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✝️BOSQUEJO - ✝️SERMÓN - ✝️PREDICA: ✝️NOVIAZGO CRISTIANO: 3 SEÑALES de que ES ÉL/ELLA

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BOSQUEJO

✝️Tema: El matrimonio. ✝️Titulo: NOVIAZGO CRISTIANO: 3 SEÑALES de que ES ÉL/ELLA✝️Texto: Génesis 24. ✝️Autor: Pastor Edwin Guillermo Núñez Ruiz.


A. “El Nuevo testamento es el mejor libro que el mundo ha conocido o conocerá.” Charles Dickens

B. Hoy comenzaremos una serie sobre el matrimonio y lo haremos planteando una pregunta muy importante: ¿con quien debo casarme? la pregunta es importante porque alguien decía alguna vez que la persona con quien me caso es: “la clave o el clavo”.

C. Antes de comenzar hablemos algo sobre la pertinencia de este mensaje. si usted ya es casado piense que lo que escuchara le servirá para aconsejar a otros entre ellos a sus propios hijos, si es viudo o separado, de igual modo, y si usted es soltero o esta pensando en casarse la conveniencia del tema esta fuera de discusión.

C. Utilizaremos el pasaje de Génesis 24 donde Abraham le busca esposa a Isaac. El texto contiene varios principios importantes en cuanto a esto.


I. ESCOGE UN CREYENTE (Ver 3 - 4).

A. Abraham le hace jurar a su criado que no permitirá que Isaac se case con una Cananea sino que ira a su tierra y allí buscará a una mujer para el muchacho. Esto es porque los Cananeos eran idólatras en extremo y los ritos a sus dioses incluían sacrificios de niños. Abraham no quiere eso para su hijo, el quiere alguien de su familia.

B. De la misma manera el Hijo(a) de Dios no debe buscar cónyuge entre los modernos Cananeos sino entre los hijos de Dios (2 Cor 6: 14 - 15; 1 Cor 7:39) y aun entre los hijos de Dios no todo el mundo será apto para el/ella pues deberá fijarse entre ellos quienes tengan su mismo nivel espiritual.

C. ¿Por que no debe hacer esto? Leamos Deut 7: 3 - 4 allí tenemos la razón ejemplos bíblicos de esto son abundantes sólo veremos lo que nos dice sobre Salomón (1 Rey 11:4) y por esto tuvo que pagar las consecuencias (11 - 13).

II. ESCOGE LA DIRECCIÓN (Ver 7 y 12, 27).

A. En el primer versículo vemos a Abraham expresando su confianza en que Dios dirigirá al siervo en su propósito, en el segundo versículo encontramos a el siervo orando para que Dios le dirija y en el tercero vemos como en efecto Dios lo había guiado.

B. Es aquí donde encontramos el segundo principio importante y es que debes orar y buscar la guía de Dios en este aspecto (Prov 3: 5 - 6).

C. ¿Como me guía a Dios? Esa pregunta es muy subjetiva y por eso no es fácil de contestar, Yo creo que Dios puede guiarte a través de sueños, palabras proféticas, impresiones internas, señales etc pero aun así hay que tener mucho cuidado porque no siempre estas manifestaciones proviene de Dios, sino de la carne o peor aún del diablo mismo.

D. Lo que sí es seguro en cuanto a la guianza de Dios es que Él nunca nos va a guiar para hacer algo en contra de su misma Palabra, por ejemplo, el nunca nos guiará a casarte con un incrédulo/a. También es muy seguro que la voluntad de Dios nos será revelada a través de su Palabra por eso seria muy conveniente que la estudiáramos buscando en ella como es el cónyuge ideal y seguro esto será una gran guía.


III. ESCOGE BIEN (Ver 13 y 14).

A. Tenemos en estos versículos al siervo poniendo unas señales a Dios para saber quien será dicha mujer. Sabiamente este hombre pone una señal que le ayudará a descubrir en la escogida cualidades de una buena esposa (sumisa, humilde, trabajadora, bondadosa, que hacia mas de lo que se le pedía), tenga en cuenta que un camello puede beber entre 100 y 170 litros de agua de una vez y el siervo llevaba 10 camellos además tenía que bajar por una escalera hasta el pozo para sacar agua una y otra vez. También es importante notar que el siervo no puso una señal que le revelara los atributos externos de la mujer sino más bien sus atributos internos.

