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BOSQUEJO - SERMÓN: EXPLICACIÓN NÚMEROS 9: 15 - 23 - LA NUBE DE DIOS (AUDIO)

Tema: NúmerosTítulo: La nube de Dios. Texto: Números 9: 15 – 23. Autor: Pastor Edwin Guillermo Núñez Ruiz.

Introducción:

A. Parece ser que el libro de Números por lo menos en sus primeros diez capítulos no está ordenado cronológicamente, el orden por eventos en el tiempo seria así:

1. Se levanta el tabernáculo (9:15–23; Éxodo 40: 34 - 38). 
2. Ofrendas para la consagración del tabernáculo (7:1–8:26). 
3. Celebración de la pascua (9:1–14).
4. Censo y purificación del campamento (1:1–6:27).
5. Partida a Canaán (10:1–36).

B. Dado que hasta este momento hemos seguido un orden cronológico continuaremos según este orden y por ello el primer texto que estudiaremos será este. La nube era señal de la presencia de Dios con ellos, esta se ubicaba sobre el tabernáculo, en la noche era una columna de fuego,  a través de ella fueron guiados por el desierto, aprendemos de ella que:

(Dos minutos de lectura)

I. LA GUÍA DE DIOS SE DA EN EL MOMENTO QUE EL QUIERE (Ver 21 – 22)


A. Notemos en primer lugar que la nube se movía en el tiempo que Dios disponía. El día, la hora, el momento que Él quería.

B. Como dijimos en la introducción nosotros también somos peregrinos como ellos en un desierto (nuestra vida terrena) la manera como Dios nos guía ha cambiado, antes era la presencia de Dios a través de una nube, ahora es a través de su Palabra pero cuando lo que buscamos no se halla en su Palabra debemos ser pacientes y aprender a esperar los momentos de Dios.

II. LA GUÍA DE DIOS SE DA POR DONDE EL QUIERE (Ver 17).


A. Cuando la nube se alzaba de sobre el tabernáculo es porque era tiempo de partir, se debía seguir la nube por donde esta les llevara hasta que bajara de nuevo y allí debían acampar.

B. Nótese que ellos debían ir por donde Dios les dijera a través de la nube.

C. Hoy día Dios nos guía por donde Él quiere a través de: 

1. Su Palabra, esta es la manera más segura. Para ser guiados por ella es útil el discernimiento y la diligencia.

2. El consejo sabio. Al recibir un concejo disciérnalo y para ello le será útil conocer lo siguiente. El concejo que me dan cae en: 

a. ¿La falacia de tradición? (es cierto porque siempre sea creído así).

b. ¿La falacia de autoridad? (es cierto porque quien lo dice es un experto).

c. ¿La falacia del pueblo? (es cierto porque mucha gente lo cree).

d. ¿La falacia del bastón?  (si no lo crees te ira mal, no se dan razones solo se amenaza).

e. ¿Petición de principio?  (no se prueba la cuestión solo se afirma).

f. ¿La falsa dicotomía? (se dan solo dos opciones cuando en realidad hay más).

g. ¿La falacia genética? cuando se pretende hacer creer que algo es verdadero apelando a su origen histórico o de otro tipo.

3. Otra manera como Dios nos guía es a través de su providencia. P. Ej. Cuando me da un mensaje. Aun cuando esto requiere aún mucho más discernimiento.


III. LA GUIA DE DIOS DEBE SER OBEDECIDA (Ver 18 - 20, 23).


A. Los israelitas siguieron a la nube con obediencia. Obediencia porque sin falta hicieron caso, cada vez que la nube se levantó o bajo ellos la siguieron, no se nos cuenta de ni siquiera una ocasión donde ellos desobedecieron la guía de Dios a través de la nube.


B. Si queremos llegar a la tierra prometida debemos obedecer la guía que Dios nos da a través de su Palabra, el consejo y la providencia.

C. Debemos desechar la guía de nuestra propia prudencia (Prv. 3: 5 – 6; 28:26) debemos desechar el consejo de quienes no conocen a Dios (Prov 1: 11 -19); Desechar el concejo de la sabiduría humana (1 Cor 3:18 – 20).

Conclusión

La guía divina es fundamental en nuestra vida espiritual, y aprender a esperar y obedecer es clave para alcanzar nuestras metas. Al igual que los israelitas, debemos seguir la dirección de Dios a través de su Palabra y el consejo sabio. Reflexionemos sobre cómo estamos guiando nuestras decisiones y si estamos dispuestos a obedecer.

