Tema: Discipulado. Titulo: Iluminación del Espíritu Santo: El Secreto para Entender lo que Otros No Captan Texto: Efesios 5:18. Autor: Pastor Edwin Guillermo Núñez Ruiz
Introducción:
A. Lema. ¿Alguna vez ha estado ciego? Yo si, bueno medio ciego y aun así le puedo asegurar que no es una experiencia nada agradable, le digo esto por que hoy hablaremos un poco de los ciegos pero aun más de aquellos que están medio ciegos y de lo que se necesita para que estos últimos recobre la vista. Hoy hablaremos de la Iluminación del Espíritu Santo, esta se define como el ministerio que ejerce el E.S. en la vida del creyente para que este pueda comprender las verdades de la Palabra de Dios. Esta doctrina esta implicada en varios textos del N.T.
I. 1 CORINTIOS 2: 12, 14 – 15.
A. De este pasaje podemos aprender que:
1. Al tener el E.S. el creyente puede llegar a entender las cosas que Dios ha hecho por el le ha dado.
2. El hombre natural o aquel que no es cristiano no puede captar, ni entender las cosas de Dios, es mas, para el son solo locuras, y no puede hacerlo por que son cosas que requieren de la asistencia del E.S. para ser comprendidas.
3. La persona espiritual o aquel en quien habita el E.S. puede examinar y entender las cosas del Espíritu.
Así lo traduce la TLA los versículos (14 – 15): “Los que no tienen el Espíritu de Dios no aceptan las enseñanzas espirituales, pues las consideran una tontería. Y tampoco pueden entenderlas, porque no tienen el Espíritu de Dios. En cambio, los que tienen el Espíritu de Dios todo lo examinan y todo lo entienden. Pero los que no tienen el Espíritu, no pueden examinar ni entender a quienes lo tienen”.
II. EFESIOS 1:17.
A. Fijémonos como lo traducen otras Biblias:
1. “Le pido al Dios de nuestro Señor Jesucristo, es decir, al Padre maravilloso, que les dé su Espíritu para que sean sabios y puedan entender cómo es Dios”. (BLS)
2. “Ruego que Dios, el Padre glorioso de nuestro Señor Jesucristo, les dé el Espíritu, fuente de sabiduría, quien les revelará la verdad de Dios para que la entiendan y lleguen a conocerlo mejor”. (PDT)
B. Leyendo así nos damos cuenta que el Apóstol Pablo esta pidiéndole a Dios que les conceda a los hermanos de la iglesia de Éfeso el E.S. quien da sabiduría y revelación, así llegaran a conocer mejor a Dios.
III. 1 JUAN 2: 20, 27
A. El versículo 20 nos enseña que tenemos la unción del Santo, esta expresión alude a una costumbre del AT en la cual los reyes y los sacerdotes se les consagraba a través de la unción con aceite, aquí se usa como un símbolo y se aplica al derramamiento del E.S. sobre los creyentes.
Nos dice que por tal unción poseemos conocimiento, el conocimiento que da el E.S. es tan certero que no le permite al cristiano apartarse tras la herejía (Ver 18 – 19).
B. Por otra parte, el versículo 27 nos muestra que tenemos el conocimiento de las cosas espirituales por que el E. S. es nuestro maestro (Juan 14:26; 16: 13), si bien algunos afirman que tales promesas solo fueron para los apóstoles es innegable que en este texto Juan las aplica a todos los creyentes.
Este texto no refuta el ministerio bíblico del maestro tan solo exalta al E.S. como el supremo maestro sin excluir la labor que el mismo hace a través de maestros piadosos de la Escritura
C. Ejemplos.
1. En el siguiente ejemplo podemos ver un ejemplo de lo que el E.S. hace actualmente al enseñarnos (Lucas 24: 29 - 32, 45). Cuando el E.S ejerce su ministerio en nosotros nuestros ojos son abiertos, podemos comprender, sentimos que el corazón nos arde, sentimos emoción.
Conclusiones:
1. El creyente esta medio ciego y requiere la iluminación del E.S. para poder conocer a Dios. La iluminación del E.S. en tiempos actuales nos viene únicamente a través de la Biblia, es lo que Él usa para que conozcamos más a Dios, para producir discernimiento en nuestras vidas. Por ello:
a. El creyente debe tener relación constante y seria con la Biblia (aprovechar para exhortar a la participación del I.C.C.).
b. El creyente debe orar como el salmista:
• Sal 119:18: Abre mis ojos, y miraré las maravillas de tu ley.
