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SERMÓN EN ÉXODO: LA PREPARACIÓN DE MOISÉS (BOSQUEJO Y AUDIO)

BOSQUEJO

Tema: Éxodo.Título: La preparación de Moisés. Texto: Éxodo 2: 10 – 25. Autor: Pastor Edwin Guillermo Núñez Ruiz


A. La semana pasada estuvimos hablando de los padres de Moisés Amram y Jocabed aprendimos de ellos aspectos importantes de nuestro rol paternal.

Sabemos quién fue Moisés, el gran libertador del pueblo de Dios. Sin embargo, no llego a serlo de la noche a la mañana, Moisés tuvo que ser preparado por Dios para tal labor y aunque el texto no lo diga directamente sabemos que detrás de cada experiencia vivida estaba la mano de Dios formando a su siervo para la tarea que él le tenía encomendada.

B. Veremos hoy como fue preparado Moisés para su propósito de vida 

I   FUE PREPARADO EN LA FE (Ver  10)


A. Después de los acontecimientos ya descritos nos hemos enterado que al fin y al cabo Moisés termino siendo criado por su propia madre. Sus padres como es sabido eran gente de fe, esta fe se demostró al permitirle la vida al niño a pesar del decreto del Faraón, hicieron esto por su propio instinto paterno pero también porque temieron a Dios (Éxodo 1:17), también se vio en el hecho de entregar su hijo al Nilo solo confiando en que Dios lo guardaría.

Tal fe muy seguramente fue trasmitida a Moisés en los años que estuvo en su hogar paterno. Más adelante en su vida lo vemos haciendo cosas que de seguro no aprendió en el palacio del Faraón, por ejemplo:

1. Moisés sabía que Dios lo había destinado a ser el Libertador de sus hermanos (Hechos 7:25), nos preguntamos ¿dónde aprendió Moisés esto? una leyenda judía dice que María, su hermana, a quien la Biblia describe como profetiza, predijo esto antes que Moisés naciera y que por eso sus padres lo habían protegido, no sabemos si esto es verdad; pero lo que sí es verdad es que la hermosura del niño era considerada en la época del éxodo una señal del favor de Dios, en Hechos 7: 20 nos dice que el niño era agradable a Dios, por esto y por los acontecimientos providenciales descritos en los versículos 1 al 10 sus padres sabían que este niño estaba determinado por Dios para cosas especiales y muy seguramente así se lo hicieron saber.

2. Moisés llegado el momento prefirió asumir el propósito marcado por Dios para su vida, ser el libertador de Israel, aceptando en esto el oprobio y sufrimiento que ello le traería, mientras hacia así, rechazaba al mismo tiempo todas las oportunidades y comodidades que le daban ser el hijo de la hija del Faraón, la Biblia dice que hizo esto por que sabía que en ello tendría una mejor recompensa de Dios (Hebreos 11: 24 – 26). ¿Dónde aprendió esto Moisés? ¿en la corte de Faraón o en su casa paterna? Seguramente en su casa paterna supo sobre las recompensas de Dios, lo inconveniente del pecado y la avaricia.

B. La fe es una preparación para la vida. Si es el caso y los niños o adolescentes son criados en un hogar cristiano y aun si ya están fuera de casa son los padres los encargados de trasmitir la fe a sus hijos:

1. La fe doctrinal: Son los padres quienes deben enseñar a sus hijos con palabra y ejemplo sobre las doctrinas de la Biblia. Por ejemplo, sobre lo inconveniente del pecado y la vida de santidad, sobre los galardones de Dios, entre otros.

2. La confianza en Dios: Son los padres quienes deben enseñar a sus hijos con palabra y ejemplo sobre la confianza en Dios cuando pasamos por desafíos en la vida.


II  FUE PREPARADO EN LO SECULAR (Ver 10 comp Hechos 7: 21 – 22)


A. Cuando Moisés fue entregado a la hija del Faraón Moisés recibió la formación que correspondía a tal dignidad, nos dice que fue enseñado en la sabiduría de los egipcios y que por ello Moisés se convirtió en un hombre “poderoso en palabras y hechos”. La sabiduría de los egipcios comprendía la magia, la astronomía, las matemáticas y la medicina, Moisés llego a ser una persona muy respetado, (tradiciones Judías dicen que era General egipcio), por lo que decía y hacía.

