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BOSQUEJO - SERMÓN: 3 Secretos Bíblicos de Cómo Habla un Líder Según Nehemías 2:14-20 (La #2 Cambiará Tus Conversaciones)

Tema: Nehemías. Titulo: 3 Secretos Bíblicos de Cómo Habla un Líder Según Nehemías 2:14-20 (La #2 Cambiará Tus Conversaciones) Texto: Nehemías 2: 14 - 20. Autor: Pastor Edwin Guillermo  Núñez Ruíz.

Introducción:

A. La investigación cerebral indica que una afirmación (palabras que estabilizan, confirman y fortalecen) logra lo siguiente en las personas:

1. Disminuye el estrés, activa la capacidad de resolver problemas, mejora el autocontrol, nos hace mas eficientes, mas felices, productivos, cambia nuestra conducta, aumenta la confianza y el apego a la persona que nos refiere la afirmación, mejora la salud inmunológica, cardiovascular y el equilibrio hormonal, fomenta la innovación. 

Como dice Tim Irwin en su libro: SE UN INFLUENCER: "ciertos hechos irrefutables de la ciencia demuestran que si quieres sacar a relucir lo mejor que hay en los demás, debes afirmarlos de formas prescritas. Si quieres disminuir su creatividad e ingenio, usa duras criticas"

B. Esto nos ayuda en nuestra enseñanza de hoy porque en ella vemos a Nehemías dando afirmación a la gente, él, con sus palabras los estabiliza, los confirma y fortalece. 

C. En un mundo donde el desprecio y la critica abundan, quienes aprenden a afirmar seguramente influenciaran profundamente a otros.

D. Veamos hoy a Nehemías mostrándonos como se hace esto:

I. NEHEMIAS HABLA CON HONESTIDAD (ver 17a).

A. Previa inspección de la ciudad y los muros, Nehemías se ha hecho una idea de de su propia cuenta de la situación de Jerusalén, ya no es que se lo contaron, ahora el mismo lo estaba viendo. Después de hacer esto, reúne al pueblo y les habla con total honestidad: "Vosotros veis el mal en que estamos, que Jerusalén está desierta, y sus puertas consumidas por el fuego". Note que Nehemías no trata de minimizar la situación, no les miente, no los engaña; el es absolutamente franco y honesto con lo que ocurre.

B. Cuando una persona quiere afirmar a otra debe tener unos claros antecedentes de honestidad, esta persona no debe haber sido acusada de mentirosa o manipuladora, de ser así cualquier palabra que diga pierde todo efecto; quien las recibe no sabe en realidad si son verdad o mentira o si solo se dicen para engatusar.

Por otro lado, cuando tratamos de afirmar a una persona todo lo que digamos debe ser transparente,  honesto y cierto. De otro modo, la afirmación pierde todo su valor.



II. NEHEMIAS HABLA DEL FUTURO (ver 17b)

A. Nehemías lanza un desafío directo y claro: "Venid, y edifiquemos el muro de Jerusalén, y no estemos más en oprobio". Un desafío es un propósito a lograr, algo por hacer que estimule las capacidades de la persona que saque lo mejor de si misma.

B. Una manera de afirmar es lanzar desafíos. Estos desafíos deben ser claros y directos, la persona debe saber precisamente que le pedimos.

C. Ahora, en el mundo secular le dirán que lance desafíos apelando a las capacidades de las personas, a su autoestima; pero nosotros somos cristianos y tenemos algo mucho mejor que eso y lo vemos en las palabras siguientes de Nehemías.

D. Nehemías les dice: "Entonces les declaré cómo la mano de mi Dios había sido buena sobre mí". Toda afirmación que un cristiano haga a otro creyente se hace tomando como base a Dios. Note la diferencia, no le decimos a una persona: "creo que puedes lograrlo porque tienes las capacidades"; mas bien le decimos algo como: "creo que puedes lograrlo porque Dios esta contigo o porque cuentas con su respaldo o porque el te da la capacidad", también podemos leerle algún texto bíblico.



