El estudio de Dios debe partir de la pregunta: ¿es Dios conocible?, y si es así ¿Qué tanto se puede conocer de Dios? Y de, ¿Cuál es la fuente autoritativa de donde podemos tomar este conocimiento? estas pregunta son las que tratare de responder utilizando para ello la iluminación que el Espíritu Santo me da y el evangelio de Juan que abunda en respuestas y anotaciones para esta pregunta.
Ahora, dije antes que el conocimiento de Dios debe partir a mi parecer de estas preguntas ya que si no es así, perdemos el tiempo tratando de descubrir a un Dios infinito y que escapa de la aprehensión humana, así mismo debe partir del punto de que sea Dios quien se auto revele, pues solo hasta ese momento será posible este “conocimiento”.
CUANTO SE PUEDE CONOCER DE DIOS
Al comenzar el evangelio de Juan nos encontramos con el versículo 18 que dice así: “A Dios nadie le vio jamás”. Al leer esto viene a mi un pensamiento abrumador pues ¿como es posible conocer a un Dios a quien nadie jamás ha visto? Y luego me pregunto acerca de una aparente contradicción que puede haber en este texto con el resto de la biblia: ¿si a Dios nadie lo ha visto entonces que fue lo que vio Moisés y lo que vio Elías? Esta ultima pregunta tratare de responderla ahora y la primera será resuelta en el trascurrir del ensayo.
Remitámonos ahora a uno de estos pasajes donde Moisés “ve” a Dios Éxodo 33: 18 – 23: El entonces dijo: Te ruego que me muestres tu gloria. 19 Y le respondió: Yo haré pasar todo mi bien delante de tu rostro, y proclamaré el nombre de Jehová delante de ti; y tendré misericordia del que tendré misericordia, y seré clemente para con el que seré clemente.20 Dijo más: No podrás ver mi rostro; porque no me verá hombre, y vivirá. 21 Y dijo aún Jehová: He aquí un lugar junto a mí, y tú estarás sobre la peña; 22 y cuando pase mi gloria, yo te pondré en una hendidura de la peña, y te cubriré con mi mano hasta que haya pasado. 23 Después apartaré mi mano, y verás mis espaldas; mas no se verá mi rostro.
La clave para comprender este pasaje y tratar de reconciliarlo con el pasaje de Juan, esta en el hecho de entender que Moisés vio la “espalda” de Dios y no le fue permitido ver el “rostro” de Dios. En otras palabras, Lo que Moisés vio no es a Dios sino solo una muestra de lo que Dios le quiso revelar, si Moisés en esta ocasión hubiera visto a Dios, como El mismo le dijo hubiera muerto en ese mismo instante, podemos concluir que nadie ha visto jamás a Dios en su esencia pura, ningún hombre mas tampoco ningún ángel. Podemos conocer a Dios pero nunca podremos conocer a Dios en su misma esencia, en totalidad. Esto concuerda con lo que nos dice romanos 11: 33 – 36: “¡Oh profundidad de las riquezas de la sabiduría y de la ciencia de Dios! ¡Cuán insondables son sus juicios, e inescrutables sus caminos!34 Porque ¿quién entendió la mente del Señor? ¿O quién fue su consejero?35 ¿O quién le dio a él primero, para que le fuese recompensado?36 Porque de él, y por él, y para él, son todas las cosas. A él sea la gloria por los siglos. Amén.”
LA FUENTE DEL CONOCIMIENTO DIVINO
El versículo 18 nos sigue diciendo que: “el unigénito Hijo, que está en el seno del Padre,” En este punto, es donde el evangelio de Juan se convierte en una gran guía para responder una de nuestras preguntas iníciales y es ¿Cuál es la fuente autoritativa para este conocimiento? Comenzare diciendo que no es la razón humana la fuente autoritativa para esto, dada la corrupción pecaminosa en la que ella se encuentra, lo único que puede darnos es una visión corrupta, borrosa y torcida de Dios, tal cual lo a hecho el ateísmo, el deísmo, el agnosticismo, el panteísmo, el materialismo etc., tampoco se puede tomar la “experiencia” como una fuente de conocimiento de Dios dada la subjetividad de esta. La creación como hemos visto es una fuente del conocimiento de Dios aunque incompleta lo único que puede mostrarnos es su realidad y su sabiduría, de esta manera solo queda un camino.
Dado que es Dios quien se auto revela, quien nos muestre a Dios debe ser El mismo, el pasaje transcrito arriba nos dice que ha sido el Hijo quien según Juan 1:1 es Dios mismo y que según Juan 1:18 “esta en el seño del padre” es decir, esta en intima comunión con el padre quien lo ha dado a conocer. Así que podemos deducir claramente de estos pasajes y otros que ya agregare que Dios se revelo a si mismo a través del Verbo divino (1,18; 5,37; 6,46; 7,28‑29; 8,19.54s; 14,6s; 15,21; 16,3; 17,25). Ahora eta revelación es la mas completa posible de tal manera que quien ve al Hijo ve al Padre.
Así, ha Dios nadie lo había visto (no en su esencia) hasta el momento que Jesús irrumpe en la historia humana a partir de este momento ver a Jesús es ver a Dios, oír a Jesús es oír a Dios, mirar el trato de Dios con las personas es ver a Dios tratando con las personas. Como afirmaría el apóstol pablo en la carta a los colosenses: “El es la imagen del Dios invisible…”, (1:15) y como nos instruiría el anónimo autor de la carta a los hebreos: “en estos postreros días nos ha hablado por el Hijo… “(1:2)
Es Dios conocible aunque no totalmente
El logos de Dios se convierte entonces en la fuente autoritativa de auto revelación divina
Dado que únicamente podemos conocer a Jesús a través de lo que la biblia dice de El, por eso el creyente que desea conocer a Dios debe dedicarse con disciplina y esfuerzo al estudio sistemático y serio de las Escrituras, pues aun teniendo las Escrituras como fuente podríamos tener una imagen distorsionada de Dios, como ocurre hoy con las sectas. Rechazar el conocimiento que la Palabra nos ofrece de Dios es por ende rechazar a Dios mismo.
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