Indudablemente tal preparación académica sirvió como preparación en su labor libertadora, esto no fue un cabo suelto en la vida de Moisés, todo respondió a la providencia de Dios guiándolo hacia su propósito.

B. La preparación secular es muy importante para nuestras vidas, aun Jesús lo hizo (Lucas 2:52) y Dios la usa para que cumplamos el propósito que Él tiene para nosotros. Debemos preocuparnos por estudiar, prepararnos académicamente entendiendo que si oramos a Dios y pedimos su dirección en esto lo que estudiemos ayudara a cumplir el propósito de Dios para nuestras vidas.


III  FUE PREPARADO EN EL DESIERTO (Ver 11 – 25)


A. Cuando Moisés tenía 40 años mato aun egipcio y luego lo escondió enterrándolo, al día siguiente al ver a dos paisanos suyos peleándose trato de mediar entre ellos, entendiendo que ellos asumían que Él vendría a ser su líder, los dos israelitas le recriminan mostrándole que sabían sobre la muerte del egipcio, ante lo cual Moisés tiene miedo, enterándose que el Faraón sabia y que procuraba su muerte huye a Madian (región desértica, aunque costa de oasis y tierras fértiles también donde se supone se movía Moisés siendo pastor de Ovejas), en esta tierra conoce a Séfora (pájaro, gorrión), la mujer cusita de Números 12: 1 -2, era hija de Jetro (excelencia) o también Reuel - Ragüel, Hobab (Jue 4:11) contrario a lo que piensan algunos no es este mismo personaje sino el cuñado de Moisés, esto por que el pasaje citado está mal traducido y también por que otros textos Bíblicos identifican a Hobab como Cuñado de Moisés (Num 10: 29 -32).

Séfora llego a ser la esposa de Moisés la única de la que se tiene noticia. Se nos informa que con ella tuvo dos hijos Gerson (extraño) y Eliezer (Dios es mi ayuda), como ya dijimos allí pastoreaba las ovejas de su suegro.

Esta fue otra universidad para Moisés, estuvo allí cuarenta años siendo formado pro Dios para ser el libertador de Israel.

B. Dios también a nosotros nos forma en el desierto. El desierto es el lugar de la prueba, la disciplina y la purificación que nos viene de parte de Dios (Ez 20: 35 – 36; Oseas 2:14). Allí somos formados para los propósitos de Dios, así debemos tomar las pruebas.


Conclusiones: 

La vida de Moisés nos enseña que la preparación divina ocurre en diversas etapas: en la fe familiar, la educación secular y en tiempos de prueba. Cada experiencia, ya sea en el hogar, en la escuela o en el desierto, contribuye a nuestro propósito divino. Reflexionemos sobre cómo Dios nos está moldeando hoy, ya que cada desafío y aprendizaje son parte de Su plan para nuestras vidas. ¿Estamos abiertos a Su guía y preparados para cumplir nuestro propósito?

AUDIO


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VERSIÓ LARGA
La preparación de Moisés
 Éxodo 2: 10 – 25

Introducción:

La historia de Moisés es una de las más fascinantes y significativas en la narrativa bíblica. La semana pasada, reflexionamos sobre sus padres, Amram y Jocabed, y los aspectos importantes de su rol como padres en la vida de Moisés. Esta pareja, marcada por su fe y valentía, se enfrentó al decreto del faraón que ordenaba la muerte de los niños hebreos. Su decisión de proteger la vida de su hijo Moisés es un testimonio del temor a Dios que guiaba sus acciones.

Moisés, el gran libertador del pueblo de Israel, no llegó a serlo de la noche a la mañana. Antes de cumplir con el propósito divino que Dios tenía para él, fue preparado a lo largo de su vida a través de diversas experiencias. Aunque el texto no lo menciona directamente, podemos estar seguros de que detrás de cada evento estaba la mano de Dios formando a su siervo para la tarea que le había encomendado. Hoy, exploraremos cómo fue preparado Moisés para su propósito de vida.

