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BOSQUEJO
Tema: La Pasión de Cristo.
Título: Aguijones en la frente.
Texto: Juan 19: 1 – 3.
Autor: Pastor Edwin Guillermo Núñez Ruiz.
Introducción:
A. Definitivamente no hubo compasión en la pasión, cristo fue tratado como un criminal más, los evangelistas nos dicen que después de haber recibido el rigor de la flagelación fue llevado a parte por los soldados Romanos, allí lo desnudaron para poner sobre su cuerpo herido un manto morad, le pusieron una coroza de espinas y un cetro de palo con el cual golpearon su cabeza, también nos dicen los relatos que lo escupían y le seguían dando golpes.
C. Quiero que esta mañana nos centremos en la corona de espinas y lo que ella nos puede recordar.
I. NOS RECUERDA SU REALEZA.
A. Los soldados coronaron a Jesús con el propósito de burlarse de él, era un chiste, una mofa, una parodia. Sin embargo el si era un rey. Fíjese lo que le dijo a Pilato (Juan 18: 33 – 37), Pilato mando a colocar un aviso sobre la cruz de Jesús que decía: «Jesús de Nazaret, el Rey de los judíos» (NTV) (Juan 19: 19ss).
En verdad Jesús era un rey, no un rey como el que ellos esperaban pero lo era. Su reino no era de este mundo, era otro tipo de reinado.
B. Una palabra que podríamos usar para comprender mejor este titulo es SEÑOR. Jesucristo es el SEÑOR, o el amo, o el dueño de la creación entera y al final de los tiempos su reinado sobre el universo se manifestara plenamente. Pero si reinado ya se hace sentir en el corazón de todos aquellos que lo reconocen como tal.
¿Es Jesús tu Señor?
II. NOS RECUERDA EL PECADO.
A. Cuando Adán peco la tierra fue maldita y una de las manifestaciones de tal maldición fue que la tierra empezó a producir espinas (Gen 3: 17 – 18). De esta manera vemos que las espinas están relacionadas con el pecado, las espinas fueron el resultado del pecado.
B. Piénselo, si las espinas son el resultado del pecado, al ser coronado de espinas Jesús está siendo coronado con aquello que resulto del pecado y esto nos recuerda que tal dolor fue por nuestros pecados, fue por nuestro pecados.
III. NOS RECUERDA LA GLORIA.
A. Como ya dijimos uno de los suplicios de Jesús fue la coronación. Al imaginar a Jesús allí coronado no puedo dejar de pensar en que nosotros también seremos coronados, muchas veces nuestra corona al igual que la de Jesús será el sufrimiento, ese será nuestro premio por hacer la voluntad de Dios.
Aun así estas no serán nuestras únicas coronas, también en al eternidad recibiremos nuestra corona ¡bendita corona! (1 Cor 9: 24 – 25, 2 Timoteo 4:8, Apoc 2:10).
B. Piénselo seremos coronados porque el fue coronado, su corona fue la primicia de nuestras coronas eternas, su corona fue la que hizo posible nuestra corona. Si el no hubiera sido coronado no habría para nosotros posibilidad de corona.
Conclusiones:
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