BOSQUEJO
Tema: Peligros para el cristiano. Titulo: Pereza espiritual. Texto: Hebreos 6: 9 - 12. Autor: Pastor Edwin Guillermo Núñez Ruíz.
Introducción:
El texto de Hebreos 6:9-12 nos advierte sobre la pereza espiritual, un peligro que puede afectar nuestra vida cristiana. A través de cuatro ideas principales, el autor, Pastor Edwin Guillermo Núñez Ruíz, nos anima a mantenernos firmes en nuestra fe y servicio a Dios.
(Dos minutos de lectura).
I. USTEDES SON MEJORES (ver. 9).
A. Algunos han vuelto atrás, gracias a Dios ustedes no, algunos son espinas y abrojos pero ustedes no. Esta es la manera como el autor desarrolla su primera idea.
B. En cuanto a nosotros asegurémonos de ser del primer grupo (ver. 7 - 8).
II. LA SALVACION SE EVIDENCIA (ver. 10).
A. La frase: "el trabajo de amor que habéis mostrado hacia su nombre". La muestra de que ellos son del grupo descrito en los versículos siete y ocho es que han demostrado su amor a Dios sirviendo a los santos con perseverancia.
B. El servicio a los santos de Dios es una de las maneras de demostrar el amor que tenemos por Dios.
III. SIGAN ASI (ver. 11).
A. La idea es que como así han hecho hasta el momento, así deberían seguir haciéndolo siempre. La palabra clave aquí es solicitud, la solicitud es la cualidad que tiende a servir y satisfacer los deseos de otros. Sinónimos de esta palabra son EMPEÑO, INTERES.
B. Esta cualidad según el texto debe ser mostrada hasta el FIN.
IV. ABANDONEN LA PEREZA (ver. 12).
A. La frase directa es: "No os hagáis perezosos".
B. Se invita a su vez a mirar el ejemplo de la gente de fe que por su solicitud y persistencia hereda las promesas de Dios.
C. Por ejemplo, Abraham (ver 13 - 15).
Conclusiones:
Es vital evitar la pereza espiritual. Al recordar el ejemplo de aquellos que, con esfuerzo y dedicación, han heredado las promesas de Dios, debemos comprometernos a servir con amor y perseverancia. Oremos por fortaleza y diligencia en nuestro caminar cristiano.
VERSIÓN LARGA
Pereza espiritual: un peligro para el cristiano
Introducción
El pasaje de Hebreos 6:9-12 nos ofrece una valiosa advertencia sobre la pereza espiritual, un riesgo latente que puede socavar nuestra vida de fe y servicio a Dios. El autor, el Pastor Edwin Guillermo Núñez Ruíz, nos invita a reflexionar sobre esta cuestión, presentando cuatro ideas fundamentales que nos exhortan a mantenernos firmes en nuestra fe y en nuestro compromiso con el servicio a Dios y a los demás. La pereza espiritual no solo afecta nuestra relación con Dios, sino que también puede tener repercusiones en nuestra comunidad y en nuestra capacidad para ser luz en el mundo. En este contexto, es crucial comprender cómo podemos evitar este peligro y qué pasos podemos tomar para fortalecer nuestra espiritualidad.
I. USTEDES SON MEJORES (versículo 9)
El autor comienza su exposición señalando que, aunque hay quienes han optado por retroceder en su fe, aquellos a los que se dirige han demostrado ser diferentes. Agradece a Dios por su perseverancia y les recuerda que, a pesar de que algunos puedan ser como espinas y abrojos, ellos han elegido el camino correcto. Esta observación plantea la idea de que hay dos grupos de personas: aquellos que se desvían y aquellos que se mantienen firmes en su fe. Es fundamental que cada uno de nosotros se asegure de ser parte del grupo que permanece en la senda de la vida y la esperanza, como se menciona en los versículos siete y ocho. Este llamado a la reflexión nos empuja a evaluar nuestra propia vida espiritual, preguntándonos si estamos creciendo en nuestra fe o si, por el contrario, nos estamos estancando.
II. LA SALVACIÓN SE EVIDENCIA (versículo 10)
El siguiente punto que el autor desarrolla es la manifestación de la salvación a través de las obras. La frase "el trabajo de amor que habéis mostrado hacia su nombre" subraya que el amor a Dios se traduce en acciones concretas hacia los demás, especialmente hacia los santos. Este amor no es solo un sentimiento, sino que se expresa a través del servicio y la dedicación hacia aquellos que comparten nuestra fe. La verdadera evidencia de nuestra salvación radica en cómo tratamos a los demás y en nuestra disposición para servir. Este servicio no es opcional; es una manifestación natural de nuestra relación con Dios. Al esforzarnos por ayudar a nuestros hermanos y hermanas en Cristo, estamos demostrando nuestro amor y agradecimiento hacia el Señor que nos salvó.
III. SIGAN ASÍ (versículo 11)
El autor continúa animando a sus lectores a persistir en su labor. La invitación es a no solo mantener lo que han estado haciendo, sino a hacerlo con un sentido renovado de urgencia y compromiso. La palabra "solicitud" se convierte en el eje central de esta exhortación. Ser solicitados significa tener un claro interés y empeño en servir a los demás. Esto implica que nuestra dedicación no debe ser temporal, sino constante y sostenida. El autor enfatiza que esta cualidad debe ser mostrada hasta el FIN. La perseverancia en el servicio es crucial; no podemos permitir que la pereza espiritual nos lleve a abandonar el camino que hemos elegido. En un mundo que constantemente nos empuja hacia la indiferencia, es vital que mantengamos viva nuestra pasión por servir.
IV. ABANDONEN LA PEREZA (versículo 12)
Finalmente, el autor nos lanza un desafío directo: "No os hagáis perezosos". Esta exhortación es clara y contundente, y nos recuerda que la pereza espiritual no tiene cabida en la vida del creyente. Además, el autor nos invita a mirar hacia aquellos que han sido ejemplos de fe, quienes, a través de su solicitud y persistencia, han heredado las promesas de Dios. Un ejemplo paradigmático es Abraham, quien, por su fe y paciencia, recibió la promesa de Dios. La historia de Abraham nos inspira a seguir su ejemplo y a reconocer que la recompensa de nuestra perseverancia en el servicio y la fe es, sin duda, la herencia de las promesas divinas.
Conclusiones
En conclusión, la pereza espiritual es un peligro que todos los cristianos debemos evitar. Al recordarnos el ejemplo de aquellos que, con esfuerzo y dedicación, han heredado las promesas de Dios, se nos invita a comprometernos a servir con amor y perseverancia. Es fundamental que mantengamos nuestra vida espiritual activa y vibrante, buscando siempre maneras de servir a los demás y de crecer en nuestra relación con Dios. Oremos por fortaleza y diligencia en nuestro caminar cristiano, para que nunca caigamos en el letargo que la pereza espiritual puede traer. En este camino, somos llamados a ser luz y sal en el mundo, y eso solo es posible si nos mantenemos alerta y comprometidos con nuestra fe.
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