⚓Tema: Discipulado. ⚓Titulo: Permanecer en Cristo. ⚓Texto: Juan 15: 4 – 10. ⚓Autor: Pastor Edwin Guillermo Nuñez Ruiz
Introducción
A. LEMA. Estamos llevando esta serie con el objetivo primordial de prepararlo a usted para la época que se avecina, queremos que tome decisiones de consagración y de crecimiento para los meses siguientes y por ello hace 8 días le hablamos de que la voluntad de Dios es que usted crezca.
B. Hoy hablaremos de la clave del crecimiento y esta se encuentra resumida en el verbo que mas se repite en los versículos leídos este es PERMANECER, se repite 10 veces en estos 6 versículos, en griego es la palabra meno quiere decir: quedarse, continuar, perseverar, persistir. Esperar, quedarse en un lugar o posición esperando algo en el futuro. También continuar, perseverar en una actividad o posición.
Este pasaje tiene mucho que enseñarnos sobre el permanecer:
Este pasaje tiene mucho que enseñarnos sobre el permanecer:
I PERMANECER ES DEJARSE AMAR (Ver 8).
A. El padre ama a Jesús El padre ama a Jesús con un amor por nosotros incomprensible y Jesús afirma que el nos ama de la misma manera que el padre le ama a Él. ¿Cómo demuestra su amor Jesús por nosotros? muriendo por nosotros en la cruz.
B. Cuando permanecemos en Jesús permanecemos en su amor, al permanecer en su amor somos objetos eficaces de su salvación; por el contrario, cuando decidimos dejar de permanecer en el rechazamos su amor y su salvación.
C. ¿Qué quiere decir permanecer en las palabras de Jesús? Según el versículo 10 es guardar los mandamientos de Jesús, guardar los mandamientos de Jesús es obedecerlos (1 Juan 2:5; 1 Juan 3: 21 – 24), los mandamientos que nos han sido dados son: creer en Jesús y amar a los demás, estas primeras palabras de este versículo se convierten en la condición para una promesa maravillosa.
II PERMANECER ES GARANTÍA DE RESPUESTAS (Ver 7).
A. El concepto de permanecer aquí es ampliado y especificado ya que nos aclara que no es solo persistir en estar unidos a Cristo sino también persistir en sus Palabras. De hecho, dicha permanencia es una de las evidencias de ser discípulos de Cristo (Juan 8:31).
B. La promesas es: “pedid todo lo que queráis y os será hecho” sino recibimos contestación positiva a nuestras oraciones debemos saber que existen varias razones para ello:
1. Pedimos con egoísmo (Sant. 4:3).
2. Pedimos sin fe (Marcos 11: 24 – 25).
3. No es la voluntad de Dios (1 Juan 5:14).
4. No estamos permaneciendo en Jesús y/o en su Palabra.
III PERMANECER ES GARANTÍA DE FRUTO (Ver 4 – 5).
A. Varias cosas importantes a considerar:
1. Se nos da la orden de permanecer (Ver 4ª).
2. (Ver 4b – 5) Se nos dice que de la manera como una rama cualquiera moriría estéril lejos del árbol, de la misma manera, un cristiano que no este en una permanente unión vital con Cristo no puede dar buen y abundante fruto.
B. Tenemos claro que la única manera de dar un buen y abundante fruto será permaneciendo en Cristo y surge la pregunta ¿Cómo permanezco en Cristo? Permanecemos en Cristo persistiendo en el, la vida cristiana es una carrera de largo aliento donde innumerables pruebas se presentan: problemas familiares, económicos, espirituales, sentimentales, persecución, problemas con otras personas, desanimo, esterilidad espiritual, ministerial etc y solo lograremos vencer siguiendo la orden de Jesús de persistir, de no darse por vencido, de rehusarse a fracasar en Él sea lo que sea, cueste lo que cueste.
La estabilidad en la vida espiritual es muy importante: estabilidad ministerial, estabilidad en una iglesia, estabilidad devocional, de otra manera es muy difícil dar fruto.
Conclusiones:
Permanecer en Cristo no solo implica un compromiso personal, sino también el reconocimiento de su amor y la obediencia a sus mandamientos. Esta permanencia se traduce en respuestas a nuestras oraciones y en la producción de frutos espirituales. La vida cristiana es un camino lleno de desafíos, y la estabilidad en nuestra fe es esencial para superar los obstáculos. Al permanecer en Él, encontramos la fuerza para enfrentar las pruebas y la promesa de que nuestro esfuerzo no será en vano. La perseverancia en la fe nos asegura una relación íntima con Jesús y una vida que refleja su amor y propósito.
AUDIO
VERSIÓN LARGA
Permanecer en Cristo
Juan 15: 4 - 10
Introducción
A. LEMA. A lo largo de esta serie de enseñanzas, nuestro objetivo primordial es preparar su corazón y su mente para la época que se avecina. En un mundo que cambia constantemente, es vital que cada uno de nosotros tome decisiones de consagración y crecimiento que lo acompañen en los meses venideros. Hace ocho días, abordamos el tema de que la voluntad de Dios es que usted crezca, y hoy continuaremos en esa dirección.
