¡Bienvenido! Accede a mas de 1000 bosquejos bíblicos escritos y en video diseñados para inspirar tus sermones y estudios. Encuentra el recurso perfecto para fortalecer tu mensaje y ministerio hoy. ¡ESPERAMOS QUE TE SEAN ÚTILES, DIOS TE BENDIGA!

BUSCA EN ESTE BLOG

Bosquejo - Sermón: El Trato Radical de Dios con el Pecado en Números 31

BOSQUEJO (VERSIÓN CORTA)

Tema: Números. Título: El Trato Radical de Dios con el Pecado en Números 31. Texto: Num 31: 1 – 18. Autor: Pastor Edwin Guillermo Núñez Ruiz


Introducción:

A. El pecado es algo realmente peligroso y grave, las acciones de Dios y Moisés en este pasaje así lo demuestran. Miremos cual es el trato con el pecado en este pasaje Bíblico.

I. DIOS TRATA CON JUSTICIA (Ver 1 – 3).


A. Dios ordena a Moisés cumplir con lo que ya se había dispuesto en Números 25: 16 – 18. La razón de tal guerra es retribuir a los Madianitas por lo que habían hecho a los Israelitas en el mismo capítulo. Junto con Baalam los habían instigado a la fornicación y muy seguramente a la idolatría como consecuencia de ello miles de israelitas habían muerto (24.000).

B. En estos versos también se anuncia otro acto de justicia y es el tocante a Moisés. Dios le dice: “después serás recogido a tu pueblo”, después de esta guerra Moisés morirá y no entrara a la tierra prometida como consecuencia también de no haber honrado a Dios en el episodio de la roca (Números 20).

C. El pecado así no nos parezca es algo muy serio. Dios tratara con el pecado sea este en personas que:

1. Lo conozcan (Moisés – Heb. 12: 5 - 11). En el texto de Hebreos se nos habla de la disciplina que Dios ejerce sobre sus hijos cuando estos andan en pecado. Se nos dice allí entre otras cosas que:

a. La disciplina corresponde a los hijos no a los bastardos.
b. La disciplina es una muestra del amor de Dios para nosotros.
c. La disciplina es ejercicio que produce santidad.
d. En la disciplina debemos ser obedientes y no desmayar.

2. No lo conozcan (Madianitas). Quienes no conocen al Señor son objeto tanto de su amor como de su ira. Dios juzga, castiga a quienes no le conocen, su ira final será derramada en ellos en el infierno.


II. OTROS TRATAN DE JUGAR (Ver 4 – 9). 


A. Fueron enviados a la guerra mil combatientes de cada tribu, en total doce mil israelitas. Finees el hijo del Sumo sacerdote Eleazar llevaba los ornamentos sagrados y las trompetas. Los israelitas pelearon contra Madian y los vencieron matando a todos los varones adultos – incluido Baalam -  y quemando sus ciudades.

Dejaron con vida a las mujeres y a los niños, junto con el botín de guerra, este es un detalle llamativo no tanto por los niños, sino por las mujeres, el pecado del capítulo 25 había sido al fornicación, la fornicación con estas mismas mujeres que ahora dejaban con vida. Parece que muy rápido se les olvido lo que había ocurrido ese día.

Que las mujeres Madianitas participaron del complot es claro, en el inicio del capítulo 25 se nos dice que ellos fornicaron con las Moabitas, pero evidentemente los Madianitas participaron de la situación, no olvidemos que la mujer que asesino Fineeas era de la realeza Madianita y que al final del capítulo Dios responsabiliza a los Madianitas de haber instigado a los israelitas a pecar.

B. Muchos creyentes tiene esta misma actitud de volver a los mismos pecados que han causado la disciplina de Dios sobre ellos, ellos juegan con el pecado son como los israelitas. 

Ellos vuelven a visitar a las mismas personas, ellos vuelven a frecuentar los mismos lugares, ellos regresan a las mismas prácticas etc. Se pasan la vida en un mismo círculo vicioso de caída y levantada, dada su poca disposición a abandonar radicalmente el pecado.


