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📖BOSQUEJO - 📖SERMÓN - 📖PREDICA: 🍇EXPLICACIÓN DE LA VID VERDADERA🍇 - JUAN 15:1 - 3🍇


Tema: Discipulado. 🍇Titulo: Explicación de la vid verdadera. 🍇Texto: Juan 15:1 - 3. 🍇Autor: Pastor Edwin Guillermo Nuñez Ruiz.


Introducción:

A.  Lema. Es claro que la voluntad de Dios para aquellos que le conocen es que sean fructíferos, que crezcan, el texto es claro en que solo obtendremos esto permaneciendo en Cristo. Este pasaje nos habla acerca de permanecer en Cristo y por esto lo estudiaremos.


I. JESÚS LA VID VERDADERA.


A.  Examinemos los términos:

1. Jesús es la vid: la vid es el árbol del cual se cultivan las uvas, tipifica en este caso la vida y nos enseña que como discípulos de Jesús nuestra vida espiritual, material y emocional fluye de Cristo, depende de Cristo.

2. Jesús no solo es la vida sino que es la verdadera vida. Solo de el fluye una rica y abundante vida. Jesús no da una vida falsa, engañosa, él da una verdadera vida.

3. Algunas personas buscan la vida en el sexo, la música, los ídolos, los deportes etc, más Jesús nos enseña que todos estos son vides falsas de donde fluye vida pero al fin y al cabo vida falsa.

4. Yo soy: este es uno de los 7 “yo soy” del evangelio de Juan este termino “yo soy” aplicado a Cristo indica que: El es Dios y como Dios Él tiene vida en si mismo, no depende de nadie y de esta vida es la que da a sus discípulos.


II. LOS DISCÍPULOS SON LOS PÁMPANOS.


A. Un pámpano es una rama. Entonces, Jesús es el árbol, el tronco, la raíz, pero sus discípulos son las ramas uno de los objetivos primordiales de ser rama es dar fruto y buen fruto (15:8). ¿Qué fruto?

1. Frutos de arrepentimiento (mostrar cambios) (Lucas 3:8).

2. Frutos de santificación (por haber sido libertados del pecado, podemos llevar vidas limpias) (Romanos 6:22).

3. Frutos de generosidad, cuando ofrendamos en la iglesia (Filipenses 4:17).

4. Los frutos de vidas salvadas, cuando ganamos almas para Cristo (Romanos 16:5).

5. El fruto del Espíritu es lo que brota de lo profundo de nuestro corazón y que se manifiesta solo si tenemos el Espíritu Santo (amor, gozo, paz, paciencia, benignidad (generosidad) fe, mansedumbre, dominio propio) (Gálatas 5:22).

6. El “fruto de labios”: La alabanza  (Hebreos 13:15).

III. EL PADRE ES EL LABRADOR.

A. Un labrador es el agricultor, el que la cautiva, el que la cuida, el viñador. Dios es quien cuida de nosotros, su labor de cuidar se resume en:

1. Quita el que no lleva fruto: existen personas que profesan ser cristianos con su boca. Sin embargo, el ser cristiano se ve por los frutos. Cuando una persona no lleva fruto quiere decir  que no es cristiana.

2. Limpia al que lleva fruto: En cambio el cristiano que lleva buen fruto es podado. Podar es la acción de quitar lo innecesario con el fin de producir más y mejor fruto. Según el mismo verso esta limpieza se produce a través de la Palabra de Dios (Ver 3):

a. Como un espejo, la palabra de Dios revela problemas.  Santiago 1:23-24.

b. Como un cuchillo, la palabra de Dios corta al corazón - Hebreos 4:12.


Conclusiones:

A. Se acerca noviembre, diciembre y enero, en esta época muchos hermanos dejan de congregarse por que se dedican a otras actividades, otros se apartan del Señor tras el pecado, muchos líderes deciden entregar sus ministerios etc. Que esta serie de sermones sirva para fortalecernos y para comprender que somos cristianos no solo de febrero a octubre sino que somos cristianos para todas las épocas del año y en todas las épocas del año estamos llamados a producir frutos.

VERSION LARGA

Explicación de la Vid Verdadera 
Juan 15:1-3

Introducción:

En la vida cristiana, uno de los conceptos más fundamentales es la idea de fructificación. La voluntad de Dios para aquellos que le conocen es clara: Él desea que seamos fructíferos, que crezcamos en nuestra relación con Él y que produzcamos buenos frutos en nuestras vidas. El pasaje de Juan 15:1-3 nos da una profunda enseñanza sobre este tema, centrándose en la importancia de permanecer en Cristo. A lo largo de este estudio, exploraremos cómo esta conexión vital con Jesús, la Vid Verdadera, es esencial para nuestra vida espiritual y nuestro discipulado.

I. JESÚS, LA VID VERDADERA.


A. Examinemos los términos:

1. Jesús es la vid: En la agricultura, la vid es el árbol del cual se cultivan las uvas. Este símbolo es significativo, ya que representa la vida. En este contexto, la vid tipifica la vida que emana de Cristo. Como discípulos, nuestra vida espiritual, material y emocional fluye de Él. Esto implica que nuestra dependencia total debe estar en Cristo, pues solo a través de Él podemos experimentar una vida plena y fructífera.

2. Jesús no solo es la vida, sino que es la verdadera vida: Él ofrece una vida auténtica, rica y abundante. No debemos confundir esta vida con las ilusiones que el mundo nos presenta, que a menudo son engañosas y superficiales. Jesús es la fuente de una vida que satisface nuestras necesidades más profundas y que llena el vacío que otros intentan llenar con placeres momentáneos.

3. Las vides falsas: Es común que las personas busquen la vida en cosas temporales como el sexo, la música, los ídolos, o los deportes. Sin embargo, Jesús nos advierte que todas estas son vides falsas. Nos ofrecen una satisfacción momentánea, pero al final, son solo sombras de la verdadera vida que Él nos ofrece.

4. “Yo soy”: Esta declaración es una de las siete que Jesús utiliza en el evangelio de Juan. Al decir “Yo soy”, Jesús se identifica como Dios mismo. Esta afirmación nos recuerda que Él es la fuente de la vida, que no depende de nadie y que tiene la capacidad de darnos vida en todas sus dimensiones.

II. LOS DISCÍPULOS SON LOS PÁMPANOS.

A. Un pámpano es una rama que brota de la vid. En esta metáfora, Jesús es el tronco y la raíz, mientras que nosotros, sus discípulos, somos las ramas. Uno de los objetivos primordiales de ser una rama es dar fruto, y Jesús es claro al decir que esto es lo que glorifica al Padre (15:8). Pero, ¿qué tipo de fruto debemos dar?

1. Frutos de arrepentimiento: Estos frutos son evidentes cuando nuestras vidas muestran verdaderos cambios. Lucas 3:8 nos recuerda que debemos llevar frutos dignos de arrepentimiento, demostrando que hemos cambiado y que estamos caminando en la dirección correcta.

2. Frutos de santificación: Al haber sido liberados del pecado, estamos llamados a vivir vidas limpias. Romanos 6:22 habla de cómo, al ser libres del pecado, podemos llevar frutos que reflejan nuestra nueva naturaleza en Cristo.

3. Frutos de generosidad: Nuestras ofrendas y actos de generosidad son frutos que bendicen a otros y glorifican a Dios. Filipenses 4:17 nos enseña que nuestras contribuciones son un aroma agradable a Dios.

4. Frutos de vidas salvadas: Ganar almas para Cristo es quizás uno de los frutos más significativos que podemos dar. Romanos 16:5 nos recuerda la importancia de llevar el mensaje del evangelio a aquellos que aún no lo conocen.

5. El fruto del Espíritu: En Gálatas 5:22, se nos habla del fruto del Espíritu, que es el resultado de la obra de Dios en nuestro corazón. Este fruto se manifiesta en amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, fe, mansedumbre y dominio propio.

6. El “fruto de labios”: La alabanza es un fruto que debemos ofrecer a Dios, como se menciona en Hebreos 13:15. Nuestras palabras de adoración y gratitud son una forma de glorificar a Dios y reconocer su grandeza en nuestras vidas.

III. EL PADRE ES EL LABRADOR.


A. El labrador es el agricultor, el que cuida de la viña. En nuestra vida espiritual, Dios es el que cuida de nosotros. Su labor se resume en dos acciones:

1. Quita el que no lleva fruto: Hay personas que profesan ser cristianos, pero cuyos frutos no reflejan una vida transformada. Cuando alguien no lleva fruto, es una señal de que no está verdaderamente en Cristo. La autenticidad de nuestra fe se manifiesta en los frutos que producimos.

2. Limpia al que lleva fruto: Aquellos que producen buen fruto son podados para que puedan dar más y mejor fruto. La poda puede ser dolorosa, pero es necesaria para nuestro crecimiento espiritual. Esta limpieza se realiza a través de la Palabra de Dios.

   a. Como un espejo: La Palabra revela nuestros problemas y pecados, como se menciona en Santiago 1:23-24. Nos muestra quiénes somos realmente y nos invita a la transformación.

   b. Como un cuchillo: En Hebreos 4:12, se nos dice que la Palabra de Dios es viva y eficaz, cortando hasta lo más profundo de nuestro ser y exponiendo nuestras intenciones y pensamientos.

IV. PERMANECIENDO EN CRISTO.


A. La esencia de nuestro discipulado radica en permanecer en Cristo. Juan 15:4 nos instruye: “Permaneced en mí, y yo en vosotros”. Esta permanencia es activa; no es simplemente una cuestión de estar físicamente presente, sino de cultivar una relación íntima y continua con Jesús.

1. La oración como herramienta: La oración es vital para mantener esta conexión. Es a través de la oración que comunicamos nuestras necesidades, deseos y agradecimientos a Dios. Filipenses 4:6-7 nos anima a presentar nuestras peticiones a Dios, y la paz que sobrepasa todo entendimiento guardará nuestros corazones.

2. La lectura de la Palabra: La Biblia es otro medio a través del cual permanecemos en Cristo. Al estudiar y meditar en Su Palabra, nos llenamos de Su verdad y Su sabiduría, lo que nos capacita para vivir de acuerdo con Su voluntad.

3. La comunidad de creyentes: La iglesia juega un papel crucial en nuestro discipulado. Al reunirnos con otros creyentes, somos desafiados y animados a seguir creciendo en nuestra fe. Hebreos 10:24-25 nos exhorta a no dejar de congregarnos, sino a animarnos mutuamente.

4. La obediencia como fruto de la permanencia: Permanecer en Cristo significa también obedecer Sus mandamientos. Juan 15:10 nos dice que, si guardamos Sus mandamientos, permaneceremos en Su amor. La obediencia es una manifestación de nuestra relación con Él y es esencial para producir fruto en nuestras vidas.

V. FRUTOS EN LA ADVERSIDAD.


A. La vida cristiana no está exenta de desafíos. A menudo, los momentos de mayor prueba pueden ser las oportunidades más grandes para mostrar frutos. Santiago 1:2-4 nos exhorta a considerar como un gozo cuando enfrentamos diversas pruebas, porque estas producen paciencia y completan nuestro carácter.

1. La prueba de la fe: Las circunstancias difíciles pueden ser vistas como una poda que nos lleva a un crecimiento más profundo. En esos momentos, debemos recordar que Dios está trabajando en nosotros y a través de nosotros.

2. Testificando en medio de la adversidad: Nuestra respuesta ante las dificultades puede ser un poderoso testimonio para aquellos que nos rodean. Cuando mostramos paz y confianza en Dios, incluso en tiempos difíciles, glorificamos a nuestro Padre y atraemos a otros a Cristo.

VI. EL IMPACTO DEL FRUTO.


A. Finalmente, es vital reconocer el impacto que nuestros frutos pueden tener en el mundo que nos rodea. Cada acción, cada palabra y cada testimonio de vida tiene el potencial de influir en otros.

1. Impacto en la familia: Nuestros frutos pueden transformar nuestras relaciones familiares. Al vivir en obediencia a Cristo, podemos ser un ejemplo para nuestros seres queridos, guiándolos hacia una relación más profunda con Dios.

2. Impacto en la comunidad: Nuestras acciones de generosidad y amor hacia los demás pueden marcar una diferencia significativa en nuestra comunidad. Al ser sal y luz (Mateo 5:13-16), podemos influir en el entorno que nos rodea, llevando esperanza y sanidad a aquellos que están en necesidad.

3. Impacto en el mundo: A través del discipulado y la evangelización, llevamos el mensaje del evangelio a los confines de la tierra. Cada vida transformada es un testimonio del poder de Cristo en acción.

Conclusión Final:

El llamado al discipulado es un llamado a permanecer en la Vid Verdadera, Jesús. A medida que nos comprometemos a vivir en comunión con Él, a dar frutos y a glorificar al Padre, podemos estar seguros de que nuestra vida tendrá un impacto eterno. Que cada uno de nosotros busque permanecer en Cristo, produciendo abundantes frutos que honren Su nombre y transformen el mundo a nuestro alrededor. Recordemos que, al final, el verdadero discipulado no se mide solo por lo que hacemos, sino por la relación viva y activa que tenemos con nuestra Vid Verdadera. Amén.


6 comentarios:

Unknown dijo...

Aleluya. Bendito es mi Dios. Gracias por cultivarnos

Unknown dijo...

Aleluya. Bendito es mi Dios. Gracias por cultivarnos

comcrecri.blogspot.com dijo...

Muchas gracias por tu comentario...

Unknown dijo...

Bendiciones pastor es demucha edificación para mí vid

comcrecri.blogspot.com dijo...

Gracias por tu comentario

Anónimo dijo...

Gracias PS la explicación muy clara, bendiciones