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BOSQUEJO
Tema: Milagros Título: LOS AMIGOS DEL PARALÍTICO: Cómo una fe audaz ROMPE BARRERAS para ver milagros. Texto: Marcos 2: 1 – 12. Autor: Pastor Edwin Guillermo Núñez Ruiz.
Introducción:
A. En Marcos 2:1-12, Jesús realiza un milagro sanando a un paralítico, destacando la importancia de la fe. Hoy nos enfocaremos en las palabras de Jesús en el versículo 5, explorando cómo la fe activa y visible puede traer milagros y fortalecer nuestra relación con Dios.
B. Veamos:
I. LA FE.
A. Si algo debemos tener claro es que para ser bendecidos por Dios necesitamos tener fe, la fe es:
1. fe: Pistis (palabra griega) que usa Marcos aquí, con ella se designa una FIRME PERSUACION, UNA CONVICCION BASADA EN LO QUE SE HA OIDO (Vine). Por ello para tener fe es importante oír, oír la Palabra, oír de lo que Dios ha hecho. Es mas es importante hasta oírnos a nosotros mismos, nuestras experiencias con Dios, esta es una de las maneras de crecer en la fe.
Si vamos a Hebreos 11:1 recibimos allí una ampliación de esto mismo.
2. Cuando allí se va a ampliar el concepto de fe el autor usa dos palabras:
a. Certeza: Gr Jupostasis, con esta palabra de designa aquí la cualidad de mantenerse firme, soportar, llevar cualquier cosa a cabo (Vine). La fe es mantenerse firme, es soportar hasta que llegue o llevemos a cabo aquellos que esperamos.
b. Convicion: Gr elegmos, con esta palabra se designa la convicción, la mejor manera de explicarlo es citando estas traducciones:
“…es estar convencidos de la realidad de cosas que no vemos”. (DHH)
“…Es estar convencido de que algo existe, aun cuando no se pueda ver”. (TLA)
II. AL VER.
A. Si esto es así, entonces, la fe definitivamente es algo que se nota en aquello que la poseen. Es decir, la fe, la certeza y la convicción son cosas que se hacen ver en las personas.
B. Veamos cómo se hizo ver la fe en los amigos del paralitico:
1. Se atrevieron a hacer lo difícil. No era fácil cargar a ese hombre en el techo. Fue una tarea difícil.
2. Se atrevieron a hacer lo inusual. Fue una locura lo que hicieron, algo totalmente fuera de lo acostumbrado y de lo normal.
3. Se atrevieron a hacer lo costoso. Sabían que probablemente los harían pagar los daños, pero no les importo.
C. Una fe que se ve se propone lo difícil, hace lo inusual y está dispuesta a correr el riesgo a pagar un precio.
III. DE ELLOS.
A. Notemos que:
1. Jesús no vio la fe del paralitico. Tal vez porque su parálisis era total y no podía tener fe.
2. No fue mas fuerte la incredulidad de los escribas en el lugar (ver 6 ss).
3. Jesús vio la fe de los amigos del paralitico.
B. Esto es importante porque:
1. No hay necesidad de que aquellos por los que pedimos tengan fe. Algunos no quieren otros no pueden.
2. La fe de algunos pocos es mas fuerte que la incredulidad de otros.
3. Nuestra fe puede lograr maravillas no solo en nosotros sino también en otros.
Conclusiones
A. La fe que se demuestra en acciones valientes y costosas puede impactar vidas y traer milagros, como la de los amigos del paralítico. Nuestra fe no solo nos transforma a nosotros, sino que también puede influir en otros, motivándolos a confiar y actuar con determinación en Dios.
VERSIÓN LARGA
En el relato de Marcos 2:1-12, encontramos una poderosa narrativa en la que Jesús realiza un milagro al sanar a un paralítico. Este pasaje no solo destaca la capacidad de Jesús para realizar milagros, sino que también subraya la importancia de la fe, tanto en aquellos que buscan la ayuda divina como en los que actúan como intermediarios. Hoy, nos centraremos en las palabras de Jesús en el versículo 5, donde se revela cómo la fe activa y visible puede traer milagros y fortalecer nuestra relación con Dios.
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La fe es un tema recurrente en la vida cristiana y, para ser bendecidos por Dios, es fundamental comprender su significado y su impacto en nuestras vidas. La palabra "fe" que utiliza Marcos proviene del término griego "pistis", que se refiere a una firme persuasión y una convicción basada en lo que se ha oído. Esto implica que, para tener fe, es crucial escuchar, no solo la Palabra de Dios, sino también los testimonios de lo que Él ha hecho en la vida de otros y nuestras propias experiencias con Él. La fe crece en la medida en que oímos y reflexionamos sobre las obras de Dios en nuestras vidas y en la vida de quienes nos rodean.
En Hebreos 11:1 se amplía el concepto de fe, describiéndola como "la certeza de lo que se espera y la convicción de lo que no se ve". Este pasaje nos ofrece dos palabras clave: certeza y convicción. La "certeza" se traduce del griego "hupostasis", que significa mantenerse firme y llevar a cabo lo que esperamos. La fe, entonces, no es solo un sentimiento, sino una acción que se manifiesta en nuestra vida diaria. La "convicción", por su parte, se traduce del griego "elegmos", refiriéndose a la certeza de que algo existe, incluso cuando no podemos verlo. Esta dualidad de la fe nos muestra que no solo debemos creer en lo que Dios puede hacer, sino que también debemos estar dispuestos a actuar en consecuencia.