VERSIÓN LARGA
La iluminación del Espíritu Santo es un tema fundamental en la vida del creyente, ya que a través de este ministerio, el Espíritu Santo permite que los cristianos comprendan la Palabra de Dios y vivan en consonancia con Su voluntad. En Efesios 5:18, el apóstol Pablo nos instruye sobre la importancia de ser llenos del Espíritu, lo cual es esencial para experimentar la vida cristiana en su plenitud. En este artículo, exploraremos cómo el Espíritu Santo actúa en la vida de los creyentes, iluminando sus corazones y mentes para entender la verdad de Dios y aplicar esa verdad en sus vidas diarias.
La idea de la ceguera espiritual es una metáfora poderosa. Cuando hablamos de estar "ciegos", nos referimos a la incapacidad de ver y comprender las verdades espirituales que Dios ha revelado en Su Palabra. Hay muchas personas en el mundo que, aunque pueden tener una existencia física normal, están espiritualmente ciegas. Esta ceguera no es un estado permanente, ya que el Espíritu Santo tiene la capacidad de abrir los ojos de aquellos que buscan a Dios y desean conocerlo más profundamente. Así como un ciego puede recuperar la vista a través de la intervención médica, los creyentes pueden experimentar la iluminación espiritual a través del ministerio del Espíritu Santo.
El primer pasaje que examinaremos es 1 Corintios 2:12-15. En estos versículos, Pablo establece la distinción entre la persona espiritual y la persona natural. La persona natural, que no tiene el Espíritu de Dios, no puede comprender las cosas de Dios porque son locuras para ella. Esto significa que, en su estado natural, el ser humano carece de la capacidad para discernir lo espiritual. Por otro lado, la persona espiritual, que está llena del Espíritu Santo, tiene la capacidad de examinar y entender las cosas de Dios. Esto resalta la importancia de recibir el Espíritu Santo en la vida del creyente, ya que es a través de Él que podemos acceder a la sabiduría y la revelación divina.
La traducción de la TLA de 1 Corintios 2:14-15 dice: “Los que no tienen el Espíritu de Dios no aceptan las enseñanzas espirituales, pues las consideran una tontería. Y tampoco pueden entenderlas, porque no tienen el Espíritu de Dios. En cambio, los que tienen el Espíritu de Dios todo lo examinan y todo lo entienden”. Este contraste entre el creyente y el no creyente es crucial para entender cómo la iluminación del Espíritu Santo opera en la vida de los cristianos. La iluminación no es solo un entendimiento intelectual, sino una revelación profunda que transforma el corazón y la mente, permitiendo que el creyente viva de acuerdo con la voluntad de Dios.
En Efesios 1:17, Pablo ora para que el Dios de nuestro Señor Jesucristo, el Padre de gloria, dé a los creyentes el Espíritu de sabiduría y de revelación en el conocimiento de Él. Esta oración es significativa porque muestra la dependencia del apóstol en el Espíritu Santo para que los creyentes puedan conocer mejor a Dios. La sabiduría y la revelación son regalos que el Espíritu Santo proporciona, permitiendo que los cristianos profundicen su relación con Dios y comprendan Su verdad.
La Biblia de las Américas dice: "Que el Dios de nuestro Señor Jesucristo, el Padre de gloria, les dé espíritu de sabiduría y de revelación en el conocimiento de Él". Este versículo enfatiza que la iluminación del Espíritu Santo es un proceso continuo. No es suficiente con recibir el Espíritu una vez; los creyentes deben buscar constantemente la sabiduría y la revelación que vienen de Dios. La iluminación espiritual se manifiesta en la comprensión de las Escrituras, en la capacidad de discernir Su voluntad y en el deseo de vivir en obediencia a Su palabra.
Asimismo, en 1 Juan 2:20 y 27, encontramos que la unción del Santo nos ha sido dada, lo que se refiere a la unción del Espíritu Santo. Esta unción se asocia con el conocimiento que el Espíritu da a los creyentes, permitiéndoles discernir la verdad. Juan explica que los creyentes poseen un conocimiento que los protege de las herejías. Esto es fundamental, ya que en un mundo lleno de confusión y falsedades, el Espíritu Santo actúa como nuestro maestro y guía, ayudándonos a permanecer en la verdad.
