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BOSQUEJO: EL AMOR EN 1 CORINTIOS 13

Tema: El amor. Titulo: El Amor en 1 Corintios 13. Texto: 1 Corintios 13

Introducción:

A. Entonces el amor es mas y mucho mejor que los dones y es mas y mucho mejor que el conocimiento, según vimos en la introducción, después de decirnos eso Pablo pasa a realizar una descripción muy breve del amor.

B. Hoy solo tocaremos tres de esas características del amor cristiano que el enumera:

I. EL AMOR NO ES ENVIDIOSO (ver 4).

A. A continuación, Pablo define el amor cristiano como algo sin envidia. Quiere decir que el amor cristiano no se entristece porque otro posea más bendiciones. El amor mira la mayor riqueza, la mayor sabiduría, el mayor talento que poseen los demás sin ningún sentimiento de envidia. 

B. Envidiar es sentir malestar, vergüenza o descontento al ver a tales personas; sentir lástima de mí mismo por la prosperidad de otro. Es preocuparse por la superioridad real o imaginaria de los demás. La envidia también contiene el deseo de que les sucedan cosas malas a estas personas superiores. 

C. El antídoto para la envidia es ágape/amor. Si amáramos a los demás, si nos regocijáramos en su felicidad, no los envidiaríamos. Las personas que son superiores a nosotros de alguna manera no tienen la culpa de estas dotes superiores. Son regalos de Dios, y Dios nos ha dotado a todos de diferentes maneras. El amor se regocija en los dones que otros poseen aunque nosotros carezcamos de esos dones. Cada vez que sientas que la envidia invade tus pensamientos, debes arrodillarte, arrepentirte y pedirle a Dios que te llene de su amor.

II. EL AMOR NO ES EGOSISTA (ver 5)

A. Pablo continúa. El amor no es egoísta. Esta es la persona que dice: “Quiero lo que quiero y no me importa el resto del mundo”. Puede que no se hable tan descaradamente, pero muchos muestran en su comportamiento que así es como se sienten. 

B. Están comprometidos con esa trinidad humana, “yo, yo mismo y yo”. Egoísta significa estar dedicado a uno mismo, estar totalmente preocupado por la preocupación por uno mismo. A veces, incluso nuestro deber hacia Dios se descuida porque todos estamos atados con las cuerdas del egocentrismo.

C. Pablo no reprocha aquí todo tipo de cuidado o preocupación por nosotros mismos, sino el interés propio excesivo. Ahora bien, el exceso radica en esto: si pensamos exclusivamente en nosotros mismos y descuidamos a los demás, o si el deseo de nuestro beneficio nos distrae de la preocupación por los demás. 

Dios nos manda amar a nuestro prójimo como nos amamos a nosotros mismos. Cuando el amor propio borra el amor por los demás, tenemos un problema, un gran problema. Como aprendimos anteriormente, los que dicen amar a Dios pero no aman a su prójimo están engañados.

III. EL AMOR NO GUARDA RENCOR (ver 5).

A. Quiero pasar a su declaración en el versículo 5 de que “el amor no guarda rencor”. Esto es muy importante, especialmente en las relaciones familiares. Cuando vives con alguien, eventualmente se dicen y hacen cosas que ofenden a tu cónyuge. El amor perdona y no sigue recordando al ofensor el error de sus caminos. 

B. ¿Qué hace Dios con los pecados que hemos cometido contra Él? En el cielo, ¿nos recordará constantemente todas las veces que le fallamos? “Cuanto está lejos el oriente del occidente, así ha alejado de nosotros nuestras transgresiones” (Salmo 103:12). Esa es simplemente una forma de decir que Dios no nos recordará constantemente lo mal que fuimos en la tierra una vez cuando estemos en Su Reino eterno. En Cristo, nuestros pecados son perdonados y quitados de nosotros para siempre. Cuando el amor de Dios reside en nosotros, encontramos un nuevo poder para perdonar a los que han pecado contra nosotros. Si siente dolor interior porque recuerda algún daño que le hicieron en el pasado, necesita orar para que la gracia de Dios traiga sanidad.

Conclusiones:

A. Resumen, confrontación, desafío y oración.

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