I. FUE PREPARADO EN LA FE (Éxodo 2:10)

A. Desde el principio, la vida de Moisés estuvo marcada por la fe. Después de ser rescatado de las aguas del Nilo, fue criado por su madre biológica, Jocabed, quien le proporcionó no solo cuidado físico, sino también una sólida base espiritual. Sus padres eran personas de fe, y esta fe se manifestó en sus decisiones. A pesar del decreto del faraón, Amram y Jocabed decidieron proteger la vida de su hijo, temiendo a Dios más que a las amenazas del rey. Esto se refleja en Éxodo 1:17, donde se menciona que las parteras temían a Dios y no cumplían con el mandato del faraón.

B. La fe de sus padres tuvo un impacto profundo en Moisés. La entrega de su hijo al Nilo, confiando en que Dios lo guardaría, es una clara muestra de su confianza en la providencia divina. Es probable que esta fe fuera transmitida a Moisés durante los años que pasó en su hogar. Más adelante, Moisés mostró su conciencia de que Dios lo había destinado a ser el libertador de su pueblo. En Hechos 7:25 se menciona que Moisés sabía que su misión era liberar a los israelitas, lo que plantea la pregunta: ¿dónde aprendió Moisés esta verdad?

1. Según una leyenda judía, su hermana María, a quien se considera profetisa, predijo que Moisés sería un instrumento de liberación antes de que naciera. Aunque no podemos confirmar la veracidad de esta leyenda, lo cierto es que Moisés fue reconocido como un niño "agradable a Dios" (Hechos 7:20), lo que sus padres interpretaron como una señal de que su hijo estaba destinado para algo especial.

2. Moisés, al llegar a la adultez, tomó decisiones valientes y significativas en su vida. Prefirió asumir el propósito que Dios había marcado para él, optando por ser el libertador de Israel y aceptando el sufrimiento que esto conllevaría. Este acto de fe fue una clara declaración de su rechazo a las oportunidades y comodidades que ofrecía la vida en el palacio del faraón. Hebreos 11:24-26 nos dice que Moisés eligió sufrir con el pueblo de Dios en lugar de disfrutar de los placeres temporales de Egipto, porque tenía la mirada puesta en la recompensa eterna.

C. La fe es una preparación fundamental para la vida. Por lo tanto, es esencial que los padres transmitan esta fe a sus hijos. Esto se puede hacer a través de dos aspectos clave:

1. La fe doctrinal: Los padres deben enseñar a sus hijos las verdades de la Biblia, no solo a través de la palabra, sino también con su ejemplo. Deben hablar sobre la importancia de la vida de santidad, las consecuencias del pecado y las recompensas que Dios ofrece a quienes le son fieles. Al hacer esto, están preparando a sus hijos para que tengan una base sólida en su vida espiritual.

2. La confianza en Dios: Los padres tienen la responsabilidad de enseñar a sus hijos a confiar en Dios en medio de las dificultades. Las pruebas y desafíos son inevitables, pero al aprender a confiar en Dios, los hijos podrán enfrentar estos momentos con fe y esperanza. La confianza en Dios se desarrolla a través de la experiencia y la enseñanza, y es crucial para el crecimiento espiritual de los jóvenes.

II. FUE PREPARADO EN LO SECULAR (Éxodo 2:10; Hechos 7:21-22)

A. Cuando Moisés fue entregado a la hija del faraón, comenzó una nueva etapa en su vida. Desde ese momento, recibió una educación de alto nivel y fue instruido en la sabiduría de los egipcios. Hechos 7:22 nos dice que Moisés se convirtió en "poderoso en palabras y hechos". La sabiduría egipcia abarcaba diversas disciplinas, incluyendo la magia, la astronomía, las matemáticas y la medicina. Esto le permitió a Moisés adquirir un conocimiento profundo y un respeto considerable en la corte egipcia.

