Tema: Génesis. Titulo: Abraham sacrifica a Isaac. Texto: Génesis 22: 1 - 14. Autor: Pastor Edwin Guillermo Núñez Ruiz.
Introducción:
A. En este texto me parece que llegamos al clímax del libro del Génesis y al clímax de la vida de Abraham. A lo largo del tiempo en este pasaje se han visto dos enseñanzas que quisiera resaltar:
1. Tenemos aquí un texto escrito en contra de los sacrificios humanos que eran comunes en los pueblos alrededor de Israel y que incluso los israelitas practicaron ocasionalmente. Esta es la manera de decir: Dios no esta de acuerdo con eso.
2. La otra es que se toma a Isaac como un tipo o figura de Cristo:
a. Como Isaac era el único hijo de Abraham así Cristo es el unigénito del Padre.
b. Como Isaac llevo la leña para su sacrificio así Jesús llevo la cruz en la que iba a ser sacrificado.
c. Como Isaac iba a ser sacrificado en el monte Moriah (Jerusalén) así Jesús fue sacrificado en Jerusalén.
d. Como Isaac estuvo dispuesto a morir así Cristo no solo estuvo dispuesto sino que además murió por nosotros.
e. Como Isaac fue levantado de los muertos así Jesús también resucito. (Heb 11: 1 7 – 19)
B. Hoy abordaremos la historia de manera distinta aprendiendo de ella lo que podamos sobre las pruebas y como enfrentarlas:
I ABRAHAM FUE OBEDIENTE (1 – 3)
A. EXPLICACIÓN DEL TEXTO
1. Dice el texto que Dios probó a Abraham: ¿Por qué? ¿Por qué Dios nos prueba?
a. Constantemente Dios prueba a sus hijos con problemas, tribulaciones etc. para hacerlos madurar en la fe, es en la prueba superada que nuestra vida espiritual crece.
b. Constantemente Dios prueba sus hijos para hacerles saber a ellos y a otros ciertas cosas. Por ejemplo, en este caso demostrado que:
• Una persona puede amara a Dios de un modo supremo.
• Una persona puede rendirse completamente a Dios sin importar lo que le cueste.
• Una persona puede tener una fe tan especial que lo venza todo.
• Una persona inmadura espiritualmente puede llegar a madurar en su relación con Dios.
c. Hay una cuestión entre bambalinas en este pasaje: Ver 12 Sabemos que Dios es omnisciente. Sin embargo este versículo sugiere que Dios probo a Abraham porque necesito saber si este temía a Dios o no. Surge la pregunta: ¿Acaso necesita Dios SABER, CONOCER algo? Tenga en cuenta que:
• La palabra hebrea yadá tiene muchos significados: el básico es conocer y de echo casi todas las biblia traducen esta palabra por conocer, un conocimiento por observación, reflexión y experiencia. Sin embargo, en este texto también podría traducirse como: declarar, notificar, atestiguar, deleitarse
De hecho la Biblia Torres Amat traduce este texto así:
“No extiendas tu mano sobre el muchacho, prosiguió el ángel, ni le hagas daño alguno: que ahora ME DOY POR SATISFECHO que temes a Dios, pues no has perdonado a tu hijo único por amor de mí o por obedecerme”.
• En segundo lugar, en el caso que la traducción fuera conocer diríamos que se esta utilizando el lenguaje antropomórfico. Es decir, atribuyéndole a Dios acciones humanas para hacernos más fácil comprender el carácter infinito del creador.
2. Dios le dice a Abraham que debe sacrificar a Isaac pero fijémonos como se lo dice:
a. Tu hijo, Tu hijo único: Recordemos que en el plan de Dios Ismael había sido expulsado y el único hijo que le quedaba era Isaac, además desde el pacto Abramico Isaac era el único hijo por que era el de la promesa, el de la fe.
b. "A quien amas": que palabras mas dolorosas, Dios le esta diciendo a Abraham que sacrifique lo que el mas ama, su esperanza, su mismo futuro….
3. Abraham obedece sin dilación alguna:
1. Se levanto muy de mañana: no se levanto tarde, ni lo dejo para otro día o para tiempo después, esta actitud ya la habíamos visto (Gen 21:14). Tenemos a esta altura del relato bíblico a un Abraham mas OBEDIENTE que al comienzo.
B. APLICACIÓN:
1. Aquí tenemos la primera clave para cuando estemos siendo probados y esta es: NO DEJE DE OBEDECER, SIGA PERSEVERANDO EN LA OBEDIENCIA:
a. 1 Samuel 15:22: Dios se complace mas en nuestra obediencia que en los sacrificios.
b. Juan 14:21: La obediencia es la demostración del amor que tenemos a Dios.
c. Mateo 7:21: La obediencia es la evidencia de la salvación.
