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✝️BOSQUEJO - ✝️SERMÓN - ✝️PREDICA: ✝️HOMBRES DE POCA FÉ✝️

Tema: La Preocupación Título: Hombres de poca fé. Texto: Mateo 6:30 Autor: Pastor Edwin Guillermo Núñez Ruíz

Introducción:

A. Jesús habla en este texto no de personas sin fe, sino de personas con poca fe. ¿Nos preguntamos cómo es una persona de poca fe? ¿Qué características manifiesta?

B. Hoy hablaremos de esto, porque en el fondo, la causa de la preocupación ansiosa, esa que enferma el alma y el cuerpo, está en la falta de fe.

C. En los textos que leeremos, Jesús plantea tres preguntas que evidencian la falta de fe. Analicémoslas para saber si nos identificamos con lo que Jesús dice aquí:

I. ¿Por qué PENSÁIS dentro de vosotros, hombres de poca fe, que no tenéis pan? (Mateo 16:8).

A. Jesús pregunta a sus discípulos: ¿Por qué PENSÁIS…? Al mirar esta palabra en el idioma griego, descubrimos que significa “reunir diferentes razones, considerar las razones, razonar, girar en la mente, deliberar”:

Si te das cuenta, la pregunta también podría traducirse como “¿Por qué estáis preocupados por no tener pan, hombres de poca fe?” Esto se debe a que la palabra implica lo mismo que hacemos al preocuparnos. Queda claro entonces que preocuparse ansiosamente es un acto que evidencia “poca fe”. ¿Te preocupas ansiosamente?

B. A continuación, Jesús les muestra uno de los remedios para la preocupación. Este se encuentra en el pasado. Las preguntas de Jesús transmiten la enseñanza de que “los milagros de ayer deben mostrarnos cuán seguros estamos”. Si Dios lo hizo antes, puede volver a hacerlo, y si no lo hace, es porque tiene mejores propósitos.



II. ¿Por qué TEMÉIS, hombres de poca fe? (Mateo 8:26)

A. En este texto, Jesús nos habla del temor como evidencia de poca fe. ¿De qué tipo de temor habla? Nuevamente, al ir al idioma griego, descubrimos varias cosas interesantes sobre esta palabra:

  1. Se refiere a alguien que ha perdido su fortaleza.
  2. Se refiere a alguien que tiene un miedo excesivo a perder.
  3. Se refiere a una persona cobarde.

B. ¿Esto nos caracteriza? Si es así, es porque eres una persona con poca fe.

C. Una vez más, Jesús nos da aquí un consejo sobre cómo superar la preocupación y aumentar la fe. Nuevamente, la clave está en el pasado. Para entenderlo, volvamos a la pregunta de los discípulos: “¿No tienes cuidado de que perecemos?” Acto seguido, el Señor calma la tormenta con un milagro. Si unimos estas dos cosas, entendemos que “cuando Jesús ha intervenido en el pasado a nuestro favor, es una muestra para el futuro de que Él cuida de nosotros”.



III. ¿Por qué DUDASTE? (Mateo 14:31)

A. La duda, según Jesús, es otra evidencia de poca fe. Pero, ¿de qué tipo de duda nos habla aquí? Se refiere específicamente a lo siguiente:

  1. Tener una doble postura.
  2. Tener indecisión.
  3. Querer hacer dos cosas que se excluyen mutuamente.

En este caso, la encrucijada está entre creer o no creer, confiar o no hacerlo. ¿Te identificas con esta descripción? Si es así, eres una persona de poca fe.

B. Por último, Jesús nos da nuevamente un consejo para superar la duda en este texto. Esta vez, la clave está en el presente. El versículo 30 nos dice que Pedro MIRÓ (se concentró) en el fuerte viento y entonces tuvo miedo (pavor, terror). Es claro entonces que para evitar el pavor, es necesario dejar de concentrarse en los problemas y enfocarse en Dios y sus cosas.



Conclusión:

A. La poca fe, según Mateo 6:30, es la causa fundamental y principal de la preocupación ansiosa que nos lleva a la depresión y a la ansiedad. Las evidencias de esta poca fe son la preocupación, el temor y la duda. Esta poca fe se vence al mirar el pasado y al tener cuidado con el presente.


VERSIÓN LARGA

Hombres de poca fe.  