AUDIO

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VERSIÓN LARGA
La Nube de Dios - Números 9:15-23


Introducción:

El libro de Números, que forma parte del Pentateuco, es una obra rica en enseñanzas y simbolismos que han perdurado a lo largo de los siglos. En sus primeros capítulos, puede parecer que la narrativa no sigue un orden cronológico claro, pero al profundizar en su contenido, podemos encontrar un orden que refleja la relación del pueblo de Israel con Dios y su proceso de transformación espiritual. 

En este estudio, nos enfocaremos en Números 9:15-23, donde se describe la nube que guiaba al pueblo de Israel a lo largo de su travesía por el desierto. Este pasaje no solo es histórico, sino que también ofrece profundas lecciones espirituales que aún son relevantes para nosotros hoy en día. La nube, que simbolizaba la presencia de Dios, les proporcionaba dirección y protección. Durante el día, se manifestaba como una nube, y durante la noche, como una columna de fuego, recordándoles constantemente que Dios estaba con ellos en su viaje.

Al ordenar los eventos de este pasaje, podemos ver un esquema que nos ayuda a comprender mejor el contexto:

1. Se levanta el tabernáculo (Números 9:15-23; Éxodo 40:34-38).
2. Ofrendas para la consagración del tabernáculo (Números 7:1-8:26).
3.Celebración de la Pascua (Números 9:1-14).
4. Censo y purificación del campamento (Números 1:1-6:27).
5. Partida a Canaán (Números 10:1-36).

El tema central que exploraremos es la guía divina. La nube de Dios no solo era un fenómeno natural; también era una manifestación tangible de Su dirección y cuidado. Aprendemos que la guía de Dios no solo es esencial, sino que también se da de manera específica y en el momento que Él dispone. 

I. La Guía de Dios se Da en el Momento que Él Quiere (Ver 21-22)

A. Es fundamental observar que la nube se movía en el tiempo que Dios había establecido. Este concepto de tiempo es crucial en nuestra relación con el Señor. En la vida cotidiana, a menudo deseamos que Dios actúe de acuerdo a nuestro propio calendario, pero debemos recordar que Su temporización es perfecta. La nube se movía cuando Dios lo decidió, y esto nos enseña que debemos tener paciencia y confiar en Su plan, incluso cuando no entendemos completamente lo que está sucediendo a nuestro alrededor. 

B. Al igual que los israelitas eran peregrinos en el desierto, nosotros también somos peregrinos en este mundo. Nuestras vidas son un viaje lleno de incertidumbres y desafíos. En este sentido, la forma en que Dios nos guía ha cambiado. Mientras que antes era a través de una nube que les guiaba físicamente, ahora es a través de Su Palabra. Sin embargo, cuando lo que buscamos no se encuentra claramente en la Escritura, debemos aprender a ser pacientes y esperar los momentos de Dios. Este proceso de espera puede ser difícil y, a menudo, nos enfrentamos a la tentación de actuar por nuestra cuenta, buscando respuestas rápidas y soluciones inmediatas.

C. En la espera, Dios nos está preparando para algo más grande. Nos enseña a depender de Él y a confiar en Su guía en lugar de apresurarnos hacia decisiones que podrían no ser las correctas. Cada experiencia de espera es una oportunidad para profundizar nuestra fe y fortalecer nuestra relación con Él. En este sentido, la espera no es un tiempo perdido, sino un tiempo de crecimiento espiritual. 

II. La Guía de Dios se Da por Donde Él Quiere (Ver 17)

A. La nube no solo se movía cuando Dios lo decidía, sino que también les indicaba a los israelitas hacia dónde debían ir. Cuando la nube se alzaba sobre el tabernáculo, era una señal clara de que era tiempo de partir. En este contexto, seguir la nube significaba confiar en Dios y estar dispuestos a dejar atrás lo conocido en busca de lo que Él tenía preparado para ellos. Este acto de seguir la nube es un poderoso símbolo de la fe activa que se requiere para caminar en los planes de Dios.

B. Hoy en día, Dios nos guía a través de varios medios. La Palabra de Dios es la fuente más segura de guía. Para ser guiados por Su Palabra, necesitamos discernimiento y diligencia. Esto significa que debemos dedicar tiempo a estudiar la Biblia, meditar en sus enseñanzas y aplicar sus principios a nuestras vidas. La Palabra de Dios debe ser nuestro primer recurso y nuestra guía constante.

C. Además de Su Palabra, Dios usa el consejo sabio de otros creyentes. Sin embargo, al recibir consejo, es crucial discernir su origen y validez. Debemos preguntarnos:

1. ¿Es este consejo una falacia de tradición? A veces, las cosas se creen simplemente porque siempre se han hecho de esa manera, sin cuestionar su validez. 

