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SERMÓN - BOSQUEJO: 🔥 Características de los falsos hijos de Dios.

VÍDEO 

BOSQUEJO

Tema: Adoración - profeta Isaías. Título: 🔥 Características de los falsos hijos de Dios. Texto: Isaías 30: 8 ss. Autor: Pastor Edwin Guillermo Núñez Ruiz.


Introducción:

A. La ocasión de este texto es la alianza que el pueblo de Juda hace con Egipto para defenderse de Asiria, el profeta ha insistido en que tal alianza no es la voluntad de Dios, el pueblo ha sido rebelde y sin importar la profecía han ido en busca de tal ayuda, Dios entonces les recrimina, les dice que son hijos falsos caracterizados por:

I. NO QUERER OBEDECER (Ver 9).

A. Como ya se dijo la voluntad de Dios estaba expresada, lo que específicamente se les había dicho se encuentra en el versículo 15: “Vuelvan a obedecerme, y yo les daré poder. Si en verdad confían en mí, manténganse en calma y quedarán a salvo. Pero ustedes me rechazan” (TLA).

El mensaje es: arrepiéntanse  y confíen así hallaran descanso y serán salvados, mas ellos no quisieron.

B. Fíjese que al igual que a ellos:

1. La voluntad de Dios (ley del Señor) nos ha sido revelada, la conocemos.

2. Es sencilla rebeldía, por eso no quieren, hay en nosotros el poder de obedecer, no de ser perfectos pero si de llevar una vida obediente.


II. EVITAR A LOS PROFETAS (Ver 10 – 11).


A. Seguramente lo que no les gusto del mensaje fue eso de ARREPENTIRSE. El resto es el tipo de mensaje que le gusta a todos, ya que, eso no les gusto dijeron al profeta:  

1. No nos hables de santidad, de lo que es correcto, no nos hables de lo que Dios exige, no nos gusta. No nos estorben, no queremos oír de Dios y su santidad.

2. Hablanos suave, agradable, arrúllanos, que tu tono sea acogedor, comodo, no ofensivo.

3. Dinos mentiras, no importa que sean mentiras, ilusionanos con falsedades, no nos quites nuestras ilusiones, nos dijeron que si seguíamos a Dios tendríamos todo tipo de cosas buenas, sin importar como viviéramos, no nos digas otra cosas.

B. Tal vez jamas lo digan de viva voz. Sin embargo, cuando ellos se aburren en un culto donde se les habla de las exigencias de Dios, cuando ellos se aburren en un culto doctrinal, muestran apatía. Cuando se cambian a una iglesia donde les hablen mas suave y mas positivo, mas chistes, mas historias, mas autoestima. Cuando desprecian el congregarse, el estudio bíblico. Cuando necesitan de un show para no aburrirse en un culto y nos les basta la sencilla adoración y la predicación de la Palabra, necesitan diversión, algarabía…ellos dicen con su actitud estas mismas palabra.


III. RECIBIR SU MERECIDO (Ver 13 – 17).


A. Por tanto, Se les advierte sobre:

1. Ruina repentina…El muro.
2. Destrucción total, hasta quedar inservible…Vasija rota
3. Huir…
5. Soledad total…Bandera.

B. ¿Qué es lo que podemos esperar si desobedecemos al Señor?


Conclusiones:

El mensaje de Isaías es claro: la desobediencia a Dios lleva a la ruina y la soledad. Al igual que el pueblo de Judá, hoy enfrentamos la tentación de ignorar la verdad y buscar consuelo en palabras agradables. Sin embargo, la verdadera salvación se encuentra en el arrepentimiento y la obediencia a la voluntad divina. La adoración auténtica requiere una entrega sincera, no un escape de la realidad espiritual.

VERSIÓN LARGA.
La adoración es un aspecto fundamental de la vida cristiana, y se manifiesta de muchas maneras, incluyendo cómo respondemos a la palabra de Dios y a Su voluntad. En el libro de Isaías, encontramos un mensaje poderoso y desafiante que nos invita a reflexionar sobre nuestras actitudes hacia la obediencia y la verdad. Isaías 30 nos presenta un contexto en el que el pueblo de Judá, en su desesperación, busca apoyo en Egipto para enfrentar la amenaza de Asiria. Sin embargo, esta alianza va en contra de la voluntad de Dios, lo que lleva al profeta a exponer las características de los falsos hijos de Dios.

La desobediencia es la primera característica que se destaca en este pasaje. En Isaías 30:9, se menciona que el pueblo es un "pueblo rebelde, hijos mentirosos". La voluntad de Dios había sido clara y específica; el profeta había llamado a Judá al arrepentimiento y a la confianza en el Señor como su verdadero refugio. En este sentido, el versículo 15 dice: “Vuelvan a obedecerme, y yo les daré poder. Si en verdad confían en mí, manténganse en calma y quedarán a salvo. Pero ustedes me rechazan”. Este llamado a la obediencia y la confianza es un mensaje que resuena no solo en el contexto de Judá, sino también en la vida de los creyentes hoy en día.

