Tema: 1 Reyes. Titulo: La oración de Elías en el monte Carmelo. Texto: 1 Reyes 18: 41 - 46.
Introducción:
A. La confrontación a terminado, Elías a degollado a los 450 profetas de Baal y el pueblo se ha humillado ante Dios. Sin embargo, aun falta la anhelada lluvia, en la historia de hoy veremos los sucesos que rodearon el hecho del fin de una larga sequia de tres años y medio causada también por la oración del profeta.
B. Vamos a centrarnos el día de hoy en la oración de Elías y de ella aprenderemos hoy que la oración debe ser:
I. HUMILDE - v. 42b.
A. Se inclinó ante la presencia del Señor. El hombre de Dios se había mantenido erguido como embajador del Señor, ahora se inclina como un intercesor ante el Señor!
B. Nos haría bien recordar que Dios no existe simplemente para contestar nuestras oraciones o cumplir nuestros deseos. Él es Dios y honrará a la persona que venga a su presencia con humildad, 1 Ped. 5: 5-6; Santiago 4: 6; 10.
II. ESPECIFICA - v. 43.
A. Santiago 5: 17-18 nos dice que Elías fue muy específico en su vida de oración. No perdió el tiempo en meras generalidades, sino que oró con fe y mencionó específicamente las cosas que debían hacerse. ¡Dios honra este tipo de oración!
B. Si no ora específicamente, ¡nunca sabrá cuándo el Señor contesta su oración! ¡Ore específicamente por las cosas que desea que se hagan!
III. FERVOROSA.
A. También Santiago 5: 16-18 nos enseña que Elías no adoptó una actitud sin espíritu hacia su vida de oración, oró con fervor, con brío, celo, con pasión. Su alma se conmovió con la necesidad de la gente. ¡Sintió la presión de aquello por lo que oraba!
B. ¡Que el Señor nos libre de la oración frívola que no sirve de nada! ¡Que la iglesia recupere el deseo de aprovechar la oración ferviente! Oración que mueve el alma y alinea nuestra voluntad con la del Padre Celestial. Después de todo, ese es el propósito de la oración: ¡llevarnos al mismo lugar en el que Dios ya está con respecto a nuestra petición!
IV. PERSISTENTE - v. 43.
A. Ocho veces se le dice al criado que vaya y mire hacia el mar. Siete veces no hay nada ahí. Sin embargo, Elías siguió orando y creyendo. No permitió que las circunstancias externas afectaran su seguridad interna ¡Fue persistente!
B. A veces, como Elías, experimentaremos retrasos en las respuestas a nuestras oraciones. ¿Por qué es esto? Un escritor lo dijo de esta manera: "No es que Dios sea difícil de persuadir, es que Él quiere que lo que digamos sea en serio". Hay momentos en los que Dios responderá la oración de inmediato. Sin embargo, hay ocasiones en las que la respuesta se retrasa. Cuando llegue ese momento, Dios quiere que continuemos fieles en oración, esperando Su respuesta. ¡Aprendamos a ser pacientes! Es en la perseverancia en la oración que la carne se humilla y la fe se permite elevarse a sus alturas más altas. ¡Dios quiere que nunca nos rindamos! Si ha puesto algo en tu corazón, ¡ora hasta que se convierta en realidad!
Conclusiones:
A. En conclusión, la historia de la oración de Elías en el monte Carmelo nos enseña valiosas lecciones sobre la actitud que debemos tener al acercarnos a Dios en oración. A través de su ejemplo, aprendemos que la oración debe ser humilde, reconociendo nuestra dependencia de Él; específica, dirigiendo nuestras peticiones con claridad; fervorosa, llena de pasión y compromiso; y persistente, manteniendo nuestra fe incluso ante la falta de respuestas inmediatas. Al seguir el modelo de Elías, podemos fortalecer nuestra vida de oración y confiar en que Dios, en su tiempo perfecto, responderá nuestras súplicas. Que esta historia nos inspire a acercarnos a Dios con un corazón sincero y una fe inquebrantable.
VERSION LARGA
La oración de Elías en el monte Carmelo
1 Reyes 18: 41 - 46
Introducción:
La historia de Elías es una de las más impactantes y transformadoras en las Escrituras. En el capítulo 18 de 1 Reyes, encontramos a un profeta que se enfrenta a un desafío monumental: confrontar a los profetas de Baal y restaurar la adoración al verdadero Dios en medio de un pueblo que había caído en la idolatría. La confrontación ha terminado, y Elías ha degollado a los 450 profetas de Baal. El pueblo, finalmente, se ha humillado ante Dios, reconociendo su soberanía. Sin embargo, a pesar de esta victoria espiritual, aún falta un elemento crucial: la anhelada lluvia. En esta historia, veremos cómo Elías, a través de la oración, no solo busca restaurar la relación del pueblo con Dios, sino también poner fin a una sequía de tres años y medio que había devastado la tierra.
