Tema: El matrimonio. Título: Sexualidad en el matrimonio. Autor: Edwin Guillermo Nuñez Ruiz - soli deo gloria
Introducción:
A. Después de haber dejado atrás la descripción del amor Ágape, el amor con el que los cónyuges deben proponer amarse, vamos a considerar el área sexual en la pareja. Este es un aspecto muy importante y vamos a examinarlo bajo un aspecto bíblico
B. El sexo fue invención de Dios no del Diablo. (Gen 1: 27 – 28; 2:25). Fijémonos hoy en algunas perspectivas bíblicas sobre el sexo:
I LA SEXUALIDAD ES PREVENTIVA (1 Cor 7:2 - 3)
A. Varias cosas importantes para resaltar en estos pasajes respecto a nuestro tema:
1. El sexo matrimonial es una prevención contra el pecado de la fornicación. Las fornicación se refiere aquí a todo pecado sexual.
2. Cada persona tiene su propio cónyuge; no varios cónyuges.
3. El sexo en el matrimonio es un “deber”.
II LA SEXUALIDAD DEBE ESPERARSE (1 Cor 7: 3 – 5)
A. Observamos aquí que:
1. El cuerpo del cónyuge le pertenece al otro y por ello no pueden negarse el uno al otro.
2. La única excepción a este negarse se da en el mutuo consentimiento.
3. Para dedicarse a la oración.
4. Quien se niega a su cónyuge lo expone a las tentaciones del diablo.
II LA SEXUALIDAD DEBE SER UN DELEITE (Prov 5: 15 – 19)
A. Lo que dice aquí el proverbista es que si vamos a tener deleite sexual lo tengamos con nuestro cónyuge y no con cualquiera.
B. La pareja debe asegurarse placer mutuo en sus relaciones sexuales, dentro de los límites establecidos por Dios.
C. Quejas:
1. Esposas: “mi esposo solo piensa en su satisfacción”, “mi esposo me obliga y desea tener relaciones muy seguido”. El esposo siempre debe recordar que ellas son vaso más frágil y que ellas son distintas que nosotros.
2. Esposo: “mi esposa se niega a tener relaciones”
Conclusiones:
la sexualidad en el matrimonio es esencial para prevenir el pecado y fortalecer la relación, destacando la importancia del consentimiento y el deleite mutuo. Se deben abordar los problemas de comunicación y deseo entre los cónyuges, recordando que el placer en la sexualidad debe ser compartido. Esto promueve la unidad y el respeto, manteniendo la relación conforme a la voluntad de Dios.
VERSIÓN LARGA
Sexualidad en el Matrimonio: Una Perspectiva Bíblica
Introducción
El amor en el matrimonio es un tema profundo y multifacético, que abarca diversas dimensiones emocionales y espirituales. Después de explorar el amor Ágape, la forma de amor con la que los cónyuges deben proponerse amarse, es fundamental abordar un aspecto crítico de la relación conyugal: la sexualidad. Este es un tema de gran importancia, no solo para la satisfacción personal de cada uno de los cónyuges, sino también para el fortalecimiento y la preservación de la unión matrimonial. En esta discusión, nos centraremos en las enseñanzas bíblicas que nos ofrecen una visión clara y saludable sobre la sexualidad en el matrimonio.
La sexualidad ha sido diseñada por Dios como un regalo para los seres humanos, no como un tabú o un elemento de vergüenza. Génesis 1:27-28 y 2:25 nos recuerdan que el sexo es una creación divina, donde Adán y su esposa eran uno y no tenían miedo ni vergüenza en su desnudez. Por lo tanto, es vital examinar lo que las Escrituras dicen sobre la sexualidad, para entender su lugar adecuado en el contexto del matrimonio.
