Tema: Adoración.
Título: La iglesia perseguida - esmirna
Texto: Apocalipsis 2: 8 – 11
Autor: Pastor Edwin Guillermo Núñez Ruiz
Introducción:
A. Lemas. La semana pasada hablamos de aquellos que no aman a Dios igual que antes, aquellos que le aman menos. Hoy estudiaremos el mensaje a la iglesia de Esmirna, un mensaje para para iglesias y personas que son perseguidas. Podemos estructurar el mensaje de la siguiente forma:
I. AFIRMACIÓN (Ver 10).
A. En este texto se le advierte a la iglesia de Esmirna que la persecución de la cual han venido siendo objeto no cesara sino que continuara por lo menos diez días más, es decir, un corto periodo de tiempo.
Los cristianos en Esmirna estaban pasando un fuerte persecución por dos razones fundamentales: esta ciudad era muy fiel al emperador y en ella vivía una gran colonia Judía (Ver 9c). Las razones por las que los cristianos primitivos fueron perseguidos fueron varias, entre ellas se les acusaba de:
1. Canibalismo. Por su concepto de la Cena del Señor.
2. Homosexualismo. Por sus afectivas expresiones de amor unos a otros.
3. División. Cuando algún miembro de la familia se convertía el hecho traía conflictos al hogar.
4. Ateísmo. Por su negación de los dioses paganos.
5. Rebelión. Por cuanto se negaban a rendir culto divino al emperador.
B. Este versículo contiene una verdad innegable de la fe cristiana, una afirmación y es que: “todo el que quiera vivir piadosamente en Cristo sufrirá persecución”. Si nos comportamos como cristianos seguramente vamos a sufrir.
II. ELOGIO (Ver 9).
A. Cabe anotar que esta iglesia no recibe reproche alguno del Señor pero recibe un bello elogio. A causa de la persecución ellos habían llegado a quedar en la absoluta pobreza, la palabra griega aquí para pobre es la que se usaba para el limosnero, aun así ellos era RICOS, ricos espiritualmente.
Entonces el elogio era este: riqueza espiritual. La riqueza espiritual es la práctica de todos los valores cristianos: santidad, servicio, compromiso, sabiduría, fortaleza, fe, esperanza etc. Sin embargo, lo que le daba valor al asunto no era tanto la práctica de ellas sino el contexto en el que lo hacía, la persecución. Esto los hacia ricos espiritualmente.
B. Esta iglesia representa a aquellos que aun en medio de la persecución, la tribulación conservan su firmeza, su amor y fidelidad a Dios sin importar lo que esta les traiga. A su vez es también un llamado a comportarnos con entereza cuando esta nos toque.
III. DESCRIPCIÓN (Ver 8).
A. Dejamos este punto aquí porque la descripción que hace Jesús de sí mismo aquí es un mensaje guarda un mensaje de aliento para ellos, notemos lo que dice:
1. “el primero y el postrero”. Esta expresión sugiere tanto la eternidad como la soberanía de Jesús. En otras palabras les dice: Yo conozco lo que pasa y no he perdido el control.
2. “el que estuvo muerto y vivió”. Es a todas luces una mención a la resurrección de Cristo. En otras palabras: esta vida no es todo lo que hay, existe la vida eterna.
B. Estos mensajes siguen siendo pertinentes para el creyente perseguido hoy: por dura que sea la situación él sigue al control, él sabe, él conoce, algo hará. Además, la verdadera motivación para soportar y sobreponerse a la persecución está en la fortaleza que contiene la convicción de la vida después de la muerte.
IV. PROMESAS (10C – 11).
A. Además de estas palabras el Señor tiene algo más que decir para fortalecer a esta masa de creyentes:
1. La corona de la vida: es decir, la vida eterna en el paraíso de Dios. De nuevo aparece aquí la idea de la vida después de la muerte como aliciente para la fidelidad, la riqueza espiritual.
2. A su vez tenemos la misma idea dicha en otra palabras, si vences, si soportas la tentación, no sufrirás daño de la muerte segunda. La muerte segunda es la condenación eterna, la muerte eterna. Así pues no sufrir daño de la muerte segunda es también la vida eterna en el paraíso de Dios.
