DEVOCIONAL: DUERMEN EN CRISTO

No nos imaginemos que el alma duerme en insensibilidad. "Hoy estarás conmigo en el paraíso", es el susurro de Cristo a cada santo moribundo.

Ellos "duermen en Jesús", pero sus almas están ante el trono de Dios, alabándolo día y noche en su templo, cantándole aleluyas al que los lavó de sus pecados en su sangre. El cuerpo duerme en su lecho solitario de tierra, bajo la colcha de la hierba. Pero ¿qué es este sueño? La idea relacionada con el sueño es "reposo", y ese es el pensamiento que el Espíritu de Dios nos transmite. El sueño hace que cada noche sea un día de reposo para el día. El sueño cierra rápidamente la puerta del alma y les pide a todos los intrusos que permanezcan afuera un rato, para que la vida en su interior pueda entrar en su jardín de verano con facilidad. El creyente agotado por el trabajo duerme tranquilamente, al igual que el niño cansado cuando se duerme en el pecho de su madre ¡Oh! Felices los que mueren en el Señor, descansan de sus labores. Su tranquilo reposo nunca se romperá hasta que Dios los despierte para darles su recompensa completa. Protegidos por observadores ángeles, cubiertos por misterios eternos, duermen, herederos de la gloria, hasta que la plenitud del tiempo traiga la plenitud de la redención ¡Qué despertar será el de ellos! Fueron puestos en su último lugar de descanso, cansados ​​y desgastados, pero no se levantarán. Fueron a descansar con el ceño fruncido y los rasgos desperdiciados, pero se despertaran en belleza y gloria. La semilla marchita, tan desprovista de forma y belleza, levanta del polvo una flor bella. El invierno de la tumba da paso a la primavera de la redención y al verano de la gloria. Bienaventurada es la muerte, ya que, a través del poder divino, nos despoja de esta prenda de trabajo, para vestirnos con la prenda de boda de la incorrupción. Bienaventurados los que "duermen en Jesús".

C. H. SPURGEON - DEVOCIONALES CLASICOS