B. El enfoque de hoy se centra en la clave del crecimiento espiritual, que se encuentra resumida en el verbo que más se repite en los versículos que hemos leído: permanecer. Este término aparece diez veces en estos seis versículos, y su traducción del griego "meno" implica quedarse, continuar, perseverar y persistir. Permanecer significa esperar, mantenerse en un lugar o posición, a la expectativa de algo que vendrá en el futuro. También implica continuar y perseverar en una actividad o posición, lo cual es crucial para nuestra vida cristiana.
Este pasaje tiene mucho que enseñarnos sobre el concepto de permanecer en Cristo y cómo esto impacta nuestra vida diaria, así como nuestras relaciones con los demás.
I. PERMANECER ES DEJARSE AMAR (Ver 8)
A. El amor del Padre hacia Jesús. El Padre ama a Jesús con un amor tan profundo y misterioso que es difícil de comprender. Jesús, a su vez, nos asegura que nos ama de la misma manera que el Padre lo ama a Él. Este amor es incondicional y sacrificial. ¿Cómo se manifiesta este amor? En su sacrificio en la cruz, donde Jesús derramó su sangre por nuestra salvación. Este acto de amor no solo revela el corazón de Dios, sino que también establece un modelo de amor que debemos seguir.
B. Permanecer en su amor. Cuando decidimos permanecer en Jesús, permanecemos en su amor. Este amor nos transforma y nos hace receptores eficaces de su salvación. Por el contrario, si optamos por alejarnos de Él, estamos rechazando no solo su amor, sino también la salvación que Él ofrece. Permanecer significa aceptar su amor y vivir en la plenitud de ese amor. No se trata solamente de recibir, sino también de compartir ese amor con los demás.
C. La obediencia como expresión de permanencia. ¿Qué significa permanecer en las palabras de Jesús? Según el versículo 10, implica guardar sus mandamientos. Obedecer a Jesús es una manifestación de nuestro amor por Él (1 Juan 2:5; 1 Juan 3:21-24). Los mandamientos que se nos han dado son claros: creer en Jesús y amar a los demás. Estas acciones se convierten en la condición para recibir una promesa maravillosa de parte de Dios. La obediencia a sus mandamientos no es solo un acto de sumisión, sino una respuesta natural al amor que hemos recibido.
II. PERMANECER ES GARANTÍA DE RESPUESTAS (Ver 7)
A. Permanecer en Cristo y en su Palabra. El concepto de permanecer se amplía, ya que no solo se refiere a estar unidos a Cristo, sino también a permanecer en sus palabras. Esta permanencia es una de las evidencias más claras de ser verdaderos discípulos de Cristo (Juan 8:31). Al permanecer en su Palabra, nuestra vida se alinea con su voluntad. Esto implica un compromiso diario de leer, meditar y aplicar las Escrituras en nuestras vidas.
B. La promesa de respuesta a nuestras oraciones. Jesús nos brinda una promesa poderosa: "pedid todo lo que queráis y os será hecho". Sin embargo, si nuestras oraciones no reciben una respuesta positiva, debemos considerar varias razones que pueden estar detrás de esto:
1. Pedimos con egoísmo. Muchas veces nuestras peticiones están teñidas de egoísmo (Santiago 4:3). Pedimos cosas que nos benefician a nosotros mismos sin considerar el bienestar de los demás o la gloria de Dios.
2. Pedimos sin fe. La falta de fe puede impedir que nuestras oraciones sean contestadas (Marcos 11:24-25). La fe es un elemento esencial en nuestra vida de oración. Sin fe, es difícil agradar a Dios y ver respuestas a nuestras peticiones.
3. No es la voluntad de Dios. A veces, lo que pedimos no se alinea con la voluntad divina (1 Juan 5:14). Es crucial buscar la voluntad de Dios en nuestras oraciones y ser receptivos a su guía.
4. No estamos permaneciendo en Jesús y/o en su Palabra. La falta de permanencia puede ser un obstáculo para recibir respuestas a nuestras oraciones. La conexión constante con Cristo y su Palabra es fundamental para que nuestras peticiones sean efectivas.
III. PERMANECER ES GARANTÍA DE FRUTO (Ver 4 - 5)
A. La orden de permanecer. En este pasaje, se nos da una orden clara: permanecer en Cristo (ver 4a). Esta orden es fundamental para nuestra vida cristiana. No es una sugerencia, sino un mandato que requiere nuestra atención y esfuerzo. La permanencia en Cristo es el fundamento sobre el cual se construye nuestra vida espiritual.
B. Fruto en abundancia. El versículo 4b-5 nos enseña que así como una rama se marchita y muere lejos del árbol, de igual manera, un cristiano que no se mantiene en una unión vital con Cristo no puede dar frutos buenos ni abundantes. La vida espiritual requiere conexión, y esa conexión se fortalece al permanecer en Él. La calidad de nuestro fruto espiritual está directamente relacionada con nuestra permanencia en Cristo.
C. La vida cristiana como una carrera de largo aliento. La permanencia en Cristo implica perseverancia en medio de las pruebas. La vida cristiana no es un sprint, sino una maratón llena de desafíos: problemas familiares, dificultades económicas, crisis espirituales, desánimos, entre otros. La clave para superar estas adversidades es seguir la instrucción de Jesús de no rendirnos, de persistir en la fe y de rehusar el fracaso en nuestra relación con Él, sin importar el costo. La perseverancia en la fe es lo que nos permitirá mantenernos firmes y dar fruto en medio de las tormentas.
D. La importancia de la estabilidad. La estabilidad en nuestra vida espiritual es crucial. Esto incluye estabilidad ministerial, en la iglesia, y en nuestra vida devocional. Sin estabilidad, es extremadamente difícil dar fruto. Permanecer en Cristo nos otorga esa estabilidad necesaria para enfrentar cualquier situación que se presente en nuestro camino. Cuanto más estemos arraigados en Cristo, más firmes seremos ante las adversidades.
IV. PERMANECER EN COMUNIDAD
A. La importancia de la comunidad. Permanecer en Cristo no solo es un proceso individual, sino que también se lleva a cabo en el contexto de la comunidad de creyentes. La iglesia local es el lugar donde podemos crecer juntos, apoyarnos mutuamente y ser responsables unos a otros en nuestra vida espiritual. La comunidad nos recuerda que no estamos solos en nuestra búsqueda de permanecer en Cristo.
B. El papel de la exhortación. En Hebreos 10:24-25, se nos instruye a considerar cómo podemos estimularnos unos a otros al amor y a las buenas obras. La exhortación mutua es un componente esencial de la vida cristiana. Al permanecer en comunidad, tenemos la oportunidad de animar a otros a permanecer en Cristo y, al mismo tiempo, ser animados por ellos.
C. El desafío de la soledad. En un mundo que a menudo promueve la independencia y la autosuficiencia, es fácil caer en la trampa de la soledad espiritual. Sin embargo, necesitamos recordarnos que la permanencia en Cristo se fortalece en comunidad. Cuando nos sentimos débiles o desanimados, los demás pueden ser el soporte que necesitamos para continuar adelante.
V. PERMANECER EN ACCIÓN
A. La acción como resultado de la permanencia. Permanecer en Cristo no es solo un estado pasivo; requiere acción de nuestra parte. La fe sin obras es muerta (Santiago 2:26). Nuestras acciones deben reflejar nuestra permanencia en Cristo. Esto incluye servir a los demás, compartir el evangelio y vivir de acuerdo con los principios del Reino de Dios.
B. Frutos visibles. Los frutos de nuestra permanencia en Cristo deben ser visibles para los demás. Cuando permanecemos en Él, nuestros corazones se transforman, y nuestras vidas deben reflejar esa transformación. Esto incluye el amor, la alegría, la paz, la paciencia, la bondad, la fidelidad, la mansedumbre y el dominio propio (Gálatas 5:22-23). Estos frutos son evidencias de que estamos permaneciendo en Cristo y de que su vida opera en nosotros.
C. La misión de la iglesia. La permanencia en Cristo también nos impulsa a cumplir la Gran Comisión. Al permanecer en Él, somos llamados a llevar su mensaje de salvación a un mundo que lo necesita desesperadamente. Nuestro compromiso de permanecer en Cristo debería motivarnos a ser testigos activos de su amor y gracia.
Conclusiones
Permanecer en Cristo no es solo un compromiso personal, sino también un reconocimiento de su amor incondicional y una obediencia sincera a sus mandamientos. Esta permanencia se traduce en respuestas a nuestras oraciones y en la producción de frutos espirituales que glorifican a Dios. La vida cristiana, aunque llena de desafíos, se hace más llevadera y enriquecedora cuando encontramos nuestra estabilidad en Él.
Al permanecer en Cristo, no solo encontramos la fortaleza para enfrentar las pruebas y obstáculos de la vida, sino que también recibimos la promesa de que nuestros esfuerzos no serán en vano. La perseverancia en la fe nos asegura una relación íntima y transformadora con Jesús y nos permite vivir una vida que refleja su amor y propósito en el mundo.
En esta travesía de permanencia, recordemos que no estamos solos. La comunidad de creyentes que nos rodea es un apoyo invaluable. Juntos, podemos animarnos mutuamente a permanecer en Cristo, a crecer en nuestra fe y a dar frutos abundantes que glorifiquen a nuestro Padre celestial. Que nuestro deseo sea permanecer en Él, abrazando su amor y cumpliendo sus mandamientos, para que nuestras vidas sean un testimonio del poder transformador de su gracia.
La vida cristiana no es un camino fácil, pero al permanecer en Cristo, encontramos la dirección, la fortaleza y el propósito que necesitamos para avanzar. Que cada uno de nosotros se comprometa a permanecer en Él, a permanecer en su amor y a permitir que su vida fluya a través de nosotros, impactando a aquellos que nos rodean y llevando gloria a su nombre.
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