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BOSQUEJO
Texto: Lucas
4: 38 – 39
Autor:
Pastor Edwin Guillermo Núñez Ruiz.
Introducción:
A. Después de liberar al endemoniado en aquella sinagoga Jesús va a la
casa de Pedro donde había un enfermo. Vemos entonces lo que podemos aprender de
esta historia sobre los milagros de Jesús.
I. DEBEMOS ROGAR (Ver 38c)
A. La suegra de Pedro se encontraba enferma en casa de Pedro con una
gran fiebre, Jesús viene a la casa de
este y al entrar se nos dice: “le rogaron por ella” ¿Quiénes rogaron? Según
Marcos a aquel lugar este día fueron a esta casa junto con Jesús: Simón,
Andrés, Jacobo y Juan. Podemos deducir entonces que fueron ellos quienes
rogaron por la señora, quienes le hablaron a Jesús de ella.
B. Es muy importante que constantemente estemos intercediendo por las
personas ante Jesús. Seguro hay cosas que en su soberanía Dios ha dispuesto que
hará sin que oremos, pero seguro también hay muchas cosas que solo ocurrirán si
oramos. Además, recuerde que Dios solo ha prometido escuchar a sus, quienes no
lo son puede que sean oídos pero nada se los puede asegurar.
II. JESÚS SANA DIFERENTE (Ver 39ª)
A. Cuando se lee las versiones de los evangelistas sobre este hecho
sucede que tenemos tres versiones:
1. Mateo: Jesús le toco la mano
2. Marcos: Jesús la levanto de la mano.
3. Lucas: Jesús se inclinó y reprendió la fiebre.
¿Contradicciones? Más bien relatos que se pueden complementar. Lo que
pudo haber sucedido es que: Jesús se inclinó, tomo a la mujer de la mano y mientras
la levantaba reprendió la fiebre.
No olvide que cada evangelista relata a su modo los acontecimientos,
esta es una de las pruebas que indica ausencia de acuerdo al escribir y antes
de quitar fuerza al relato le da más credibilidad.
B. Sin embargo, esto nos hace pensar en la variedad de maneras como
Dios sana a las personas, como bien lo vemos en los evangelios.
C. Fíjese que Dios tiene maneras de obrar cuando sana y en otras
ocasiones. Por ejemplo:
1. Dios puede sanar milagrosamente en un instante.
2. Dios puede sanar a una persona paulatinamente.
3. Dios puede sanar a través del médico.
En fin…
III. DEBEMOS AGRADECER (Ver 39)
A. En lo que si coinciden los tres evangelistas es en decirnos que al
ser sanada la mujer se dedicó a servir a Jesús y los discípulos que le
acompañaban en aquella ocasión.
B. Esta debe ser nuestra obvia respuesta ante un milagro recibido,
usted debe agradecer no solo de palabras sino con hecho y una manera de hacerlo
es sirviendo.
Algunos después de recibir un milagro se vuelven una especie de
adictos de esto y lo único que quieren es recibir más milagros o ver más
milagros, esa es su respuesta. Algunos otros se quedan allí sentados, muy
agradecidos pero sentados. Mientras que otros, increíblemente se apartan de Dios.
Conclusiones.
1 comentario:
Algo tan sencillo como una fiebre a veces es un impedimento para servir a Jesús de la forma apropiada. Hay pequeños malestares que nos atan y nos mantienen fuera de combate. Por eso no solo en las cosas graves, sino también en las sencillas debemos rogarle al Señor que las quite para poder servirle cada día mejor y con agradecimiento.
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