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BOSQUEJO
Tema: La muerte de Jesús. Título: Tres preguntas de Pilato sobre Jesús. Texto: Mate. 27: 15-26. Autor: Pastor Edwin Guillermo Núñez Ruiz.
Introducción:
A. No nos gustan los interrogatorios, nos ponen nerviosos, tensos y a veces en evidencia, hoy seremos sometidos a un interrogatorio.
B. Si lo nota en este texto hay tres preguntas que Pilato le dirige a la multitud. Estas preguntas son vigentes para nosotros en día y deben ser contestadas. Tenga en cuenta que la respuesta a estas preguntas determina cómo y en que gastara el resto de su vida pero no solo eso, también determinan su eternidad.-
B. Así que por favor responda conmigo:
I. ¿CUÁL DE LOS DOS? Ver 17, 21.
A. Pilato cuestiona a la multitud y los pone a elegir entre Jesús (inocente, santo, justo, bueno, solo les había hecho bien) y Barrabas (Un preso famoso, un ladrón, un revoltoso homicida). La gente elige a Barrabas.
B. La pregunta sigue vigente, se nos sigue cuestionando de muchas y variadas formas: que escoges ¿Jesús o…..tu pecado, una persona, un proyecto de vida?
La mayoría de nosotros sigue escogiendo lo demás, sin darnos cuenta que tal decisión afecta drásticamente nuestra vida aquí en la tierra y en la eternidad.
C. Josué nos diría: “escogeos hoy a quien servís” (Josué 24:15), Elías nos diría: “¿hasta cuando claudicareis entre dos pensamientos?” (1 Rey 8:21).
II. ¿QUE HARE? Ver 22.
A. Ante la petición de la gente Pilato entonces les replica: ¿Qué, pues, haré de Jesús, llamado el Cristo?, la multitud contesto: ¡crucifícale! ¿Lo nota? De Pilato fue la decisión última de crucificarle pero la idea fue del Pueblo.
B. El pueblo eligió a Barrabas pero ahora también debía elegir qué hacer con Jesús y ellos decidieron que debía ser muerto con la peor de todas las muertes. El punto es que si usted no se decide por Jesús si debe decidir qué hará con él.
C. Alternativas:
a. Desecharlo totalmente de su vida, renegar de él, apartarse totalmente de su camino.
b. Vivir con él pero a su vez sin él. Es decir, Le reza y lo niega al mismo tiempo, le es fiel e infiel al mismo tiempo.
El problema: La primera opción aparentemente es la más fácil, solo aparentemente, deje nada más que pasen los años y su fin es la condenación eterna.
La segunda opción, es aparentemente la más piadosa, también la más fácil, pero solo deje que pasen los años y su fin es también la condenación eterna, una peor que la de aquellos que jamás conocieron a Jesús.
III. ¿POR QUE? Ver 23
A. Ante la petición del pueblo la respuesta de Pilato es: ¿Por qué lo debo crucificar? ¿Qué ha hecho de malo? No hubo respuesta, solo afirmaciones: ¡crucifícale!
B. Ahora, nos toca a nosotros y la pregunta es doble:
a. Tu que lo aceptas porque lo aceptas, porque le has dado tu vida con radicalidad ¿Agradecimiento? ¿Miedo? ¿Interés? ¿El mejor redito?
b. Tu que lo rechazas porque lo rechazas, porque te alejas de él ¿Qué buena razón das para hacer lo que haces?
Conclusiones:
Al igual que la gente hace 2.000 años, debemos responder a las mismas tres preguntas hoy. ¿No quieres la mejor vida que puedes tener aquí y lo mejor que puede tener la eternidad? La única manera de tener lo mejor de ambos mundos es elegir a Jesucristo como su Salvador personal.
VERSION LARGA
Tres preguntas sobre
la muerte de Jesús
Introducción
La incomodidad de un interrogatorio es algo que muchos de nosotros hemos experimentado. Nos sentimos nerviosos, tensos y a veces incluso en evidencia. Hoy, nos enfrentaremos a un interrogatorio muy particular. En el pasaje de Mateo 27:15-26, encontramos tres preguntas que Pilato dirigió a la multitud en un momento crucial de la historia. Estas preguntas no solo son relevantes para el contexto en el que fueron planteadas, sino que también resuenan en nuestra vida actual. La forma en que respondamos a estas preguntas influirá en cómo vivimos y, lo que es más importante, en nuestra eternidad.
Por lo tanto, los invito a reflexionar y responder junto a mí. A lo largo de este artículo, profundizaremos en cada una de estas preguntas y su significado en nuestro contexto actual.
I. ¿Cuál de los dos?
En Mateo 27:17 y 21, Pilato presenta a la multitud una elección entre dos personajes: Jesús y Barrabás. Jesús es descrito como inocente, justo y bueno; mientras que Barrabás es un preso famoso, un ladrón y un homicida. Curiosamente, la multitud elige a Barrabás. Esta decisión puede parecer incomprensible, pero es un reflejo de una elección que cada uno de nosotros enfrenta en nuestra vida.
La pregunta persiste en nuestros días: ¿qué eliges? ¿Jesús o tus pecados, una relación tóxica, una ambición desmedida? A menudo, la mayoría de las personas opta por lo que parece más atractivo en el momento, sin considerar las consecuencias que esta elección puede acarrear, tanto en esta vida como en la eternidad.
