Tema: El dinero. Título: Consecuencias de amar el dinero. Texto: 1 Timoteo 6: 9 - 10. Autor: Pastor Edwin Guillermo Núñez Ruiz.
Objetivo General: Exhortar a la audiencia a examinar su relación con el dinero y a buscar el reino de Dios y su justicia por encima de las riquezas materiales.
Introducción:
A. Según una encuesta reciente hecha en Estados Unidos, de cada 10 personas a quienes se les preguntó si consideraban que el dinero compraba la felicidad, 6 respondieron que sí y la mayoría de ellos eran jóvenes (encuesta de servicios financieros Manpower). Pero ¿qué opina usted?
B. Hoy continuaremos hablando sobre el amor al dinero, siendo más puntuales en las malas, destructivas y nefastas consecuencias que este puede traer a la vida. Tenga en cuenta, por favor, que amar el dinero tendrá malas consecuencias sobre su economía, relaciones personales, su bienestar emocional y físico, entre otros.
C. Esta enseñanza, entonces, busca mostrarnos cómo el mal uso del dinero puede afectarnos en estas y otras áreas de nuestra vida.
D. Para ello, desglosaremos 1 Timoteo 6: 9 - 10.
I. LOS QUE QUIEREN ENRIQUECERSE (ver 9a)
A. Es importante aclarar que este versículo no se dirige a los ricos sino más bien a los que quieren, los que tienen el propósito de enriquecerse. A los que ya son ricos se les dicen otras cosas, leamos 1 Timoteo 6: 17 - 19. Entonces, y para empezar, el creyente que no es rico no debería querer enriquecerse y si por la gracia de Dios, sin buscarlo, llega a serlo debe tener muy en cuenta en su vida lo que acabamos de leer.
B. ¿A qué se refiere con “enriquecerse”? Si leemos el contexto, nos damos cuenta de que es a desear, buscar, tener el propósito de poseer más allá del “vestido y abrigo”. Con vestido y abrigo, en un contexto como el actual, sería lo necesario para vivir: comida, vestido, una casa, cierta seguridad para el futuro, etc., es decir, lo necesario en contraposición de lo que sobra, lo innecesario, caprichos y lujos.
C. Entonces… ¿dónde quedan los sueños, las metas, anhelos y demás más allá de lo necesario? Es clara la Escritura, NO DEBERÍAN SER BUSCADOS, el creyente entonces debería buscar otro tipo de plan de vida muy distinto a desear enriquecerse, so pena de sufrir los resultados.
D. Ya lo dijo el viejo y conocido refrán: “no es más rico el que más tiene sino el que menos necesita”. Muchas veces, por desear ir más allá de lo que necesitamos, mentimos, robamos, explotamos, somos injustos, abandonamos la familia, etc. (involucrar al público preguntándole qué más hace la gente por dinero) y créame que todas estas cosas tienen graves consecuencias.
II. CAEN EN TENTACIÓN Y LAZO (ver 9b)
A. Por el deseo de enriquecerse, la persona cae en tentación y lazo, dice la Biblia. Varias cosas a entender de esta frase:
Caen: la gramática griega hace que el verbo aquí signifique, continuar cayendo, es decir, un proceso de caída continua.
Tentación: “caer en tentación” es caer continuamente en pecado. Por otra parte, dado que la tentación es proveniente de la carne y el diablo, se nos muestra aquí de quién proviene el deseo de querer enriquecerse.
Lazo: “caer en lazo”, la palabra lazo en griego se refiere a la trampa construida para atrapar pájaros. Caer en lazo es caer en trampas, más específico, caer constantemente en trampas que nos enredan y nos complican la vida.
B. Por el deseo de enriquecerse:
Acán cayó en el pecado y trampa de la codicia.
Ananías y Safira cayeron en el pecado del engaño y la mentira en relación con el dinero.
Lot cayó en la trampa de Sodoma al mirar con codicia las verdes llanuras de esa región cuando Abraham le dio a escoger.
Como Judas, cayó en el pecado y trampa de la traición.
C. No pocas veces el deseo de enriquecernos nos lleva a extraviarnos totalmente de la fe, como lo indica el versículo 10. Por el deseo de enriquecernos, dejamos nuestros ministerios y nuestra fidelidad a Dios.
En otras palabras, el dicho popular dice: “por la plata baila el perro”. Muchas veces, por desear ir más allá de lo que necesitamos, mentimos, robamos, explotamos, somos injustos, abandonamos la familia, etc. (involucrar al público preguntándole qué más hace la gente por dinero) y créame que todas estas cosas tienen graves consecuencias.
C. Preguntas: ¿En qué trampas y pecados estás cayendo actualmente por el afán de enriquecerte?
III. HUNDEN… DESTRUCCIÓN Y PERDICIÓN (ver 9c)
A. Según el texto, las personas que desean enriquecerse “se hunden en destrucción y perdición”. Ahora, creo que la palabra DESTRUCCIÓN no requiere mucha explicación y es bien entendida por todos como consecuencia de querer enriquecerse. La palabra PERDICIÓN no significa aniquilación sino “pérdida del bienestar”.
En el versículo 10c hay una frase análoga a esta: “traspasados de muchos dolores”. Algunas versiones traducen: “se traspasaron”, poniendo el énfasis en que fueron ellos mismos, de hecho es lo que da a entender la construcción de la frase en griego. Por otra parte, la palabra griega da a entender que estas personas se traspasan una y otra vez como quien se apuñala a sí mismo varias veces. Por último, la palabra dolor quiere decir dolor emocionalmente intenso o un dolor que consume.
B. Ejemplos: si lo recuerda, Acán terminó apedreado, quemado y enterrado bajo una montaña de piedras junto a todas sus cosas. Ananías y Safira terminaron muertos el mismo día. Lot terminó en medio de una ciudad de pecado de la cual por algún motivo no podía librarse. Judas se suicidó y el rico insensato terminó en el infierno. Todo esto ejemplifica a la perfección las frases: “hunden a los hombres en destrucción y perdición” y “fueron traspasados de muchos dolores”.
C. ¿Cuántos de los dolores que hoy vive fueron causados por el deseo de enriquecerse? ¿Cuántos de los que alguna vez vivió se relacionaron con ese mismo deseo?
D. La sabiduría popular nos ha dicho que: “amar el dinero es sembrar vientos para cosechar tempestades”.
Conclusión:
A. Resumen de los puntos principales.
B. Llamado a la acción: Pablo entonces dice:
Cultiva en tu vida el agradecimiento y el contentamiento con lo que tienes (ver 6).
Huye de estas cosas (ver 11), corre del deseo de enriquecerte, de desear tener más allá de lo que necesitas para vivir.
Que tu proyecto de vida no sea enriquecerte sino cultivar en tu vida cosas como la santidad (justicia), la dedicación a Dios (piedad), la confianza en Dios (fe), el amor, la perseverancia en las cosas de Dios (paciencia) y la humildad (mansedumbre).
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