III. NEHEMIAS HABLA CON ESPERANZA (ver 20).

A. Nehemías dice: "El Dios de los cielos, él nos prosperará, y nosotros sus siervos nos levantaremos y edificaremos". Lo que mas le llama la atención de este texto es la firmeza y convicción de Nehemías al hablar. Los enemigos los menosprecian y les dicen: "no podrás"; Nehemías dice: "si podemos, porque Dios esta con nosotros".

B. Creo que la mejor afirmación es llenar el corazón de una persona de esperanza y aun mas cuando las situaciones se hacen complicadas en su vida. Que bueno es tener a alguien al lado en esos instantes que le diga; "en el nombre de Jesús levántate".



Conclusiones

Nehemías nos muestra que el liderazgo verdadero se construye con palabras que sanan, no hieren. Hablar con honestidad (sin minimizar la realidad), proyectar futuro (con desafíos que apunten a Dios, no solo a capacidades humanas) y infundir esperanza (aún en crisis) transforma comunidades. En un mundo de críticas, sé como Nehemías: usa palabras que afirmen, porque —como comprueba la ciencia— estas activan lo mejor en las personas. Hoy, Dios te llama a ser luz con tu lengua. ¿A quién animarás? 

VERSION LARGA

Imagínate por un momento un mundo donde cada palabra que sale de tu boca tiene el poder de encender una luz en la oscuridad, de sanar una herida invisible, de levantar un espíritu caído. Un mundo donde tu voz no solo se escucha, sino que transforma. Suena a fantasía, ¿verdad? Pero la ciencia y la sabiduría ancestral nos susurran que este poder es real, está al alcance de tu mano, y es más vital hoy que nunca.

La investigación cerebral, ese fascinante viaje a las profundidades de nuestra mente, nos ha revelado un secreto asombroso: las afirmaciones, esas palabras que estabilizan, confirman y fortalecen, son como bálsamos milagrosos para el alma y el cuerpo. No es poesía; es pura biología. Cuando afirmas a alguien, cuando le das palabras de aliento genuino, ocurren maravillas: el estrés disminuye, la capacidad de resolver problemas se activa como un interruptor, el autocontrol mejora, nos volvemos más eficientes, más felices, más productivos. Tu conducta se moldea, la confianza se dispara, y el apego a quien te ofrece esa afirmación crece. Incluso tu salud —inmunológica, cardiovascular— y el equilibrio hormonal se benefician. ¡Hasta la innovación brota donde antes había estancamiento!

Piensa en lo que dice Tim Irwin en su libro "Sé un Influencer": "ciertos hechos irrefutables de la ciencia demuestran que si quieres sacar a relucir lo mejor que hay en los demás, debes afirmarlos de formas prescritas. Si quieres disminuir su creatividad e ingenio, usa duras críticas". Es una verdad rotunda. La crítica, esa lluvia ácida, marchita el espíritu; la afirmación, como el sol después de la tormenta, lo nutre y lo hace florecer.

Esto nos lleva a una enseñanza que es un faro en la noche de nuestro tiempo. Porque en un mundo donde el desprecio y la crítica son el pan de cada día, donde las redes sociales a menudo se convierten en campos de batalla verbales, quienes aprenden a afirmar con autenticidad no solo influenciarán profundamente a otros, sino que se convertirán en verdaderos oasis de esperanza.

Hoy, vamos a desenterrar tesoros escondidos en un antiguo relato. Vamos a sentarnos a los pies de un líder extraordinario, Nehemías, y aprender de él tres secretos bíblicos de cómo habla un líder, esos que tienen el poder de cambiar tus conversaciones para siempre, especialmente el segundo. Prepárate, porque lo que Nehemías nos enseña sobre el poder de las palabras no es solo teoría; es un manual de vida para ser un verdadero influyente.