B. Hay varios aspectos que una persona debería considerar a la hora de escoger su cónyuge. Vamos a enumerar algunos: aunque el aspecto físico es importante, para cada cual la belleza es algo subjetivo, en la mayoría de los casos lo que es lindo para unos es feo para otros y viceversa. Deberíamos fijarnos mejor en el aspecto interno de la persona, hágase preguntas como, esta persona: 

1. En su casa, con sus padres, con las autoridades ¿es sumisa o rebelde? ¿es un buen hija, un buen hermana?

2. En su visión de la vida y con respecto a otras personas ¿es humilde u orgullosa? 

3. ¿Es su corazón bondadoso, misericordioso, noble o es persona cascarrabias, amargada, egoísta?

4. ¿Es perezosa o trabajadora? ¿emprendedora o negligente?

5. ¿Da más de lo que se espera o hace únicamente lo que se le pide?

6. ¿Se auto controla cuando esta enojada? ¿tiene adicciones?

Los hombre tiene una gran ayuda en prov. 31 donde la palabra nos habla de la mujer virtuosa. Seria un buen ejercicio tomar este texto y compararlo con la mujer con la que te piensas casar.

Para terminar. NO OLVIDE ESCUCHAR A OTROS Y NO AFANARSE.


Conclusiones:

Elegir pareja requiere oración, discernimiento y alineación con la Palabra. La compatibilidad espiritual, valores y carácter son fundamentales para un matrimonio sólido. Buscar la guía de Dios en cada paso ayuda a evitar errores y asegura una unión bendecida. La decisión influye en toda la vida, por eso es vital actuar con sabiduría, madurez y fe.

VERSION LARGA

En el vasto escenario de la vida, donde las decisiones moldean nuestro destino, el matrimonio se erige como uno de los compromisos más profundos y significativos que podemos hacer. La elección de una pareja no es un simple acto; es una de las decisiones más importantes que influye en cada aspecto de nuestra existencia, desde nuestros sueños hasta nuestros desafíos cotidianos. Es por ello que, al adentrarnos en el fascinante relato de Génesis 24, donde Abraham, un hombre de fe, busca una esposa para su hijo Isaac, encontramos principios atemporales sobre el noviazgo cristiano, principios que pueden guiarnos en nuestra búsqueda del amor verdadero.

La primera pregunta que surge es: ¿con quién debo casarme? Esta es una pregunta crucial y no es difícil ver por qué. Como alguien sabiamente dijo, la persona con la que decides compartir tu vida puede ser “la clave o el clavo”. Una decisión tan fundamental requiere seriedad y oración. El mundo está lleno de opciones, y cada una de ellas puede llevarnos por caminos muy diferentes. En una cultura que a menudo trivializa el matrimonio, es fundamental volver a las raíces, a los principios que Dios ha establecido para nuestras vidas.

Imaginemos a Abraham, un patriarca que ha recorrido un largo camino de fe. En un momento de profunda reflexión, se da cuenta de la importancia de la elección que debe hacer para su hijo. Abraham no quiere que Isaac se case con una mujer de los cananeos, un pueblo conocido por su idolatría y prácticas inmorales. Él quiere que su hijo tenga una compañera que comparta su fe y sus valores. Este primer principio es fundamental: **escoge un creyente**.

En el versículo 3 de Génesis 24, Abraham le hace jurar a su siervo que no buscará una esposa entre los cananeos. El motivo de esta decisión es claro: los cananeos, con sus ritos y costumbres, eran un pueblo que no conocía al verdadero Dios. En su sabiduría, Abraham entiende que el matrimonio no es solo una unión romántica, sino una alianza espiritual. Al igual que Abraham, nosotros también debemos ser intencionales en nuestra búsqueda. No se trata solo de encontrar a alguien que sea atractivo o que despierte nuestro interés romántico, sino de buscar a alguien que comparta nuestra fe en Cristo.

La Biblia nos advierte en 2 Corintios 6:14 que no debemos estar en yugo desigual con los incrédulos. Esto no significa que debamos excluir a aquellos que no comparten nuestra fe, sino que debemos ser sabios y cautelosos al elegir nuestras parejas. La elección de una pareja cristiana no solo nos protege de las influencias negativas, sino que también nos ayuda a construir una base sólida para una relación duradera. Los valores compartidos, la fe en común y el compromiso con Dios son elementos fundamentales que pueden sostener un matrimonio a través de las tormentas de la vida.

