SERMÓN - BOSQUEJO: ¿ENAMORADO(A) DE UN INCRÉDULO? 😱 LA VERDAD DEL YUGO DESIGUAL QUE TE SACUDIRÁ

Tema: Esdras. Titulo: ¿ENAMORADO(A) DE UN INCRÉDULO? 😱 LA VERDAD DEL YUGO DESIGUAL QUE TE SACUDIRÁ Texto: Esdras 9. Autor: Pastor Edwin Guillermo Núñez Ruíz.

Introducción:

A. La Biblia dice: "no os unáis en yugo desigual con los incrédulos". Ahora, la expresión "Yugo desigual" señala cualquier tipo de sociedad entre un cristiano y una persona que no lo es

B. ¿Por que Dios haría este tipo de prohibición? básicamente, por nuestra propia felicidad y progreso. El yugo desigual es un problema para el creyente porque le va a traer problemas de toda índole y sufrimientos en su vida futura.

C. La historia del día de hoy es una historia de "yugo desigual" sentimental en la época de Esdras. 

D. Hoy resaltaremos tres expresiones claves en el texto que nos ayudaran a comprender mejor el concepto del "yugo desigual"

I. "LINAJE SANTO" (ver 2).

A. Los príncipes al mencionarle el problema a Esdras describen al pueblo de Dios como "Linaje santo". Esta expresión habla del carácter especial del pueblo de Dios ellos son de una condición santa. Santo a demás de querer decir puro, quiere decir también separado, o de una clase exclusiva y única. El pueblo de Israel  por ser el pueblo que Dios escogió y por el pacto que se hizo con ellos es un pueblo de una clases exclusiva y única, eran su pueblo. Por esa misma razón no debían emparentar con otros pueblos no-santos, profanos.

B. Los cristianos también somos linaje santo, según nos dice el N.T. por ellos mismo Dios nos prohíbe este tipo de relaciones. Entonces, visto así el yugo desigual es la consecuencia o bien de saber esto o de no considerarlo cierto o de menospreciar esta condición.

C. Frase: "si sientes mariposas por alguien que no ama a Dios ayuna y mátalas de hambre".

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II. "ANGUSTIADO EN EXTREMO" (ver 3 - 4).

A. Dos veces en estos versículos se menciona la palabra: ANGUSTIA esta palabra quiere decir que Esdras quedo devastado y estupefacto al saber estas cosas. Cuando leemos los capítulos 9 -10 llama la atención las frases que usan para describir lo que hizo y como se sentía Esdras con respecto a esto:

(ver 9:3): "Cuando oí esto, rasgué mi vestido y mi manto, y arranqué pelo de mi cabeza y de mi barba", (ver 9: 5): "me levanté de mi aflicción, y habiendo rasgado mi vestido y mi manto", (ver 9:6): "confuso y avergonzado estoy. (ver 10:1): "llorando y postrándose delante de la casa de Dios", "y lloraba el pueblo amargamente". (ver 10:6): "no comió pan ni bebió agua, porque se entristeció a causa del pecado de los del cautiverio", (ver 10: 9): "temblando con motivo de aquel asunto, y a causa de la lluvia".

B. Surge la pregunta: ¿por que quedo en esta condición? Esdras sabia que nada bueno podía resultar de semejante situación, particularmente creo que su angustia se debía a que sabia claramente que tal actitud estaba provocando a Dios, provocaba de nuevo la ira de Dios sobre Israel entero  (ver 13 - 15).

C. Dijimos al comienzo que el yugo desigual es un problema porque nos va a causar mucho dolor en la vida, aun así, no es este el principal problema, el mas grave es que esto problemas no solo vendrán por las consecuencias normales que traen nuestras decisiones sino también por las consecuencias que traerá a nuestra vida el alejarnos de Dios que es la condición mas probable en la que caeremos al practicar estas cosas, con el alejamiento de Dios, el juicio de Dios.

D. Estar en yugo desigual es una condición bastante peligrosa para el creyente.

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III. "AÚN HAY ESPERANZA" (ver 10:2).

A. Estas palabras en boca de Secanias (Este dirigente, no involucrado en los matrimonios mixtos por cuanto su nombre no aparece en la lista en los vv. Esd_10:18-44, como si su padre y tíos según el versículo 26)  nos dicen que aunque Israel estaba en semejante condición no todo estaba perdido, aun había algo por hacer para apaciguar la ira de Dios. El asunto era bien radical pero necesario: ellos harían un pacto con Dios para expulsar de su tierra a sus esposas extranjeras y no solo a ellas sino también a los hijos nacidos de la relación entre los Israelitas y las mujeres de otros países.

B. La situación era tan urgente que se reunieron en el tiempo de lluvias fuertes y por ende de mayor frio (ver 9), esto nos muestra la urgencia de solucionar el hecho

B. Cosas como estas y no menos radicales son las que se deben hacer cuando se trata de estas situaciones, eso si podemos reconocer la ofensa que es esto para Dios y el peligro al que nos exponemos al permanecer en ella.

