BOSQUEJO
Tema: Servicio. Título: Obreros del Señor. Texto: 2 Timoteo 2:15. Autor: Pastor Edwin Guillermo Núñez Ruiz.
Introducción:
A. Lemas. No es solo ser un obrero es ser un buen obrero, Pablo ene
este texto nos habla de ser buenos obreros.
I. LA IMAGEN: UN OBRERO.
A. Para referirse a una persona que le sirve a Dios en este texto el
Apóstol Pablo usa la imagen del OBRERO en griego un trabajador. Así define
Pablo en este texto a alguien que ayuda en la iglesia.
B. ¿Qué es un obrero? Cuando leo esta palabra no pienso en un hombre
tras un escritorio, descansado y muy limpio. Por el contrario, se me viene a la cabeza un hombre sucio de los pies a la
cabeza y robusto por la dureza de su trabajo.
C. El ministerio es trabajo, trabajo arduo, el ministerio no es para
personas perezosas, es para personas con ganas de trabajar y dispuestas a
levantarse temprano y acostarse tarde, es para personas listas a sentirse
cansadas y que a su vez están dispuestos a sacar fuerzas de flaqueza por su
amor al Señor.
II. UN MANDATO: PROCURA CON
DILIGENCIA.
A. A este trabajador se le manda a: apresurarse, esforzarse, hacer
todo lo posible, esmerarse por presentarse ante Dios con excelencia, sin nada
que lo avergüence.
B. Esto en varias áreas:
1. Moral.
2. Espiritual.
3. Ministerial.
C. Ejemplo: Daniel 6:3, Daniel era de espíritu superior, esto debe ser
lo que persiga todo ministro.
III. UNA RECOMENDACIÓN: USA
BIEN LA PALABRA DE VERDAD.
A. Este obrero de la obra debe ser alguien que use bien, que
interprete bien, que enseñe bien la Palabra de Dios. No importa cuál sea su
ministerio.
B. ¿Cómo se logra esto? La respuesta es muy sencilla: estudiando la
Palabra de Verdad.
Conclusiones:
Ser un buen obrero del Señor requiere dedicación genuina y estudio constante de la Palabra. Reflexiona sobre tu compromiso y esfuerzo en el servicio a Dios.
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VERSIÓN LARGAObreros del Señor - 2 Timoteo 2:15
Introducción:
A. En la búsqueda de ser buenos obreros del Señor, no se trata solo de servir, sino de hacerlo con excelencia y dedicación. El Apóstol Pablo, en 2 Timoteo 2:15, nos habla de la importancia de ser no solo obreros, sino buenos obreros aprobados por Dios.
I. La Imagen: Un Obrero
A. Para referirse a una persona que le sirve a Dios, Pablo utiliza la imagen del OBRERO. En griego, esta palabra significa "trabajador", y así define Pablo a alguien que ayuda en la iglesia. Esta comparación resalta el carácter laborioso y dedicado de un servidor de Dios.
B. ¿Qué es un obrero? Cuando escuchamos esta palabra, pensamos en una persona trabajadora, alguien que se esfuerza físicamente, no un individuo que trabaja cómodamente detrás de un escritorio. Un obrero está dispuesto a ensuciarse y a esforzarse arduamente en su labor.
C. El ministerio es trabajo, un trabajo arduo. No es una tarea para personas perezosas, sino para aquellas que están dispuestas a levantarse temprano y acostarse tarde. Es para quienes están listos a sentirse cansados pero también están dispuestos a sacar fuerzas de flaqueza por su amor al Señor. Un buen obrero del Señor entiende que su labor requiere sacrificio y dedicación constante.
El servicio al Señor no se limita a tareas específicas dentro de la iglesia, sino que abarca cada aspecto de la vida del creyente. Un buen obrero está siempre dispuesto a servir, ya sea en la enseñanza, la predicación, el cuidado de los necesitados, o en cualquier otra área que requiera atención. Esta disposición a trabajar arduamente para el Reino de Dios es lo que diferencia a un verdadero siervo del Señor.