Secreto #1: Nehemías habla con honestidad (Nehemías 2:17a)

Imagina a Nehemías. No era un idealista ciego. Antes de hablar, actuó. Se puso las botas, en la oscuridad de la noche, y cabalgó solo alrededor de las ruinas de Jerusalén. Inspeccionó cada piedra caída, cada puerta quemada. No se dejó llevar por rumores ni por informes de terceros; él vio con sus propios ojos el desastre. Es la autenticidad en su máxima expresión.

Solo después de esta inspección personal, cuando el dolor de la realidad se había anidado en su propio corazón, reunió al pueblo. No llegó con palabras edulcoradas ni con promesas vacías. Les habló con una honestidad desarmante, casi brutal: "Vosotros veis el mal en que estamos, que Jerusalén está desierta, y sus puertas consumidas por el fuego". No trató de minimizar la situación. No les mintió. No los engañó. Fue absolutamente franco y transparente con lo que ocurría. No ocultó la magnitud de la catástrofe.

Esta honestidad es la primera piedra, la más sólida, sobre la que se construye cualquier afirmación duradera. Piensa en esto: cuando una persona busca afirmar a otra, cuando sus palabras pretenden levantar, inspirar, guiar, necesita tener unos claros antecedentes de honestidad. Si has sido acusado de mentir, de manipular, de tener dobleces, cualquier palabra que pronuncies, por muy bonita que suene, perderá su efecto. Quien la recibe no sabrá si es verdad, si es solo una treta para "engatusar", o si hay una agenda oculta. La duda, como una polilla silenciosa, carcome la confianza.

Por eso, cuando te propongas afirmar a alguien, cuando tu corazón te impulse a decir algo que fortalezca, asegúrate de que cada palabra sea transparente, honesta y, sobre todo, verdadera. Si no es así, la afirmación pierde todo su valor, se convierte en un eco vacío, una promesa rota en el viento. La verdad, y solo la verdad, te da la autoridad para levantar a otros.


Secreto #2: Nehemías habla del futuro (Nehemías 2:17b) — La que cambiará tus conversaciones

Después de la honestidad cruda sobre el presente, Nehemías no se detuvo ahí. Él era un visionario con los pies en la tierra. Inmediatamente, lanzó un desafío, una declaración audaz que apuntaba hacia adelante, hacia lo que podía ser: "Venid, y edifiquemos el muro de Jerusalén, y no estemos más en oprobio". Un desafío es un propósito a lograr, un horizonte hacia el cual caminar. Es algo que estimula las capacidades latentes de una persona, que la empuja a sacar lo mejor de sí misma. Es la antorcha que ilumina el camino a seguir.

Lanzar desafíos es una de las maneras más poderosas de afirmar a alguien. Pero no cualquier desafío. Estos deben ser claros y directos. La persona debe saber exactamente qué se le pide, qué se espera de ella. La claridad elimina la confusión y enciende la chispa de la acción.

Ahora, el mundo secular, con toda su sabiduría terrenal, te dirá que lances desafíos apelando a las capacidades inherentes de las personas, a su autoestima, a su potencial humano. Te dirán: "cree en ti, tú puedes". Y sí, hay algo de verdad en ello. Pero nosotros, como cristianos, tenemos algo infinitamente mejor, algo que trasciende las capacidades humanas, y lo vemos en las palabras siguientes de Nehemías, que son el núcleo de este segundo secreto y que cambiarán tus conversaciones de manera radical.

Nehemías no les dijo: "Ustedes son fuertes, ustedes pueden". No. Les dijo: "Entonces les declaré cómo la mano de mi Dios había sido buena sobre mí". ¡Aquí está la clave! Toda afirmación que un cristiano haga a otro creyente, toda palabra de ánimo que aspire a levantar, se hace tomando a Dios como base.