2. ¿Es una falacia de autoridad? No todo lo que dice una figura de autoridad es cierto; debemos evaluar la veracidad de lo que se nos dice.

3. ¿Es una falacia del pueblo? La popularidad de una idea no siempre significa que sea correcta. Es vital investigar y considerar la verdad detrás de las creencias populares.

4. ¿Es una falacia del bastón? Este tipo de consejo no ofrece razones, solo amenaza con consecuencias negativas si no se sigue.

5. ¿Es una petición de principio? A veces, se presentan afirmaciones sin pruebas adecuadas, simplemente se dan por válidas.

6. ¿Es una falsa dicotomía? No siempre hay solo dos opciones; debemos considerar que pueden existir alternativas más amplias.

7. ¿Es una falacia genética? No debemos aceptar algo como verdadero solo por su origen; es importante evaluar la sustancia de la idea.

D. También es importante mencionar que Dios utiliza su providencia para guiarnos. A menudo, las circunstancias de la vida nos llevan a decisiones que, aunque parecen casuales, son parte del plan divino. Reconocer la mano de Dios en nuestra vida diaria es vital para nuestra comprensión de su guía. A veces, los eventos inesperados pueden ser las maneras en que Dios nos está guiando hacia su propósito.

III. La Guía de Dios Debe Ser Obedecida (Ver 18-20, 23)

A. Un aspecto fundamental de la guía de Dios es que debe ser obedecida. Los israelitas siguieron la nube con una obediencia total. Cada vez que la nube se levantaba o se detenía, ellos actuaban en consecuencia. No hay registro de una sola ocasión en la que desobedecieran la guía de Dios a través de la nube. Esta obediencia es un testimonio de la fe del pueblo y de su reconocimiento de que Dios era su líder y protector. Este es un modelo que debemos seguir en nuestras propias vidas.

B. Al igual que los israelitas, si queremos llegar a nuestras "tierras prometidas", debemos ser obedientes a la guía que Dios nos da. Esto incluye seguir Su Palabra, aceptar el consejo sabio y discernir las circunstancias providenciales. La obediencia no es solo un acto de sumisión, sino una expresión de amor y confianza en Dios. Cuando obedecemos a Dios, demostramos nuestra fe en Su carácter y en Su plan para nosotros.

C. Además, es vital desechar la guía de nuestra propia prudencia. Proverbios 3:5-6 nos exhorta a confiar en el Señor con todo nuestro corazón y no apoyarnos en nuestra propia comprensión. La sabiduría humana es limitada y, a menudo, se equivoca. Asimismo, debemos evitar el consejo de aquellos que no conocen a Dios (Proverbios 1:11-19) y la sabiduría humana (1 Corintios 3:18-20). La verdadera sabiduría proviene de Dios y se encuentra en Su Palabra. No debemos permitir que las opiniones del mundo nos distraigan de la verdad que Dios ha revelado.

Conclusión:

La guía divina es fundamental en nuestra vida espiritual. Aprender a esperar y obedecer es clave para alcanzar nuestras metas y propósitos. Al igual que los israelitas, debemos seguir la dirección de Dios, entendiendo que Su guía es perfecta y oportuna. Reflexionemos sobre cómo estamos guiando nuestras decisiones. ¿Estamos buscando la dirección de Dios a través de Su Palabra? ¿Estamos dispuestos a obedecer Su guía, incluso cuando no entendemos completamente Su plan?

Este nuevo año que se avecina es una oportunidad para comprometernos a seguir la nube de Dios en nuestras vidas. No permitamos que las distracciones del mundo nos desvíen del camino que Él ha trazado para nosotros. Que cada decisión que tomemos esté alineada con Su voluntad y que busquemos Su guía en todo momento. Al hacerlo, experimentaremos la paz y la dirección que solo viene de estar en la presencia de Dios.

Finalmente, recordemos que la nube de Dios no solo era un símbolo de guía, sino también de protección y provisión. Al seguir la nube, los israelitas estaban seguros de que estaban en el camino correcto. Del mismo modo, si seguimos la guía de Dios, podemos estar seguros de que Él nos llevará a donde necesitamos estar. Que cada uno de nosotros tenga la disposición de seguir esa nube en nuestro propio viaje, confiando en que Dios tiene un plan perfecto para nuestras vidas. ¡Sigamos la nube de Dios hacia la tierra prometida que Él tiene para cada uno de nosotros! 

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