Título: Un ayuno en el desierto.
Texto: Mateo 4: 1 – 11.
Autor: Pastor Edwin Guillermo Nuñez Ruiz
Introducción:
A. El próximo fin de semana tendremos dos días de ayuno y oración y sé que cuando propongo esto existen varias reacciones: el interesados son aquellas personas que se gozan, que se deleitan, que espera estos momentos de intensa comunión con Dios, también están los perezosos, están los desinteresados, estos entre otros.
B. El propósito general de este sermón es animar a cada una de los tres grupos a través del ejemplo de Cristo y que ojala dentro de una semana tengamos una excelente respuesta este tiempo que proponemos. Notemos que en el pasaje hay:
I. UNAS REALIDADES (Ver 1)
A. Existen aquí por lo menos tres realidades:
1. La realidad del Diablo: esta es una realidad incuestionable porque la enseña la Escritura y porque en la experiencia cristiana hemos tenido muchos encuentros directos e indirectos con este ser.
2. La realidad de la tentación: Una de las tareas más importantes del diablo sino es que es la más importante es tentarnos a pecar, hacernos caer en pecados, llevarnos a la muerte espiritual y eterna.
3. La realidad del Espíritu: Si bien el diablo y la tentación son muy reales mas real aun es el Espíritu Santo. De este texto y de lo que hace el Espíritu podemos deducir dos cosas:
a. Si somos tentados es con el aval del Espíritu santo. Note que fue el quien llevo a Jesús al desierto para que fuera tentado, el no le tentó pero permitió esta tentación.
b. Si el Espíritu santo permite que seamos tentados en algún área es por que hemos sido preparados para vencer dicha tentación.
II. UNA RESPUESTA (Ver 2).
A. No podemos saber si Jesús sabia a que era conducido al desierto, tal ve si lo sabia y entonces su respuesta fue ayunar, tal ve no lo sabia y cuando se vio en tentación comenzó a ayunar, tal vez solo fue al desierto con la intención de ayunar y mientras ayunaba comenzó a ser tentado. En todo caso vemos que un poderoso ayuno de 40 días estuvo asociado a la tentación que padecía en esos momentos.
B. ¿Cuál es la mejor respuesta a la tentación? Dejarse llevar, aguantar o ayunar? La respuesta es dedicarnos al ayuno y a la oración (Mateo 26:41), ¿Por qué? Es plausible pensar que la respuesta de Jesús en los versículos siguientes se debió no solo a la plenitud del Espíritu en su vida sino también al ayuno que realizo mientras luchaba con Satanás en el desierto, Jesús mostró:
1. Sabiduría en la Palabra de Dios. Una correcta aplicación de principios bíblicos a la situación en la que se le tentaba. El diablo lo tentó en su área física (pan), en su confianza en Dios (tírate de aquí, Dios prometió cuidarte) y por ultimo su área espiritual (adorame a mi y no a Dios) y para cada tentación Jesús pudo recordar la Palabra de Dios y aplicarla correctamente a la situación que se le proponía, en este caso el ayuno actuó como un potencializador de la Biblia.
2. Una convicción de quien era. Otro componente del ataque Satánico era hacer dudar a Jesús de quien era el, el Hijo de Dios. Por ello vez tras vez el diablo le repitió: “si eres Hijo de Dios”.
C. Esto y mas podemos obtener como beneficio del ayuno con relación a la tentación: Una potencialización del uso de la palabra de Dios en nuestra vida, fortaleza para no caer y una fuerte convicción de quienes somos en Cristo.
III. UN RESULTADO (Ver 11).
A. Como resultado tenemos que:
1. El diablo tuvo que dejarle. Aunque Lucas 10: 13 nos dice que esto ocurrió solo por un tiempo.
2. Ángeles le servían.
3. Estaba lleno del Espíritu. (Lucas 4:1, 14).
B. Notemos que tremenda bendición es esto:
1. Dios nos manda a resistir al diablo, someternos a Dios para que el diablo se aleje de nosotros, en el ayuno tenemos una de esas maneras como podemos someternos a Dios para que el diablo no se nos acerque.
2. También podemos obtener del ayuno un mover espiritual mas fuerte alrededor de nosotros, tal parece que el ayuno activa fuerzas angelicales a nuestro favor ya que algo similar a lo que nos cuenta esta historia lo vemos en Daniel 10, donde ángeles también se movieron a favor de este cuando ayuno.
3. Por ultimo, sabemos que la habitación del Espíritu santo en nuestra vida es permanente pero no su llenura que nos capacita para el servicio, entre otras cosas. Como vemos en el texto el ayuno y tal llenura se relacionan de alguna manera mostrándonos que una de las maneras de permanecer lleno del E.S. es a través del ayuno.
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