A menudo, nos encontramos en situaciones similares a las de Judá, donde la tentación de buscar soluciones en lugares equivocados nos lleva a ignorar la voz de Dios. La clara exhortación de Isaías nos recuerda que la desobediencia a la voluntad divina no es un acto de ignorancia, sino de rebeldía. La voluntad de Dios nos ha sido revelada a través de Su palabra, y es nuestra responsabilidad conocerla y vivir de acuerdo con ella. Sin embargo, muchos optan por rechazarla debido a la comodidad que ofrecen las alternativas más agradables. Esta actitud de desobediencia se manifiesta en una falta de disposición para escuchar la voz de Dios y un deseo de seguir nuestros propios caminos.

La segunda característica de los falsos hijos de Dios es la tendencia a evitar a los profetas y sus mensajes. En los versículos 10 y 11, encontramos que el pueblo le dice al profeta: “No nos hables de santidad, de lo que es correcto, no nos hables de lo que Dios exige”. Este rechazo a la corrección y la guía espiritual es un fenómeno que se observa en muchas congregaciones actuales. La gente prefiere escuchar mensajes que sean agradables, que no desafíen su estilo de vida y que no les exijan un cambio.

El deseo de escuchar palabras suaves y reconfortantes, en lugar de confrontaciones sobre la santidad y la justicia de Dios, es un signo de la apatía espiritual que caracteriza a muchos. Este fenómeno no se expresa necesariamente en palabras explícitas, sino que se manifiesta a través de actitudes. Cuando la congregación se aburre en un culto que enfatiza las exigencias de Dios, o cuando se siente atraída hacia ministerios que ofrecen un mensaje más positivo y ligero, están comunicando un deseo de evitar la verdad. La falta de interés en la predicación sólida de la Palabra y el estudio bíblico es un indicativo de que se está buscando un tipo de adoración que no confronta, que no requiere un cambio real.

En este contexto, es importante destacar que la verdadera adoración no puede ser separada de la verdad. La adoración auténtica implica una entrega sincera y una disposición a someter nuestras vidas a la voluntad de Dios. Buscar consuelo en palabras agradables y evitar la confrontación con la verdad solo lleva a una relación superficial con Dios. La verdadera adoración se basa en un entendimiento profundo de Su carácter, que incluye Su santidad, justicia y amor.

La tercera característica de los falsos hijos de Dios se manifiesta en las consecuencias de su desobediencia. En Isaías 30:13-17, se advierte al pueblo sobre la ruina que les espera. Se menciona una "ruina repentina" y una "destrucción total", simbolizada en la imagen de una vasija rota. Esta advertencia es un recordatorio de que la desobediencia a Dios tiene consecuencias graves. La falta de obediencia y el rechazo de Su voluntad no solo resultan en una desconexión espiritual, sino que también conducen a la ruina física y emocional.

Dios, en Su amor y justicia, advierte a Su pueblo sobre el precio de ignorar Su palabra. Al alejarnos de Su voluntad, nos exponemos a situaciones que pueden llevarnos a experimentar la soledad, la desesperanza y la ruina. La imagen de huir y levantar bandera en señal de desesperación es una representación gráfica de lo que sucede cuando decidimos depender de nuestras propias fuerzas en lugar de confiar en Dios.

Hoy en día, los creyentes enfrentan la misma tentación que Judá. La cultura contemporánea a menudo nos empuja a buscar soluciones rápidas y agradables, ignorando el llamado a la obediencia y la verdad. Sin embargo, es esencial recordar que la verdadera salvación y la paz se encuentran en el arrepentimiento y la sumisión a la voluntad divina. La adoración genuina no se trata de escapar de la realidad espiritual, sino de enfrentarnos con valentía a la verdad de Dios y permitir que esa verdad transforme nuestras vidas.

El mensaje de Isaías es claro: la desobediencia a Dios lleva a la ruina y la soledad. Al igual que el pueblo de Judá, hoy enfrentamos la tentación de ignorar la verdad y buscar consuelo en palabras agradables. Sin embargo, la verdadera salvación se encuentra en el arrepentimiento y la obediencia a la voluntad divina. La adoración auténtica requiere una entrega sincera y un deseo de conocer y vivir de acuerdo con la Palabra de Dios.

La adoración se convierte en un acto de sumisión y reconocimiento de la grandeza de Dios cuando elegimos obedecer Su palabra. No podemos disfrutar de una verdadera relación de adoración con Él si estamos eligiendo vivir en desobediencia. La adoración que agrada a Dios es aquella que proviene de un corazón que anhela cumplir con Su voluntad y que está dispuesto a someterse a Su guía.

En conclusión, las características de los falsos hijos de Dios, como se refleja en Isaías 30, nos desafían a examinar nuestras propias vidas y actitudes. La desobediencia, la evasión de la verdad y la falta de respuesta a las advertencias de Dios son señales de una relación superficial y distante con Él. La adoración que Dios busca en nosotros es aquella que se expresa a través de una vida transformada por Su verdad y Su gracia. Reconocer nuestras debilidades y volvernos a Él en arrepentimiento es el primer paso hacia una adoración genuina y significativa. Solo así podremos experimentar la plenitud de la vida que Dios nos ofrece y ser verdaderos hijos de Dios, comprometidos con Su voluntad y Su propósito.

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