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BOSQUEJO-SERMÓN: JEROBOAM Y LOS BECERROS DE ORO (VIDEO)

Tema: 1 Reyes. Título: Jeroboam y los becerros de oro. Texto: 1 Reyes 12:25. Autor: Pastor Edwin Guillermo Núñez Ruíz. 

Introducción:

A. Tenemos a Jeroboam en este texto en su primer acto de gobierno, este fue crear su propia religión, obviamente una falsa religión.

B. Por tanto veremos hoy en este texto, las características de una falsa religión, esta tiene:


I. UNA FALSA MOTIVACIÓN (ver. 27).


A. En este versículo encontramos lo que fueron las motivaciones de Jeroboam para crear esta falsa religión, es muy claro que su acto no respondía al deseo de agradar a Dios, mas bien, el fue motivado:

1. Por el miedo a perder su reino.
2. Por el miedo a morir.

B. Profesar una falsa religión empieza por las motivaciones incorrectas, por ello seria bueno que hoy nos preguntamos acerca de cuales son nuestras motivaciones reales para seguir al Señor. No es la motivación correcta querer ser bendecidos de alguna manera; la única correcta motivación para seguir al Señor es el mismo.


II. UNOS FALSOS DIOSES (ver. 28).

A. Jeroboam entonces se hace de dos becerros de oro y se los presenta al pueblo como sus nuevos dioses, acto muy parecido al de Aarón en el libro del éxodo (tal vez Jeroboam se inspiro en esto mismo).

B. Ahora, una cosa va ligada a la otra cuando usted tiene una falsa motivación para seguir al Señor, usted se hará de su propio dios, uno que usted se construye según su conveniencia, a ese dios adora pensando que adora al Dios verdadero, esto algo de lo cual debemos guardarnos. 

Pregúntese: ¿es el dios que adoro el Dios de la Biblia o es un dios construido por mi mismo a mi conveniencia basado en mis propias motivaciones? por lo general, cuando una persona desea únicamente las bendiciones de Dios y no el compromiso Y les gusta la ley de lo mas fácil (ver. 28) es porque esta persona adora a un dios distinto a Jehová.


III. UNA FALSA ADORACIÓN (ver. 29 - 31)

A. Jeroboam tomo cada becerro y los puso en lugares estratégicos del territorio (Bet-el y Dan) para evitar que las diez tribus fueran a Jerusalén a adorar al Señor, también construyo en las cimas de las montañas lugares para que el pueblo adorara allí.  En efecto, esto fue lo que hicieron los Israelitas cometiendo de esta manera un grave pecado delante de Dios.

B. Cuando pensamos en estas cosas no podemos dejar de pensar en aquella conocida frase: "Yo adoro a Dios a mi manera", precisamente esto es lo que hacen ahora los Israelitas y es que la fabricación de un falso dios inevitablemente llevara a una falsa adoración, a una adoración a mi manera, creara falsas ceremonias y falsas maneras de seguir a Dios. A Dios no se le sigue a nuestra manera a Dios se le sigue a su manera.


IV. UNOS FALSOS MINISTROS (ver. 31).

A. Por ultimo, Jeroboam se hace de sus propios sacerdotes, sacerdotes falsos por cuanto no pertenecían a la tribu de Levi.

B. La falsa religión siempre tendrá sus falsos ministros que hacen las veces de propagadores de la misma, estos hombres por lo general invitan a un seguimiento sin cruz y traen o una nueva revelación o una nueva manera de hacer las cosas superando lo "aburrido" y "anticuado".


Conclusiones:

La historia de Jeroboam nos muestra que una religión fundada en motivaciones incorrectas, como el miedo, y basada en ídolos y prácticas a nuestro gusto, distorsiona la verdadera adoración a Dios. Es importante examinar nuestras motivaciones y asegurarnos de adorar a Dios en su verdad, no según nuestras preferencias.

VERSIÓN LARGA
La historia de Jeroboam, tal como se narra en 1 Reyes 12:25, es un relato que nos invita a reflexionar sobre las implicaciones de crear una religión a nuestra propia medida. Este episodio no solo nos muestra cómo las motivaciones erróneas pueden conducir a la creación de ídolos, sino que también nos enseña sobre la adoración que se aleja de la verdadera esencia de Dios. A lo largo de este análisis, profundizaremos en las características de la falsa religión que Jeroboam instauró, con el objetivo de aprender y discernir sobre nuestras propias prácticas y creencias.

Para entender el contexto de 1 Reyes 12, es fundamental reconocer que Jeroboam se convirtió en rey de Israel tras la división del reino. Salomón, su predecesor, había llevado al pueblo a una serie de excesos y pecados, lo que provocó el descontento de las diez tribus del norte. Después de la muerte de Salomón, Jeroboam fue a Egipto, donde había huido por temor a la ira del rey. Al regresar, fue recibido por el pueblo, que deseaba liberarse del yugo de Roboam, el hijo de Salomón. En este contexto de tensión política y social, Jeroboam asumió el liderazgo, pero sus decisiones fueron guiadas más por el miedo que por la fe.

La primera característica que observamos en el gobierno de Jeroboam es la falsa motivación detrás de sus acciones. En 1 Reyes 12:27, se revela que su temor a perder el reino y a ser abandonado por el pueblo lo llevó a crear una religión propia. En lugar de confiar en la dirección de Dios y en la unidad del pueblo de Israel bajo el culto en Jerusalén, Jeroboam optó por establecer ídolos y lugares de adoración que le permitieran mantener el control. Esta motivación errónea es un reflejo de la naturaleza humana, que a menudo prefiere seguir la ruta más fácil y conveniente, en lugar de someterse a la voluntad divina.