Hoy vamos a centrarnos en la oración de Elías y aprender de su ejemplo. La oración debe ser:
I. HUMILDE - v. 42b
La humildad es un aspecto fundamental en la vida de oración de cualquier creyente. Después de haber enfrentado a los profetas de Baal con valentía y fe, Elías se inclina ante el Señor. Este acto de humildad es significativo; el hombre de Dios, que se había mantenido erguido como embajador del Creador, ahora se presenta como un intercesor. La postura de Elías refleja un reconocimiento profundo de su dependencia de Dios. En este momento, no se trata de su poder o de su autoridad, sino de la necesidad de la intervención divina.
La humildad es crucial en nuestra relación con Dios. La Palabra nos recuerda que Dios resiste a los soberbios, pero da gracia a los humildes (1 Pedro 5:5-6). La oración no es simplemente un medio para que Dios cumpla nuestros deseos; es un acto de entrega y sumisión a Su voluntad. Cuando nos acercamos a Dios con un corazón humilde, estamos abriendo la puerta para que Él trabaje en nuestras vidas de maneras que no podríamos imaginar. La oración debe comenzar con el reconocimiento de quién es Dios y quiénes somos nosotros.
II. ESPECÍFICA - v. 43
Elías no se detiene en generalidades. Santiago 5:17-18 destaca la especificidad de las oraciones de Elías. Cuando oramos, es vital que seamos claros y específicos en nuestras peticiones. Dios honra este tipo de oración porque refleja nuestra fe y nuestra comprensión de Sus promesas. No perdamos tiempo en vaguedades; en cambio, presentemos nuestras necesidades y deseos ante Él con claridad.
La especificidad también nos ayuda a reconocer las respuestas de Dios. Si no oramos de manera específica, es probable que no reconozcamos cuando Él responde a nuestras oraciones. Esto nos lleva a un lugar de mayor conexión con Dios, donde podemos ver Su mano en nuestras vidas de manera tangible. Por tanto, asegúrate de hacer una lista de tus peticiones, de lo que deseas que Dios haga en tu vida, en la vida de los demás y en el mundo.
III. FERVOROSA
La fervorosa oración de Elías es un recordatorio de que la oración no debe ser un mero ritual. En Santiago 5:16-18, se nos enseña que la oración efectiva es fervorosa. Elías oró con pasión, con un corazón que se conmovía por la necesidad del pueblo. Su oración no era fría ni indiferente; más bien, estaba llena de fervor y anhelo. Elías sintió la presión de la situación, y su oración reflejaba el peso de esa carga.
La fervorosa oración es aquella que nos lleva a clamar a Dios con intensidad y sinceridad. Nos recuerda que la oración no es solo un acto de palabras, sino un compromiso profundo de nuestro ser. Al orar fervorosamente, alineamos nuestras corazones con los propósitos de Dios y nos involucramos en la obra que Él está haciendo. Es crucial que la iglesia recupere el deseo y la pasión por la oración ferviente. Esta es la oración que mueve montañas, que transforma corazones y que trae avivamiento.
IV. PERSISTENTE - v. 43
La persistencia en la oración es un principio fundamental en la vida de Elías. A pesar de que envió a su criado a mirar hacia el mar ocho veces, las primeras siete veces no hubo respuesta. Sin embargo, Elías no se rindió; continuó orando y creyendo. Esta persistencia es un ejemplo poderoso de fe. A menudo, nuestras circunstancias pueden parecer desalentadoras, y es fácil desanimarnos cuando no vemos resultados inmediatos. Sin embargo, la historia de Elías nos muestra que la fe persistente es crucial.
Dios no es difícil de convencer, pero a veces permite retrasos en nuestras oraciones para fortalecer nuestra fe. Al perseverar en la oración, nos humillamos y le damos la oportunidad a Dios de trabajar en nosotros. La oración persistente nos enseña a esperar en Su tiempo y a confiar en Su soberanía. "La paciencia en la oración cultiva una fe muy poderosa", se dice. Es a través de la perseverancia que la carne se humilla y la fe puede elevarse a nuevas alturas. Si hay algo que Dios ha puesto en tu corazón, no te rindas. Ora hasta que se convierta en realidad.
CONCLUSIÓN
La historia de la oración de Elías en el monte Carmelo nos ofrece profundas lecciones sobre cómo acercarnos a Dios en oración. A través de su ejemplo, aprendemos que la oración debe ser:
1. Humilde: Reconociendo nuestra dependencia de Dios.
2. Específica: Dirigiendo nuestras peticiones con claridad.
3. Fervorosa: Llenando nuestras oraciones de pasión y compromiso.
4. Persistente: Manteniendo la fe incluso ante la falta de respuestas inmediatas.
Al seguir el modelo de Elías, podemos fortalecer nuestra vida de oración y confiar en que Dios, en Su tiempo perfecto, responderá nuestras súplicas. Que esta historia nos inspire a acercarnos a Dios con un corazón sincero y una fe inquebrantable. A medida que nos comprometemos a orar con humildad, especificidad, fervor y persistencia, experimentaremos el poder transformador de la oración en nuestras vidas y en la comunidad que nos rodea. Que el ejemplo de Elías nos motive a ser intercesores fervientes que buscan la gloria de Dios en todo lo que hacemos. ¡Amén!
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