SERMÓN - BOSQUEJO: LOS VALIENTES DE DAVID

VÍDEO

BOSQUEJO

Tema: 2 Samuel. Titulo: Los valientes de David Texto: 2 Samuel 21: 15 - 22. Autor: Pastor Edwin Guillermo Núñez Ruíz.

Introducción:

A. La vida consiste en vencer gigantes, los gigantes son de variados tamaños, unos grandes y otros pequeños, de distintos tipos, algunos son gigantes emocionales (miedo, ansiedad etc.), otros son gigantes familiares (divorcio, pleitos etc.), otros son gigantes de enfermedades económicos, ministeriales, espirituales etc.: La buena noticia es que es posible vencerlos por grandes que sean, la historia de hoy nos va a dejar claro esto.

B. Veamos algunas cosas a tener en cuenta al derrotar gigantes:

I. EL TIEMPO (ver 15).


A. David salió a la guerra con su ejercito pero en medio de ella se canso, uno de los gigantes filisteos cuya punta de lanza pesaba mas de tres kilos y tenia una espada nueva estuvo a punto de matar al rey.

B. Si señor, al mismo que había matado a Goliat, ahora esta en peligro de muerte en manos de otro gigantes. Quiero hoy que recordemos esta historia (1 Samuel 17: 34 - 37, 42 - 47). Tiempos aquellos pero los años habían pasado y ya las fuerzas no eran las mismas. David casi muere aquel día.

C. Entre los mejores siervos de Dios siempre se hallaran algunos que sucumban ante gigantes. Por muchas razones, a veces Dios mismo permite que gigantes nos pongan en peligro de muerte como una lección para nosotros; a veces las fuerzas ya no son las mismas, ni el animo; a veces en realidad hay gigantes mas grandes que nosotros.

D. Ejemplo: Juan bautista (Juan 1:29 comp. Lucas 7:20).


II. LA AYUDA (ver 17).


A. David casi muere de no haber sido porque Abisai vino en su ayuda.

B. ¿Quién era Abisai? Era sobrino de David, un poderoso, impetuoso y valiente guerrero, este hombre fue quien le salvo la vida a David en esta ocasión. 

C. Cuando los gigantes nos abrumen pida ayuda que usted no este solo, hay gigantes que no se vencen solos, hay gigantes, muchos de ellos que se vencen únicamente unidos, por eso, busque ayuda (Ecle. 4: 9 - 12).

D. Esta seria la ultima batalla de David como puede leerse en el mismo versículo 17.


III. EL EJEMPLO (ver 18 - 22).


A. En estos versos los protagonistas son personajes desconocidos pero que nos dejan una gran enseñanza: Sibecai quien mato al GIGANTE Saf, Elhanan quien mato a Lahmi un hermano de Goliat (1 Crónicas 20:5) y por ultimo, Jonatan sobrino de David al igual que Abisai.

B. ¿Se da cuenta? todos estos hombres imitaron a David en sus pasos de asesino de Gigantes. David fue el primero, David les marco la senda, David les mostro que era posible vencer gigantes y esto quedo en su corazón.

C. Cuando enfrentemos gigantes démonos cuenta que hay personas que observan, como hombres y mujeres de fe es nuestra responsabilidad comportarnos de acuerdo a nuestro llamado y mostrarle a quienes nos miren que es posible derrotar gigantes. Si así hacemos seguramente otros seguirán nuestros pasos, entre ellos nuestros hijos.


Conclusión:

Enfrentar gigantes requiere fe, apoyo y ejemplo a seguir. Cada victoria fortalece nuestra confianza y motiva a otros a luchar. La perseverancia y la ayuda divina nos permiten vencer obstáculos, aprendiendo de los valientes que nos precedieron. La vida es una constante batalla, pero con fe y apoyo, podemos conquistar cualquier gigante.

VERSIÓN LARGA

La vida consiste en vencer gigantes. Estos gigantes pueden presentarse en diversas formas y tamaños, desde aquellos que parecen enormes, como los miedos y ansiedades que nos asedian, hasta los que son más pequeños pero igualmente desafiantes, como los problemas familiares, las dificultades económicas o los conflictos en nuestras relaciones. Algunos gigantes son emocionales, otros son de salud, y también existen los gigantes espirituales y ministeriales. La buena noticia es que, sin importar cuán grandes parezcan, es posible vencerlos. La historia que encontramos en 2 Samuel 21:15-22 nos ofrece lecciones valiosas sobre cómo enfrentar y derrotar a estos gigantes.

En primer lugar, debemos considerar el tiempo. En el versículo 15, se nos relata que David salió a la guerra con su ejército, pero en medio de la batalla se sintió cansado. Este es un relato que nos muestra la realidad humana de David; incluso los más grandes guerreros pueden experimentar fatiga y debilidad. En esta ocasión, David se enfrentó a un gigante filisteo cuyo peso de lanza era superior a tres kilos y que portaba una nueva espada. Este gigante estuvo a punto de acabar con la vida del rey David, quien había sido un guerrero formidable en su juventud, conocido por haber derrotado a Goliat en un enfrentamiento memorable. Sin embargo, los años habían pasado y las fuerzas de David ya no eran las mismas. Esta historia nos recuerda que incluso los más grandes siervos de Dios pueden sucumbir ante gigantes, y que en ocasiones, Dios permite que estos gigantes nos confronten como lección de vida. No siempre podemos enfrentar las batallas con la misma fuerza y ánimo que solíamos tener.