Conclusión:
La historia de Abraham y Isaac nos muestra que las pruebas son oportunidades para fortalecer nuestra fe y obediencia. La disposición de Abraham a seguir a Dios, incluso en lo más difícil, revela que la obediencia no solo honra a Dios, sino que también nos acerca a su propósito. La verdadera fe implica confiar y actuar en obediencia, sabiendo que Dios tiene un plan perfecto, incluso en las pruebas más duras.
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VERSIÓN LARGA
En este pasaje de Génesis 22:1-14, llegamos al clímax del libro del Génesis y también al clímax de la vida de Abraham. Este relato contiene profundas enseñanzas sobre la fe, la obediencia y la naturaleza de Dios. A lo largo del tiempo, se han destacado dos enseñanzas fundamentales que deseo resaltar. En primer lugar, este texto puede interpretarse como un claro pronunciamiento en contra de los sacrificios humanos, prácticas que eran comunes en los pueblos circundantes a Israel y que, lamentablemente, los israelitas también practicaron ocasionalmente. El mensaje es claro: Dios no está de acuerdo con tales actos. En segundo lugar, Isaac es visto como un tipo o figura de Cristo.
Esta comparación nos permite observar varias similitudes significativas. Así como Isaac era el único hijo de Abraham, Cristo es el unigénito del Padre. Ambos portaron la leña para su sacrificio: Isaac, sobre sus hombros, y Jesús, la cruz a cuestas. Además, Isaac fue sacrificado en el monte Moriah, que se identifica con Jerusalén, donde Jesús también fue sacrificado. Isaac mostró disposición a morir, y aunque Cristo estuvo dispuesto, Él realmente murió por nosotros. Por último, así como Isaac fue levantado de los muertos en la mente de Abraham, Jesús también resucitó, como se menciona en Hebreos 11:17-19.
Hoy abordaremos esta historia de manera distinta, enfocándonos en lo que podemos aprender sobre las pruebas y cómo enfrentarlas. El relato de Abraham y su hijo Isaac nos brinda una perspectiva única sobre la fe y la obediencia en medio de la adversidad.
En primer lugar, es fundamental entender que Abraham fue obediente a la llamada de Dios. En los versículos 1 a 3, encontramos un pasaje que revela cómo Dios probó a Abraham. La pregunta que surge es: ¿por qué Dios prueba a sus hijos? La respuesta es multifacética. En primer lugar, Dios prueba a sus hijos con problemas y tribulaciones para hacerlos madurar en la fe. Es a través de las pruebas superadas que nuestra vida espiritual crece. En segundo lugar, estas pruebas tienen un propósito: demostrar tanto a nosotros como a los demás que es posible amar a Dios de una manera suprema, rendirse completamente a Él sin importar el costo, y tener una fe tan fuerte que nos permita superar cualquier obstáculo. Las pruebas también pueden llevar a una persona inmadura espiritualmente a madurar en su relación con Dios.
Es importante considerar el contexto de la prueba de Abraham. En el versículo 12, se menciona que Dios necesitaba saber si Abraham temía a Dios o no. Aquí surge una pregunta intrigante: ¿acaso Dios necesita saber o conocer algo? La respuesta a esta interrogante nos lleva a considerar la naturaleza de la omnisciencia divina. La palabra hebrea "yadá", que se traduce comúnmente como "conocer", tiene significados más profundos. En este contexto, podría interpretarse también como "declarar", "notificar", "atestiguar" o "deleitarse". Así, cuando el ángel le dice a Abraham que no extienda su mano sobre el muchacho, está indicando que ahora se da por satisfecho de que Abraham teme a Dios, ya que no ha perdonado a su hijo único por amor a Él.
Además, en este texto se utiliza un lenguaje antropomórfico, que es una forma de atribuir características humanas a Dios para ayudarnos a comprender Su carácter infinito. En este sentido, el relato nos muestra que aunque Dios es omnisciente, establece un espacio para que la fe y la obediencia de Abraham sean evidentes.
Cuando Dios le dice a Abraham que debe sacrificar a Isaac, la manera en que se lo comunica es notable. Primero, le dice "tu hijo, tu hijo único". Isaac era no solo el único hijo que le quedaba a Abraham, sino que era el hijo de la promesa, el hijo en quien Dios había depositado Su pacto. En segundo lugar, la frase "a quien amas" resuena con un profundo dolor. Dios le está pidiendo a Abraham que sacrifique lo que más ama: su esperanza, su futuro, su legado. Este momento es un punto crítico en la vida de Abraham, un momento en el que su fe será puesta a prueba de manera singular.
La respuesta de Abraham es asombrosa. Se levanta muy de mañana, sin dilación, y se prepara para cumplir con la instrucción divina. Este acto de obediencia inmediata muestra un crecimiento en la fe de Abraham. En el pasado, había dudado y había tomado decisiones basadas en sus propios entendimientos y temores. Sin embargo, en este momento, se presenta un Abraham más maduro y obediente. Este aspecto de la historia nos ofrece una clave fundamental para enfrentar nuestras propias pruebas: no debemos dejar de obedecer. La perseverancia en la obediencia es crucial.
