esto no es necesariamente cierto. Es fundamental que todo siervo de Dios sea un aprendiz sediento de la Escritura durante toda su vida. Debe esforzarse por estudiar y conocer más a Dios. Al aceptar el llamado, lo más importante es manifestar un gran amor por la Escritura. El resto vendrá como consecuencia de esa disposición y deseo de aprender. La búsqueda constante del conocimiento de Dios debe ser un pilar en la vida del creyente.

III. La excusa de la mentira (4:1)

A. Ahora Moisés se escuda tras otra falacia. Dice: “He aquí que ellos no me creerán, ni oirán mi voz; porque dirán: No te ha aparecido Jehová”. En otras palabras, Moisés está expresando su temor de que el pueblo no lo escuche ni crea en su misión. Esta excusa refleja una falta de fe y confianza en que Dios puede obrar a través de él.

B. La respuesta de Dios consiste en darle señales que confirmarán al pueblo que Él lo ha enviado. Dios le proporciona a Moisés varias señales: la vara que se convierte en serpiente, la mano que se vuelve leprosa para sanar al instante, y el agua que se convierte en sangre. Estas señales no solo sirven como pruebas de su llamado, sino que también son manifestaciones del poder de Dios. A través de estas señales, Dios demuestra que está con Moisés y que Su autoridad respalda su misión.

C. Si nuestra excusa es que nadie nos va a creer, debemos recordar que Dios ha dotado a sus siervos de poder para que, a través de este, la palabra o el servicio que se presta sea confirmado. Marcos 16:17-18 nos recuerda que estas señales acompañarán a aquellos que creen. Asimismo, en Romanos 15:18-19, Pablo habla de cómo Dios lo respaldó con poder y señales. La falta de fe no debe impedir que respondamos al llamado de Dios. La obra de Dios se manifiesta a través de aquellos que se atreven a creer y a actuar en Su nombre.

Conclusiones:

El relato de Moisés ilustra que todos enfrentamos dudas y excusas al ser llamados a servir. Sin embargo, la respuesta divina nos recuerda que no dependemos de nuestras habilidades, sino de la fortaleza y guía de Dios. Cada creyente, sin importar sus limitaciones, es llamado a actuar, confiando en que será capacitado y respaldado por el Señor. La obra de Dios se realiza a través de aquellos que, con humildad y fe, se disponen a servir.

Es vital que comprendamos que el llamado de Dios no se basa en nuestra perfección o conocimiento, sino en Su gracia y poder. Al igual que Moisés, podemos encontrar en nuestra vida diversas excusas que pueden impedirnos avanzar en nuestra misión. Sin embargo, debemos recordar que Dios está con nosotros, que Él nos ha dotado de Su Espíritu Santo y que nos ha dado todo lo que necesitamos para cumplir Su propósito.

La historia de Moisés nos enseña que el liderazgo y el servicio en el reino de Dios no dependen de nuestra fortaleza o sabiduría, sino de nuestra disposición a ser usados por Él. Cada uno de nosotros tiene un papel en el plan de Dios, y al responder a Su llamado, nos convertimos en instrumentos de Su amor y gracia en el mundo.

Hoy, te animo a que reflexiones sobre tu propio llamado. ¿Cuáles son las excusas que has presentado ante Dios? ¿Qué miedos o inseguridades te han impedido avanzar en el servicio? Recuerda que Dios no busca personas perfectas, sino corazones dispuestos y obedientes. Él transformará tu debilidad en fortaleza y tu falta de conocimiento en sabiduría, siempre y cuando estés dispuesto a servirle.

Te invito a dar el paso hacia el servicio. La obra de Dios no se detiene, y cada uno de nosotros tiene un papel que desempeñar. No permitas que las excusas te detengan. Al igual que Moisés, permite que Dios te use para cumplir Su propósito. Confía en que Él estará contigo en cada paso del camino. La promesa de Su presencia es suficiente para enfrentar cualquier desafío.

Recordemos las palabras de Éxodo 3:10: “Ven, por tanto, ahora, y te enviaré…”. Estas palabras resuenan en cada corazón que ha sido tocado por el amor de Dios. Es un llamado a todos, un llamado a salir de nuestra zona de confort y a entrar en el plan divino que Él tiene para nosotros. Dios busca personas que respondan a Su llamado, y tú puedes ser uno de ellos.

Al aceptar este llamado, recuerda que no estás solo. La comunidad de creyentes está aquí para apoyarte, para orar por ti y para caminar contigo en este viaje de fe. Juntos, podemos hacer una diferencia en nuestro entorno, siendo luz y sal en un mundo que necesita desesperadamente conocer a Cristo.

Así que, ¿estás listo para responder al llamado de Dios? ¿Estás dispuesto a dejar atrás tus excusas y a entrar en la aventura que Él tiene para ti? No importa cuán grandes sean tus dudas, recuerda que Dios es más grande. Él es el que te llama, el que te capacita y el que va contigo en cada paso del camino. ¡Sirvamos juntos a un Dios que es fiel y que cumple Sus promesas!

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