Introducción:
Pida que todo el grupo se divida en parejas y que cada uno vea una virtud o cualidad en su compañero y luego lo presente al grupo; después, pida al otro miembro de la pareja que comente con el grupo algo negativo de su compañero. Después que todos hayan hecho esto, pregunte al grupo: Qué es más fácil, ¿ver lo positivo o lo negativo de las personas?
Leemos Proverbios 20:1-30 (hacemos énfasis en el versículo 15), Efesios 4: 29, Santiago 3: 8 – 9, Prov. 6: 16 – 19,
Discuta con el grupo: En su opinión, ¿Qué palabras no deben ser proferidas en el vocabulario de un cristiano? ¿Por qué es importante que sepamos usar bien nuestra lengua? ¿Cómo aplicaría de manera práctica el texto estudiado? ¿Qué consejos le daría a una persona que habla vulgarmente, al chismoso, al que juzga a otros? 3. ¿Cómo es posible vivir en un mundo tan sucio, pero con la lengua limpia? ¿Qué palabras y expresiones le gustaría abandonar?
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