Es crucial que, al examinar nuestras propias vidas, nos cuestionemos sobre nuestras motivaciones para seguir al Señor. Si nuestras razones se centran en el deseo de recibir bendiciones, evitar problemas o mantener el control sobre nuestra vida, es posible que estemos caminando por un sendero peligroso. La verdadera motivación para seguir a Dios debe ser el amor y la reverencia hacia Él, no el miedo o la ambición personal. Este es un principio fundamental que debemos tener presente en nuestra vida cristiana.

La segunda característica de la falsa religión de Jeroboam es la creación de ídolos, que se manifiesta a través de los dos becerros de oro que hizo para el pueblo (1 Reyes 12:28). Este acto no solo desvió al pueblo de la adoración al Dios verdadero, sino que también les ofreció una alternativa que se ajustaba a su deseo de comodidad y control. La idolatría en la vida de los israelitas es un recordatorio de que, a lo largo de la historia, la humanidad ha tenido la tendencia de crear dioses a su medida, aquellos que son fáciles de adorar y que no demandan sacrificios.

Este hecho plantea una pregunta crucial para nosotros hoy: ¿el dios que adoramos es el Dios de la Biblia o uno que hemos moldeado según nuestras necesidades y deseos? La adoración a un dios conveniente, que no exige compromiso ni sacrificio, es una trampa que puede llevarnos a alejarnos de la verdadera fe. La historia de Jeroboam es un claro ejemplo de cómo la búsqueda de un dios que se adapte a nuestras preferencias puede resultar en la creación de ídolos que nos alejan de la verdadera adoración.

La tercera característica de la falsa religión que Jeroboam instauró es la falsa adoración. En 1 Reyes 12:29-31, vemos cómo Jeroboam estableció los lugares de adoración en Bet-el y Dan, lejos de Jerusalén, para controlar cómo y dónde el pueblo adoraba a Dios. Esta disposición no solo mostró su deseo de desviar al pueblo del culto verdadero, sino que también fue un acto de desobediencia a los mandatos de Dios. La creación de ceremonias y rituales a su manera fue un intento de Jeroboam de promover una forma de adoración que no solo era inadecuada, sino que también era deshonrosa ante los ojos de Dios.

La idea de "adorar a Dios a mi manera" es un concepto que persiste en la actualidad. Muchas personas buscan adaptar su adoración a sus propias preferencias, creando así un sistema que se aleja de los principios bíblicos. Esta tendencia puede manifestarse en diversas formas, como la incorporación de prácticas que no tienen fundamento en las Escrituras o la selección de pasajes que justifican comportamientos que no son agradables a Dios. La adoración verdadera no puede moldearse a nuestra imagen; debe ser una respuesta genuina a la revelación divina y a Su palabra. La verdadera adoración implica rendirse ante la soberanía de Dios y aceptar Su voluntad en nuestras vidas.

La cuarta característica que podemos identificar en la religión falsa de Jeroboam es la existencia de falsos ministros. En 1 Reyes 12:31, se menciona que Jeroboam se hizo de sacerdotes que no pertenecían a la tribu de Levi. Esta decisión fue un reflejo de su desdén por el sistema de adoración establecido por Dios. Al elegir a personas que no estaban llamadas a servir como sacerdotes, Jeroboam no solo violó la ley de Dios, sino que también promovió una forma de adoración distorsionada, que carecía de la autoridad divina.

La falsa religión siempre encontrará figuras que propagan sus enseñanzas, a menudo presentando nuevas revelaciones o métodos que parecen más atractivos que los antiguos. Estos falsos ministros pueden ser carismáticos y persuasivos, pero su mensaje carece de la verdad que se encuentra en la Palabra de Dios. Es crucial discernir si aquellos que nos enseñan están fundamentados en la verdad de la Escritura o si están promoviendo un mensaje que se aleja de la doctrina cristiana. La falta de discernimiento puede llevar a muchos a seguir a líderes que, aunque pueden parecer bien intencionados, en realidad están desviándolos de la verdadera fe.

La historia de Jeroboam nos alerta sobre los peligros de una religión construida sobre motivaciones erróneas. Su deseo de controlar el culto a Dios y su incapacidad para confiar en la soberanía divina resultaron en la creación de ídolos y en la distorsión de la adoración. Este relato nos invita a examinar nuestras propias vidas. ¿Estamos adorando a Dios según Su verdad, o hemos caído en la trampa de crear un dios a nuestra conveniencia? La verdadera adoración se basa en la revelación divina y no en nuestras preferencias personales.

Es fundamental que, como creyentes, busquemos una relación auténtica con Dios, fundamentada en la fe y en el compromiso, y no en el temor o en la conveniencia. Al hacerlo, evitaremos las tentaciones de construir ídolos en nuestra vida y de participar en prácticas que deshonran a nuestro Creador. La historia de Jeroboam no es solo un relato del pasado, sino una advertencia permanente para todos nosotros en nuestra búsqueda de una fe genuina.

Finalmente, es importante recordar que la verdadera adoración a Dios no se limita a la asistencia a un servicio religioso o a la realización de rituales. Implica una vida de obediencia, entrega y devoción. Debemos esforzarnos por conocer a Dios a través de Su Palabra y permitir que Su Espíritu Santo nos guíe en nuestro caminar diario. Solo así podremos evitar caer en la trampa de la falsa religión y vivir una vida que realmente glorifique a nuestro Creador. La historia de Jeroboam nos recuerda que la fe auténtica se basa en una relación personal con Dios, que trasciende nuestras preferencias y que se fundamenta en Su verdad.

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