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Conclusiones:

A. Lo que tenemos que hacer es tratar de imaginar un futuro unidos a alguien que no conoce de Dios ¿Qué puedo esperar? ¿Cómo voy a criar a mis hijos? ¿bajo que principios bíblicos regiré mi relación junto a una persona que no los comparte? Piense: si un pez se enamora de un pájaro ¿Dónde construirán su hogar?

B. Por ello al salir de este lugar huya con toda sus fuerzas de este tipo de relaciones. 

VERSIÓN LARGA 

La Biblia nos advierte de manera clara y contundente: "no os unáis en yugo desigual con los incrédulos". Esta advertencia, que resuena a través de las páginas de las Escrituras, no es meramente un consejo; es una guía divina diseñada para nuestra protección y bienestar. El término "yugo desigual" se refiere a cualquier tipo de relación entre un cristiano y una persona que no comparte su fe. El yugo, en tiempos antiguos, se utilizaba para unir a dos animales, permitiéndoles trabajar juntos en el arado de la tierra. Sin embargo, cuando los animales son de diferentes especies o tamaños, esta unión se convierte en una carga, una lucha constante que puede resultar en sufrimiento.

Pero, ¿por qué Dios establecería una prohibición tan contundente? La razón es fundamentalmente por nuestro propio bienestar y felicidad. El yugo desigual puede acarrear problemas de toda índole y sufrimientos en nuestra vida futura. En el relato de Esdras, encontramos una historia que ilustra perfectamente las complicaciones que surgen de un yugo desigual en el contexto del noviazgo y el matrimonio, así como la angustia que puede generar esta situación.

La historia de Esdras se desarrolla en un tiempo crítico para el pueblo de Israel, que había regresado del exilio en Babilonia. Al enfrentarse a la realidad de su nuevo hogar, surge un problema alarmante: muchos israelitas habían tomado como esposas a mujeres extranjeras, que no compartían su fe ni sus valores. Este acto no solo rompía la ley de Dios, sino que también ponía en peligro la identidad y la pureza del linaje santo del pueblo de Dios. En este contexto, nos encontramos con tres expresiones clave que nos ayudarán a comprender mejor el concepto de "yugo desigual".

La primera expresión es "linaje santo". En el versículo 2 de Esdras 9, los príncipes de Israel se refieren al pueblo de Dios como un "linaje santo". Esta descripción es crucial, ya que habla del carácter especial del pueblo de Dios. Ser "santo" no solo implica pureza, sino también separación; implica ser parte de una clase exclusiva y única. Israel, como pueblo escogido por Dios, tenía una identidad distinta. Su relación con Dios requería que se mantuvieran alejados de las prácticas y creencias de los pueblos no santos.

Hoy en día, los cristianos también somos considerados un linaje santo, como nos enseña el Nuevo Testamento. Esta condición de linaje santo nos lleva a entender que el yugo desigual es, en última instancia, una violación de nuestra identidad como hijos e hijas de Dios. Al ignorar esta verdad, o al menospreciar nuestra condición, corremos el riesgo de caer en relaciones que no solo son desventajosas, sino que también comprometen nuestra relación con Dios.

Imagínate por un momento: si sientes mariposas por alguien que no ama a Dios, es posible que debas tomar medidas drásticas. Hay una frase que dice: "Ayuna y mátalas de hambre". A veces, la atracción emocional puede nublar nuestro juicio, llevándonos a considerar relaciones que, en última instancia, nos alejarán de nuestra fe y propósito. La atracción puede ser poderosa, pero es crucial recordar que una relación que no se basa en los principios de Dios inevitablemente traerá complicaciones a largo plazo.

La segunda expresión que encontramos en el texto es "angustiado en extremo". En los versículos 3 y 4, Esdras se muestra devastado e estupefacto al enterarse de las uniones mixtas que se estaban formando entre el pueblo de Dios y las mujeres extranjeras. Su angustia es palpable, y sus reacciones son extremas: rasga su vestido, se arranca el cabello y la barba, y llora amargamente. Esdras no es solo un líder religioso; es un hombre profundamente preocupado por el bienestar espiritual de su pueblo. Su angustia proviene de su comprensión de las consecuencias que estas uniones traen consigo.

La angustia de Esdras refleja el dolor que siente al ver a su pueblo alejándose de Dios. Sabe que nada bueno puede resultar de semejante situación, y su corazón se quiebra al pensar en la ira de Dios que podría desatarse sobre Israel nuevamente. Aquí, la pregunta es: ¿por qué se siente así? Esdras es consciente de que el yugo desigual no solo causa problemas en el presente, sino que también tiene repercusiones eternas. La relación con Dios es fundamental, y al alejarnos de Su voluntad, nos exponemos a consecuencias graves.

Esta angustia no es solo una respuesta emocional; es un testimonio del profundo amor que Esdras siente por su pueblo y por Dios. La realidad es que el yugo desigual es una condición peligrosa para el creyente. No solo nos causa dolor y sufrimiento en nuestras vidas, sino que también nos aleja de la fuente de nuestra paz y alegría, que es Dios mismo. El mayor riesgo no es solo el sufrimiento que podemos experimentar por nuestras decisiones, sino el peligro de alejarnos de Dios, lo que puede llevarnos a una vida de tristeza y vacío espiritual.

