Texto: Deuteronomio 24: 1 – 4.
Autor: Pasto Edwin Guillermo Núñez Ruiz.
Introducción:
A. El divorcio es algo que existió, existirá y seguirá existiendo (aunque este no es la voluntad de Dios), este mismo es profundamente dañino y por ello el interés divino por regularlo para que al suceder este ocasione el menor daño posible.
B. En este texto encontramos una de estas regulaciones (ya hemos visto otra en el capítulo 22), a la cual se refirió Jesús también. Vamos entonces a estudiar lo que aquí dijo Moisés y luego lo que dijo Jesús sobre este mismo asunto.
C. Dividiremos este texto en trozos para su estudio:
I. Y SE CASARE (Ver 1)
A. Es importante resaltar esta palabra, ya que, nos muestra la existencia de una ceremonia legal en la cual una pareja se unía en matrimonio. El personaje primero TOMABA una mujer y luego SE CASABA con ella. Al mencionarla Moisés la avala aceptándola como propicia y deseable.
B. Algunas personas tiene como práctica solo TOMAR mujer y no ven la necesidad de una ceremonia. Creo que una ceremonia es importante porque da un sentido de seriedad y compromiso (eso si es hecha por personas con temor de Dios), saber que le hice una promesa a Dios, delante de testigos ayudara mucho en las futuras tormentas matrimoniales.
II. NO LE AGRADARE (Ver 1)
A. Podía suceder como sigue sucediendo hoy que después de un tiempo hallara en ella algo que no le gustara ¿Qué se debía hacer?
Antes de responder la pregunta sería importante definir que era esa “cosa indecente” que ahora desagradaba al hombre. La verdad no se sabe exactamente, no podía ser el adulterio, ya que, como hemos estudiando sabemos que la pena por el adulterio era la muerte así que no había necesidad de divorcio; muchos estudiosos están de acuerdo en que la “cosa indecente” era cualquier cosa, es decir, un israelita podía divorciarse de su esposa por cualquier causa.
B. Si leemos Mateo 19: 3 nos damos cuenta que los Fariseos preguntaron a Jesús por esto mismo.
En los tiempos de Jesús existían dos maneras de interpretar esta frase:
1. la escuela rabínica de Shamai decía que esta “cosa indecente” era la infidelidad.
2. La escuela de Hillel decía que era cualquier cosa que al esposo le desagradara.
Entonces, tal vez la pregunta iría encaminada a buscar que Jesús se decidiera por una de las dos.
C. Como ya dijimos esto suele suceder, al cabo de un tiempo: nuestro conyugue ya no nos agrada y comenzamos a buscar la manera de divorciarnos.
Hay que saber que momentos así le suceden a la mayoría de las parejas, pero que la solución no es el divorcio, sino llevar a cabo la promesa publica hecha a Dios en la ceremonia.
III. CARTA DE DIVORCIO (Ver 1).
A. Si el caso es que un hombre podía divorciarse por cualquier causa Moisés no lo controvierte, más bien, invita a la reflexión, tal parece que este es el sentido de las instrucciones que siguen:
1. Debe escribirle una carta de divorcio. Esto requería de personas especializadas, pues en la época pocas personas sabían escribir, esto evitaba que la decisión se tomara intempestivamente y que a su vez se diera tiempo a la reflexión.
2. El hombre que despedida debía saber que aquella mujer una vez despedida podía volverse a casar pero que aunque el nuevo marido la despidiera también o muriera, jamás esta mujer podía volver a estar con él, la perdería para siempre, así las cosas, debía pensarlo bien.
Así se invitaba a la reflexión y se protegía a las mujeres de hombres abusivos.
B. En la respuesta de Jesús de Mateo 19 encontramos una reconstrucción de este mandamiento. La respuesta de Jesús es así:
1. El divorcio no es la voluntad de Dios (Ver 4 – 6).
2. Moisés no mando permitió (Ver 7 – 8).
3. La verdad real detrás del divorcio es “la dureza de corazón”, olvídese de la incompatibilidad de caracteres y demás, la verdadera razón detrás de cada divorcio es egoísmo y rebeldía contra Dios.
4. No es permitido divorciarse y re-casarse por cualquier motivo. Solo en caso de fornicación (cualquier pecado sexual) es permitido el divorcio y el re-casamiento. En situaciones de maltrato, violencia y demás le está permitido divorciarse pero no volverse a casar.
Sin duda una de las intenciones de tal mandamiento era al igual que el permiso mosaico invitar a la reflexión sobre la seriedad del matrimonio. Por lo menos así lo entendieron los discípulos con su afirmación del versículo 10.
C. Entonces: el matrimonio no es un juego, es algo serio que se debe llevar hasta el final, ya que, si no lo hacemos así podríamos terminar viviendo como adúlteros toda nuestra vida.
Conclusiones:
1 comentario:
En situaciones de maltrato, violencia y demás le está permitido divorciarse pero no volverse a casar.
Comooooo? Expliqueme esto. Suena extorsivo
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