VÍDEO
BOSQUEJO
Tema: Misiones. Título: Fundamentos de la obra
misionera. Texto: Hechos 13: 1 – 3. Autor: Pastor Edwin Guillermo Núñez
Ruiz.
Introducción:
A. Lemas.
Estamos en el año de la Misión, se acerca dos viajes misioneros, uno a Agua de
Dios () y el otro al Vichada (10 Dic – 5 de Enero).
B. Orando el
E.S. me motivo a compartir toda una serie de mensaje sobre las misiones basado
en los viajes misioneros de Pablo.
C.
Comenzaremos hoy hablando de los
fundamentos de la obra misionera.
I. TENER EL LLAMADO (Ver 13:2)
A. Un día estaban Bernabé, Simón, Lucio, Manaen y Saulo adorando al
Señor y ayunando cuando el E.S. hablo pidiendo que se le apartara a Bernabé
y a Saulo para la obra a la que Él los
había LLAMADO o elegido.
B. Ser misionero es un llamado, una obra para la cual alguien es
elegido. Cualquier cristiano con la suficiente pasión puede ofrecerse para
hacer un viaje en el cual el predique y enseñe la Palabra de Dios a otros. Sin
embargo, existen personas a las que Él llama exclusivamente para este menester.
C. ¿Como saber si soy llamado a la obra misionera? Pienso que además de
otras señales el hecho de amar las misiones, tener un carácter recio y estar
dispuesto a soportar incomodidades y sacrificios en un lugar lejano son
evidencias de haber sido llamado a las misiones.
D. Ilustración: Mi experiencia, yo deseaba ser misionero pero la
providencia de Dios no me guio hasta allí.
II. TENER UNA IGLESIA (Ver 13:3).
A. Notemos que ellos fueron enviados por una iglesia, el versículo uno
comienza hablándonos sobre la Iglesia de Antioquia. En el versículo 3 se nos
dice que esta iglesia los envió. Entre otras cosas, la labor de la iglesia en
relación a la misión era orar por los enviados.
Esto lo confirma el versículo 26 donde se nos habla de nuevo de la iglesia
y de cómo esta los había estado encomendando en oración. También el versículo
27 nos dice que a esta iglesia Bernabé y Pablo le rindieron un informe de lo
que habían hecho en su viaje.
B. Los misioneros deben ser apoyados por una iglesia. Entre otras
cosas dicha iglesia debe comprometerse a supervisar, apoyar y orar por los
comisionados.
III. TENER UN LUGAR (Ver 13: 4
– 5).
A. Una vez despedidos el E.S. comenzó a guiarlos por su camino, nos
dice que fueron a Seleucia, un puerto del mar mediterráneo, de allí partieron a
la Isla de Chipre y al desembarcar en el puerto de Salamina comenzaron su labor
evangelizadora en las sinagogas. No fue este el único lugar que visitaron
estuvieron también en este primer viaje en Antioquia de Pisidia, Perge, Listra
e Icono.
B. El misionero es un viajero que va a lugares donde el Señor le
lleve. Hace muchos años yo oraba a Dios y le pedí que nos permitiera
evangelizar indígenas. Un día fui a una reunión de Pastores y en la puerta
había un Señor repartiendo unos panfletos, le recibí uno y al leerlo me di
cuenta que él era un misionero y estaba pidiendo ayuda para viajar al Vichada,
le pase los datos a quien en ese entonces dirigía las misiones en la iglesia y
así comenzó nuestra historia con el Vichada y los indígenas Guahibos y Piapocos
entre los cuales estamos trabajando.
C. Los Guahibos son alrededor de 23 mil indígenas, su idioma es el
sikuani, en el sitio a donde vamos viven alrededor de 10 mil indígenas, allí
vamos a continuar el trabajo de Sofia Muller una mujer que fundo más de 70
iglesias en las selvas y llanos de Colombia, también realizo alrededor de 20 traducciones
Bíblicas.