Si la fe es esta firme convicción, entonces es algo que se debe notar en aquellos que la poseen. La fe, la certeza y la convicción se hacen visibles a través de nuestras acciones. En el relato del paralítico, podemos observar cómo se hizo evidente la fe de sus amigos. Ellos se atrevieron a hacer lo difícil, llevando a su amigo en una camilla y enfrentando la tarea de cargarlo hasta el techo de la casa donde Jesús estaba. Este esfuerzo no fue fácil, pero su amor y deseo de ayudar a su amigo les impulsaron a actuar.
Además, los amigos del paralítico hicieron lo inusual. Decidieron romper el techo de una casa para descender a su amigo frente a Jesús. Esta acción no solo fue audaz, sino que también desafió las normas sociales y las expectativas de comportamiento. En muchas ocasiones, nuestra fe nos llevará a hacer cosas que parecen locuras a los ojos de los demás, pero que son necesarias para alcanzar lo que Dios tiene preparado para nosotros.
También es importante notar que estos amigos asumieron un riesgo al hacer algo costoso. Sabían que, al dañar el techo, probablemente tendrían que enfrentar consecuencias y reparar el daño causado. Sin embargo, su fe y determinación para ayudar a su amigo fueron más fuertes que su preocupación por los posibles costos. Esta actitud nos enseña que una fe que se ve se propone lo difícil, hace lo inusual y está dispuesta a correr riesgos, incluso cuando eso significa enfrentar desafíos y consecuencias.
Un aspecto notable del relato es que Jesús no vio la fe del paralítico. Esto puede parecer sorprendente, ya que generalmente se espera que la persona que busca sanidad tenga fe. Sin embargo, la parálisis del hombre podría haberse traducido en una incapacidad para expresar o incluso sentir fe en ese momento. Más bien, Jesús vio la fe de los amigos del paralítico, lo que resalta un punto crucial: no siempre es necesario que aquellos por quienes intercedemos tengan fe. Muchos pueden dudar, no querer creer o no ser capaces de hacerlo.
La fe de unos pocos puede ser más poderosa que la incredulidad de otros. Esto es un recordatorio de que nuestra fe puede tener un impacto significativo en la vida de quienes nos rodean. Cuando actuamos con fe, no solo transformamos nuestras propias vidas, sino que también podemos influir y motivar a otros a confiar en Dios y actuar con determinación.
Las acciones valientes y costosas que demuestran fe pueden impactar vidas y traer milagros, como lo hicieron los amigos del paralítico. En este relato, la fe no solo actuó en beneficio del paralítico, sino que también reflejó el amor profundo y la amistad de sus compañeros. Ellos no se dejaron intimidar por los obstáculos, sino que buscaron una manera creativa de llevar a su amigo a la presencia de Jesús. Esta actitud desafiante y decidida es un modelo para nosotros en nuestra vida de fe.
La fe activa es un motor de transformación. Nos impulsa a ir más allá de nuestra zona de confort y a actuar en favor de los demás. En nuestra vida diaria, podemos encontrar muchas oportunidades para ser como los amigos del paralítico, llevando a otros a Jesús a través de nuestras acciones. Esto puede significar ofrecer apoyo emocional a un amigo en necesidad, orar por alguien que está pasando por dificultades o simplemente estar presente para aquellos que enfrentan desafíos.
La historia de los amigos del paralítico nos recuerda que, en nuestra búsqueda de milagros y respuestas, también tenemos un papel que desempeñar. Nuestra fe puede ser el vehículo a través del cual Dios actúa en las vidas de otros. Al igual que estos amigos, debemos estar dispuestos a cargar con las cargas de nuestros hermanos y hermanas, a hacer lo inusual y a asumir riesgos en el camino de la fe.
Por último, recordemos que la fe es un viaje. No siempre será fácil, y a menudo enfrentaremos desafíos que pondrán a prueba nuestra creencia. Sin embargo, al igual que los amigos del paralítico, podemos encontrar fortaleza en nuestra comunidad de fe. Juntos, podemos apoyarnos mutuamente en la búsqueda de milagros y en la manifestación del amor de Dios en el mundo.
En conclusión, el relato de Marcos 2:1-12 nos enseña que la fe activa y visible puede traer milagros y transformar vidas. La fe se manifiesta a través de acciones valientes y costosas que pueden impactar no solo nuestras vidas, sino también las de los demás. Al igual que los amigos del paralítico, estamos llamados a actuar con determinación y amor, llevando a otros a la presencia de Jesús. Nuestra fe puede ser el canal a través del cual Dios realiza sus milagros, y es fundamental que nos comprometamos a vivir de manera que nuestra fe se haga visible en nuestras acciones. Al hacerlo, no solo experimentaremos el poder de Dios en nuestras vidas, sino que también podremos ser instrumentos de su amor y sanidad en el mundo que nos rodea.
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