Note la diferencia abismal: no le decimos a una persona, "creo que puedes lograrlo porque tienes las capacidades" (aunque a veces las tenga); mas bien le decimos algo mucho más profundo, más poderoso: "creo que puedes lograrlo porque Dios está contigo, porque cuentas con Su respaldo, porque Él te da la capacidad". Incluso, podemos leerle algún texto bíblico que resuene con su situación, anclando su esperanza en la Roca inamovible.

Esta es la diferencia que lo cambia todo. No es tu fuerza, no es tu habilidad. Es la mano buena de Dios en tu vida, en la vida del otro. Cuando tus palabras de afirmación conectan la capacidad humana con la divina, no solo estás dando un impulso; estás construyendo una fe inquebrantable, una esperanza que no defrauda. Tus conversaciones se transforman de meras palabras de aliento a canales de la gracia de Dios. Y esa, mi amigo, es una conversación que tiene el poder de cambiar vidas.


Secreto #3: Nehemías habla con esperanza (Nehemías 2:20)

Finalmente, el tercer pilar del liderazgo transformador de Nehemías: la esperanza. Después de la honestidad que no esconde el dolor y el desafío que apunta al futuro, Nehemías culmina con una declaración que resuena con la firmeza de la roca: "El Dios de los cielos, él nos prosperará, y nosotros sus siervos nos levantaremos y edificaremos". Lo que más impresiona de este texto no es solo la promesa, sino la firmeza y convicción inquebrantable de Nehemías al hablar.

Mientras los enemigos se burlaban, mientras los adversarios menospreciaban y les gritaban: "¡No podrán!", Nehemías respondía con la voz de la fe: "Sí podemos, porque Dios está con nosotros". Es una declaración de guerra contra la desesperación, un himno a la posibilidad cuando todo parece imposible. Es la voz del liderazgo que, en medio de la tormenta, pinta un arcoíris de esperanza.

En los momentos más oscuros de la vida de una persona, cuando las situaciones se complican, cuando el alma se siente agotada y el futuro parece un laberinto sin salida, creo firmemente que la mejor afirmación es llenar el corazón de esa persona de esperanza. No es optimismo ciego; es la esperanza anclada en la fidelidad de Dios.

¡Qué bendición es tener a alguien a tu lado en esos instantes, alguien que te mire a los ojos y, con convicción divina, te diga: "En el nombre de Jesús, levántate"! Esa es la voz que, en medio del dolor y la desesperación, enciende la chispa de la resurrección. Esa es la afirmación que no solo te levanta, sino que te pone en pie de nuevo para edificar, para reconstruir, para vivir plenamente. Es el eco de la voz de Cristo, que con dos palabras, "¡Lázaro, ven fuera!", cambió el destino de un hombre. La esperanza, pronunciada con fe, es un motor que desafía la lógica humana y activa el poder divino.


La huella eterna de tus palabras

Nehemías nos muestra un camino claro. Un camino donde el liderazgo verdadero, el que deja una huella eterna, se construye con palabras que sanan, no hieren. No es un liderazgo de puño cerrado, sino de mano extendida. Nos enseña a hablar con honestidad (sin minimizar la cruda realidad del presente), a proyectar un futuro (con desafíos que no solo apunten a las capacidades humanas, sino que las anclen en el poder y el respaldo de Dios), y a infundir esperanza (aun cuando la crisis amenace con devorarlo todo). Este tipo de lenguaje no solo transforma comunidades; transforma almas.

En un mundo saturado de críticas, de juicios rápidos y de desprecio disfrazado de "opinión", Dios te llama hoy a ser diferente. Te llama a ser como Nehemías: a usar tus palabras como herramientas de afirmación, porque —como la ciencia lo comprueba y la Biblia lo ha enseñado por milenios— estas activan lo mejor en las personas. No solo en ellos, sino también en ti.

Hoy, la pregunta es simple, pero poderosa: Dios te llama a ser luz con tu lengua, a ser un sanador con tus palabras. ¿A quién animarás hoy? ¿Qué muro de desesperación comenzarás a edificar con una palabra de verdad, de propósito y de esperanza?

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