III. OTROS TRATAN CON RADICALIDAD (Ver 10 – 18).


A. Al regreso Moisés, Eleazar y los príncipes de las tribus salen a recibirlos fuera del campamento para evitar la contaminación ritual del campamento, ellos venían de tocar muertos, recuerde que cuando un israelita tocaba un muerto quedaba contraminado y debía seguir  proceso de purificación.

Cuando Moisés vio que no habían matado a las mujeres se enojó, cuando vio a las mujeres vio un peligro latente de recaída, de pecado; les recordó que aconsejadas por Balaam estas mujeres habían hecho caer en pecado al pueblo, entonces las mando matar a todas, mando matar también a los niños varones y ordeno que a las mujeres vírgenes las dejaran con vida.

B. ¿Por qué se da una orden de estas? 

1. La orden no proviene de Dios. Dios mando la guerra pero no a matar niños. Los guerreros lo entendieron así pues no los asesinaron.

2. La orden la da Moisés. Motivado por salvaguardar al pueblo y evitar en el futuro una guerra o una recaída del pueblo de Dios que traiga contra ellos una mortandad como la que ya habían tenido que vivir. Por ello manda a matar a las mujeres (las que instigaron el pecado la vez anterior) y a los niños hombres (quienes podían conformar en un futuro un ejército). 

Notemos también que dejo con vida a quienes no habían participado del pecado y podían ser discipulados en la fe a Yahve y no representaban peligro de guerra (las mujeres vírgenes, seguramente la mayoría de ellas niñas muy pequeñas).

C. ¿Por qué Dios permite esto? Creería yo que por ejecutar su justicia y mantener a su pueblo santo.

Nota: La acción no significo el exterminio de Madian pues en Jueces estos personajes vuelven a aparecer, tal parece que la guerra fue con una facción de Madian y no con todo Madian, estas naciones se dividían en varios grupos y algunos eran nomadas.

D. Tenemos aquí para nosotros una indicación de que hacer con la tentación y el pecado en nuestras vidas, debemos ser radicales, obvio, no hay que matar a nadie, pero si hay que ser radicales con el pecado en nuestras vidas. Jesús lo dijo en Marcos 9: 42 – 48 ¿Cuan radicales?


Conclusión: 

El pasaje de Números 31 ilustra la seriedad con la que Dios aborda el pecado, tanto en sus hijos como en aquellos que no le conocen. La guerra contra los Madianitas es una representación de la justicia divina y el llamado a la santidad. Moisés, al ordenar la eliminación de quienes instigaron la fornicación, nos advierte sobre la importancia de ser radicales ante el pecado en nuestras vidas. Aunque no debemos aplicar estas acciones en sentido literal, sí debemos tomar decisiones firmes para evitar la tentación y vivir en obediencia a Dios. La lucha contra el pecado requiere un compromiso real y una vigilancia constante.

AUDIO


ESCUCHE AQUÍ EL AUDIO DEL SERMÓN 


VERSION LARGA
El Trato Radical de Dios con el Pecado en Números 31 - Números 31: 1 – 18  


Introducción

El pecado es un concepto que a menudo se presenta de manera trivial en la cultura contemporánea, pero en la Biblia es tratado con la máxima seriedad. En Números 31, encontramos un ejemplo impactante que ilustra cómo Dios y Moisés manejan el pecado en el pueblo de Israel. Este pasaje revela la gravedad del pecado y las consecuencias que este puede acarrear. A través del análisis de este texto, exploraremos el trato radical que Dios tiene con el pecado y cómo esto se aplica a nuestra vida hoy.

La narrativa comienza en un contexto de juicio divino, donde el pueblo de Israel ha enfrentado las repercusiones de su desobediencia. Las acciones de Dios y de Moisés en este pasaje nos muestran que el pecado no es un asunto liviano. Es un tema que merece nuestra atención y reflexión. Así que, al adentrarnos en este estudio, buscaremos entender el carácter de Dios en su trato con el pecado y cómo nosotros, como creyentes, debemos responder a esta realidad.

I. Dios Trata con Justicia (Versículos 1-3)

El primer aspecto que debemos considerar es cómo Dios actúa con justicia. En los primeros versículos de Números 31, Dios ordena a Moisés que lleve a cabo una guerra contra los madianitas. Esta orden no es arbitraria; tiene un propósito claro: retribuir a los madianitas por el daño que causaron a los israelitas.