B. La preparación secular de Moisés fue parte del plan divino. Dios utilizó su formación académica para equiparlo con habilidades que serían esenciales en su futuro papel como líder y libertador. La educación que recibió no fue un simple accidente; fue parte de la providencia de Dios que lo guiaba hacia su propósito. Así como Moisés, también debemos reconocer la importancia de la preparación secular en nuestras vidas.

1. Jesús mismo creció en sabiduría y estatura, y en gracia para con Dios y los hombres (Lucas 2:52). Esto nos muestra que la educación y el desarrollo personal son vitales para cumplir con el propósito que Dios tiene para nosotros. Al igual que Moisés, es fundamental que busquemos oportunidades de aprender y crecer en nuestras áreas de interés y vocación.

2. La preparación académica y profesional es una herramienta que Dios puede utilizar para llevar a cabo Su propósito en nuestra vida. Al estudiar y prepararnos, debemos orar y buscar la dirección de Dios. Es importante recordar que lo que aprendemos y experimentamos en el ámbito secular puede ser utilizado por Dios para Su gloria y para el cumplimiento de Su plan en nuestras vidas.

III. FUE PREPARADO EN EL DESIERTO (Éxodo 2:11-25)

A. Cuando Moisés alcanzó la edad de 40 años, tomó una decisión impulsiva que cambiaría el curso de su vida. Al ver a un egipcio golpeando a un hebreo, intervino y mató al egipcio, escondiendo su cuerpo en la arena. Al día siguiente, se encontró con dos israelitas peleando y trató de mediar entre ellos. Sin embargo, estos le recordaron su crimen, lo que generó miedo en Moisés al darse cuenta de que el faraón había descubierto su acción y estaba buscando matarlo. Esto lo llevó a huir a la tierra de Madián, un desierto que, aunque tenía oasis y tierras fértiles, se convirtió en su lugar de formación.

B. En Madián, Moisés experimentó una transformación significativa. Allí conoció a Séfora, una mujer cusita que se convirtió en su esposa, y tuvo dos hijos: Gerson y Eliezer. Durante los 40 años que pasó en el desierto, Moisés se convirtió en pastor de ovejas, un trabajo que lo prepararía para su futuro liderazgo. El desierto fue otra "universidad" para Moisés, donde Dios lo moldeó y lo preparó para la tarea monumental que tenía por delante.

1. El desierto es un lugar de prueba, disciplina y purificación. En este contexto, podemos ver cómo Dios utiliza las dificultades y los tiempos de soledad para preparar a sus siervos. Ezequiel 20:35-36 y Oseas 2:14 nos recuerdan que Dios a menudo lleva a Su pueblo al desierto para hablarles y moldear sus corazones. En esos momentos de silencio y soledad, podemos encontrar un espacio propicio para escuchar la voz de Dios y ser transformados por Su poder.

2. Las pruebas y dificultades en nuestra vida no son simplemente obstáculos a superar, sino oportunidades para crecer en nuestra fe y carácter. Cuando enfrentamos desafíos, debemos recordar que Dios está utilizando esas experiencias para formarnos y prepararnos para el propósito que Él tiene para nosotros. En lugar de desanimarnos, debemos aprender a ver el desierto como un lugar de crecimiento y preparación.

C. La vida de Moisés es un ejemplo claro de cómo Dios utiliza cada etapa de nuestra vida para prepararnos. Desde su infancia en el hogar de sus padres hasta su educación en la corte egipcia y su formación en el desierto, cada experiencia fue parte del plan divino. No podemos menospreciar ninguna de estas etapas, ya que todas contribuyen al propósito que Dios tiene para nosotros.

IV. LA LUCHA INTERNA DE MOISÉS

A. La vida de Moisés no estuvo exenta de conflictos internos. A pesar de haber sido educado en la corte egipcia y ser un hombre de poder, enfrentaba una lucha entre su identidad hebrea y su vida egipcia. Al ver la opresión de su pueblo, su corazón se llenó de compasión, lo que lo llevó a actuar de forma impulsiva. Sin embargo, el asesinato del egipcio y su huida a Madián reflejan la confusión y el conflicto que experimentaba. 

