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Texto: Mateo 27: 46.
Autor: Pastor Edwin Guillermo Núñez Ruiz.
Introducción:
A. Después de una indescriptible agonía durante 6 horas colgado de la cruz, Jesús por fin muere. Hoy estudiaremos unas de sus últimas palabras y lo haremos formulándonos varias veces la pregunta: por qué
I. ¿POR QUÉ JESÚS ORO ASÍ?
A. La respuesta es fácilmente deducible y es que él sabía que el Padre lo había abandonado.
II. ¿POR QUÉ FUE ABANDONADO?
A. Jesús fue abandonado por causa de nuestros pecados, Jesús en la cruz estaba cargando el pecado de toda la humanidad (1 Pedro 2:24), a su vez, Cristo se hizo un ser maldito en este hecho (Gal 3:13) y por ende fue tratado como un pecador condenado a pesar de que el nunca peco (2 Corintios 5: 21) ¡Cristo fue nuestro sustituto!
La pena principal por el pecado es el abandono de Dios (2 Tes 1: 7 – 9).
B. Notemos algo y es que a lo largo de todos lo que hemos visto nunca se nos dijo que Jesús hubiera gritado (lo suponemos) pero no es algo Biblico en realidad. Solo se nos dice que el grito en dos ocasiones: esta y justo antes de morir. Este es un detalle llamativo pues si nos atenemos al grito como una expresión de dolor tenemos que no grito en los azotes, ni en la coronación, ni en la vía dolorosa sino solo aquí cuando se sabe abandonado por Dios a causa del pecado. Esto sería una fuerte evidencia que lo que más le dolió a Jesús en toda su pasión fue este hecho.
Hermanos que al igual que Jesús lo que más nos duela no sean los tormentos a los que muchas veces nos exponemos en la vida sino más bien que nuestro mayor dolor sea ofender a Dios con nuestros pecados.
III. ¿POR QUÉ ESTO TUVO QUE PASAR?
A. Por dos razones:
1. Todos somos pecadores. Dios es santo y por tanto no puede tolerar el pecado, su santidad y justicia hace que él deba reaccionar con ira y enojo contra el pecado y el pecador, dado esto toda la humanidad estaba condenada a la perdición eterna.
2. Somos incapaces de agradar a Dios por nosotros mismos.
B. Entonces: la manera de salvar a la humanidad era haciendo que alguien pagara por sus pecados, quien pagara por sus pecados no podía ser alguien común y corriente, otro pecador; sino alguien que nunca hubiera pecado solo esa persona podría ser su sustituta.
De esta manera Dios estaba demostrando su amor por la humanidad, su justicia estaba siendo satisfecha y su ira apaciguada.
Conclusiones:
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