Ahora bien, el siervo de Abraham, al ser enviado en esta misión, también nos muestra otra lección vital: **escoge la dirección**. En los versículos 7 y 12, vemos cómo Abraham expresa su confianza en que Dios dirigirá al siervo en su propósito. Este acto de confiar en Dios es crucial. El siervo, al llegar a la ciudad de Nahor, se arrodilla y ora, pidiendo a Dios que le muestre la mujer adecuada para Isaac. Este es un recordatorio poderoso de que debemos buscar la guía de Dios en todos los aspectos de nuestra vida, especialmente en decisiones tan significativas como el matrimonio.

La oración es un acto de fe que nos conecta con el corazón de Dios. Cuando buscamos Su dirección, estamos reconociendo que necesitamos Su sabiduría. Proverbios 3:5-6 nos exhorta a confiar en el Señor de todo nuestro corazón y a no apoyarnos en nuestra propia prudencia. Este es un llamado a la oración y a la búsqueda activa de la dirección de Dios. 

Pero, ¿cómo nos guía Dios? Esta es una pregunta que muchos se hacen. A veces, Dios puede hablar a través de sueños, impresiones internas o incluso palabras proféticas. Sin embargo, debemos tener cuidado. No todas las impresiones que sentimos provienen de Dios; algunas pueden ser producto de nuestros propios deseos o incluso de influencias externas. Lo más seguro es que la voluntad de Dios nunca estará en conflicto con Su Palabra. Si buscamos una pareja, debemos asegurarnos de que lo que deseamos esté alineado con lo que Dios nos enseña en las Escrituras. La Palabra de Dios es una guía invaluable, y al estudiarla, podemos encontrar principios que nos ayudarán a identificar a la persona ideal para compartir nuestras vidas.

En el relato de Abraham y su siervo, observamos que la oración no es un mero formalismo. El siervo ora de manera específica, pidiendo una señal clara de Dios. En el versículo 14, formula la petición de que la mujer que le ofrezca agua a él y a sus camellos sea la elegida. Esta actitud muestra la importancia de ser específicos en nuestras oraciones. Cuando oramos, debemos presentar nuestras necesidades y deseos ante Dios de manera clara, confiando en que Él nos escucha.

La historia también nos enseña a **escoger bien**. En los versículos 13 y 14, el siervo coloca señales específicas ante Dios para identificar a la mujer que será la esposa de Isaac. Este acto de discernimiento no es trivial; refleja la sabiduría de buscar cualidades que vayan más allá de lo superficial. El siervo no busca solo una mujer hermosa; él busca a alguien que demuestre un carácter adecuado y una disposición para servir.

La elección de una pareja no debe basarse únicamente en la atracción física. Es fácil dejarse llevar por el atractivo físico, pero como bien sabemos, la belleza es subjetiva. Lo que puede parecer hermoso para uno puede no serlo para otro. En lugar de centrarnos únicamente en lo exterior, debemos poner más énfasis en las cualidades internas de la persona que consideramos como pareja. Pregúntate: ¿es sumisa y respetuosa en su hogar? ¿Cómo trata a sus padres y hermanos? ¿Es humilde o se deja llevar por el orgullo? ¿Es bondadosa y generosa, o es egoísta y amargada? ¿Es trabajadora y emprendedora, o perezosa y negligente? 

Algunos de estos aspectos pueden ser más evidentes en la vida diaria, en la manera en que la persona se relaciona con los demás. La mujer virtuosa de Proverbios 31 nos ofrece un modelo inspirador. Al leer ese pasaje, podemos reflexionar sobre las características que deseamos en una pareja, no solo en términos de apariencia, sino en cuanto a su carácter y sus valores. Las señales que el siervo pidió a Dios no eran sobre lo que la mujer parecía, sino sobre cómo se comportaba y qué cualidades poseía. Esto nos recuerda que, al buscar a nuestra pareja, debemos estar atentos a su corazón y a su actitud en la vida cotidiana.