La razón de esta guerra se encuentra en lo que ocurrió en Números 25, donde se menciona que los madianitas, junto con Balaam, instigaron a los israelitas a la fornicación y a la idolatría. Como resultado de estas acciones, miles de israelitas murieron, un total de 24,000, lo que refleja la gravedad del pecado que se había infiltrado en la comunidad. La justicia de Dios demanda que se tomen medidas enérgicas contra el pecado.

En este contexto de justicia, también se anuncia otro acto de justicia: la muerte de Moisés. Dios le dice a Moisés: “después serás recogido a tu pueblo”. Esto significa que Moisés no entrará en la Tierra Prometida debido a su falta de obediencia al honrar a Dios en el episodio de la roca, como se narra en Números 20. Este hecho es un poderoso recordatorio de que el pecado tiene consecuencias, incluso para aquellos que son líderes y siervos de Dios.

El pecado no debe ser tomado a la ligera. En el contexto de Números 31, Dios demuestra que su trato con el pecado es serio y que las consecuencias son inevitables. Dios tratará con el pecado, ya sea en aquellos que lo conocen como en aquellos que no lo conocen. Esto se puede desglosar en dos grupos:

1. Los que conocen a Dios (Moisés): En el libro de Hebreos 12:5-11, la disciplina de Dios se presenta como un acto de amor hacia sus hijos. La disciplina es una forma en que Dios corrige y guía a sus hijos, asegurándose de que se mantengan en el camino de la santidad. Es importante recordar que la disciplina es un signo de que pertenecemos a Dios, no un signo de rechazo.

2. Los que no conocen a Dios (Madianitas): Aquellos que no tienen una relación con Dios están sujetos a su ira y juicio. La justicia de Dios también se manifiesta en la condenación de aquellos que viven en desobediencia y rechazo a su voluntad. Esto nos recuerda que el amor de Dios no excluye su justicia.

II. Algunos Tratan de Jugar (Versículos 4-9)

A medida que avanzamos en el pasaje, encontramos que algunos israelitas se involucran en una guerra contra los madianitas, pero su actitud refleja una falta de seriedad respecto al pecado.

Moisés envía a la guerra a mil hombres de cada tribu, sumando un total de doce mil soldados. Finees, hijo del sumo sacerdote Eleazar, lleva los ornamentos sagrados, simbolizando la importancia de la presencia de Dios en la batalla. Los israelitas vencen a los madianitas, matando a todos los varones adultos, incluido Balaam, y quemando sus ciudades. Sin embargo, hay un detalle inquietante: dejan con vida a las mujeres y a los niños.

La decisión de dejar con vida a las mujeres es problemática, especialmente considerando que el pecado que había llevado a la disciplina en primer lugar estaba relacionado con la fornicación con estas mismas mujeres. Este acto revela una desconexión entre la historia del pecado y la respuesta de los israelitas. Parece que rápidamente han olvidado la gravedad de lo que ocurrió.

La participación de las mujeres madianitas en el complot es clara. En el inicio del capítulo 25, se menciona que los israelitas fornicaron con las moabitas, y es evidente que las madianitas jugaron un rol en este pecado. La mujer que Fineas mató era de la realeza madianita, lo que indica que el pecado estaba arraigado en la cultura de los madianitas.

Este episodio nos lleva a reflexionar sobre nuestra propia vida espiritual. Muchos creyentes hoy en día muestran una actitud similar al regresar a los mismos pecados que les han causado problemas en el pasado. Jugamos con el pecado, regresamos a las mismas relaciones, frecuentamos los mismos lugares y perpetuamos las mismas prácticas destructivas. Este comportamiento refleja una falta de disposición para abandonar radicalmente el pecado y nos mantiene atrapados en un ciclo vicioso de caída y levantada.

III. Otros Tratan con Radicalidad (Versículos 10-18)

En la siguiente sección del pasaje, vemos un enfoque diferente hacia el pecado. Al regresar de la guerra, Moisés, Eleazar y los príncipes de las tribus salen a recibir a los guerreros. Sin embargo, Moisés se da cuenta de que no han matado a las mujeres, lo que provoca su enojo.