Josué, en el Antiguo Testamento, nos recuerda la importancia de elegir sabiamente: “escogeos hoy a quien sirváis” (Josué 24:15). Del mismo modo, Elías nos desafía a no ser indecisos: “¿hasta cuándo claudicaréis entre dos pensamientos?” (1 Reyes 18:21). Estas advertencias son pertinentes hoy, ya que la elección entre Jesús y cualquier otra cosa sigue siendo fundamental.
Las decisiones que tomamos en nuestra vida diaria pueden parecer triviales, pero son indicativas de nuestras prioridades. Cuando elegimos a Jesús, estamos optando por un camino que, aunque puede ser difícil y lleno de desafíos, nos ofrece paz, propósito y una relación personal con el Creador. Por otro lado, si optamos por Barrabás, simbolizando el pecado y el egoísmo, estamos eligiendo un camino que nos aleja de la verdadera vida.
II. ¿Qué haré?
En el versículo 22, Pilato se enfrenta a la multitud con una pregunta crucial: “¿Qué, pues, haré de Jesús, llamado el Cristo?” La respuesta de la multitud, “¡crucifícale!”, revela una decisión colectiva de condenar a un inocente. Aunque la decisión final de Pilato fue la crucifixión, es importante recordar que la idea original provino del pueblo.
Al igual que la multitud, todos nosotros debemos decidir qué hacer con Jesús. Ignorarlo no es una opción neutral. Si decides no seguirlo, debes considerar qué harás con su mensaje y su sacrificio. Las alternativas son claras:
1. Desecharlo por completo. Esta opción puede parecer la más sencilla, pero con el tiempo, lleva a una condenación eterna. Aquellos que eligen vivir sin Jesús a menudo se encuentran en un vacío espiritual, buscando satisfacción en cosas temporales que nunca llenarán el vacío en sus corazones.
2. Vivir con Él, pero sin Él. Esta alternativa implica tener una relación ambivalente, donde se reza y se niega al mismo tiempo. Aunque puede parecer piadoso, también conduce a una condenación, posiblemente más severa que la de aquellos que nunca conocieron a Jesús. La hipocresía espiritual puede ser una de las trampas más peligrosas, creando una falsa sensación de seguridad mientras se vive una vida alejada de la verdad de Cristo.
Ambas decisiones tienen consecuencias eternas, y es esencial reflexionar sobre cuál estamos eligiendo. La Biblia nos advierte sobre la naturaleza engañosa del pecado y la importancia de permanecer firmes en nuestra fe.
III. ¿Por qué?
El versículo 23 refleja la confusión de Pilato: “¿Por qué, qué mal ha hecho?” La multitud no ofreció una respuesta clara, solo insistió en su deseo de crucificarlo. Esto nos lleva a una pregunta que no solo es relevante para los que lo rechazan, sino también para aquellos que lo siguen.
Si has decidido seguir a Jesús, pregúntate: ¿por qué lo has hecho? ¿Es por agradecimiento, miedo, interés o porque consideras que es la mejor opción para tu vida? La motivación detrás de nuestra fe es crucial para entender nuestra relación con Él. Un compromiso genuino con Cristo debe estar basado en el amor y la gratitud por su sacrificio, no en una mera búsqueda de beneficios personales.
Por otro lado, si te alejas de Él, también debes cuestionarte: ¿qué justificación tienes para rechazarlo? La falta de una razón válida puede ser un indicio de una decisión impulsiva o superficial. Al final, cada uno de nosotros tendrá que rendir cuentas sobre cómo hemos respondido a esta pregunta.
Conclusiones
Las preguntas que Pilato planteó hace más de dos mil años siguen resonando en nuestras vidas hoy. Cada uno de nosotros debe reflexionar sobre estas tres preguntas fundamentales: ¿Cuál de los dos elegirás? ¿Qué harás con Jesús? ¿Por qué tomas esa decisión?
La elección de Jesús como Salvador personal no solo ofrece una vida plena en la tierra, sino que también asegura un futuro eterno. En un mundo lleno de opciones, la decisión de seguir a Cristo es la que nos ofrece la mejor vida posible aquí y en el más allá.
A veces, la vida presenta situaciones que nos obligan a confrontar nuestras decisiones. Las dificultades y los desafíos pueden hacernos dudar, pero es en esos momentos cuando más necesitamos aferrarnos a nuestra fe. La vida cristiana no está exenta de pruebas, pero en medio de ellas, encontramos la paz y la dirección que solo Jesús puede ofrecer.
Invito a cada uno de ustedes a considerar su respuesta a estas preguntas. Reflexionen sobre su vida y sus decisiones. La única manera de tener lo mejor de ambos mundos es eligiendo a Jesucristo como su Salvador personal. Al hacerlo, no solo transformamos nuestra vida aquí, sino que también aseguramos un destino eterno lleno de esperanza y propósito.
Recuerden que la muerte de Jesús no fue el final, sino el comienzo de una nueva vida para todos aquellos que creen en Él. Su sacrificio nos ofrece perdón, redención y la promesa de una relación eterna con Dios. Así que, frente a las tres preguntas que hoy hemos examinado, elijan sabiamente. Su eternidad depende de ello.
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