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BOSQUEJO
Texto: Deuteronomio 8: 1 – 20.
Autor: Pastor Edwin Guillermo Núñez Ruiz.
Introducción:
A. Una pregunta muy común para el cristiano es: ¿para que el sufrimiento?
B. Este texto nos da 4 propósitos para el sufrimiento:
I. CONOCER EL CORAZÓN (Ver 2).
A. Según este texto sufrimos con el propósito de descubrir el corazón.
B. Al leer el versículo nos preguntamos: ¿Necesita Dios saber algo?
1. La respuesta seria: Dado que Dios todo lo sabe, por tanto, no pudo probarlos con el objeto de conocer algo que no conocía en ellos, entonces esto es un antropomorfismo.
2. Otra manera de verlo sería pensando en una mala traducción.
La Biblia TA traduce este texto así: “Y acuérdate de todos los caminos por donde te ha conducido el Señor Dios tuyo en el desierto por espacio de cuarenta años, con el fin de atribularte y probarte, para que se descubriesen las intenciones de tu ánimo, si estabas o no en guardar sus mandamientos”.
Si lo nota, esta versión nos dice que la aflicción vino al pueblo no para que Dios conociera algo sino más bien para que lo que había en el corazón de los israelitas fuese descubierto. La palabra Hebrea YADA se puede traducir de muchas maneras, entre ellas conocer pero también descubrir.
B. Entonces, la aflicción viene para que se descubra lo que hay en mi corazón, para que me de cuenta de mi estado espiritual y así tome correctivos.
II. ENSEÑAR A DEPENDER (Ver 3)
A. Moisés nos dice que Dios afligió a los israelitas y fue el quien les sometió a situaciones de hambre pero que a su vez el mismo les proveyó un alimento milagroso: el mana.
B. En este texto el pan es lo material, es la dependencia de mis fuerzas.
Toda palabra que sale de la boca de Dios es sus promesas y la confianza que tenemos en ellos.
C. En otras palabras, es como si nos dijera: Dios te aflige para enseñarte que no debes confiar en lo material y en tus propias fuerzas sino en Dios y sus promesas.
D. Esta fue una de las tentaciones de Satanás a Jesús (Mateo 4: 3 – 4).
III. DEMOSTRAR PATERNIDAD (Ver 5).
A. Según Moisés los Israelitas debían reconocer que de la manera como los buenos padres castigan a sus hijos de la misma manera Dios al ser un buen padre castiga a quienes ha recibido como hijos.
B. Muchos creyentes se preguntan: ¿Por qué a los malvados les va bien y a los cristianos no? A veces sucede esto: usted vive en santidad, hace la voluntad de Dios, hace el ministerio y aun así las cosas no le salen como usted desearía. Por el contrario, ve a los inconversos prosperar ¿Qué pasa?
C. La respuesta a esta pregunta es: Dios no disciplina a quienes no son sus hijos, desde luego que tendrán su pago tarde o temprano pero a nosotros sus hijos Dios nos disciplina por los propósitos que estamos viendo. (Hebreos 12: 5 – 11)
IV. HACERNOS BIEN (Ver 16).
A. Por último, Moisés afirma que la aflicción y pruebas que el Señor envió sobre el pueblo al fin y al cabo redundaron en bien para ellos.
B. Lo mismo dice el Apóstol Pablo sobre lo que le ocurre a los creyentes (Rom. 8:28)
Conclusiones:
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