Los guerreros vienen de haber tocado muertos, lo que los haría ritualmente impuros. Recuerde que en la cultura israelita, tocar un cadáver implicaba un proceso de purificación. Moisés, al ver que no han eliminado a las mujeres, ve un peligro latente de recaída en el pecado. Les recuerda que estas mujeres, aconsejadas por Balaam, habían hecho caer al pueblo en pecado anteriormente.

Debido a la gravedad de la situación, Moisés ordena que se maten a todas las mujeres que instigaron la fornicación y a los niños varones. Las mujeres vírgenes son dejadas con vida. Este acto puede parecer drástico, pero es importante entender el contexto en el que se da esta decisión.

La orden no proviene de Dios. Dios mandó la guerra, pero no ordenó matar a los niños. Los guerreros entendieron esto y, por lo tanto, no asesinaron a los niños. La motivación de Moisés es proteger al pueblo de Dios y evitar futuras recaídas que podrían resultar en más muertes. Al eliminar a quienes instigaron el pecado, Moisés busca salvaguardar la pureza del pueblo.

La decisión de Moisés de dejar con vida a las mujeres vírgenes tiene un propósito. Estas mujeres no habían participado en el pecado y podrían ser discipuladas en la fe en Yahvé. Esto resalta la importancia de discernir entre aquellos que son responsables del pecado y aquellos que pueden ser restaurados y guiados en la verdad.

La acción de Moisés no significó el exterminio total de los madianitas. En el libro de Jueces, estos personajes vuelven a aparecer, lo que sugiere que la guerra fue contra una facción de Madian y no contra toda la nación. Las naciones en ese tiempo estaban divididas en varios grupos, y algunos eran nómadas.

Este pasaje nos ofrece una clara indicación de cómo debemos tratar con el pecado en nuestras propias vidas. Aunque no estamos llamados a matar a nadie, sí debemos ser radicales al enfrentar el pecado. Jesús nos desafía en Marcos 9:42-48 a ser radicales en nuestra lucha contra el pecado. La radicalidad en este contexto implica tomar decisiones firmes y drásticas para evitar que el pecado se infiltre en nuestras vidas.

La lucha contra el pecado requiere un compromiso real y una vigilancia constante. No podemos permitir que el pecado se convierta en algo trivial en nuestras vidas. Debemos estar dispuestos a reconocer las áreas donde el pecado está presente y tomar medidas decisivas para erradicarlo.

Conclusiones

El pasaje de Números 31 ilustra la seriedad con la que Dios aborda el pecado, tanto en sus hijos como en aquellos que no le conocen. La guerra contra los madianitas es una representación de la justicia divina y el llamado a la santidad. Moisés, al ordenar la eliminación de quienes instigaron la fornicación, nos advierte sobre la importancia de ser radicales ante el pecado en nuestras vidas.

Aunque no debemos aplicar estas acciones de manera literal, sí debemos tomar decisiones firmes para evitar la tentación y vivir en obediencia a Dios. La lucha contra el pecado es una parte integral de nuestra vida cristiana. Nos llama a un nivel más alto de vida, donde la santidad y la obediencia son características distintivas de nuestra relación con Dios.

La historia de Números 31 nos recuerda que el pecado tiene consecuencias. Debemos ser conscientes de que nuestras acciones no solo afectan nuestra vida, sino que también impactan a aquellos que nos rodean. La disciplina de Dios no es un signo de rechazo, sino una manifestación de su amor y cuidado hacia nosotros.

Al enfrentar la tentación, debemos recordar que somos llamados a vivir vidas santas y agradables a Dios. El compromiso con la santidad es esencial y requerirá que tomemos decisiones difíciles, pero siempre debemos hacerlo con la confianza de que Dios está con nosotros en nuestra lucha.

En última instancia, debemos recordar que la radicalidad en la lucha contra el pecado no se trata de ser severos con los demás, sino de ser severos con nosotros mismos. La verdadera transformación comienza en nuestro interior, y es allí donde Dios quiere trabajar. Así que, al reflexionar sobre este pasaje, que cada uno de nosotros se comprometa a buscar la santidad y a vivir en una relación más profunda con Dios, reconociendo que el pecado es algo serio que debe ser tratado con la máxima urgencia y compromiso.

No hay comentarios: