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✝️BOSQUEJO - ✝️SERMÓN - ✝️PREDICA: ✝️COMO ESTUDIAR CORRECTAMENTE LA BIBLIA✝️

BOSQUEJO

✝️Tema: 40 días en la palabra. ✝️Titulo: Como estudiar correctamente la Biblia. ✝️Autor: Pastor Edwin Guillermo Nuñez Ruiz


Introducción.

A. Sea ha dicho que no se debe dar el pescado sino enseñar a pescar; bien, es lo que haremos hoy. Le voy a enseñar como hacer su propio estudio bíblico. Le diré que la clave para estudiar la Biblia es aprender a hacer las preguntas correctas, existen cuatro de ellas que necesita hacer para realizar un estudio Bíblico:

I   ¿QUE DICE? – ESTA ES LA PREGUNTA DE OBSERVACIÓN.


A. Tan sencillo como tomar el versículo, texto, pasaje, historia y escribir lo que este dice. En este punto no se trata de saber que quiere decir, como se interpreta, solo saber que dice, no es más.

B. Ejemplo: Romanos 12:20

1. ¿Qué dice? Que si nuestro enemigo le va mal le ayudemos y al hacer eso vamos a juntar carbones de fuego sobre su cabeza.


II ¿QUE QUIERE DECIR? ESTA ES LA PREGUNTA DE LA INTERPRETACIÓN.


A. Por ejemplo, si hoy día yo le escribiera: “me estas tomando el pelo” y dentro de mil años una persona con otro idioma y en otro sitio encontrara tal escrito el debería saber interpretarlo, tendría dos opciones: 

1. Interpretarlo literalmente y decir que hace mil años alguien le estaba halando el cabello a otra persona lo cual seria erróneo.

2. Tratar de buscar, investigar, Inquirir lo que esta expresión quería decir y entonces descubrir que “tomar el pelo” quería decir “hacer una broma” en este caso lo estaría interpretando correctamente.

B. Eso es interpretar tratar de encontrar el significado de algún texto. En el caso de la biblia es tratar de encontrar lo que ella significo para sus primeros destinatarios. Para ello debemos tener en cuenta:

1. Identificar si el lenguaje es figurado o literal.

2. Leer el contexto: el contexto son los pasajes que están antes y después del texto que estamos estudiando.

C. Ejemplo:

1. Leemos el contexto: el contexto inmediato de este texto esta en los versículos 17 – 21. Al leerlo es claro que nos habla sobre relaciones humanas, particularmente sobre la venganza y la paz. Ahora sabemos que el verso 20 tiene que ver con esos temas

2. Descubrimos el lenguaje: la pregunta aquí es ¿es literal (al pie de la letra) o es figurado, simbólico?, le dare una clave que me ha ayudado: si al leerlo le parece absurdo y/o ilógico seguramente el lenguaje es figurado. 

Entonces, imaginamos un enemigo que al ver que le hacemos bien se posan sobre su cabeza un montón de carbones encendidos. ¿Como le suena eso? ¿Lógico? Obviamente no, entonces el lenguaje es figurado y debemos hallar el significado, el camino mas sencillo es cotejar con otras biblias, buscar comentarios, preguntar a otros hermanos, escudriñar el internet al hacerlo hallara que esta expresión quiere decir algo así como: “actuando así harás que se avergüence de su conducta”, “se ponga rojo de vergüenza”.


III   ¿HAY ALGO MAS? -  ESTA ES LA PREGUNTA POR LA CORRELACIÓN


A. Una de las más importantes normas de interpretación bíblica es que ella se explica así misma. Por eso es importante hallar en las mismas Escrituras otros textos de la Biblia que arrojen claridad sobre otros pasajes.

B. Ejemplo: otros pasajes que nos hablen de la venganza (aquí es útil una concordancia),  pero podríamos citar: Prov 25: 21 – 22, Mateo 5: 44 – 48.


IV ¿QUE VOY A HACER? – ESTA ES LA PREGUNTA DE LA APLICACIÓN


A. Por ultimo escribes de que manera se puede aplicar esto a la vida diaria, como puedo vivirlo en mi cotidianidad y lo más IMPORTANTE: ¡¡¡LO VIVES!!! 

B. Ejemplo: ya hemos descubierto que el texto nos habla de la venganza ahora ¿Cómo podemos aplicar esto a nuestra vida? Si tienes un enemigo trátalo bien, si puedes hacerle un favor hazlo, si viene a buscar tu ayuda ayúdalo, la mejor forma de liberase de un enemigo es volverlo tu amigo.


Conclusiones:

Para entender y aplicar correctamente la Biblia, es vital observar, interpretar, correlacionar con otros pasajes y, finalmente, vivir lo aprendido. Esto transforma la lectura en una guía práctica para la vida diaria.

VERSION LARGA

En las vastas llanuras de la fe, donde el alma busca su sustento y el espíritu anhela la verdad, a menudo nos encontramos con un anzuelo y un vasto océano inexplorado. Se nos ha dicho que la sabiduría no reside en el pescado que se nos da, sino en el arte de la pesca. Y en el mar sagrado de las Escrituras, este principio resuena con una verdad profunda y luminosa. No se trata solo de devorar versículos como manjares prefabricados, sino de aprender a buscar, a indagar, a pescar las verdades eternas por nosotros mismos. La Biblia, ese inmenso y complejo universo de palabras divinas, se nos presenta no como un libro de texto para memorizar, sino como un mapa para explorar con las herramientas adecuadas. Hoy, en este viaje que nos embarca en los 40 días en la palabra, les entregaré esas herramientas. Les enseñaré a hacer su propio estudio bíblico, a bucear en las profundidades de la Palabra y emerger con tesoros que transformarán su existencia. La clave, mis queridos hermanos, y que la graben en lo más íntimo de su ser, es aprender a hacer las preguntas correctas. Cuatro son las preguntas fundamentales que actúan como faros en la noche para iluminar el camino del entendimiento.

¿Qué dice? El eco de la observación

El primer paso es el más sencillo, pero a menudo el más ignorado. Es un acto de humilde recepción, de abrir el corazón y el intelecto para escuchar la voz de la Palabra sin prejuicios. Esta es la pregunta de la observación. El desafío es simple y monumental a la vez: tomar un versículo, un pasaje, una historia, y escribir exactamente lo que dice. No lo que crees que significa, no la interpretación que te han enseñado, no la carga emocional que lleva. Simplemente lo que está escrito, en su desnudez original.

Imaginemos, por un momento, el libro de Romanos. En su capítulo 12, versículo 20, la Palabra nos susurra: «Así que, si tu enemigo tuviere hambre, dale de comer; si tuviere sed, dale de beber; pues haciendo esto, ascuas de fuego amontonarás sobre su cabeza».

Si nos limitamos a la observación, la respuesta a la pregunta ¿Qué dice? es tan clara como el agua: si nuestro enemigo necesita algo, debemos ayudarlo. Al hacerlo, dice el texto, amontonaremos carbones encendidos sobre su cabeza. Un acto de pura descripción. Es un primer paso, un lienzo en blanco sobre el que luego pintaremos el significado.


¿Qué quiere decir? La voz de la interpretación

Una vez que hemos observado con detenimiento, llega el momento de la interpretación. Este es el corazón de la pesca, el arte de descifrar el mensaje oculto entre las líneas. Es aquí donde la humildad se encuentra con la diligencia. La interpretación nos lleva a la pregunta: ¿Qué quiere decir?

Pensemos en cómo el lenguaje evoluciona. Si hoy te escribiera «me estás tomando el pelo», y este escrito fuera hallado dentro de mil años por alguien de otra cultura y otro idioma, tendría dos opciones. La primera, una interpretación literal: creer que en el siglo XXI la gente se halaba el cabello en un gesto de broma. Sería una lectura errónea y absurda. La segunda opción, la correcta, sería indagar en el contexto cultural y lingüístico de la época para descubrir que «tomar el pelo» significaba «hacer una broma». Solo así se interpretaría el mensaje correctamente.

De igual manera, al estudiar la Biblia, debemos esforzarnos por encontrar lo que significó para sus primeros oyentes y lectores. Para ello, necesitamos considerar dos elementos cruciales:

  1. El contexto: El contexto es el aire que respira el texto. Son los versículos que vienen antes y después. Volvamos a Romanos 12:20. Su contexto inmediato, los versículos 17 al 21, nos hablan de la venganza y la paz, de cómo debemos comportarnos con nuestros semejantes, incluso con aquellos que nos han herido. Al leer esto, el versículo 20 cobra una nueva dimensión. Ya no es una instrucción aislada, sino una pieza de un rompecabezas más grande sobre las relaciones humanas.