La Escritura nos enseña que Dios se complace más en nuestra obediencia que en los sacrificios. En 1 Samuel 15:22, se nos recuerda que la obediencia es un acto de adoración. En el Nuevo Testamento, en Juan 14:21, Jesús declara que la obediencia es la manifestación del amor que tenemos hacia Dios. Además, en Mateo 7:21, se establece que la obediencia es la evidencia de nuestra salvación. Estos principios son vitales cuando enfrentamos pruebas en nuestras vidas.
La historia de Abraham y Isaac no solo es una narrativa de obediencia, sino también un testimonio de la confianza en Dios. Abraham sabía que Dios había hecho promesas en su vida y que, a pesar de la difícil situación, podía confiar en Su carácter y en Su fidelidad. Al enfrentar pruebas, a menudo se nos presentan situaciones que desafían nuestra confianza en Dios. Sin embargo, es en estos momentos de dificultad donde nuestra fe puede crecer y fortalecerse.
La disposición de Abraham para sacrificar a su hijo es un reflejo de una fe profunda y madura. No solo se trata de obedecer a Dios, sino de confiar en que Él tiene un plan. A menudo, cuando nos encontramos en situaciones difíciles, es fácil perder la perspectiva y centrarnos en el dolor y la incertidumbre. No obstante, debemos recordar que Dios tiene un propósito y que las pruebas son oportunidades para profundizar nuestra relación con Él.
En el relato, vemos cómo Abraham no solo obedece, sino que también actúa con determinación. Se levanta temprano, prepara su viaje y se dirige al lugar donde Dios le había indicado. Su acción refleja una confianza activa en Dios. No se detiene a cuestionar, ni a dudar de la voluntad divina. En lugar de eso, avanza hacia el cumplimiento de la instrucción de Dios.
Cuando se encuentran en el camino, Isaac, inocente en su fe, pregunta a su padre sobre el sacrificio. La respuesta de Abraham, "Dios proveerá para sí el cordero para el holocausto", es una declaración poderosa de fe. A pesar de la angustia que debe sentir en su interior, Abraham afirma su confianza en que Dios proveerá. Esta es una lección crucial para nosotros: aun en las circunstancias más desafiantes, debemos mantener nuestra fe en la provisión de Dios.
Finalmente, cuando llegan al lugar señalado, Abraham construye el altar, coloca la leña y ata a Isaac. En este punto, el relato alcanza un clímax emocional. La disposición de Abraham a sacrificar a su hijo revela la profundidad de su fe y entrega. Sin embargo, en el momento culminante, Dios interviene y detiene la mano de Abraham. El ángel del Señor le llama y le dice que no haga daño al muchacho, enfatizando que ahora se ha probado que Abraham teme a Dios.
Dios proporciona un carnero atrapado en un arbusto como sustituto para el sacrificio. Esta provisión no solo es un acto de gracia, sino que también simboliza la provisión divina que conocemos en Cristo. Así como Abraham fue provisto con un sacrificio sustituto, nosotros también hemos recibido a Cristo como el sacrificio perfecto por nuestros pecados. La historia de Abraham e Isaac se convierte en un recordatorio de la forma en que Dios provee para nuestras necesidades, incluso en los momentos más oscuros.
La conclusión de esta narrativa es un poderoso testimonio de la fidelidad de Dios y la importancia de la obediencia. La prueba de Abraham no solo fortalece su fe, sino que también establece un legado de confianza en Dios que perdura a lo largo de las generaciones. La historia nos muestra que las pruebas son oportunidades para crecer en nuestra relación con Dios y para demostrar nuestra fe en acción.
Al enfrentar nuestras propias pruebas, debemos recordar que Dios está con nosotros y que Su propósito es bueno. La disposición de Abraham a obedecer a Dios, incluso en lo más difícil, revela que la obediencia no solo honra a Dios, sino que también nos acerca a Su propósito. La verdadera fe implica confiar y actuar en obediencia, sabiendo que Dios tiene un plan perfecto, incluso en las pruebas más duras.
Así que, al reflexionar sobre la historia de Abraham y su sacrificio de Isaac, se nos invita a considerar nuestra propia fe y obediencia. ¿Estamos dispuestos a confiar en Dios incluso cuando las circunstancias son desafiantes? ¿Estamos dispuestos a obedecer lo que Él nos llama a hacer, incluso cuando parece doloroso o difícil? La forma en que respondemos a estas preguntas puede determinar nuestro crecimiento espiritual y nuestra relación con el Señor.
En resumen, la historia de Abraham e Isaac nos ofrece una rica enseñanza sobre la fe, la obediencia y la provisión divina. En cada prueba que enfrentamos, tenemos la oportunidad de mostrar nuestra confianza en Dios y de crecer en nuestra relación con Él. Que podamos aprender de la fe de Abraham y seguir su ejemplo, siendo obedientes y confiando en que Dios siempre proveerá lo que necesitamos, de acuerdo con Su perfecta voluntad.
CONTINUA……
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