✝️Tema: Ministerio. ✝️Titulo: Servir con excelencia ✝️Texto: Fil 2 : 19 - 30. ✝️Autor: Pastor Edwin Guillermo Núñez Ruíz.
Introducción:
A. Es obvio que en nuestra iglesia necesitamos manos que nos ayuden. En la Escritura aparecen múltiples ejemplos de personas que sirvieron a Dios y nos muestran lo que se necesita para servir a Dios.
B. Hoy tomaremos el ejemplo de Timoteo y Epafrodito, ellos nos muestran que para servir a Dios hay que:
I. DESEAR SERVIR (22, 25)
A. Notamos en estos pasajes que Timoteo (Ver 22) era un servidor, un ministro que junto a Pablo habían cumplido dicha labor por el evangelio.
No solo él sino también Epafrodito quien ha hecho lo mismo y por esto es nombrado aquí colaborador, compañero de milicia y ministrador.
B. Surge la pregunta: ¿Por qué eran ministros? La respuesta es sencilla porque quisieron, porque lo desearon.
C. Para servirle al Señor es muy importante querer hacerlo, desearlo fervientemente y debe importarnos. Cuando tenemos esto la excusas son fácilmente superadas y la acción viene.
Este deseo viene cuando entendemos que:
1. Es un privilegio, que es un honor (Mt 20 : 25 – 28).
2. Hay recompensa Juan (12 : 26).
II. INTERESARSE POR OTROS (20-21).
A. El apóstol habla bien de Timoteo y dice no hay otro ministro colaborador como él y la razón de este elogio es que Timoteo no estaba tan interesado en él y sus cosas sino más bien en los demás y por sobre todo en los intereses de Cristo.
B. Para servir al Señor debe haber en nosotros este mismo sentir.
1. Abandono de mis propios intereses como primarios.
2. Apego por los intereses de otros y por los de Cristo.
Servimos porque nos importa el bienestar de los demás y porque nos importa la obra de Dios. Servir no es para egoístas; si una persona no sirve en muchas cosas es por egoísmo.
III. DISPONERSE A MORIR (30).
A. Epafrodito estuvo cercano a morir por la obra de Cristo y por servir a Pablo. No iba a morir por la patria o algo así, Epafrodito estaba dispuesto a morir por algo por lo que vale la pena vivir.
Esto nos habla de la intensidad de esta vida ministerial.
B. Cuando decimos que deseamos servir a Dios debemos saber que hay un precio que pagar por esto; el precio de:
1. La critica.
2. El tiempo.
3. El cansancio.
4. El arduo trabajo.
5. Los problemas
(2 Cor 6 : 4 – 10) De hecho estas cosas son las que acreditan a un ministro.
CONCLUSIONES:
A. Resumen, confrontación y oración.
A. Resumen, confrontación y oración.
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