I. La Sexualidad como Prevención
En 1 Corintios 7:2-3, el apóstol Pablo nos ofrece directrices claras sobre la sexualidad en el matrimonio. Esta porción de la Escritura indica varias cosas importantes:
1. Prevención del Pecado: El acto sexual en el matrimonio es presentado como una medida preventiva contra el pecado de fornicación. Esta enseñanza subraya que la relación sexual entre esposos no solo es un acto físico, sino una defensa espiritual contra tentaciones que pueden surgir si se permite la falta de intimidad.
2. Monogamia: Es esencial entender que cada persona tiene su propio cónyuge. El matrimonio se basa en la fidelidad y el compromiso mutuo, donde cada uno pertenece exclusivamente al otro. Este principio es crucial para mantener una relación saludable y protegerla de influencias externas.
3. Responsabilidad Sexual: La Escritura señala que la sexualidad en el matrimonio es un "deber". Esto puede resultar sorprendente para algunos, pero implica que los cónyuges tienen una obligación de satisfacer las necesidades sexuales del otro, reflejando un amor en acción que va más allá del mero deseo físico.
II. La Sexualidad Debe Esperarse
En 1 Corintios 7:3-5, el apóstol Pablo también aborda el tema de la espera y la autoridad sobre el cuerpo del cónyuge.
1. Pertenencia Mutua: La idea de que el cuerpo del esposo le pertenece a la esposa y viceversa es fundamental. Esto implica que no pueden negarse uno al otro sin una razón justificada y acordada mutuamente.
2. Excepciones: Las únicas excepciones a esta regla son el consentimiento mutuo para la abstinencia, que debe ser utilizado para dedicarse a la oración. Sin embargo, es crucial que esta práctica no se convierta en una excusa para desarrollar rencores o fomentar la tentación.
3. Riesgo de Tentación: Evitar la intimidad puede exponer a uno de los cónyuges a las tentaciones del diablo. Este hecho enfatiza la importancia de mantener una vida sexual activa y saludable dentro del matrimonio, promoviendo así la estabilidad y el bienestar de la relación.
III. La Sexualidad Debe Ser un Deleite
La sexualidad en el matrimonio no debe ser solo un deber. Provérbios 5:15-19 aboga por el deleite dentro de la intimidad conyugal. Aquí se nos anima a disfrutar plenamente de nuestras relaciones sexuales con nuestras parejas.
1. Intiminidad Sagrada: Las Escrituras nos exhortan a encontrar placer en nuestro cónyuge y no buscarlo fuera de este contexto. La intimidad no es solo un acto físico; debe ser una expresión de amor y conexión profunda entre los esposos.
2. Placer Mutuo: Es vital que las parejas se enfoquen en el placer mutuo. La sexualidad debe ser un espacio donde ambos cónyuges se sientan valorados y respetados. Esto significa que cada uno debe esforzarse por entender las necesidades del otro, creando un ambiente donde ambos puedan disfrutar y sentirse satisfechos.
3. Comunicación Abierta: A menudo surgen quejas en relación a la intimidad. Por ejemplo, algunas esposas pueden sentir que sus esposos están más enfocados en su propia satisfacción, mientras que algunos esposos pueden enfrentar el rechazo de sus esposas. La comunicación abierta y sincera en estos casos es esencial para resolver conflictos y satisfacer las necesidades de ambos.
Conclusiones
La sexualidad en el matrimonio es un aspecto esencial que va más allá del mero acto físico. Es un medio que Dios ha creado para prevenir el pecado, promover la unión y fomentar el deleite entre los esposos. Al aceptar la sexualidad como un deber y una responsabilidad, los cónyuges pueden construir una relación más fuerte y unida. Es necesario abordar las dificultades relacionadas con la intimidad con honestidad y amor, recordando siempre que el placer debe ser compartido y que una comunicación abierta es fundamental. Así, la sexualidad se convierte en un hermoso reflejo de la voluntad de Dios para el matrimonio, sustentando la unidad y el respeto que deben prevalecer entre dos personas que han decidido compartir sus vidas.
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