II. Un Mandato: Procura con Diligencia
A. A este trabajador se le manda apresurarse, esforzarse y hacer todo lo posible para presentarse ante Dios con excelencia, sin nada que lo avergüence. Este mandato resalta la necesidad de una diligencia inquebrantable y un compromiso total con la labor del Señor.
B. Esto se aplica en varias áreas:
1.Moral: Un obrero del Señor debe mantener una conducta irreprochable, ser un ejemplo de integridad y honestidad en todos sus actos. Esto incluye ser veraz, justo, y actuar con rectitud en todas las situaciones.
2. Espiritual: Debe cultivar una vida de oración y estudio de la Palabra, buscando siempre crecer en su relación con Dios. La vida espiritual del obrero es fundamental, ya que de ella depende la fortaleza y la guía en su ministerio.
3. Ministerial: En su servicio, debe ser diligente, mostrando un espíritu de excelencia y dedicación en todas las responsabilidades que asume. Esto incluye estar dispuesto a aprender y mejorar constantemente, buscando siempre la mejor manera de servir a Dios y a los demás.
C. Un ejemplo de esto es Daniel 6:3, donde se menciona que Daniel era de espíritu superior. Esto debe ser lo que todo ministro y siervo de Dios persiga: un espíritu de excelencia que refleje su compromiso y amor por el Señor.
La excelencia no es simplemente un objetivo, sino un estilo de vida. Un buen obrero del Señor debe esforzarse por ser el mejor en todo lo que hace, no para su propia gloria, sino para glorificar a Dios. Este esfuerzo por la excelencia es un testimonio poderoso para los demás y muestra la dedicación y el amor que el obrero tiene por Dios.
III. Una Recomendación: Usa Bien la Palabra de Verdad
A. Este obrero de la obra de Dios debe ser alguien que use bien, interprete correctamente y enseñe adecuadamente la Palabra de Dios. No importa cuál sea su ministerio, debe estar profundamente arraigado en la verdad bíblica.
B. ¿Cómo se logra esto? La respuesta es sencilla pero requiere dedicación: estudiando la Palabra de Verdad. No se trata solo de una lectura superficial, sino de un estudio profundo y constante. Debe ser un estudiante diligente de la Biblia, buscando siempre comprender y aplicar correctamente las Escrituras en su vida y ministerio.
El obrero del Señor debe ser un maestro capaz y fiel de la Palabra de Dios. Esto implica no solo entender el mensaje bíblico, sino también ser capaz de comunicarlo efectivamente a otros. La enseñanza de la Biblia es una responsabilidad sagrada y debe ser realizada con precisión, cuidado y reverencia.
C. Además, es importante que el obrero se mantenga actualizado y bien informado. La comprensión de la Palabra de Dios no es estática, sino dinámica. Requiere un estudio continuo, una reflexión profunda y una aplicación práctica en la vida diaria. Un obrero fiel no solo estudia la Biblia, sino que también vive sus enseñanzas, siendo un ejemplo viviente de los principios bíblicos.
Un buen obrero no solo enseña la Palabra de Dios, sino que también la vive. Su vida debe ser un reflejo de las enseñanzas bíblicas, mostrando a los demás cómo se ve una vida transformada por el evangelio. Esto requiere un compromiso constante con la santidad y la obediencia a Dios, buscando siempre ser un ejemplo digno de imitar.
Conclusiones:
Ser un buen obrero del Señor no es tarea fácil, pero es una labor que vale la pena. Requiere una dedicación genuina, una vida de estudio constante de la Palabra y un compromiso firme con la excelencia moral, espiritual y ministerial. Reflexiona sobre tu compromiso y esfuerzo en el servicio a Dios. Evalúa si estás siendo un obrero aprobado, que no tiene de qué avergonzarse y que usa bien la Palabra de Verdad. Recuerda que ser un buen obrero del Señor es un llamado a una vida de diligencia, dedicación y devoción a Dios.
El llamado a ser obreros del Señor es un privilegio y una responsabilidad. Nos invita a servir con todo nuestro ser, a esforzarnos por la excelencia y a vivir una vida que glorifique a Dios en todo momento. Que cada uno de nosotros pueda decir, como Pablo, que hemos peleado la buena batalla, hemos acabado la carrera y hemos guardado la fe (2 Timoteo 4:7).
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