El versículo 27 dice: "Pero la unción que ustedes recibieron de Él permanece en ustedes, y no tienen necesidad de que nadie les enseñe; pero como su unción misma les enseña acerca de todas las cosas, y es verdadera y no es mentira, así como Él les ha enseñado, permanezcan en Él". Aquí se enfatiza que el Espíritu Santo es el maestro supremo. Aunque Dios también ha establecido maestros en la iglesia para enseñar y guiar, la iluminación espiritual proviene directamente del Espíritu. Esto no minimiza la importancia de la enseñanza bíblica, sino que la enriquece, ya que cualquier enseñanza verdadera debe ser confirmada y iluminada por el Espíritu Santo.
Un ejemplo claro de cómo el Espíritu Santo ilumina la mente y el corazón se encuentra en Lucas 24:29-32 y 45. En este pasaje, después de la resurrección, Jesús se encuentra con dos discípulos en el camino a Emaús. Ellos no lo reconocen inicialmente, pero mientras conversan, Jesús les explica cómo las Escrituras se cumplen en Él. Cuando finalmente se les abren los ojos y reconocen a Jesús, sus corazones arden dentro de ellos. Este relato ilustra cómo la iluminación del Espíritu Santo permite que los creyentes comprendan las verdades de Dios de manera personal y transformadora. Es a través de esta revelación que la Palabra de Dios cobra vida, y los creyentes pueden experimentar una conexión profunda con Su verdad.
La iluminación del Espíritu Santo no es un evento único, sino un proceso continuo en la vida del creyente. A medida que leemos y meditamos en la Palabra de Dios, el Espíritu Santo nos guía, nos enseña y nos revela verdades que pueden haber estado ocultas anteriormente. La iluminación espiritual también nos capacita para aplicar esas verdades en nuestra vida diaria. Esto significa que no solo debemos buscar entender la Palabra de Dios, sino que también debemos permitir que esa comprensión transforme nuestras acciones, decisiones y relaciones.
Además, es importante destacar que la iluminación del Espíritu Santo está íntimamente relacionada con la oración. El Salmo 119:18 nos dice: "Abre mis ojos, y miraré las maravillas de tu ley". Este versículo expresa la oración del salmista por la iluminación divina. La oración es un medio a través del cual los creyentes pueden buscar la guía y la sabiduría del Espíritu Santo. Al orar, estamos reconociendo nuestra dependencia de Dios y abriendo nuestro corazón a Su dirección. La oración y la lectura de la Palabra deben ir de la mano; al buscar a Dios en oración, pedimos que Él nos ilumine y nos guíe en la comprensión de Su Palabra.
Es crucial que los creyentes mantengan una relación constante y seria con la Biblia. La Palabra de Dios es el principal medio a través del cual el Espíritu Santo ilumina nuestras vidas. Al estudiar las Escrituras, no solo adquirimos conocimiento, sino que también permitimos que el Espíritu opere en nosotros, revelándonos la verdad y capacitándonos para vivir de acuerdo con ella. La participación activa en el estudio bíblico y la comunión con otros creyentes es fundamental para el crecimiento espiritual y la madurez en la fe.
Es evidente que la iluminación del Espíritu Santo es esencial para la vida del creyente. Sin ella, los cristianos pueden encontrarse en un estado de ceguera espiritual, incapaces de discernir la verdad y vivir de acuerdo con la voluntad de Dios. La iluminación no es solo un acto de comprensión intelectual, sino una experiencia transformadora que afecta cada aspecto de la vida del creyente. Al buscar la iluminación del Espíritu Santo, los creyentes son capacitados para vivir en la verdad, experimentar la paz de Dios y ser testigos efectivos de Su amor y gracia en el mundo.
En conclusión, la iluminación del Espíritu Santo es un ministerio vital que permite a los creyentes comprender las verdades de la Palabra de Dios. A través de la obra del Espíritu, los cristianos pueden discernir lo espiritual, conocer mejor a Dios y vivir en obediencia a Su voluntad. La búsqueda constante del conocimiento y la revelación de Dios es esencial para el crecimiento espiritual y la madurez en la fe. Al mantener una relación activa con la Biblia y la oración, los creyentes pueden experimentar la luz del Espíritu en sus vidas, lo que les permitirá seguir el camino que Dios ha preparado para ellos. La iluminación del Espíritu Santo no solo transforma la mente, sino que también transforma el corazón, conduciendo a una vida que glorifica a Dios y refleja Su amor a los demás.
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