A través de la historia de Esdras, también encontramos una esperanza renovadora en la última expresión: "Aún hay esperanza". En Esdras 10:2, Secanías, un dirigente del pueblo, proclama que, aunque Israel se encuentra en una situación desesperada, no todo está perdido. Aquí, esta declaración se convierte en un faro de luz en medio de la oscuridad. A pesar de las decisiones erróneas, siempre hay un camino de regreso a Dios, siempre hay una oportunidad para arrepentirse y buscar Su perdón.

Secanías propone un pacto radical: expulsar a las esposas extranjeras y a los hijos nacidos de esas uniones. Aunque esta decisión era drástica y dolorosa, era necesario para restaurar la relación del pueblo con Dios. La urgencia de la situación se refleja en el hecho de que se reúnen en un tiempo de lluvias intensas, demostrando la seriedad del asunto. La necesidad de actuar rápidamente es evidente, y la comunidad se une para enfrentar las consecuencias de sus acciones.

Así, la historia de Esdras nos enseña que, aunque podemos encontrarnos en situaciones difíciles debido a decisiones equivocadas, siempre hay esperanza. Nuestro Dios es un Dios de restauración y redención. Aun cuando enfrentamos las consecuencias de nuestras elecciones, Él está dispuesto a recibirnos de nuevo si nos volvemos a Él con corazones sinceros. Este es un mensaje poderoso para aquellos que han experimentado el dolor del yugo desigual; no importa cuán lejos te sientas de Dios, siempre hay un camino de regreso.

Al considerar lo que hemos aprendido de la historia de Esdras, es vital reflexionar sobre nuestras propias vidas y relaciones. ¿Qué pasa si nos encontramos en un yugo desigual? ¿Qué podemos hacer para evitar caer en estas trampas emocionales y espirituales que pueden resultar devastadoras? La respuesta comienza con una comprensión clara de nuestra identidad en Cristo y la importancia de seguir Su dirección en nuestras decisiones.

La primera pregunta que debemos hacernos es: ¿qué puedo esperar de una relación con alguien que no comparte mi fe? Imagina un futuro en el que estás unido a alguien que no conoce a Dios. ¿Cómo vas a criar a tus hijos? ¿Bajo qué principios bíblicos regirás tu relación junto a una persona que no tiene los mismos valores? Esta es una cuestión que no podemos pasar por alto. La vida es un viaje que se comparte, y es fundamental que ambos estén en la misma dirección, compartiendo los mismos sueños y propósitos.

La analogía de un pez enamorándose de un pájaro es reveladora. ¿Dónde construirán su hogar? ¿En el agua o en el aire? La incompatibilidad entre dos seres tan diferentes es evidente. De igual manera, el cristiano que se une en yugo desigual con un incrédulo enfrentará constantes luchas y tensiones. Las diferencias en valores fundamentales, creencias y prioridades pueden llevar a conflictos que desgastan la relación y, en última instancia, separan a las personas.

Es crucial que, al salir de este lugar, tomemos decisiones sabias. Huir con todas nuestras fuerzas de relaciones que no glorifican a Dios es un paso necesario para proteger nuestra fe y nuestro futuro. Al final, el llamado de Dios es claro: busquemos a aquellos que comparten nuestra fe, que entienden la belleza del pacto que hacemos con Él. Al unir nuestras vidas a alguien que también ama a Dios, creamos una base sólida para un matrimonio que florecerá en amor, respeto y crecimiento espiritual.

La advertencia sobre el yugo desigual no es solo una prohibición; es una invitación a experimentar la plenitud de la vida que Dios tiene para nosotros. Es un llamado a vivir en la luz de Su amor y Su presencia. Al elegir sabiamente, no solo aseguramos nuestra felicidad, sino que también honramos a Dios en nuestras decisiones.

En conclusión, el relato de Esdras nos proporciona una perspectiva clara sobre la importancia de evitar el yugo desigual en nuestras vidas. Nos recuerda que somos un linaje santo, llamados a vivir de manera que refleje nuestro compromiso con Dios. La angustia que experimentó Esdras ante la situación de su pueblo nos enseña que las decisiones que tomamos tienen consecuencias, no solo para nosotros, sino para aquellos que nos rodean.

Finalmente, el mensaje de esperanza que encontramos en Esdras 10:2 nos anima a recordar que nunca es demasiado tarde para volver a Dios. Siempre hay un camino de regreso, siempre hay oportunidades para arrepentirse y restaurar nuestra relación con Él. Al buscar a Dios en nuestras decisiones, especialmente en lo que respecta a nuestras relaciones, podemos estar seguros de que Él nos guiará por el camino correcto, llevándonos a una vida plena y satisfactoria en Su amor.

Así que, al salir de este lugar, que estas lecciones queden grabadas en nuestros corazones. Que busquemos a aquellos que comparten nuestra fe, que honren a Dios en sus vidas y que estén dispuestos a caminar juntos en el camino de la vida. Porque al final del día, el verdadero amor no solo se encuentra en las mariposas del corazón, sino en la profunda conexión espiritual que compartimos con aquellos que también aman al Señor.