B. La máxima promesa para el creyente fiel en la persecución es la vida eterna junto con Dios en el cielo.
Conclusiones:
MARTIRIO DE POLICARPO.
"Así es que podemos terminar nuestro estudio de Esmirna con la historia del más famoso martirio cristiano, que sucedió allí.
Policarpo, obispo de Esmirna, fue martirizado el sábado 23 de febrero del año 155 d C. Fue en el tiempo de los juegos atléticos; la ciudad estaba abarrotada, y toda la gente estaba excitada. De pronto surgió el grito: «¡Mueran los ateos! ¡Busquemos a Policarpo!» Seguramente Policarpo habría podido huir; pero ya había tenido una visión en sueños en la que vio que la almohada bajo su cabeza estaba ardiendo, y se despertó para decirles a sus discípulos: «Es necesario que me quemen vivo.»
Un esclavo declaró bajo tortura dónde se encontraba Policarpo. Fueron a arrestarle. Él ordenó que les dieran una comida y puso a su disposición todo lo que quisieran tomar, pidiéndoles a cambio que le concedieran el privilegio de pasar una hora en oración. Ni siquiera el capitán de la policía quería ver morir a Policarpo. En el breve viaje a la ciudad trató de persuadir al anciano: " ¿Qué tiene de mal el decir "César es señor" y ofrecer sacrificio y salvar la vida?" Pero Policarpo era inamovible en su convicción de que para él el único Señor era Jesucristo.
Cuando entró en la arena del circo vino una voz del Cielo que decía: " Sé fuerte, Policarpo, y pórtate como un hombre.» El procónsul le dio a escoger entre maldecir el nombre de Cristo y ofrecer sacrificio al César, o morir. «Ochenta y seis años Le he servido -le contestó Policarpo-, y Él no me ha hecho nunca ningún mal. ¿Cómo voy a blasfemar de mi Rey Que me salvó?» El procónsul le amenazó con la hoguera, y Policarpo replicó: "Tú me amenazas con un fuego que arde sólo un momento y se sofoca en seguida, porque no conoces el fuego que les espera a los malvados en el juicio por venir y en el castigo eterno. ¿A qué esperas? ¡Venga, haz lo que quieras conmigo!»
El gentío llegó de las tiendas y de los baños con teas, y los judíos, aun quebrantando el descanso sabático al llevar tales cargas, fueron los primeros en allegar la leña. Iban a atarle al poste del patíbulo; pero él dijo: «Dejadme como estoy; porque el Que me da poder para soportar el fuego me concederá permanecer inmóvil en medio de las llamas sin la seguridad de vuestros clavos.» Así es que le dejaron atado pero sin apretarle en las llamas, y Policarpo hizo su gran oración:
Señor Dios Todopoderoso, Padre de Tu amado y bendito Hijo Jesucristo, por medio de Quien hemos recibido pleno conocimiento de Dios de los ángeles y poderes, y de toda la creación, y de toda la familia de los rectos que viven ante Ti, yo Te bendigo por concederme este día y hora el poder participar, entre el número de los mártires, del cáliz de Tu Cristo, por la Resurrección a vida eterna tanto de cuerpo como de alma en la inmortalidad del Espíritu Santo. Sea yo recibido hoy entre ellos delante de Ti como sacrificio rico y aceptable, como Tú, el Dios de verdad y sin engaño, has preparado de antemano y mostrado y cumplido. Por esta razón yo también Te alabo por todas las cosas, Te bendigo, Te glorifico, mediante el Sumo Sacerdote eterno y celestial Jesucristo, Tu amado Hijo, mediante Quien sea dada gloria a Ti con Él y el Espíritu Santo, tanto ahora como por todas las edades que están por venir. Amén.
Hasta aquí los Hechos escuetos; a continuación se nos dice que las llamas hicieron una especie de tienda alrededor de Policarpo sin llegar a tocarle. Por último el verdugo le atravesó para ejecutar lo que las llamas no pudieron hacer. "Y cuando hizo esto salió una paloma, y mucha sangre, hasta tal punto que apagó el fuego, y toda la multitud se maravilló de la diferencia que hay entre los incrédulos y los elegidos.»
De lo que no cabe duda es de que Policarpo murió como un mártir, testigo, de la fe".
Barklay, William.
AUDIO
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