Conclusiones
La obra misionera requiere un llamado divino, el apoyo de una comunidad de fe y la disposición para ir a lugares lejanos. Apoyar las misiones no solo es una responsabilidad espiritual, sino una oportunidad para impactar vidas en diversas culturas. ¿Estás dispuesto a ser parte de esta obra transformadora?
VERSIÓN LARGA
Fundamentos de la obra misionera.
Hechos 13: 1 – 3.
Introducción:
A. Este año hemos declarado como el año de la Misión. En este contexto, se están organizando dos viajes misioneros significativos: uno hacia Agua de Dios y otro al Vichada, que se llevará a cabo del 10 de diciembre al 5 de enero. Estos viajes no solo representan una salida física hacia nuevos lugares, sino que también simbolizan la misión de llevar el mensaje de salvación y esperanza a aquellos que aún no lo han escuchado. La obra misionera es fundamental en la vida de la iglesia y en la vida del cristiano, ya que nos conecta con el corazón de Dios.
B. A medida que he estado orando y buscando la dirección del Espíritu Santo, sentí la motivación de compartir una serie de mensajes centrados en las misiones, tomando como base los viajes misioneros del apóstol Pablo. Su vida y ministerio son un ejemplo poderoso de lo que significa ser un misionero comprometido con la obra de Dios.
C. Para comenzar esta serie, hoy abordaremos el tema de los fundamentos de la obra misionera, centrándonos en los aspectos esenciales que deben estar presentes en la vida de aquellos que son llamados a esta noble tarea. Quiero invitarte a reflexionar sobre tu propio llamado y tu papel en la misión de Dios.
I. TENER EL LLAMADO (Ver 13:2)
A. En Hechos 13:2, leemos que un día estaban Bernabé, Simón, Lucio, Manaen y Saulo adorando al Señor y ayunando cuando el Espíritu Santo habló, pidiendo que se apartara a Bernabé y a Saulo para la obra a la que Él los había llamado. Este momento es crucial, ya que nos muestra que la obra misionera no es una actividad que se elige al azar, sino que es un llamado divino. La adoración y la oración en comunidad son el contexto en el que Dios revela su voluntad.
B. Ser misionero implica ser llamado por Dios para una obra específica. Cualquier cristiano apasionado puede ofrecerse para hacer un viaje y predicar la Palabra de Dios. Sin embargo, hay individuos a quienes Dios llama de manera exclusiva para llevar a cabo esta misión. Es fundamental que el llamado sea claro, ya que la obra misionera a menudo conlleva grandes desafíos y sacrificios.
C. ¿Cómo saber si uno ha sido llamado a la obra misionera? Además de la pasión por las misiones, se pueden observar señales como un carácter fuerte, la disposición a enfrentar incomodidades y la voluntad de sacrificar comodidad en favor de llevar el mensaje a lugares lejanos. Estas características suelen ser evidencias de un llamado genuino. El llamado puede manifestarse a través de la carga por las almas perdidas, la inquietud por las injusticias sociales y el deseo de compartir el amor de Cristo.
D. Quiero compartir una experiencia personal: desde joven, sentí el deseo de ser misionero. Sin embargo, a lo largo de mi vida, la providencia de Dios me guió por otros caminos antes de llevarme a esta obra. La obediencia y la sensibilidad al llamado son esenciales en este proceso. A veces, es fácil confundirse y pensar que cualquier actividad en la iglesia puede ser un llamado, pero Dios tiene un propósito específico para cada uno de nosotros.
II. TENER UNA IGLESIA (Ver 13:3)
A. Es importante destacar que Bernabé y Saulo fueron enviados por una iglesia, específicamente la Iglesia de Antioquia. El versículo 1 nos menciona esta congregación y, en el versículo 3, se nos dice que esta iglesia los envió. Esto resalta el papel fundamental de la iglesia en la obra misionera, que incluye orar y apoyar a aquellos que son enviados. La iglesia es el cuerpo de Cristo, y cada miembro tiene un papel en la misión.