  2. El lenguaje: Debemos discernir si el lenguaje es literal o figurado. Una clave sencilla para esto es preguntarse: ¿suena absurdo o ilógico? Si leemos que al ayudar a nuestro enemigo, le estamos colocando carbones ardientes sobre la cabeza, la imagen que nos viene a la mente es, sin duda, ilógica. Es aquí donde entendemos que el lenguaje es figurado, simbólico. En lugar de quemar a nuestro enemigo, la expresión busca evocar un sentimiento. Y aquí, la investigación, el diálogo con otros hermanos y el uso de concordancias y comentarios bíblicos son nuestros mejores aliados. Descubriremos que amontonar ascuas de fuego sobre su cabeza significa, en el contexto de esa cultura, causar un profundo sentimiento de vergüenza o arrepentimiento en el enemigo. Es un acto de bondad tan abrumador que lo avergüenza de su maldad.


¿Hay algo más? La voz de la correlación

Una vez que hemos observado e interpretado, debemos ir más allá. La Biblia es un vasto tapiz tejido por la mano de Dios a lo largo de los siglos. Sus hilos se entrelazan, se refuerzan y se complementan entre sí. La pregunta aquí es: ¿Hay algo más? Esta es la pregunta de la correlación, y su premisa es que la Biblia se explica a sí misma.

Un pasaje ilumina a otro. Por eso, es vital buscar otros textos bíblicos que hablen del mismo tema. Si nuestro pasaje de estudio trata sobre la venganza, es nuestro deber buscar otras voces en la Escritura que traten este asunto. Una concordancia se convierte en un faro en este punto. Podríamos encontrar Proverbios 25:21-22, que habla de dar de comer a nuestro enemigo. O Mateo 5:44-48, donde Jesús nos exhorta a amar a nuestros enemigos y orar por quienes nos persiguen. Al comparar y correlacionar, la verdad se robustece y se expande. La comprensión no se limita a un solo pasaje, sino que se nutre del vasto cuerpo de la Palabra de Dios.


¿Qué voy a hacer? La voz de la aplicación

Finalmente, llegamos al punto de inflexión. El conocimiento sin acción es como una semilla que nunca germina. El estudio bíblico no es un ejercicio académico, sino un llamado a la transformación. La pregunta final y más importante es: ¿Qué voy a hacer? Esta es la pregunta de la aplicación.

Una vez que hemos observado, interpretado y correlacionado, debemos llevar la verdad a nuestra vida diaria. ¿Cómo se aplica esto a mi cotidianidad? ¿Cómo puedo vivirlo, manifestarlo, respirarlo? Y lo más crucial de todo: ¡Lo vives!

Volvamos a nuestro pasaje de Romanos. Hemos descubierto que nos habla de la venganza y de la respuesta de un corazón cristiano. ¿Cómo aplicamos esto? La respuesta es tan clara como desafiante: si tienes un enemigo, no busques su ruina. Por el contrario, búscalo para hacerle el bien. Si puedes hacerle un favor, hazlo. Si necesita ayuda, ayúdalo. La aplicación es un acto de amor radical que busca la reconciliación y la paz. La mejor forma de liberarte de un enemigo, nos enseña la Palabra, es volverlo tu amigo.

La conclusión de todo esto, mis amados hermanos, es que el estudio de la Biblia es un viaje sagrado. Es un peregrinaje del intelecto al corazón, de la observación a la acción. Cada una de estas cuatro preguntas nos acerca un paso más a la verdad de Dios. Nos libera de la pasividad de la lectura superficial y nos invita a ser pescadores de la Palabra. Les animo, con el corazón en la mano, a tomar estas herramientas y a practicarlas una y otra vez. La práctica, en el camino del estudio de la Palabra, no solo hace al maestro, sino que moldea el alma para que sea un reflejo más fiel de aquel que es la Verdad, el Camino y la Vida. Vayan y pesquen, porque en las aguas profundas de las Escrituras hay un banquete preparado para ustedes.



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