Un ejemplo claro de esto es el caso de Juan el Bautista. En Juan 1:29, él reconoce a Jesús como el Cordero de Dios, pero más adelante, en Lucas 7:20, se encuentra en una situación de duda y envía mensajeros a preguntar si Jesús es realmente el que había de venir. Este relato nos muestra que los hombres de fe también enfrentan momentos de debilidad y confusión, lo cual es parte de la experiencia humana.

El segundo aspecto a considerar es la ayuda. En 2 Samuel 21:17, se menciona que David casi muere de no ser por la intervención de Abisai, su sobrino. Abisai era un guerrero valiente y decidido, y su acción salvó la vida de David en este momento crítico. Este pasaje nos enseña que, cuando los gigantes nos abrumen, es vital buscar ayuda. No estamos solos en nuestras luchas; hay momentos en los que los gigantes son demasiado grandes para ser enfrentados por nosotros mismos. Es aquí donde la comunidad y el apoyo de otros se vuelven esenciales. Eclesiastés 4:9-12 nos recuerda que "mejor son dos que uno", porque si uno cae, el otro le levantará. Es fundamental entender que hay gigantes que solo pueden ser vencidos de manera unida, en compañía de aquellos que nos rodean.

Además, esta sería la última batalla de David, como se menciona en el mismo versículo 17. Este hecho nos recuerda que todos enfrentaremos momentos en los que debemos reconocer nuestras limitaciones y aceptar la ayuda de aquellos que están dispuestos a luchar junto a nosotros. La humildad para pedir ayuda es una cualidad poderosa en el camino hacia la victoria.

El tercer punto que debemos considerar es el ejemplo. En los versos 18-22, se presentan a personajes menos conocidos como Sibecai, quien mató al gigante Saf, Elhanan, que enfrentó a Lahmi, un hermano de Goliat, y Jonatán, otro sobrino de David. Estos hombres tomaron como modelo a David y siguieron sus pasos en la lucha contra gigantes. David había demostrado que era posible vencer a los gigantes, y este legado se quedó grabado en el corazón de sus guerreros. 

La historia de David y sus valientes guerreros ilustra cómo el ejemplo de uno puede inspirar a otros a enfrentar sus propios desafíos. Cuando enfrentamos nuestros propios gigantes, es importante recordar que hay personas que nos observan. Como hombres y mujeres de fe, es nuestra responsabilidad actuar de acuerdo con nuestro llamado, mostrando que es posible derrotar a los gigantes que se presentan en nuestras vidas. Al comportarnos de esta manera, inspiramos a quienes nos rodean, incluidos nuestros hijos y discípulos, a que también se levanten y enfrenten sus propios desafíos con valentía.

La vida está llena de batallas constantes en las que enfrentamos gigantes de diversas índoles. Cada victoria que logramos no solo fortalece nuestra confianza y fe, sino que también motiva a otros a luchar. La perseverancia, el apoyo mutuo y el ejemplo que brindamos son elementos cruciales en este proceso. Cuando nos encontramos en circunstancias difíciles y sentimos que los gigantes nos están aplastando, debemos recordar que no estamos solos. La ayuda divina siempre está disponible y, a menudo, se manifiesta a través de las personas que nos rodean. 

El relato de la última batalla de David también pone de relieve la importancia de reconocer que, a lo largo de nuestra vida, habrá momentos en que nuestras fuerzas flaqueen, y eso es parte de la experiencia humana. En esos momentos, es vital rodearnos de personas que nos apoyen y que, a su vez, estén dispuestas a luchar a nuestro lado. La comunidad de fe es un recurso invaluable en la batalla contra los gigantes que enfrentamos. 

Cuando miramos hacia atrás en nuestra vida y recordamos las batallas que hemos enfrentado, podemos ver cómo cada experiencia nos ha moldeado y fortalecido. Las luchas que hemos superado no solo nos han hecho más fuertes, sino que también nos han preparado para ayudar a otros en sus propias batallas. Así, nuestras victorias se convierten en testimonios de la fidelidad de Dios y en un ejemplo a seguir para aquellos que nos observan.

A medida que enfrentemos gigantes en nuestras vidas, debemos recordar que la victoria no se logra de la noche a la mañana, sino a través de la perseverancia y la fe. Cada batalla es una oportunidad de crecer en nuestra relación con Dios y con los demás. La oración y el apoyo mutuo son fundamentales en este proceso. Cuando oramos juntos y nos animamos mutuamente, creamos una atmósfera de fe que puede mover montañas.

La historia de David y sus valientes guerreros es un recordatorio de que, aunque la vida puede ser dura y los gigantes pueden parecer insuperables, con fe y apoyo, podemos conquistar cualquier obstáculo que se nos presente. Al igual que David y sus guerreros, levantémonos con valentía, enfrentemos nuestros gigantes y confiemos en que, con la ayuda de Dios y de nuestros hermanos en la fe, la victoria es posible.

En conclusión, enfrentar gigantes requiere fe, apoyo y un ejemplo a seguir. Cada victoria que logramos no solo fortalece nuestra confianza, sino que también motiva a otros a luchar. La perseverancia y la ayuda divina nos permiten vencer obstáculos, aprendiendo de los valientes que nos precedieron. La vida es una constante batalla, pero con fe y apoyo, podemos conquistar cualquier gigante. Aprendamos de la historia de David y de sus valientes, y recordemos que juntos, en unidad y fe, podemos enfrentar cualquier desafío que se presente en nuestro camino. Así, seremos inspiración para otros, mostrando que, con Dios de nuestro lado, no hay gigante que no podamos vencer.

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