B. Esta lucha interna es común en la vida de muchas personas llamadas por Dios. A menudo, nos encontramos atrapados entre dos mundos: el llamado divino y las expectativas del entorno. Moisés experimentó esta tensión entre su identidad como hebreo y su posición como príncipe de Egipto. Este conflicto es parte del proceso de preparación que Dios utiliza para purificarnos y enfocarnos en Su propósito.

C. La lucha interna de Moisés también nos enseña sobre la necesidad de la gracia y el perdón. A pesar de su error al matar al egipcio, Dios no desechó a Moisés. En cambio, utilizó su tiempo en el desierto para restaurarlo y prepararlo para su misión. Esto nos recuerda que, aunque cometamos errores en nuestro camino, la gracia de Dios siempre está disponible para nosotros y puede transformar nuestras fallas en oportunidades para crecer.

V. EL PROPOSITO DE DIOS EN LA VIDA DE MOISÉS

A. A lo largo de su vida, Moisés fue forjado y moldeado para un propósito específico. Aunque pasó 40 años en el desierto, ese tiempo no fue en vano. Dios estaba preparando a Moisés para liderar a Su pueblo fuera de la esclavitud en Egipto. Cada experiencia, desde su infancia hasta sus años en el desierto, contribuyó a su formación como líder y libertador.

B. El propósito de Dios para Moisés se revela de manera poderosa en su llamado en la zarza ardiente, que se describe más adelante en Éxodo 3. Dios le dio una misión clara: liberar a los israelitas de la opresión egipcia y llevarlos a la tierra prometida. Este llamado fue el resultado de años de preparación y de la intervención divina en su vida.

C. La historia de Moisés nos recuerda que Dios tiene un propósito para cada uno de nosotros. A veces, puede parecer que estamos en un desierto, experimentando pruebas y dificultades, pero estas son parte del proceso de preparación para lo que Dios quiere hacer en nuestras vidas. Debemos estar atentos a cómo Dios nos está guiando y formando a través de nuestras experiencias, incluso cuando no podemos ver el final del camino.

Conclusiones:

La vida de Moisés nos enseña que la preparación divina ocurre en diversas etapas: en la fe familiar, la educación secular y en tiempo de prueba. Cada experiencia, ya sea en el hogar, en la escuela o en el desierto, contribuye a nuestro propósito divino. Reflexionemos sobre cómo Dios nos está moldeando hoy, ya que cada desafío y aprendizaje son parte de Su plan para nuestras vidas.

Es fundamental que estemos abiertos a la guía de Dios en cada etapa de nuestra vida. La fe que nos transmiten nuestros padres, la educación que recibimos y las pruebas que enfrentamos son herramientas que Dios utiliza para conformar nuestro carácter y prepararnos para el servicio. Al igual que Moisés, cada uno de nosotros tiene un propósito único que cumplir en el plan de Dios.

La pregunta que debemos hacernos es: ¿estamos dispuestos a ser moldeados por Dios? ¿Estamos abiertos a Su guía y preparados para cumplir nuestro propósito? La historia de Moisés nos recuerda que, aunque la preparación puede ser un proceso largo y a veces doloroso, es esencial para llevar a cabo la misión que Dios ha puesto en nuestras vidas. Al enfrentar las pruebas y desafíos, recordemos que Dios está trabajando en nosotros, y que cada experiencia es una oportunidad para crecer y acercarnos más a Él.

Así que, en este camino de la vida, aprendamos a confiar en la mano de Dios que nos guía, nos prepara y nos sostiene en cada etapa. Que nuestra historia, al igual que la de Moisés, sea un testimonio de la fidelidad de Dios y de Su poder transformador en nuestras vidas. La vida de Moisés nos invita a reflexionar sobre nuestro propio viaje espiritual y a reconocer que cada paso que damos está bajo la soberanía de un Dios que tiene un plan perfecto para nosotros. A lo largo de nuestra vida, enfrentaremos desafíos, pero también seremos testigos de la gracia y la provisión de Dios en cada uno de ellos. La preparación de Moisés es un recordatorio de que, a pesar de las luchas y las dificultades, Dios siempre está en el proceso de forjar en nosotros un carácter que refleje Su gloria y Su propósito eterno.

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