La historia de la búsqueda de la esposa para Isaac también nos da un ejemplo de **la importancia de la comunidad y el consejo**. A menudo, quienes nos rodean pueden ofrecer perspectivas valiosas sobre la persona que estamos considerando como pareja. No debemos apresurarnos en nuestras decisiones; el matrimonio es un compromiso de vida, y es vital actuar con madurez y sabiduría. La comunidad de fe, amigos cercanos y familiares pueden ser una fuente de apoyo y discernimiento. Escuchar a otros que han recorrido el camino del matrimonio puede proporcionarnos una visión más amplia y evitar que cometamos errores.

El noviazgo cristiano es un viaje que debe ser recorrido con intención y propósito. No se trata solo de disfrutar de momentos románticos, sino de prepararse para construir una vida juntos. La comunicación abierta, la honestidad y la oración son fundamentales en esta etapa. El noviazgo debe ser un tiempo de conocer profundamente a la otra persona, de explorar sus valores, sus sueños y sus aspiraciones.

Durante el noviazgo, es vital establecer una base sólida. La confianza, el respeto y la comunicación son piedras angulares en esta etapa. La transparencia en la relación permite que ambos se conozcan mejor y construyan un vínculo más fuerte. Las discusiones sobre expectativas, metas y creencias son esenciales para evitar sorpresas en el futuro.

Además, es importante abordar el tema de la intimidad emocional y espiritual. La conexión espiritual es fundamental en un noviazgo cristiano. Compartir tiempo en oración, estudiar la Biblia juntos y participar en actividades de la iglesia puede fortalecer el vínculo y permitir que ambos crezcan en su fe. La intimidad emocional, por su parte, se construye al permitir que la otra persona conozca nuestras vulnerabilidades, temores y sueños. Este nivel de apertura crea un ambiente de confianza que es esencial para un matrimonio sólido.

La historia de Abraham y su siervo también refleja la importancia de la paciencia. La búsqueda de la pareja adecuada no es un proceso que deba apresurarse. Es natural sentir la presión del tiempo, especialmente en una cultura que a menudo glorifica el matrimonio rápido. Sin embargo, la paciencia es una virtud que debe cultivarse. Al igual que el siervo de Abraham, debemos estar dispuestos a esperar la dirección de Dios y confiar en que Él tiene el momento perfecto para cada cosa.

La decisión de casarse es una de las más importantes que tomaremos en la vida, y al hacerlo con sabiduría y fe, podemos estar seguros de que Dios está en control y Su propósito prevalecerá en nuestras vidas. El relato de Génesis 24 es un ejemplo claro de cómo Dios se interesa en nuestra vida romántica. Él quiere guiarnos y bendecir nuestras decisiones. Al tomarte el tiempo para orar y buscar Su dirección, estás abriendo la puerta a Su provisión y Su sabiduría.

En conclusión, el noviazgo cristiano no es un asunto trivial. Es un viaje que requiere oración, discernimiento y una alineación con la Palabra de Dios. La elección de una pareja debe basarse en la compatibilidad espiritual, en valores compartidos y en el carácter. La guía de Dios es esencial en cada paso que damos, y confiar en Su provisión requiere fe, humildad y un corazón dispuesto a escuchar.

Si eres soltero y estás pensando en el matrimonio, tómate el tiempo necesario para buscar a la persona adecuada. No te apresures; la paciencia en la búsqueda de un compañero de vida puede llevar a una unión más sólida y duradera. Si ya estás en una relación, no olvides seguir buscando la guía de Dios y evaluar constantemente la relación. Y si eres un padre o un mentor, comparte estos principios con los jóvenes que te rodean. La decisión sobre con quién casarse es una de las más importantes que tomaremos en la vida, y al hacerlo con sabiduría y fe, podemos estar seguros de que Dios está en control y Su propósito prevalecerá en nuestras vidas.

Así que, mientras reflexionamos sobre el noviazgo cristiano, recordemos que Dios se preocupa por cada aspecto de nuestra vida, incluyendo a quién elegimos para ser nuestra pareja. Confiemos en Su guía, busquemos Su sabiduría y estemos dispuestos a seguir Su dirección. Al final del día, el matrimonio no es solo una unión entre dos personas; es una colaboración divina que puede traer gloria a Dios y bendición a nuestras vidas.

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