Texto: Mateo 6:30 

Introducción:

A. En el pasaje de Mateo 6:30, Jesús no se refiere a personas que carecen de fe por completo, sino a aquellas que presentan una fe limitada, una fe que, aunque presente, no es lo suficientemente fuerte para enfrentar las adversidades de la vida. Esto nos lleva a cuestionar cómo podemos definir a una persona de poca fe. ¿Cuáles son las características que se manifiestan en su vida diaria? 

B. Hoy exploraremos este importante tema, ya que la raíz de la preocupación ansiosa, esa que puede afectar tanto nuestro bienestar emocional como físico, está íntimamente ligada a la falta de fe. La preocupación puede convertirse en un estado constante que nos aleja de la paz y la serenidad que Dios desea para nosotros y que se encuentra en la confianza plena en Su providencia.

C. A lo largo de los textos que analizaremos, Jesús formula tres preguntas clave que revelan la falta de fe en los corazones de sus discípulos. Es fundamental que dediquemos un tiempo a reflexionar sobre estas preguntas y a considerarlas en el contexto de nuestras propias vidas. Al hacerlo, podremos identificar si nos encontramos en situaciones similares y cómo podemos trabajar para fortalecer nuestra fe.

I. ¿Por qué pensáis dentro de vosotros, hombres de poca fe, que no tenéis pan? (Mateo 16:8).

A. En este pasaje, Jesús se dirige a sus discípulos y les pregunta directamente: ¿Por qué pensáis…? La palabra "pensáis", al ser analizada en el idioma griego, revela un significado profundo: implica reunir diferentes razones, considerar, razonar y deliberar. Este tipo de pensamiento puede llevarnos a la ansiedad y la preocupación.

Al reflexionar sobre esto, podemos interpretar la pregunta de Jesús de la siguiente manera: “¿Por qué estáis preocupados por no tener pan, hombres de poca fe?” Esto nos lleva a entender que la preocupación ansiosa es un acto que manifiesta una falta de fe. Preocuparnos excesivamente es un indicativo de que no confiamos plenamente en la provisión y el cuidado de Dios. Te pregunto: ¿te encuentras en una situación de preocupación ansiosa en este momento?

B. Jesús ofrece un remedio para la preocupación que se basa en el pasado. Al examinar las preguntas que Él plantea, encontramos una enseñanza fundamental: los milagros que hemos vivido anteriormente deben servirnos como recordatorio de cuán seguros estamos hoy. Si Dios ha intervenido en nuestra vida en el pasado, podemos confiar en que tiene el poder de hacerlo nuevamente en el futuro. Y si no lo hace, es porque tiene propósitos y planes que son superiores a los nuestros.

C. A menudo, en medio de las dificultades, podemos olvidar las bendiciones y los milagros que hemos experimentado en el pasado. Cuando nos enfrentamos a desafíos y adversidades, nuestra mente puede desviarse hacia el miedo y la ansiedad. Sin embargo, es crucial recordar lo que Dios ha hecho por nosotros. Mirar hacia atrás y reflexionar sobre los momentos en los que Dios ha provisto, guiado y protegido puede ser un gran fortalecimiento en tiempos de incertidumbre.

D. La fe se nutre de la memoria. Recordar los momentos en que Dios nos ha sacado de situaciones difíciles nos da confianza para enfrentar lo que está por venir. Es un acto de gratitud y reconocimiento de Su soberanía en nuestras vidas. Por lo tanto, cuando la preocupación intente apoderarse de nosotros, debemos recordar las maravillas que Dios ha realizado y cómo ha estado presente en momentos anteriores.

II. ¿Por qué teméis, hombres de poca fe? (Mateo 8:26).

A. En este segundo pasaje, Jesús aborda el tema del temor como otra evidencia de poca fe. ¿Qué tipo de temor está en juego aquí? Al investigar el término “teméis” en griego, encontramos que se refiere a alguien que ha perdido su fortaleza, a alguien que tiene un miedo excesivo a perder y que puede ser considerado como una persona cobarde.

B. Reflexionemos sobre esto: ¿alguna vez has sentido miedo ante una situación que parece abrumadora? Si es así, es posible que estés experimentando una falta de fe. El temor puede paralizarnos y alejarnos de la confianza en Dios. Jesús nos invita a confrontar ese miedo y recordar que, aunque nuestras circunstancias sean desafiantes, Él está con nosotros y tiene el control.

C. Jesús ofrece un consejo sobre cómo superar la preocupación y aumentar nuestra fe. La clave está en recordar lo que ha hecho en el pasado. En este caso, los discípulos se encontraban en medio de una tormenta y, asustados, le preguntan a Jesús: “¿No tienes cuidado de que perecemos?” En respuesta, Jesús calma la tormenta con un milagro. Este acto es una lección clara: si Él ha intervenido en nuestra vida en el pasado, podemos confiar en que cuidará de nosotros en el presente y en el futuro.

D. El temor puede llevarnos a cuestionar la bondad de Dios y Su capacidad para ayudarnos. Sin embargo, cuando vemos Su poder en acción, como cuando calma la tormenta, podemos recordar que Él es capaz de enfrentar cualquier adversidad en nuestra vida. La fe se fortalece cuando elegimos recordar Su fidelidad y Su poder.

III. ¿Por qué dudaste? (Mateo 14:31).

A. Finalmente, la duda es otra manifestación de poca fe que Jesús menciona. Pero, ¿qué tipo de duda se refiere aquí? La duda implica tener una doble postura, indecisión y una lucha interna entre creer o no creer. ¿Te sientes identificado con esta lucha? Si es así, es posible que estés lidiando con una fe limitada.

B. En este contexto, Jesús ofrece un consejo para superar la duda. Al examinar el versículo 30, vemos que Pedro, al ver el fuerte viento, se concentró en el problema y sintió miedo. La lección es clara: para evitar el pavor, es necesario dejar de enfocarnos en las dificultades y, en su lugar, concentrarnos en Dios y en Sus promesas.

C. La fe se fortalece al mantener nuestra mirada en Jesús y en Su poder, y no en las tormentas de la vida. Cuando nos enfrentamos a situaciones que parecen imposibles, debemos recordar que Dios es más grande que cualquier desafío que podamos encontrar. La duda puede nublar nuestra visión y hacernos sentir inseguros, pero al mirar a Jesús, encontramos la paz que necesitamos.

D. La fe no es la ausencia de dudas, sino la decisión de confiar a pesar de ellas. Cuando elegimos creer en Dios y en Su palabra, estamos afirmando que nuestra confianza radica en Su poder y no en nuestras circunstancias.

Conclusión:

A. La poca fe, según Mateo 6:30, es la causa fundamental de la preocupación ansiosa que puede llevarnos a la depresión y a la ansiedad. Las evidencias de esta poca fe se manifiestan a través de la preocupación, el temor y la duda. Sin embargo, es alentador saber que esta poca fe puede ser superada al mirar hacia el pasado y al ser conscientes de lo que Dios ha hecho por nosotros, así como al tener cuidado con nuestros pensamientos y enfoques en el presente.

B. En momentos de dificultad, es esencial recordar que Dios es fiel y que siempre está con nosotros. Al enfrentar desafíos, debemos aferrarnos a la verdad de que Él es nuestro proveedor, nuestro protector y nuestra guía. La preocupación no debe tener el control sobre nuestras vidas; en cambio, debemos confiar en que Dios tiene un plan perfecto para cada uno de nosotros.

C. Te animo a reflexionar sobre tu propia vida y a preguntarte: ¿estoy viviendo en fe o en preocupación? ¿Estoy recordando las maravillas que Dios ha hecho en el pasado, o me estoy enfocando en las circunstancias actuales que me generan ansiedad? Recuerda que Jesús nos invita a dejar atrás la poca fe y a abrazar una confianza plena en Él. Al hacerlo, encontraremos la paz que sobrepasa todo entendimiento y la seguridad de que, sin importar lo que enfrentemos, Él está en control.

D. Finalmente, invito a cada uno de ustedes a permitir que esta reflexión sobre la poca fe transforme su manera de ver las circunstancias de la vida. No permitas que la preocupación, el temor y la duda te dominen. En su lugar, elige confiar en Dios, recordar Su fidelidad y vivir en la libertad que viene de una fe robusta. 

E. La vida está llena de incertidumbres, pero podemos estar seguros de que Dios es nuestro ancla en medio de la tormenta. Su amor y Su poder son más grandes que cualquier desafío que enfrentemos, y al poner nuestra fe en Él, encontramos la verdadera paz y seguridad. Que cada uno de nosotros pueda crecer en fe y ser verdaderos hombres y mujeres de gran fe, capaces de enfrentar cualquier desafío con confianza en nuestro Salvador.

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