B. Los misioneros necesitan el respaldo de una comunidad de fe. La iglesia tiene la responsabilidad de supervisar, apoyar y orar por los que han sido comisionados. La oración es un elemento clave en el proceso de envío, ya que es a través de la oración que se busca la dirección de Dios y se intercede por la labor que se llevará a cabo. La comunidad de fe se convierte en un pilar fundamental para el misionero, brindando apoyo emocional, espiritual y práctico.
C. La iglesia también debe estar dispuesta a enviar a sus mejores miembros. El envío implica un acto de fe, tanto para el que es enviado como para la comunidad que lo envía. De esta manera, la iglesia se convierte en un agente de transformación en el mundo, cumpliendo con la Gran Comisión de hacer discípulos en todas las naciones.
D. La importancia de tener una iglesia que apoye la obra misionera no puede ser subestimada. Sin el respaldo de una comunidad de fe, el misionero puede sentirse solo y desalentado en su labor. Es vital que la iglesia mantenga una cultura de envío, donde se reconozca que cada miembro tiene un papel en la misión de Dios, ya sea yendo, orando o apoyando financieramente.
III. TENER UN LUGAR (Ver 13: 4 – 5)
A. Una vez que fueron despedidos, el Espíritu Santo guió a Bernabé y Saulo en su camino. Partieron hacia Seleucia, un puerto del mar Mediterráneo, y luego a la isla de Chipre. Al llegar al puerto de Salamina, comenzaron su labor evangelizadora en las sinagogas. Sin embargo, este no fue el único lugar que visitaron; también pasaron por Antioquía de Pisidia, Perge, Listra e Icono durante su primer viaje. Cada lugar que visitaron representa un campo fértil para la siembra de la Palabra de Dios.
B. El misionero es un viajero que se deja llevar por la dirección de Dios. Recuerdo que hace años oré pidiendo la oportunidad de evangelizar a comunidades indígenas. En una reunión de pastores, conocí a un misionero buscando apoyo para viajar al Vichada. Esa conexión fue el inicio de nuestra labor con los indígenas Guahibos y Piapocos, donde hemos estado trabajando desde entonces. A veces, Dios nos sorprende al abrir puertas que nunca imaginamos.
C. Los Guahibos son una comunidad indígena de aproximadamente 23 mil personas, cuyo idioma es el sikuani. En la región donde estamos trabajando, viven cerca de 10 mil indígenas. Allí, continuaremos la labor de una mujer extraordinaria, Sofía Muller, quien fundó más de 70 iglesias en las selvas y llanos de Colombia y realizó alrededor de 20 traducciones Bíblicas. Su legado es un testimonio del poder transformador de la obra misionera.
D. Es fundamental entender que el lugar al que se envía a los misioneros puede tener diferentes realidades culturales y sociales. La adaptación y el respeto por las costumbres locales son esenciales para el éxito de la misión. Los misioneros deben ir preparados para aprender y escuchar, construyendo relaciones significativas con las comunidades que sirven.
Conclusiones
La obra misionera requiere un llamado divino claro, el apoyo incondicional de una comunidad de fe y la disposición de ir a lugares lejanos. Implicarse en las misiones no es solo una responsabilidad espiritual, sino también una oportunidad única para impactar vidas en diversas culturas y contextos. La misión de Dios continúa, y cada uno de nosotros tiene un papel que desempeñar en ella.
Te invito a reflexionar sobre tu propio llamado y tu papel en la obra misionera. ¿Estás dispuesto a ser parte de esta obra transformadora? La historia de la iglesia se está escribiendo y tú puedes ser parte de ese relato. Acepta el desafío, ora por las misiones, involúcrate en el envío de misioneros y, si sientes el llamado, prepárate para ir. La obra de Dios no tiene límites, y juntos podemos llevar el evangelio a cada rincón del mundo.
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